El Gobierno de Pedro Sánchez insiste en subir los impuestos al diésel. Esta semana, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, señaló en Bruselas que están trabajando para asestar este golpe a los conductores «lo antes posible».
Cabe recordar que, a finales del año 2024, Sánchez sufrió varios fracasos en el ámbito de su reforma fiscal. Uno de ellos, tuvo lugar en una lunática Comisión de Hacienda del Congreso, que acabó rechazando muchas de las subidas de impuestos que planteaba el PSOE (y que había intentado colar de tapadillo en mitad de la tragedia de la Dana). Entre esos golpes fiscales que pretendían aplicar los socialistas, estaba la subida del diésel.
Bruselas, la excusa
Ahora, todo apunta a que la nueva estrategia del Gobierno consistirá en vender este incremento fiscal como una imposición de Bruselas para recibir el quinto pago de los fondos europeos (casi 25.000 millones).
Sin embargo, la realidad es que el Gobierno lleva comprometida esta subida con la CE desde el año 2021, y por voluntad propia, ya que Bruselas lo que exigió en un inicio era una reforma fiscal e impuestos medioambientales. Eso sí, si el Gobierno se ha comprometido a subir el diésel, lo lógico es que Bruselas se lo exija.
Intentando subir el diésel desde 2019
En concreto, la subida al diésel planeada por Sánchez es de 9,37 céntimos por litro. Así, el tipo general pasaría de 0,307 euros por litro a 0,40069 euros, y se equipararía al de la gasolina. Bien es cierto que el Ejecutivo de Sánchez lleva amagando con subir la fiscalidad al diésel desde que llegara al Gobierno con la excusa de la protección del medioambiente.
Sin embargo, como el líder del PSOE todavía carece del apoyo necesario de sus socios para subir la fiscalidad a este combustible, la idea de aprobarlo por decreto ley y que luego se lo tumbe el Congreso sería un nuevo ridículo.
Y es que, ayer miércoles, Junts votó en contra de los tres Reales Decretos que el Gobierno esperaba convalidar para subir las pensiones prorrogar el decreto antidesahucios o incrementar los impuestos a las energéticas. En el caso del Impuesto a las Energéticas, se trata de una partida de ingresos que el Gobierno dejaría de percibir y que podría subir con la estocada al diésel.
Más de 13 millones de conductores
En España hay más de 13 millones de coches diésel propiedad de particulares. Es el combustible más habitual entre los ciudadanos, por lo que la subida de impuestos sería masiva.
Además, hay que tener en cuenta que el incremento de este impuesto supondría un golpe directo a las rentas medias y bajas del país, ya que el 70% de los conductores de coches diésel tiene un coche de hace 10 años, lo que no representa precisamente a los «ricos».
Casi 40.000 millones en impuestos
En el siguiente cuadro elaborado por Anfac se observan todas las tasas e impuestos que tienen que soportar los conductores en un año.
En total, las arcas públicas ingresaron un total de 39.514 millones de euros, un 0,2% más, gracias a estos ciudadanos. Pero el Gobierno quiere más.