Hiperconectados a la pesadilla de nuestra propia elección

Internet hyperconectados adiccion

El nivel de conectividad que nos ofrecen las redes sociales y los aparatos electrónicos portátiles tiene serios efectos negativos en nuestros cerebros. (Foto por The Giant Vermin)

Vivimos en una era en la que estamos permanentemente interconectados a través de teléfonos móviles, mensajes de texto, chat, video llamadas, y redes sociales como Facebook o Twitter. No sólo eso, gracias a la web, estamos a un clic de distancia de un caudal casi interminable de información.

A primera impresión parece algo saludable…

Sin embargo, varios estudios científicos demuestran que nuestros cerebros se están volviendo adictos a realizar las multitareas que nos demandan la navegación por la web y las redes sociales. Nuestros cerebros están dejando de disfrutar las actividades normales y naturales que nos ofrece la vida.

El hecho de estar permanentemente hiperconectados a traves de la web está encaminando a la humanidad hacia un futuro en el que la concentración será cambiada colectivamente por la habilidad de etiquetar información, las relaciones humanas frente a frente desaparecerán, y la capacidad de disfrutar de la naturaleza se borrará de nuestros cerebros como en un caso de amnesia radical.

Lucia llega a su casa después de un duro día de trabajo. Luego de quitarse el abrigo… (pausa a la escena)

Lucia tiene varias opciones como: ir a la cocina a prepararse algo de comer, sentarse a descansar, hacer ejercicio, leer el periódico, llamar a un amigo por teléfono, darse un baño, escuchar música, regar sus plantas y más.

Laptop en la sala

Lo primero que hacen muchas personas al regresar a su casa es encender la laptop y conectarse a sus redes sociales. (Foto por somegeekintn)

Retomemos la escena…

Luego de quitarse el abrigo, Lucia se dirige directamente a su ordenador como si un imán gigante estuviera escondido detrás de la pantalla. La promesa de estímulos y distracciones que Lucia puede develar con un simple movimiento de sus dedos sobre el teclado es demasiado atractiva para su cerebro: quizás alguna amiga le haya enviado un email, quizás encuentre un tweet gracioso o una nueva foto posteada en Facebook, o quizás pueda alcanzar un puntaje alto en esos mini juegos que tanto le gustan.

En menos de 2 minutos, Lucia da una mirada veloz a su Facebook, revisa rápidamente su lista de tweets, recorre los correos que le han llegado que más le interesan, se conecta al skype y abre su página web favorita.

Lucia está realizando más de 10 actividades al mismo tiempo: chatea, abre fotos de Facebook, lee correos, recibe mensajes de texto, juega, escribe un tweet, abre una página web recomendada por sus amigos, busca en Amazon, hace un tour en Google plus, escribe un email, escribe en Facebook…

Incluso después de desconectarnos, nuestros cerebros ansían la estimulación que le proveen los aparatos electrónicos que nos conectan a la web. Olvidamos los planes para cenar, olvidamos concentrarnos en nuestra familia, es como si no estuviéramos presentes.

Estar hiperconectados y realizar multitareas cargando a nuestros cerebros con varias actividades a la vez tiene su precio y lo estamos empezando a pagar.

Los científicos sostienen que estar hiperconectados a todas estas redes sociales y aparatos electrónicos puede hacer que cambiemos nuestra forma de pensar y de actuar, y puede provocar la pérdida de nuestra capacidad de concentración.

Laptop en el parque internet hiperconectados

Para algunas personas, estar desconectados de las redes sociales, el correo electronico y el internet es imposible. (Foto por Ed Yourdon)

La Dra. Nora Volkow, directora del Instituto Nacional de Abuso de Drogas de EE.UU, admite que a ella también se le hace difícil resistirse a revisar su Blackberry:

“Cuando estoy de vacaciones, lo miro inclusive cuando no lo necesito. Puedo estar caminando con mi esposo y no puedo resistir las ganas de revisar mi correo electrónico. Me siento culpable pero lo hago.”

Según la Dra. Volkow, la estimulación constante que nos produce estar  hiperconectados a la web activa las células de dopamina en uno de los principales centros procesadores de placer en el cerebro: el nucleus accumbens. Estas mini dosis de dopamina pueden ser adictivas y en su ausencia nos podemos sentirnos aburridos.

Esa podría ser una de las razones por las que preferimos una conexión intravenosa a Facebook, Twitter o el chat a una caminata por el parque. Sin darnos cuenta, estamos haciendo que nuestros cerebros prefieran recibir cinco tweets graciosos o postear dos comentarios en Facebook que conversar con alguien frente a frente, salir a dar un paseo por la ciudad o leer un libro

No estamos hablando del Síndrome de Adicción al Internet o del Síndrome de Adicción a Facebook que son casos más extremos y complicados. Estamos hablando de empezar a estar ausentes de nuestra propia vida por haber caído colectivamente en la Matrix de nuestra propia elección…

Según David Levy, profesor de la Escuela de la Información en la Universidad de Washington, nuestra vida hiperconectados está haciendo que nuestros cerebros se acostumbren tanto al estímulo constante de las multitareas tecnológicas que nos estamos volviendo inaptos para apreciar la vida natural o vida offline, en la que las cosas suceden o se resuelven a una velocidad mucho más lenta.

Nuestro cerebro prefiere las decenas de estímulos que le proporcionan las multitareas tecnológicas que compartir un buen rato con los amigos. (Foto por Sky Dive Lillo)

La oferta de nuestra vida fuera de las redes sociales y de la web se está volviendo obsoleta para nuestros cerebros.

¿Quién quiere compartir una cena y escuchar a sus amigos sin tener la seguridad de recibir algún tipo de satisfacción personal cuando con un clic puedo recibir treinta posibles motivos de satisfacción entre fotos comentarios y correos?

David Levy comparte un episodio que le puede haber sucedido a muchos. Un empleado le contó que la noche anterior su esposa le había pedido que bañara a su hija. El empleado relató que en lugar de disfrutar del momento con su hija estuvo revisando su teléfono para responder emails y mensajes de texto.

Veamos otras historias, estoy seguro que ustedes tienen varias parecidas.

“Se me hace difícil cambiar constantemente entre tareas y los problemas de vista y de energía que trae estar sentado frente a una pantalla todo el día hacen más difícil que me pueda concentrar…soy menos paciente y no me puedo concentrar por mucho tiempo.” (Declaración anónima extraída del estudio realizado por el Pew Research Center)

“Tengo 33 años y en los dos últimos años he aumentado el uso de internet a diez horas por día. Los efectos han sido perjudiciales. Mi capacidad de concentrarme en libros, artículos largos, e incluso shows de televisión ha disminuido inmensamente. Mis habilidades de comunicación interpersonal están sufriendo y se me hace difícil sostener pensamientos complejos.” (Declaración anónima extraída del estudio realizado por el Pew Research Center)

laptop en terraza internet adiccion

La exposición continuada de nuestros cerebros a las multitareas que nos piden los medios electrónicos está haciendo que perdamos nuestra capacidad de concentración. Foto por Galfred

Aunque muchas personas sostienen que el realizar multitareas los hace más productivos, las investigaciones científicas realizadas por Eyal Ophir de la Universidad de Stanford demuestran lo contrario. Aquellos que realizan multitareas tienen más problemas para concentrarse, para eliminar información irrelevante y además, experimentan más estrés.

Un estudio de la Universidad de California determinó que la gente que permite que la llegada de un nuevo correo electrónico interrumpa sus actividades presenta más estrés que aquellos que lo ignoran y permanecen concentrados en lo que están haciendo.

Lo cierto es que las investigaciones demuestran que realizar multitareas no es otra cosa que forzar a nuestro cerebro a saltar de tarea en tarea sin concentrarse verdaderamente en ninguna.

Si bien existen personas dotadas de una capacidad excepcional para realizar varias actividades tecnológicas a la vez, un estudio de la Universidad de Utah ha determinado que estos súper realizadores de multitareas no representan más del 3% de la población mundial.

Pensando en la mayoría, me pregunto, ¿es este el camino correcto? ¿adónde nos dirigimos?

Clifford Nass, psicólogo social de la Universidad de Stanford y autor del libro “El hombre que le mintió a su laptop”, sostiene que el uso excesivo del internet y el realizar multitareas tecnológicas reduce considerablemente nuestra capacidad para leer e interpretar las emociones humanas.

Deja de mirar a la laptop internet

Creemos ilusamente que podemos realizar varias actividades al mismo tiempo con cierto grado de éxito. Lo cierto es que saltamos cerebralmente de una actividad a la otra. (Foto por Ed Yourdon)

En uno de los estudios realizados por Nass, se seleccionó un grupo de personas acostumbradas a realizar multitareas tecnológicas y se le mostró imágenes de rostros humanos. El resultado fue que este grupo de personas no pudo identificar con facilidad las emociones que comunicaban los rostros de las imágenes. Lo mismo sucedió cuando se les leyó historias en las que los personajes expresaban emociones.

Tenemos que ser conscientes que las multitareas y el estar permanentemente hiperconectados está redefiniendo las relaciones humanas y las preferencias de nuestro cerebro. Está cambiando el curso de la humanidad y no es una exageración.

Elizabeth Berkley, escritora del Wall Street Journal, le escribe una carta a sus amigos contándoles la decepción que le produce observar cómo han volteado su pirámide de prioridades:

“Aquí es donde ustedes y yo nos equivocamos: nosotros llevamos nuestra amistad al internet. Primero, empezamos comunicándonos más por email que por teléfono. Luego, cambiamos a mensajes de texto o sms. Luego, nos hicimos amigos en Facebook y empezamos a comunicarnos enviando nuestros pensamientos – en 140 caracteres o menos – vía Twiterr… estoy cansada de que mis amigos y seres queridos – ustedes saben quiénes son – que dicen que están muy ocupados para contestar el teléfono o para escribir un email decente, pasen horas en redes sociales de internet colgando fotos de sus hijos o fiestas, reenviando estúpidos test, escribiendo comentarios extravagantes o sin sentido, o enviando por Twitter su último paradero. (¿alguien conoce un buen restaurant en Berlín?)”

Estamos empezando a preferir comunicarnos a través del chat o el muro de Facebook o un tweet a conversar con una persona en vivo y en directo. La comparación de las posibilidades comunicativas que ofrece el escenario virtual frente al real es ridícula. Por un lado tenemos una línea de texto y un emoticón y por otro tenemos el sentido del tacto, del oído, del olfato y de la vista.

Pareja con laptop internet adiction

Los estudios demuestran que aquellos que están constantemente conectados a las redes sociales realizando multitareas tecnológicas están perdiendo la capacidad de identificar las emociones humanas. (Foto por S.Diddy)

En el 2012, muchos de nosotros estamos hiperconectados y podemos comunicarnos con cualquiera en segundos. Eso debería hacernos la vida mas fácil. No es así.

Muy pocas personas se dan cuenta que esto funciona al revés y lo que produce es que nuestros cerebros se acostumbren y prefieran las multitareas con sus cientos de pequeñas descargas de información y sus mini dosis de dopamina frente a otras opciones más simples, naturales y saludables.

Las redes sociales no son el problema. Somos nosotros quienes no estamos tomando las medidas necesarias para equilibrar la situación. Muchas personas ni siquiera son conscientes de cómo están cambiando sus hábitos de vida.

Una buena solución para evitar volvernos completamente adictos a la matrix de la hiperconexión de las redes sociales y de las multitareas tecnológicas es aprender a meditar.

Volver a ser dueños de nuestra mente y de nuestras vidas. Ningún mensaje de Gmail, Hotmail, Facebook, Face Time, Iphone o Twitter nos necesita más que las personas de carne y hueso que nos rodean. Ninguna de las sensaciones o estímulos que nos generan estas redes sociales se compara con las que producen las actividades que son inherentes a nuestra condición humana.

Ese es nuestro caso pero lo que se viene es peor. El futuro de las nuevas generaciones en cuanto a su relación con la tecnología no es nada prometedor.

Jovenes con laptop en la playa adiccion internet

Las nuevas generaciones están más expuestas a las consecuencias negativas de las multitareas tecnológicas que nos demandan las redes sociales y el internet. (Foto por Spree 2010)

Hace unas semanas, el Pew Research Center de la Universidad Elon publicó un revelador estudio sobre los efectos que este nivel de hiperconectividad y multitareas tecnológicas tendrá en el futuro, específicamente hacia el año 2020, en las vidas de la generación denominada como los Millennials (aquellos que han nacido entre 1982 y el 2003).

El estudio se llevó a cabo enviando un cuestionario de preguntas a varios renombrados especialistas de instituciones y empresas como Google, Yahoo, IBM, Intel, Universidad de Harvard, Microsoft, Nokia, la Comisión Federal de Comunicaciones de EE.UU y la Universidad de Yale, entre muchas otras. También se recogió la opinión de estudiantes y profesores de varias universidades norteamericanas.

Las respuestas están divididas. Algunos especialistas creen que la nueva generación se adaptará y aprovechará esta situación para mejorar su capacidad de procesar información y otros piensan que estamos ante el umbral de una mutación social radical, no necesariamente positiva. Leer algunas de las siguientes opiniones extraídas del reporte realizado por el Centro Pew Research es como observar el tráiler de la película de lo que serán nuestras vidas en menos de 10 años….les sugiero que los lean, reflexionen y los comenten con aquellos que son importantes para ustedes.

Según Barry Chudakov, consultor de tecnología y cultura en la Universidad de Toronto, para el 2020 la tecnología estará totalmente integrada en nuestras vidas:

“La tecnología estará tan integrada en nuestras vidas que efectivamente desaparecerá. La línea divisoria entre el ser individual y la tecnología es ya delgada, para ese entonces desaparecerá…los jóvenes asumirán que sus mentes e intenciones se extienden a través de las herramientas tecnológicas…los niños asumirán que esta es la manera como funciona el mundo.”

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Estamos en el umbral del salto generacional, ese salto que nos dejará a muchos al otro lado del abismo sin poder o querer comprender el nuevo status quo.

Sam Punnett, presidente de FAD Research, nos pinta un panorama sombrío pero muy real:

“A grandes rasgos…digamos que en el 2020 la población mundial ha restringido la información que recibe a través de filtros. Las personas se exponen sólo a la información que está de acuerdo con su visión del mundo…la habilidad para tener relaciones interpersonales (frente a frente) se desgastará a tal punto que mucha gente ya no podrá sostenerlas…

La manera como las comunicaciones ocurrirán o no ocurrirán permitirá a la gente amurallarse artificialmente contra todo lo no placentero, no anticipado o complicado…todas las comunicaciones serán cortas, visuales y entretenidas.

La política será dirigida por aquellos que puedan montar el “ruido” más entretenido en las plataformas (sociales) más efectivas. Existirá una reducción en la habilidad de las personas para comunicarse verbalmente. El lenguaje se adaptará a los nuevos requerimientos de mensajes cortos.”

La visión de Punnet no es exagerada y como veremos más adelante coincide con la de otros expertos en el tema.

 

tres ninos con laptops

Sin darnos cuenta, estamos convirtiendo a Google en la gran memoria cultural del planeta. Nos estamos acostumbrando a dejar de guardar los eventos en nuestra memoria.(Foto por Wesley Fryer)

Según algunos analistas que participaron en el estudio, los recuerdos dejarán de existir como los conocemos y se convertirán en simples palabras o direcciones electrónicas que nos remitirán a un espacio en la web.

La cyberantropóloga Amber Case sostiene que en el 2020 dejaremos de guardar en nuestra memoria los recuerdos completos y nos quedaremos con una colección de palabras clave para acceder a ellos:

“Los recuerdos se están convirtiendo en enlaces a información activados por palabras clave y direcciones electrónicas. Nos estamos convirtiendo en paleontólogos persistentes de nuestros propios recuerdos ya que nuestros cerebros están guardando las palabras clave para regresar a esos recuerdos pero no están guardando los recuerdos completos.”

Parece una idea inspirada en una novela barata de ciencia ficción. Sin embargo, una simple reflexión es suficiente para darnos cuenta que ya está sucediendo. Nuestros recuerdos, a ritmo de gotero, están cambiando de disco duro, están siendo transferidos de nuestros cerebros a la web. Hemos dejado de recordar lo que leímos para tratar de recordar dónde lo leímos.

La rapidez con la que Google nos provee la información que buscamos está haciendo que muchos vean a Google como una especie de gran memoria cultural adherida a sus cerebros a través del navegador de internet y un teclado.

El hecho de poder acceder a esta información en cualquier momento hace que nuestros cerebros no sientan la necesidad de guardar el contenido en nuestra memoria sino de guardar solamente la forma de acceder a ese contenido.

 

Nina con iphone

La relacion que los niños están desarrollando con las tecnologías de la comunicación, fundamentalmente observando a sus padres con el celular o el android, está afectando su forma de ver, disfrutar y entender el mundo..(Foto por Tinker Brad)

Hemos pasado de la compresión de lectura a la clasificación temática. Nos estamos volviendo especialistas en etiquetar y clasificar la información pero estamos perdiendo la capacidad de comprenderla, analizarla y reflexionar sobre ella.

Perry Hewitt, director de comunicaciones digitales de la Universidad de Harvard, tiene una visión más positiva y piensa que el internet nos ha liberado del aburrido trabajo de memorizar:

“El internet ha traído no sólo educación pero pensamiento. Mientras aún queremos cultivar en los jóvenes el rigor intelectual de resolver problemas cualitativamente y cuantitativamente, los hemos liberado del negocio de memorizar hechos y reglas, y les hemos dado la oportunidad de aplicar esos hechos y reglas para resolver problemas complejos.”

El punto de vista de algunos estudiantes universitarios, que prefirieron no revelar sus nombres para el estudio, es menos optimista:

 “La peor consecuencia que veo venir es una expectativa de inmediatez y una reducción de la paciencia de las personas. Aquellos que crecen con acceso rápido a la información, acceso rápido a su email y respuestas inmediatas a todas las preguntas, probablemente no tomarán el camino más largo para buscar información…”

“Me pregunto si seremos capaces de sostener la atención en una sola cosa por unas cuantas horas – yendo a un concierto de música clásica o al cine, por ejemplo.  ¿los conciertos se reducirán a treinta minutos? ¿las películas se volverán anacrónicas? ”

 

Concierto violin

Al ritmo que vamos, no faltan muchos años para que los conciertos de música clásica se conviertan en una rareza para un grupo de seres extraños que puede concentrar su atención por más de treinta minutos en una sola cosa. (Foto por Chris BB)

“Mis amigos están menos interesados en genuinas interacciones humanas que en mirar cosas en Facebook…la distracción sólo aumentará en el futuro.”

“Simplemente no es posible discutir, o formar un consenso social, acerca de problemas serios sin largas discusiones acerca de esos problemas. Una generación que espera utilizar 140 caracteres o menos sobre un tema y rechaza los matices es incapaz de resolver estos problemas.”

“Deberían obligarlos a tallar un pedazo de madera mientras están sentados en la puerta de su casa con nada más que los arboles y las aves como compañía.”

“Las formas prolongadas de adquisición de conocimiento y el tiempo fuera de la web o desconectados empezará a ser visto como valioso y será reintegrado a la vida social y al trabajo en formas interesantes y sorprendentes.”

Los profesores universitarios también aportaron su opinión al estudio. Su visión nos presenta un mundo que ya empezamos a atisbar, dónde aquellos que sean capaces de concentrarse serán los privilegiados:

“Mi experiencia con estudiantes me sugiere que sus habilidades criticas están disminuyendo…raramente leen libros o artículos largos. Cuando leen, no leen para encontrar argumentos sino que le echan una ojeada a la mitad de la página, quizás moviendo sus ojos hacia arriba y abajo si algo les interesa…El futuro será de aquellos que puedan concentrarse. Este será un grupo muy reducido grupo de gente.”

 

Estudiante con laptop

Las distracciones que genera el internet y las redes sociales afectan seriamente la capacidad de análisis y concentración de los estudiantes. (Foto por Sailor Coruscant)

“De los cientos de estudiantes de artes liberales a los que les he enseñando, ni siquiera uno de cada diez ha llegado a mi clase con la mas mínima idea de cómo funcionan sus aparatos digitales , qué capacidad de almacenamiento tiene su disco duro, o cuál es la diferencia entre los aparatos digitales y los análogos.”

“Lo que he visto en la última década es una reducción general en las habilidades avanzadas de pensamiento. Lo que veo generalmente es una gran dependencia en la tecnología”

Varios de los expertos entrevistados para el informe del Centro Pew sostienen que las habilidades más valiosas para el mundo del 2020 no serán las mismas que conocemos ahora.

Jonathan Grudin, Investigador principal de Microsoft:

“Las habilidades esenciales serán las de búsqueda rápida, navegación por la web, calificación de la calidad de la información  y la de sintetizar las vastas cantidades de información que están disponibles y que son de importancia o interés para cada persona…en contraste, la habilidad de leer una cosa y pensar profundamente sobre ella no dejará de servir, pero para la mayoría de la gente no tendrá ninguna importancia.”

Para Marcel Bullinga, autor de “Bienvenidos a la Nube Del Futuro”, el sistema educativo tiene que implementar medidas para contrarrestar el efecto de la tecnología social:

“Los jóvenes encuentran distracciones mientras trabajan, mientras manejan, mientras hablan con los vecinos. Padres y profesores deberán invertir tiempo y esfuerzos para resolver este problema: zonas de silencio, zonas de desconexión, clases de meditación sin teléfonos celulares…pese a todo, los efectos negativos pueden ser curados.”

 

Muchas laptops internet

Las redes sociales han aumentado considerablemente el promedio de horas diarias de uso del ordenador. (Foto por Luc Legay)

Las visiones positivas también existen, aunque son menos y no son muy concretas.

Para Susan Price, estratega Web de Firecast Studio, estamos en uno de los mejores momentos de la historia de la humanidad en cuanto a la capacidad de aprender nuevas habilidades:

“Los jóvenes y aquellos que han aceptado el nuevo nivel de conectividad están desarrollando y evolucionando nuevos estándares y habilidades a una velocidad sin precedentes en nuestra historia.”

William Schrader, fundador de PSInet, expresa su optimismo sin reparos:

“Una nueva página se abre en la historia humana, y mientras nos preocupamos y la mayoría de las veces nos sorprendemos ante la velocidad o la lentitud a la que cambian las cosas, el futuro es positivo para la juventud. Para el 2020, la tecnología permitirá que la juventud ignore limitaciones políticas, incluyendo fronteras, y especialmente ignorando el tiempo y la distancia como inhibidores comunicativos.”

A la luz de lo que se viene, las escuelas se podrían ver obligadas a cambiar radicalmente sus métodos de enseñanza e integrar completamente la internet como una herramienta principal de aprendizaje en lugar de incorporarla a cuenta gotas. Integrando la internet a todas las asignaturas existe la posibilidad de encaminar su uso de manera positiva tratando de preservar la capacidad de análisis y pensamiento crítico de las nuevas generaciones. El problema es que el costo de este cambio es elevado y la mayoría de escuelas no estarán en capacidad de realizarlo.

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La opción general es familiar o personal. Tenemos que encontrar formas de lograr que los niños aprendan y practiquen esas habilidades que el mundo de hoy no les permite desarrollar normalmente como la concentración, la atención y la sociabilidad.

Mi consejo es que si tienen hijos les enseñen a meditar. Traten de hacerles una oferta divertida. Pídanles que se sienten por dos minutos solos sin hacer nada y que piensen en su color favorito, en su árbol favorito, en su mascota favorita o en su dibujo animado favorito. Traten de que lo hagan todos los días. Eso los ayudará, lentamente, a entender que la mente necesita esos momentos de reposo y que el mundo no es una corriente eterna de información. Ayúdenlos a que aprecien la lectura, a que prefieran la naturaleza a estar pasmados frente a su Nintendo DS.

Todo indica que si no tomamos las medidas necesarias, algunas actividades tan humanas como la conversación o la reflexión se perderán entre los espejos del tiempo y quedaran sepultadas en el panteón de la nostalgia.

Algunos indicios de lo que podría se pueden encontrar en sitios como Klout o Rent a Friend (Alquile un amigo).

 

Puntaje de Klaut

Los sitios web Klout y Rent a Friend son los primeros indicios del cambio. Arriba izquierda y abajo derecha, publicidad del sitio web Rent a Friend. Arriba derecha y abajo izquierda, tarjetas personales mostrando el puntaje de Klout. (Fotos por rentafriend.com and Garry McLeod )

Klout se ha vuelto el lider en un nuevo rubro: medir el nivel de influencia de una persona en las redes sociales calificándola del 1 al 100. El puntaje se obtiene a través del análisis de la cantidad de seguidores, comentarios, y otros factores relacionados con sus diferentes cuentas en las redes sociales. Las personas más influyentes tienen calificaciones por encima de 70 u 80 y las menos influyentes por debajo de 10.  Lo deplorable es que muchas compañias están usando el puntaje de Klout como un factor más para determinar el valor o importancia de una persona. Existen varios casos de personas que han dejado de ser contratadas por tener un puntaje bajo en Klout y algunas cadenas hoteleras han decidido otorgar beneficios VIP a aquellos que tienen un puntaje alto en Klout.

Por otro lado, el sitio web Rent a Friend (Alquile un amigo), con medio millon de amigos disponibles por unos cuantos dólares para ir al cine, a una cena o para conversar,  es una de las muestras más patéticas de lo que de puede ser nuestro futuro.

Como bien dice el Dr. Nass de la Universidad de Stanford:

“Estamos en un punto de inflexión. La manera como nos hacemos más humanos es prestándonos atención mutuamente.”

No dejándonos de lado por estar hiperconectados a la pesadilla de nuestra propia elección.

 

Camino al bosque

El contacto prolongado con la naturaleza puede curarnos de los vicios tecnológicos. (Foto por Alan Brain)

Estamos a tiempo de reaccionar. La naturaleza nos espera….sin laptops.

por Alan Brain

Fuentes: Psychology Today, Wall Street Journal, Pew Center,CNN, WiredNew York Times

http://losdivulgadores.com/2012/05/hiper-conectados-a-la-pesadilla-de-nuestra-propia-eleccion/

2 comentarios en “Hiperconectados a la pesadilla de nuestra propia elección

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