Autor: Richard Fisher,
La concentración está sobrevalorada. Los psicólogos han descubierto que si dejas que tu mente divague puedes tropezar más fácilmente con mejores ideas.
Créeme, voy a intentarlo con ganas, aunque no sé lo que te pasará en los próximos 5 minutos. Puede que un recuerdo te lleve lejos, a un lugar que conociste o a una idea que tuviste alguna vez. Podría ser hambre. Podría ser sexo. Podría estar sucediendo ahora.
Al leer estas frases, tu mente casi seguro que vagará al menos una vez, igual que la mía se pone a la deriva para decidir la mejor frase que con estas palabras mantenga tu atención. De hecho, según algunas estimaciones, podemos pasar cerca de un 50 por ciento de nuestras vidas con nuestra mente a la deriva, lejos del momento actual, en un mundo dentro de nuestras cabezas.
Sigmund Freud consideraba el estar deslocalizado como algo «infantil», y otros temían que pudiera conducir a la psicosis. Hoy en día, sabemos que más bien es una señal de una mente sana, que nos permite, por ejemplo, planificar el futuro imaginando diferentes eventos. Una particular virtud que incluso puede llegar a transformar nuestra forma de trabajar, enseñar a los niños, operaciones bursátiles y el cultivo de ideas.
Ir a la deriva, al parecer, es un signo seguro de que nuestro combustible creativo fluye. Cuando se trata de llegar a ideas brillantes, la capacidad de concentración está sobrevalorada. Si la mente de una persona está errante, puede superar a sus rivales en una amplia gama de tareas en la que los destellos de entendimiento son importantes, desde los juegos de palabras imaginativas hasta ejercicios de pensamiento e invención original.
Los psicólogos que investigan los beneficios de la ensoñación nunca afirman haber encontrado una fórmula para todos los logros creativos; sin embargo, sus resultados sugieren que aprender a caminar por la línea entre el enfoque y la deslocalización podría ayudarte a avanzar allí donde todo parecía perdido.
Uno de los primeros psicólogos en dirigir su atención a la mente errante fue Jonathan Schooler, de la Universidad de California en Santa Bárbara. Un día estaba escuchando una charla sobre la conciencia cuando el orador hizo una mención a la mente errante. Schooler estaba tan intrigado que le resultaba difícil concentrarse. «Mi mente seguía vagando sobre la mente errante», comentaba. Lo encontró muy peculiar que pudiéramos estar en ese estado con tanta frecuencia. «La mente está escapando del presente», decía, «y lo estamos haciendo todo el tiempo.»
En experimentos ulteriores ayudó a demostrar cuán a menudo se quedan nuestras mentes ‘fuera de onda’. En uno de los estudios, los voluntarios tuvieron que leer extractos de “Guerra y Paz” de León Tolstoi en su laboratorio. Por otro lado, les pidió que informaran cada vez que se dieran cuenta de que estaban a la deriva; también les preguntó por lo que estaban pensando en intervalos al azar, y al final, comprobaba su comprensión del texto. Estas medidas revelaron que las mentes de la gente deambulaban por las palabras más del 20 por ciento de las veces, a menudo sin darse cuenta de ello. Cuando emprendemos otras tareas, nuestra capacidad para la distraernos parece aún mayor, un reciente estudio pidió a la gente que informara de su estado de ánimo a intervalos aleatorios durante el día (a través de una aplicación para smartphones), demostrando que su atención divagaba de la tarea hasta el 47 por ciento del tiempo (Science, vol 330, p 932).
Destellos de inspiración
Durante mucho tiempo, este tipo de mente errante ha sido considerada un grave fallo. En cambio, la capacidad de filtrar las distracciones y concentrarse en una tarea (el denominado control ejecutivo) se ha considerado la base que hay detrás del pensamiento inteligente. Dado que para mantener el pensamiento direccionado es necesario recordar la información de un momento a otro, se suele utilizar la capacidad de «la memoria de trabajo» a corto plazo para medir el control ejecutivo. Con esta medida, una serie de estudios han demostrado que las personas que pueden concentrarse bien tienden a resolver problemas analíticos: son genios de la aritmética y de las tareas de razonamiento verbal y a menudo tienen un cociente intelectual más alto. Si uno quería ir de inteligente, parece que tenía que aprender a concentrarse.
Sin embargo, había indicios de que la concentración no era todo lo bien que parecía. Mientras que las personas con un alto nivel de la memoria de trabajo era muy buena con los problemas analíticos, al enfrentar las tareas también tendían a requerir destellos de inspiración. «Con bastante frecuencia, la mejor manera de resolver un problema es no concentrarse», comentaJennifer Wiley de la Universidad de Illinois en Chicago, que recientemente revisó la investigación (Psychology of Learning and Motivation, vol 56, p 185).
Considere el siguiente rompecabezas, que representa uno de los tipos de puzles utilizados en estos estudios. ¿Qué palabra se puede agregar a «High, book y sour» para formar otra palabra o frase? Para resolverlo, uno no puede simplemente aplicar un enfoque analítico, ya que ello implicaría triturar cada palabra de tu vocabulario, dice Wiley. Por el contrario, la respuesta a menudo viene de la inspiración. Diversos estudios muestran que, a las personas con alta capacidad de memoria de trabajo y buen control ejecutivo, les puede resultar más difícil resolver estos problemas que a las personas que se distraen más fácilmente. (Por cierto, la respuesta es «note»).
Prueba tú mismo con algunos de estos puzles |
Igualmente ocurre con otras medidas establecidas de pensamiento flexible en el laboratorio . En una test, conocido como la tarea de usos inusuales, se pide a la gente que pase un par de minutos con una gama de usos creativos para un objeto, como un ladrillo, y más adelante se puntúa la cantidad y la originalidad de sus respuestas . Un estudio realizado por Holly White, entonces en la Universidad de Memphis, Tennessee, demostró que las personas con el trastorno de déficit de atención e hiperactividad, TDAH (que tienen una menor capacidad de memoria de trabajo y son propensos a andarse por la nubes) se comportaron mejor en esta prueba que aquellos sin TDAH (Personality and Individual Differences, vol 40, p 1121).
Respuestas a los puzles |
Con todo, estos hallazgos aluden a una respuesta a la pregunta, por qué salir de una línea de pensamiento: esto nos lleva a pensar de forma creativa, más allá de los rígidos límites impuestos por nuestro control ejecutivo. Eso de la ensoñación tendría cierto sentido en los momentos de introspección, después de todo, una habilidad importante de la creatividad es la capacidad de vincular conceptos dispares, los cuales puedan encontrarse mientras deambulan por el interior de su cabeza. Lo que faltaba, sin embargo, era una prueba directa que demostrara que la profunda perspicacia proviene realmente de la ensoñación, así pues, el equipo del laboratorio de Schooler, dirigido por Benjamin Baird, se dedicó a recopilar estas importantes evidencias.
El experimento se llevó a cabo en tres etapas. En primer lugar, los voluntarios pasaron 2 minutos soñando utilizando algo tan inusual como un ladrillo. A renglón seguido, a algunos se les dio a completar una tarea sin sentido, como ver cartas en una pantalla. A otros se les daba una prueba mucho más difícil que requería toda su atención. Como era de esperar, los cuestionarios posteriores revelaron que la gente vagabundea mucho más en la tarea sin sentido. Por último, inesperadamente, a todos los participantes se les pidió que hicieran otra de las tareas de usos inusuales. Esta vez, aquellos cuyas mentes habían estado vagando acertaron, de promedio, un 40 por ciento de respuestas más que en su primer intento. Los que habían tenido que concentrarse en su primera tarea apenas si habían mejorado en absoluto. Los resultados serán pronto publicados en la revista Psychological Science.
Básicamente, ante la pregunta, los de mente errante no informaron de que hubiesen estado pensando explícitamente acerca de un ladrillo en su tarea sin sentido. «Parece que han permitido algún tipo de proceso inconsciente», alude Schooler. El mensaje es que, a medida que relajas tu memoria, en pensamientos de alimentos o los planes para las vacaciones, tu cerebro está ocupado reflexionando sobre las posibles soluciones para cualquier problema que estés tratando de resolver.
Oculto a simple vista
Los resultados se vinculan perfectamente con los escáneres cerebrales de la mente no focalizada. Malia Mason, de la Universidad de Columbia, Nueva York, por ejemplo, ha utilizado la resonancia magnética funcional para demostrar que los períodos de mente errante están correlacionados con la actividad de una constelación de regiones neuronales del cerebro, conocidas colectivamente por defecto como la red (Science, vol 315, p 393). Esta red cerebral ha sido descubierto recientemente, pero se mantiene oculta a simple vista. Durante años, los investigadores han estado haciendo escáneres cerebrales a la gente y sin tener en cuenta un aumento de la actividad en los supuestos momentos de descanso entre las tareas experimentales.
Uno de los trabajos de esta red por defecto, podría consistir en reordenar nuestros recuerdos a fin de preservarlos. Es tentador especular que las vías implicadas en estas tareas de búsqueda y selección también impliquen a la creatividad, y nos ayude a evaluar y relacionar los conceptos dispares presentes en nuestras mentes.
Sorprendentemente, un estudio posterior realizado por Schooler en el año 2009, encontró que además de estas regiones, la mente errante también activa algunas partes del cerebro tendente a asociarse con las funciones ejecutivas, como la corteza prefrontal dorsolateral, que se halla detrás de la frente (Proceedings of the National Academy of Sciences, vol 106, p 8719).
Es curioso, dado que la mente errante parece ser la antítesis del enfoque fino asociado con el control ejecutivo; sin embargo, Schooler cree que la actividad que observaron no representa la concentración, como tal, sino el reclutamiento de estas regiones que realizan un seguimiento de las ideas importantes de pensamientos liberados durante el vagabundeo. Dado que de estas regiones se piensa que participan en la auto-conciencia, él se pregunta si éstas son reclutadas cuando de repente nos percatamos que estamos divagando, lo cual podría ser importante si se quiere mantener un dominio sobre la tarea en cuestión.
Vale la pena señalar que los experimentos de ensoñación podrían no coincidir con las ideas que muchas personas tienen sobre la creatividad. Sin duda, este tipo de trabajo tampoco explica las grandes obras de Picasso o la inteligencia de Einstein. Se explora un solo aspecto del proceso creativo, el momento de la visión y la inspiración, cuando sucede una nueva idea o una solución a un problema. Necesitaríamos combinar esos destellos de gran inteligencia, trabajo duro, y tal vez, alguna cualidad intangible, para llegar a algo parecido a un genio. «En el momento que se estudia la creatividad en un laboratorio eso se diluye», añadeJoydeep Bhattacharya, el Goldsmiths University de Londres. «¿Hemos visto pruebas contundentes de que la ensoñación conduzca a la creatividad? Todavía no.»
No obstante, hay indicios de que fuera del laboratorio la mente errante puede conllevar al éxito en el mundo real, a pesar que el estudio haya sido pequeño. En 2003, Shelley Carson, de la Universidad de Harvard y sus colegas, estudiaron a gente que habían escrito y publicado una novela, que patentaron una invención o que habían expuesto su su arte en una galería. En las pruebas de ordenador, los participantes debían identificar la información irrelevante que salía en la pantalla (tests de inhibición latente), descubrió que los grandes triunfadores tenían menos tendencia a menospreciar los detalles intrascendentes y se centraban en su tarea, comparándolo con una persona promedio. En otras palabras, sus mentes vagaban con más frecuencia de la tarea entre manos, una tendencia que puede haber dejado la puerta abierta a nuevas ideas (Journal of Personality and Social Psychology, vol 85, p 49).
Aunque el trabajo no te ayudará a ganar un Pulitzer, puede arrojar luz sobre muchas de las frustraciones familiares a que nos enfrentamos cuando abordamos los más monótonos problemas creativos, como escribir un informe de trabajo o diseñar un sitio web. Después de todo, realizamos pequeños actos de pensamiento creativo como estos todos los días. Sólo las más grandes ideas llegan a ser reconocidas por muchos otros y por la sociedad, pero son la excepción no la regla.
Las limitaciones de una mente enfocada podría explicar por qué las buenas ideas siempre parecen quedarse fuera de nuestro alcance cuando nos sentimos bajo presión. Numerosos estudios han demostrado que la ansiedad conduce justo a lo opuesto que necesita una mentalidad despreocupada para crear algo original. «Un estado ansioso viene con un alto grado de atención», subraya Mark Jung-Beeman, de la Northwestern University en Evaston, Illinois, que ha investigado la relación entre el ánimo y la creatividad con Karuna Subramaniam.
Proyección mental
En lugar de obligarnos a nosotros mismos a concentrarnos, el mejor método cuando se avecina una fecha límite puede ser aflojar el agarre y tomar un pequeño descanso. Mediante la supervisión de las ondas cerebrales «Alpha» asociadas con una mentalidad quieta o fría, Bhattacharya descubrió que las personas en un ambiente relajado eran más propensos a encontrar soluciones creativas a los puzzles de palabras (PLoS ONE, vol 3, p 1459). «Si se considera la atención como una proyección», dice,»ésta se difumina y extrovierte.»
Incluso oir chistes ayuda. Subramaniam y sus colegas, encontraron que ver a Robin Williams (actor cómico) de forma rutinaria ayudó a la gente posteriormente a resolver puzzles mentales. Justo lo contrario que aquellos que acababan de ver una película de terror. En otro experimento, simplemente el acostarse llevaba a algunos participantes a sentirse más relajados, y por lo tanto, a resolver más anagramas.
Puesto que nos resulta difícil concentrarnos cuando estamos cansados, es posible flexionar tu creatividad cuando te sientas más aturdido. Los madrugadores, por ejemplo, encuentran las soluciones más originales por la noche, mientras que los noctámbulos les va mejor por la mañana temprano (Thinking and Reasoning, vol 17, p 387).
Si todo esto falla, un buen trago puede lubricar los engranajes de la mente. Todos sabemos que el alcohol puede llevar incluso a las mentes más centradas a extraviarse, aunque sólo para asegurarse, Schooler y otros psicólogos, consiguieron algunos estudiantes borrachos para probar su concentración (Psychological Science, vol 20, p 747). Efectivamente, los estudiantes achispados se hallaban a la deriva con más frecuencia que los participantes sobrios. Eso explicaría por qué estaban tan eurfóricos, y con una mezcla de vodka crannberry eran más capaces de resolver una serie de puzzles de palabras difíciles que requierían soluciones creativas, más que analíticas. Lo solucionaron más rápido, y en mayor número, que los de las bebidas gaseosas (Consciousness and Cognition, vol 21, p 487). Por la misma razón, deberías evitar el café, ya que la cafeína focaliza la concentración, y lo más probable es que tape de alguna manera tu pensamiento creativo.
A estas alturas, quizás ya estés en un feliz estado de ensoñación, aunque con suerte me las arreglé para mantener tu atención durante la mayor parte de este artículo. Aunque es posible que no, así que seguramente andaba usted por algún lugar creativo.
Imagen Una mente fértil (Image: Jasper James/Getty).
Ilustraciones: NewScientist.com