DOS NOTICIAS

Aunque muy muy lentamente, la Historia oficial, va corroborando a «La Historia Verdadera»

La madre de todos los humanos vivió hace 200 000 años 31/08/2010


Estadísticos de Rice confirman la fecha de la “Eva mitocondrial” con un nuevo método.
El examen más robusto hasta la fecha de los vínculos genéticos de nuestra especie con la “Eva mitocondrial” – el ancestro materno de todos los humanos vivos – confirma que vivió hace unos 200 000 años. El estudio de la Universidad de Rice se basó en una comparación alineada de 10 modelos genéticos humanos cada uno orientado a determinar cuándo vivió Eva, usando un conjunto distinto de suposiciones sobre la forma en que migraron los humanos y se expandieron por la Tierra.

La investigación está disponible on-line en la reivsta Theoretical Population Biology.
“Nuestros hallazgos subrayan la importancia de tener en cuenta la naturaleza aleatoria de procesos en las poblaciones como crecimiento y extinción”, dice el coautor del estudio Marek Kimmel, profesor de estadística en Rice. “Los modelos deterministas clásicos, incluyendo varios que se han aplicado anteriormente al datado de la Eva mitocondrial, no tienen en cuenta completamente estos procesos aleatorios”.
La búsqueda de la Eva mitocondrial (mtEve) es un ejemplo de la forma en que los científicos estudian el pasado genético para aprender más sobre la mutación, selección y otros procesos genéticos que desempeñan un papel clave en las enfermedades.
“Por esto es por lo que estamos interesados en patrones de variabilidad genética en general”, dice Kimmel. “Son muy importantes para la medicina”.
Por ejemplo, la forma en que los científicos intentan describir la fecha de la mtEve depende de las técnicas genéticas modernas. Se comparan los perfiles genéticos de donantes de sangre aleatorios, y basándose en la semejanza y diferencias entre los genes particulares, los científicos pueden asignarles un número que describe el grado en el cual dos donantes se relacionan con otro.
Usar genomas mitocondriales para evaluar el parentesco es una forma que tienen los científicos para simplificar la tarea de encontrar ancestros comunes que vivieron hace muchos tiempo. Esto es debido a que todo el genoma humano contiene más de 20 000 genes, y comparar las diferencias entre tantos genes para parientes lejanos es problemáticos, incluso con los supercomputadores más grandes y rápidos de la actualidad.
Pero las mitocondrias – los diminutos orgánulos que sirven como fábricas de energía dentro de las células humanas – tienen su propio genoma. Además de contener 37 genes que raramente cambian, contienen una región “hipervariable”, la cual cambia lo bastante rápido para proporcionar un reloj molecular calibrado en tiempos comparables a la edad de la humanidad moderna. Debido a que el genoma mitocondrial de cada persona se hereda de la madre, todos los linajes mitocondriales son maternos.
Para deducir la edad de la mtEve, los científicos deben convertir las medidas de parentesco entre donantes de sangre en una medida de tiempo.
“Tienes que traducir las diferencias entre secuencias de genes a cómo han evolucionado con el tiempo”, dice el coautor Krzysztof Cyran, vicepresidente del Instituto de Informática en la Universidad Silesian de Technology en Gliwice, Polonia. “Y cómo evolucionaron en el tiempo depende del modelo de evolución que uses. Por tanto, por ejemplo, ¿cuál es el ritmo de mutación genética, y este ritmo de cambio es uniforme en el tiempo? Y, ¿qué hay del proceso de pérdida aleatoria de variantes genéticas, lo que se conoce como deriva genética?”
En cada modelo, las respuestas a estas cuestiones toman la forma de coeficientes – constantes numéricas que se incluyen en las ecuaciones y que dan una respuesta a cuándo vivió la mtEve.
Cada modelo tiene sus propias suposiciones, y cada suposición tiene implicaciones matemáticas. Para complicar las cosas aún más, algunas de las suposiciones no son válidas para poblaciones humanas. Por ejemplo, algunos modelos asumen que el tamaño de la población nunca cambia. Esto no es cierto para los humanos, cuya población ha crecido exponencialmente durante al menos los últimos miles de generaciones. Otros modelos suponen una mezcla perfecta de genes, lo que significa que dos humanos cualquiera del mundo tendrían una probabilidad igual de producir descendencia.
Cyran dijo que los modelos genéticos humanos se han hecho más complejos en el último par de décadas, conforme los teóricos han intentado corregir las suposiciones incorrectas. Pero algunas de las correcciones – como añadir procesos de ramificación que intentan captar la dinámica del crecimiento de la población en las migraciones humanas iniciales – son extremadamente complejas. Los cual genera la cuestión de si unos modelos menos complejos podrían funcionar igual de bien al captar lo que sucedió.
“Queríamos ver cómo de sensibles eran las estimaciones a las suposiciones de los modelos”, dice Kimmel. “Encontramos que todos los modelos que tuvieron en cuenta un tamaño aleatorio de la población – tal como procesos distintos de ramificación – daban estimaciones similares. Esto es alentador, debido a que demuestra que refinar las suposiciones del modelo, más allá de cierto punto, puede no ser importante para el marco general”.

Malas noticias para la teoría del impacto

Área: Paleontología — Miércoles, 1 de Septiembre de 2010

Según un último estudio la extinción de la megafauna americana, hace 13.000 años, no sería debida al impacto de un objeto astronómico.

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Hay principalmente dos teorías que tratan de explicar la súbita desaparición de la megafauna de mamíferos que poblaba el continente americano hasta hace sólo 13.000 años. Según una de ellas esta extinción se debió al impacto de un meteorito y según la otra se debió a la distorsión ecológica que el ser humano produjo al llegar al continente, principalmente debido a sus hábitos de caza.
Se sabe que el periodo de progresivo calentamiento en el que la Tierra estaba inmersa hasta hace 12.900 se vio interrumpido por un súbito enfriamiento que duró 1.300 años y que se denomina Younger Dryas. Después el mundo comenzó a calentarse de nuevo. La razón de este cambio climático no están claras.
La hipótesis del impacto fue publicada en septiembre de 2007 por un grupo de científicos dirigidos por Richard Firestone del Lawrence Berkeley National Laboratory en California. Según ellos un asteroide o un cuerpo similar de unos 4 km de ancho impactó contra la cubierta de hielo de Norteamérica hace 12.900 años, produciendo los consabidos incendios forestales e introdujo polvo y ceniza estratosféricos que cambiaron el clima de la época. Esto se llevaría por delante a los mamuts lanudos, al perezoso gigante, al mastodontes, al tigre de dientes de sable y a otros grandes mamíferos de gran tamaño. También se llevaría por delante a la floreciente cultura india Clovis. En el estudio aportaban ciertos datos y pruebas a favor del impacto.
Desde entonces los opositores se han ido encargando de descartar las supuestas pruebas de ese evento, pero una permanecía: los nanodiamantes encontrados y que supuestamente se formaron durante el impacto debido a las extremas condiciones de éste.
Ahora un grupo de expertos ha descartado esta última prueba como apoyo a la teoría del impacto. Esto supondría la puntilla para esta teoría, dejando a la teoría ecológica de la extinción debida al ser humano como la más plausible.
Según la teoría del impacto el supuesto choque habría dejado pruebas de su existencia, pero los análisis recientes de esos marcadores geológicos indican que no hay aportación de iridio, elemento que está presente en cometas y asteroides.
Según el geoquímico Philippe Claeys, de la Universidad Libre de Bruselas, la historia geoquímica de tal impacto no existe.
Aunque quedan un par de líneas de investigación, como las microesferas magnéticas o minerales específicos, están distribuidos a lo largo de todo el registro geológico, y no concentradas en los sedimentos de hace 12.900 años como sería de esperar si un impacto se hubiera dado en ese momento. .
Tampoco se han encontrado los restos de trazas ricas en carbono que los supuestos incendios forestales originados por el impacto habrían dejado en los sedimentos. Otras supuestas pruebas resultaron corresponder a hongos o excrementos de animales. Es decir, no hay pruebas de esos incendios, pese la intensa búsqueda.
Los supuestos hexágonos de diamante nanométricos que los especialistas del impacto decían haber encontrado no han sido hallados por otros expertos como Tyrone Daulton y su equipo de Washington University en St. Louis después de muchos meses de uso de microscopia electrónica de transmisión para encontrarlos. Según estos expertos, la identificación de esos nanodiamantes en el pasado se podría haber debido a una confusión con otras formas de carbono, concretamente grafito y grafeno.
Naturalmente los proponentes de la teoría del impacto no están de acuerdo con estos nuevos resultados.
Una vez más hemos asistido al proceso del método científico mediante el cual nuevas pruebas refutan las teorías establecidas.

Claro que no fue un impacto lo que causó la extinción de los grandes mamíferos, fue El Diluvio que como veremos en los próximos post indujeron los Nefilim

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