La UE aprueba prohibir dos años el uso de plaguicidas que afectan a las abejas.

Los tres neonicotinoides más frecuentes en las plantaciones de girasol o maíz pueden causar la muerte de los insectos.
La Comisión Europea ha conseguido este lunes el apoyo de una mayoría de países suficiente para prohibir durante dos años el uso de los tres neonicotinoides más frecuentes como plaguicidas en la siembra del girasol, la colza, el algodón y el maíz, por los riesgos que plantean para la salud de las abejas. Un total de quince países han dado su visto bueno al veto de dos años, incluidos Alemania y Bulgaria, países que en reuniones anteriores se abstuvieron, y de España, que ya se mostró a favor meses atrás, según han informado a Europa Press fuentes comunitarias. En contra han votado ocho delegaciones, entre ellas Reino Unido, y se han abstenido cuatro países.
La Agencia europea de seguridad alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) ha señalado tres plaguicidas de la familia de los neonicotinoides comercializados en Europa por Bayer y Syngenta: clotianidina, tiametoxam e imidacloprid. Estos químicos pueden afectar al sistema nervioso de los insectos causándoles parálisis y hasta la muerte, pero no suponen un riesgo para la salud humana.
La medida podría afectar a un tercio de las semillas preparadas en la UE y España es uno de los principales productores, por lo que inicialmente pidió aplazar cualquier decisión hasta tener más datos científicos concluyentes, aunque finalmente se pronunció a favor en una primera votación celebrada en marzo.
Este ha sido el segundo intento del comisario de Salud y Consumo, Tonio Borg, para tratar de sacar adelante las medidas restrictivas. En marzo no contó con el apoyo suficiente de los Gobiernos europeos para ello, pero no supuso el bloqueo de las medidas.
Varias organizaciones ecologistas han presionado en las últimas fechas para tratar de convencer a los Gobiernos reticentes de que acepten la medida y para asegurarse de que los que apoyaron el plan en marzo, mantuvieran el sentido de su voto.
También el sector apícola, que en España cuenta con la mayor cabaña de la UE y es el principal productor de miel de los 27, ha pedido restringir el uso de químicos. Y un centenar de colectivos en España, sociales, ambientales y de consumidores, habían pedido al ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, que mantuviera su apoyo al veto.
En concreto, la propuesta de la Comisión aboga por revisar las condiciones de autorización de los neonicotinoides para restringir su uso «solo a los cultivos no atractivos para las abejas y para los cereales de invierno», ya que la exposición a su polvo en otoño no se considera un riesgo para el insecto.
Borg también quiere que se prohíba la venta de «semillas tratadas» con productos fitosanitarios que contengan los químicos señalados, aunque esta medida no se aplicaría a las plantas que no atraen a las abejas, y vetar su uso por no profesionales.
El objetivo del Ejecutivo comunitario sigue siendo que el plan de medidas legislativas «ambiciosas y proporcionales» esté listo para ser aplicado desde el 1 de julio.
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