7 SENCILLAS PRÁCTICAS Y HÁBITOS PARA MEJORAR EL DESEMPEÑO COGNITIVO Y CULTIVAR LA SALUD MENTAL

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Compartimos algunos rituales, ejercicios o hábitos que puedes emplear para mejorar tu salud mental, mantenerte joven y hackear el potencial de tu cerebro.

1. Mantén tu teléfono alejado de tu cabeza y no lo lleves a la cama

Según señala la revista QZ, existe un vínculo entre la luz azul emitida por las pantallas electrónicas y la alteración de los patrones de sueño, ya que afectan la producción natural de melatonina, la hormona que regula el sueño y otras funciones metabólicas. Dormir mal es tal vez lo peor que le puedes hacer a tu cerebro a mediano y largo plazo.

Dormir de seis a ocho horas al día, sin luz, repara las células del cuerpo y desintoxica el organismo. Sin esto se almacena la toxina cerebral beta-amiloide. Por otro lado pasar demasiado tiempo enfrente de pantallas tiene un efecto de aislamiento de la realidad y fomenta la pasividad y el sedentarismo, lo cual van en contra del mejor desempeño cognitivo.

2. Congratúlate por las pequeñas victorias

El cerebro en muchos sentidos es una máquina que puede programarse o moldearse según nuestros hábitos e intenciones.

Según el neurocientífico B.J. Fogg, de la Universidad de Stanford, la frecuencia del éxito importa más que el tamaño del mismo para crear un circuito virtuoso en el cerebro. Ya que el cerebro no sabe realmente la diferencia entre un éxito real o o un éxito sólo percibido, se pueden utilizar reforzamientos para crear esta sensación de progreso y éxito (después de todo es sólo una cuestión de punto de vista). Evidentemente hay que tener cuidado de no vivir en el delirio y en el engaño, sólo servirnos de un poco de buena actitud y de autoprogramación.

En un aspecto emocional esto además tiene la ventaja de darle una especie de afecto a nuestra mente que sube nuestro estado de ánimo y desde una actitud positiva es más fácil realizar efectivamente ciertas tareas.

3. Mantén tu cuerpo activo

Según el neurólogo Etienne van der Walt mantener activo el cuerpo es una de las mejores formas de mejorar la salud del cerebro. Esto es porque al ejercitars, más oxígeno es enviado al cerebro, a un ritmo mayor y esto desarrolla nuevas neuronas. Estudios han mostrado que ejercitarse regularmente correlaciona con mejores resultados cognitivos y mayor capacidad de poner atención.

4. Haz ayunos intermitentes

El Dr. Mark Mattson ha estudiado extensamente los ayunos intermitentes y ha concluido que el estado de ketosis en el cual entra el cerebro después de 12 o más horas sin alimento puede ser altamente benéfico para el cerebro. Mattson explica que el ayuno intermitente funciona similar al ejercicio y de hecho tienen beneficios parecidos. El ayuno coloca al cerebro en un estado de estrés moderado equivalente a un evento que lo coloca en un reto, y por el cual se activan patrones de adaptación al estrés. Este estado de reto incrementa lo que se conoce como factores neurotróficos o neurotrofinas, una familia de proteínas que promueven la sinaptogénesis y la neurogénesis, es decir, mejor las conexiones y ayudan al crecimiento de neuronas. En cierta forma el ayuno intermitente genera los mismos beneficios que someter al cerebro a retos como tocar un instrumento musical o aprender un idioma nuevo

5. Lee un poema diario

La poesía, a diferencia de otros géneros, coloca tu mente en un estado de pensamiento no discursivo, más allá de la lógica aristotélica donde las cosas sólo pueden ser esto y no lo otro, trasciende el literalismo y abre una corriente eléctrica de percepción lingüística que se acerca a una experiencia estética holística. Claro que hay que buscar buena poesía para que esto ocurra, de la misma manera que ciertos vinos sólo producen aturdimiento mientras que otros aclaran la mente. Puedes leer haikus, canciones doha, salmos u otros textos poéticos si además quieres algo de inspiración espiritual, pero la clave esta en la forma no en el contenido solamente, en el arreglo de las palabras en el espacio y los ritmos del sonido que hacen que percibes no sólo con la parte lógica racional del cerebro.

6.  Observa como tu respiración se transforma en energía

Esto puede ser equivalente a meditar pero hacemos el énfasis aquí en otra cosa, en el acto energético de respirar como un hábito de conciencia. En la mayoría de las culturas, el aire o aliento es considerado el vehículo de la energía o del espíritu (términos como qi, prana o la misma palabra «respirar», que tiene la misma raíz que espíritu) hacen alusión a esto. En términos científicos, la oxigenación permite la buena circulación y la sangre permite que podamos hacer diferentes tareas, o sea, que tengamos energía. Este ritual tiene como fin observar que el aire que recibimos y la calidad con la que lo circulamos por el cuerpo se traduce en energía y pensamientos. Si haces esto todos los días unos 5 minutos de manera natural estarás mejorando tu respiración, ya que serás consciente de su importancia y tu intención guiará el flujo. Esto, a su vez, mejorará tu desempeño cognitivo: una respiración relajada es una mente relajada.

7. Dedícale tu práctica a los demás

Científicos han notado que el altruismo produce bienestar e incluso pude incrementar los niveles de serotonina, según el Dr. Joel Robertson, autor de Natural Prozac. Pero quizás más importante que esto es que este ritual de dedicar la práctica a los demás es central en el budismo mahayana y es considerada la clave del cultivo de la mente iluminada o bodhicitta, la mente búdica que es esencialmente compasión. Así que, ya sea que hagas una meditación o cualquiera de los rituales anteriores, puedes tomarte un minuto en el momento en el que mejor te sientes para dedicarle esa sensación a lo demás, ya sea a alguien que conoces o al mundo general (ayuda, sin embargo, tener una imagen concreta).

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