Un reciente estudio publicado en Nature ecology and evolution se ha centrado en la recuperación de partes esqueléticas de carpas en Asia oriental, para tratar de identificar las edades de muerte de los ejemplares y prácticas de selección de especies, y poder así deducir desde cuándo se practica la cría de la carpa común (Cyprinus carpio). Los restos encontrados en el yacimiento de Jiahu, en la provincia china de Henan, parecen indicar que la acuicultura de las carpas se practicaba ya hace 8.000 años.
En Jiahu ya se ha documentado la domesticación temprana del arroz y también la cría de cerdos, así como otros avances como la fabricación de bebidas fermentadas. Por estas razones, y por haber tenido un entorno con abundante agua, el equipo científico decidió realizar allí el estudio.
El equipo ha podido localizar restos óseos de carpas de tres momentos del Neolítico diferentes, en concreto 588 dientes faríngeos de carpa. Estos peces no tienen dientes en su boca, sino que los tienen en su faringe. A través de las dimensiones de estos dientes, los científicos han podido documentar los patrones de longitud de las carpas presentes en estos enclaves. Así, han observado que en los dos enclaves con una cronología más antigua solo hay evidencias de un único patrón de distribución de la longitud del cuerpo, con su punto máximo hacia la madurez de la carpa. Sin embargo, entre los restos datados entre 6200 y 5700 a.C. se observan dos patrones diferenciados, con un pico a 350-400 mm vinculado a la madurez sexual de los peces, y otro a 150-200 mm.
Este patrón doble se ha identificado por ejemplo en yacimientos japoneses de la Edad del Hierro, y se considera una evidencia de un sistema organizado para la cría de las carpas. Hasta ahora no se habían podido recoger este tipo de evidencias en China en el periodo Neolítico.
¿Por qué esos dos patrones de tamaño identificados? Esto se debe a que se realizarían gran cantidad de capturas para su procesado en conserva en los periodos de desove, pero a su vez algunas carpas serían mantenidas con vida en aguas confinadas, donde criarían de nuevo y se mantendrían por sus propios medios. Con la llegada del otoño se vaciarían los estanques y se capturarían el resto de peces, entre los que habría tanto adultos como inmaduros, por eso la presencia de carpas con dos patrones de tamaño.