Los últimos hallazgos sobre ciudades sumergidas bajo el mar que han desafiado totalmente nuestros conocimientos históricos y científicos, refuerza, más que nunca, la cita de Ricardo Sahade, biólogo de la UNC en la que decía: “Conocemos mejor la superficie de Marte que el fondo de los océanos”.
Si lo pensamos bien, esto resulta un poco triste. Es como aquel que se va a la casa del vecino a escudriñar y criticar, teniendo la suya por barrer y hecha un desastre.
Nuestros océanos no dejan de sorprendernos cada día, y no deja de ser un poco delirante que nos estemos planteando instalarnos en la luna y ni siquiera seamos capaces de explorar con eficacia las fosas abisales.
Bellezas bajo el mar
No se trata de un hallazgo casual, ni de una ciudad en ruinas que se tenga que reproducir como un puzle, estamos hablando de ciudades enteras sumergidas bajo el mar, por motivos, que en la mayoría de ocasiones nos son desconocidos.
Pueden haber estado en zonas que se hayan inundado durante miles de años debido al desplazamiento de los continentes… Pero… Demasiados peros para que todas hayan tenido el mismo destino.
Países tan distantes como Egipto, India, Cuba, Japón o Bolivia, poseen grandes edificaciones submarinas. Algunas encontradas después de haberse convertido en leyendas, otras en las que no se encuentra explicación lógica de cómo llegaron allí.
Hablamos de pirámides, templos y ciudades enteras, con construcciones e infraestructuras, en algunas ocasiones, mucho más avanzadas de las que encontramos en la superficie.
El hallazgo de estas joyas cuestionan fragmentos de nuestra historia, en la que todavía nos quedan muchas piezas por encajar.
Estos hallazgos encontrados, como por ejemplo la antigua Alejandría en Egipto, hacen plantearse a los científicos, la seria probabilidad de que la Atlántida citada por Platón exista realmente, y que sólo sea cuestión de tiempo que la hallemos.
Se cree que la Alejandría hundida frente a las costas egipcias es la ciudad que habitó la última reina de Egipto, Cleopatra. Su palacio, y sus grandes monolitos de granito rojo siguen en pie, desafiando el paso del tiempo.
El gobierno egipcio desestimo crear un museo bajo el mar, por el desastre ecológico que esto podría suponer. Esta ciudad, se supone que fue hundida por los maremotos y tsunamis que acabaron por dañar e inundar la zona.
Pero no sólo Alejandría es una de las maravillas que encontramos sumergidas, en el lago de Quiandao en China, encontramos sumergida la ciudad de Shi Cheng, o Ciudad del Dragón.
Su riqueza arquitectónica y su maravilloso estado de conservación la han convertida en una verdadera atracción turística.
Esta increíble obra arquitectónica es una metrópolis levantada por la dinastía Han Oriental, que el gobierno chino decidió hundir en 1959 para construir una central hidroeléctrica.
Auténticos misterios que desafían la historia
En los anteriores ejemplos encontramos que, aunque la belleza de estas ciudades sea abrumadora, y nos parezca increíble que algunas hayan sido sumergidas por la mano del hombre, existe una explicación para su ubicación y arquitectura.
Sin embargo, se han realizado hallazgos que desafían toda lógica. Uno de estos casos es el hallazgo de la ciudad del Golfo de Khambhat en la India.
Los oceonógrafos del Instituto Nacional de Tecnología Oceánica de la India, en 2002, encontraron por casualidad a 36 metros de profundidad los restos de una ciudad de grandes dimensiones, concretamente de 8×3 kilómetros de área.
Realizaron un estudio de la estructura de las edificaciones, casi todas en pie, por sonar, y les dejó petrificados el hallazgo.
Recuperaron diferentes fragmentos de materiales de todo tipo en posteriores expediciones, incluso restos humanos, como dientes o huesos. Mediante la prueba del carbono 14, estos retos fueron datados con unos 9.000 años de antigüedad.
Según estos datos, estaríamos hablando de la civilización más antigua del planeta, durante la segunda edad de hielo.
Según los conocimientos que poseemos de la historia, en esas fechas, apenas empezábamos a domesticar vacas y a moldear bastamente el fango, con la primitiva aparición de la alfarería.
Sin embargo, se encontró una ciudad con puentes, canales de agua, calles con adoquines, casas estructuradas… Calles rectas… Por lo que estaríamos hablando de un trazado urbanístico planificado.
Estaríamos hablando de un anacronismo que desmontaría todo lo que pensamos sobre nuestra evolución como seres humanos.
Está situada sobre una zona sísmica, lo que explicaría su hundimiento. No obstante, los interrogantes que abre este hallazgo no han sido contestados todavía.
En Japón encontramos otra estructura que está creando un gran desafío para la ciencia. Se trata del Monumento de Yonaguni Jima. Se descubrió en 1985 en Yonaguni, por el submarinista japonés Kijachiro Aratake.
Y, aunque estamos hablando de 36 años de su descubrimiento, todavía no se ha podido datar el origen ni la antigüedad del megalito.
Se trata de una estructura en forma de pirámide, que muchos científicos aseguran que la mano del hombre está detrás de su construcción, precisamente por la simetría de su posicionamiento y la perfección en los cortes.
Otros aseguran que se trata de una construcción natural… Pero si analizamos las imágenes, cuesta creer que la mano del hombre no se encuentre detrás.
La rama científica que asegura que fue realizada intencionadamente por el hombre, la datan de 10.000 años atrás. El problema de esta teoría es que, según su datación, debió de estar en tierra firme durante la segunda edad de hielo..
Por lo que la otra rama científica que desechó la idea de que los alienígenas creadores estuvieron entre nosotros tratan de imposible que la mano humana estuviese detrás de su construcción.
Otros aseguran que es uno de los monumentos realizados por extraterrestes en nuestra protohistoria.
Pero estos no son los únicos casos que encontramos que corresponden con un anacronismo, otro claro ejemplo son las megapirámides encontradas en el Caribe.
Aquí encontramos pirámides de gran tamaño, con piedras perfectamente talladas y encajadas para formarlas. Se trata de auténticas mega estructuras, rodeadas de calles rectas y de un trazado urbanístico perfectamente programado.
Además, se han encontrado inscripciones muy parecidas, sino iguales a las de las pirámides egipcias, lo que alimenta el misterio, ya que no sólo encontramos el anacronismo de una estructura datada en más de 6.000 años de antigüedad y su dificultad de construcción, sino que comparte un lenguaje que no debería compartir por ubicación.
Protección de las ciudades sumergidas
Ahora uno de los mayores problemas que se encuentran para su estudio y datación exacta es la destrucción a la que se enfrentan cada día este tipo de ciudades.
La UNESCO debería de protegerlas para su estudio científico, sin embargo, la pesca de arrastre, las anclas de los barcos, y en otros casos el turismo incontrolado está dañándolas seriamente, por lo que podríamos perder información importantísima que revele gran parte de las incógnitas que encontramos sobre nuestro pasado.
Muchas de ellas hundidas por fenómenos naturales, otras por las manos del hombre… Lo cierto es que el hecho de encontrarse bajo el mar o bajo lagos, protegidas con capas de lodo o arena, ha facilitado que muchos detalles se hayan salvado de la erosión y del paso del tiempo, y sería una pena que por la inconsciente mano del hombre estas piedras no pudiesen hablar.
Después de permanecer allí esperándonos durante miles de años, seguro que tienen mucho que contarnos.
Ciudades sumergidas que desafían nuestros conocimientos tecnológicos