Archivo de la categoría: CRISTIANISMO

QUE SON LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES

EL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES

El Evangelio de Lucas y el Libro de los Hechos de los Apóstoles son las dos partes de una obra con un único autor.

La expansión del cristianismo

El Libro de los Hechos de los Apóstoles que constituye la segunda parte de esta obra iniciada con el Evangelio de Lucas, describe laexpansión de la  Buena Noticia (del griego koiné) desde Jerusalénhasta Roma, capital del Imperio y centro del mundo conocido. El libro narra alguno de los episodios más significativos de esta expansión, y sirven para mostrar que el cristianismo tiene un proyecto universal. Se puede dividir en cuatro partes:
La primera parte, después de un prólogo en que se dirige al destinatario de la obra, Teófilo (Obispo de Antioquía), recoge las últimas instrucciones que Jesús resucitado dio a los apóstoles, la Ascensión, el retorno de los apóstoles a Jerusalén y el episodio de la elección de Matías como sucesor del apóstol Judas Escariote.
La segunda parte comienza con la venida del Espíritu Santo y el nacimiento de la Iglesia, y se centra en el desarrollo de la comunidad judeocristiana de Jerusalén. Acaba con la persecución en ésta ciudad y la muerte de Esteban, primer mártir de la Iglesia (quien en la comunidad cristiana de Jerusalén, se encargaba de atender las necesidades de las viudas y los pobres).
En la tercera parte, se narran los orígenes y el desarrollo de la comunidad cristiana de Antioquía. Destaca el episodio de laconversión de Saulo, el futuro apóstol Pablo.
La cuarta parte narra la misión de la Iglesia de Antioquía entre los paganos, llevada a cabo por Pablo en diversas fases. Al principio de esta parte destaca el llamado Concilio de Jerusalén, en que se resuelven las diferencias entre las comunidades cristianas de origen judío y las de origen griego. El libro termina con el último viaje de Pablo, cuando es conducido preso a Roma.

La conversión de Pablo

Entre los perseguidores de los discípulos de Jesús se encontrabaSaulo un joven judío nacido en Tarso (en la actual Turquía) que disfrutaba de la ciudadanía romana. Había estudiado la Ley judía, pero para él no había suficiente con cumplirla, sino que también era importante hacerla cumplir y castigar a los que no lo hacían.
El Libro de los Hechos de los Apóstoles narra que en plena campaña de persecución contra los cristianos, camino de Damasco, Saulo quedó deslumbrado por una luz que le cegó, cayó a tierra y escuchó la voz de Jesucristo, que le invitaba a reflexionar y a cambiar de actitud, explicándole que era Él a quien perseguía cuando buscaba a los cristianos para encarcelarlos.
Hechos 9:3-7: Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie.

 

Saulo quedó ciego hasta que llegó Damasco; allá salió a su encuentro un discípulo llamado Ananías, enviado por el Señor para imponerle las manos, hacerle recobrar la vista, y que se llenase del Espíritu Santo.
Hechos 9:17 Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.
El Señor quería que Saulo fuese el escogido para dar testimonio de Jesucristo resucitado a todas las naciones. Una vez bautizado, el futuro apóstol Pablo (cuando comienza a predicar a los no judíos, Saulo adopta el nombre romano de Pablo) pasó de ser perseguidor de cristianos a convertirse en uno de los difusores más importantes del cristianismo, predicando que Jesús es el Hijo de Dios.
Saulo y Ananías

 

Saulo es la forma griega del nombre hebreo Saúl, primer rey de los israelitas; por tanto, con este nombre se nos está informando que este personaje representa la tradición religiosa del pasado. El cambio del nombre de Saulo a Pablo pretende dejar claro que se ha producido un renacimiento, abandonando la antigua creencia y abrazando la nueva fe.
Ananías significa «el Señor se ha apiadado». Él es el instrumento que Dios utiliza en la conversión de Pablo.

La acción misionera de los apóstoles

La última parte del Libro de los Hechos de los Apóstoles narra la misión de evangelización de la Iglesia de Antioquía, de las personas no judías de diversos territorios del Imperio Romano, llevada a término por Bernabé y sobre todo por Pablo.

En una primera fase la Buena Noticia se anuncia por tierras de Chipre, Síria y Asia Menor; más tarde, por Macedonia y Grecia, y finalmente, por Roma, capital del Imperio.

 

http://elgrancielo.blogspot.com.es/

Encuentran Biblia que afirma que Jesús no fue crucificado

Encuentran Biblia que afirma que Jesús no fue crucificado

En el año 2000, una Biblia que posee el Evangelio de Bernabé fue descubierta y guardada en el Museo de Ankara.

Se trata de una edición con más de 1500 años de antigüedad y que intentó ser ocultada por el Vaticano. Esta Biblia posee el Evangelio de Bernabé que se acerca al Islam.

Bernabé, cuyo nombre original era José, fue discípulo de Jesús que lo acompañó en su recorrido. En su Evangelio pone en duda que Cristo «sea el hijo de Dios» y lo coloca en el lugar de ser «otro profeta más».

El texto, escrito en un dialecto del arameo tallado sobre hojas de cuero, tiene sus páginas negras debido a la acción del tiempo, ya que posee más de 1500 años de antigüedad según confirmaron los expertos.

El testamento de Bernabé indica que Jesús no habría muerto en la Cruz, sino que Judas Iscariote lo hizo en su lugar.

También pone el énfasis en que Jesús ascendió vivo a los cielos y que llamó a Pablo«el impostor».

Según este Evangelio, Jesús profetizó la llegada de Muhammed, quien fundaría el Islamismo 700 años después. El texto prevé la llegada del último Mesías islámico, hecho que no ha sucedido todavía.

Se cree que la Iglesia Católica en el Concilio de Nicea, seleccionó los evangelios que formarían parte de la biblia tal como se popularizó, suprimiendo algunos, entre ellos posiblemente el Evangelio de Bernabé, y otros tantos conocidos como«Evangelios del Mar Muerto».

http://www.espectador.com/cultura/298296/encuentran-biblia-que-afirma-que-jesus-no-fue-crucificado

Jesús nació “antes de Cristo”

Aunque, históricamente, es improbable que Jesucristo naciera un 25 de diciembre,  la fecha exacta del nacimiento del Mesías cristiano sigue siendo una cuestión muy discutida que entraña diferentes interpretaciones, desde los primeros siglos del cristianismo hasta hoy.

Aún así, es posible afirmar que, necesariamente, el nacimiento de Jesús tuvo que ocurrir antes del primer año de nuestra Era Cristiana.

Es decir y aunque suene paradójico, que Jesús habría nacido unos años “antes de Cristo”. Trataremos en este artículo de aclarar algunos conceptos para acercarnos a la fecha más exacta posible de la Natividad de Jesús. Necesitaremos aplicar un poco de sentido común en la interpretación de los textos bíblicos en los que desgraciadamente no se mencionan fechas, de ahí la dificultad añadida de nuestro propósito.

Nuestro calendario cristiano moderno estableció que Roma se fundó en el año 753 a.d.c. Este calendario que marca la nueva Era Cristiana data de, aproximadamente, un siglo después de la caída del Imperio Romano de Occidente (476 después de Cristo), y en su confección, está la base de unerror de cálculo, que ha durado hasta nuestros días.

El hecho de que Jesús naciera “antes de Cristo” es el resultado de un error que cometió en el año 533 el monjeDionisio el Exiguo, al hacer el cómputo del año primero de la era cristiana como el año 754 de la fundación de Roma (Ab Urbe condita), fecha esta demasiado tardía ya que Herodes murió en el 750 ab Urbe condita , es decir en el (4 a. C.)  cuando según Mateo pudo haber nacido el Dios cristiano.

En este artículo encontramos una fecha más probable para la Natividad que pudo ocurrir entre marzo o abril del año 5 a.d C.

 

 LOS APOLOGETAS COINCIDEN EN EL AÑO 2 A.C

Ya hemos dicho que en los textos bíblicos no se mencionan las fechas en las que pudo haber nacido el niño Jesús. Sin embargo hay muchas pistas que han conducido a algunos eruditos a determinar una fecha bastante aproximada del nacimiento de Jesús, basándose en las crónicas de algunos de los primeros pensadores cristianos. Estos Padres de la Iglesia también conocidos como Apologetas, fueron un grupo de personas que destacaron, por crear el pensamiento cristiano en oposición a los intelectuales profanos. Pero los Padres de la Iglesia no partían de cero ya que tuvieron delante  otras formas culturales como la judía y la literatura greco-romana. Destacamos a tres de ellos que coinciden en señalar el año 2 A.C como la fecha exacta.

Eusebio de Cesárea, obispo de Cesárea conocido como El Padre de la Historia de la Iglesia elaboró aquellos materiales de la cronología universal que vendría a ser la cronología de toda la Historia posterior de Europa hasta nuestros días.

Murió en el 339 de nuestra Era. Respecto al nacimiento de Cristo sitúa en el año 24 del reinado de Augusto y el 28 a partir del sometimiento de Egipto a la muerte de Marco Antonio y Cleopatra.

Para comprender esto, debemos tomar en cuenta que el año 42 del reinado deAugusto comienza a correr desde el otoño del año 2 AC hasta el otoño del año 1 AC.

Tertuliano, fue uno de esos pensadores además de prolífico escritor durante la segunda parte del siglo segundo que nació, vivió y murió en Cartago, en el actual Túnez. Tertuliano declara que Augusto comenzó a gobernar 41 años antes del nacimiento de Jesús y que murió 15 años después de ese evento.

Augusto murió el 19 de Agosto del año 14 DC, situándose entonces el nacimiento de Jesús en elaño 2 AC. Tertuliano hace notar, asimismo, que Jesús nació 28 años después de la muerte deCleopatra, en el año 30 AC, lo que es coincidente con la fecha del año 2 AC.

De Irineo de Lyon obispo de esta ciudad e importante opositor del pensamiento gnosticismo cristiano, nació aproximadamente un siglo después de Jesús, y de él nos interesa su interpretación histórica de que el Mesías cristiano nació en el año 41 del reinado de Augusto. Como Augusto inició su reinado en el otoño del año 43 AC, esto también apoya al año 2 AC como la fecha del nacimiento de Jesús.

¿Cuándo comenzó a celebrarse la Navidad

De los evangelios también se desprende que el propio Jesucristo nunca autorizó a sus discípulos la celebración de la Navidad. Así que durante los primeros tiempos del cristianismo, siguiendo el ejemplo de los apóstoles, ni la Iglesia, ni los primeros cristianos celebraron el nacimiento de Jesús como tal ya que en la Iglesia primitiva sólo celebraba la fiesta de Pascua. Hasta el siglo IV no se introdujo oficialmente la fiesta del Nacimiento del Mesías cristiano. En  este artículo sobre las Primeras Navidades Cristianas, encontraremos las claves de las primeras referencias a la celebración de la Natividad como fiesta eclesiástica.

LA FECHA MAS PROBABLE DEL NACIMIENTO DE JESÚS

Para tratar de acercarnos a la que pudo ser la fecha exacta del nacimiento de Cristo y de entender mejor estacuriosa cronología;  recordemos que en tiempos de Jesús, el calendario más común era el romano que contaba los años desde la fundación de Roma“Ad urbe condita“-. Nuestro calendario cristiano moderno estableció que Roma se fundó en el año 753 a.d.C. 

Este calendario que marca la nueva Era Cristiana data de aproximadamente un siglo después de la caída del Imperio Romano de Occidente (476 después de Cristo) y en su confección está la base de un error de cálculo que ha durado hasta nuestros días.

Los errores de cálculo de Dionisio ”Exiguo”

Fue Dionisio Exiguus, un monje menudo por auqello del mote, quien decidió basar este nuevo calendario en la fecha de la Natividad del Meszías Cristiano, pero se encontró con el problema de que él tampoco sabía a ciencia cierta cuando había nacido Jesús y, por tanto, se vió en la tesitura de tener que escoger una fecha mediante un proceso de cálculo y adivinanza.

El Exiguo fijó la fecha del nacimiento de Jesús en los últimos días del año 753 de la fundación de Roma (el 1 de Enero del año 754 sería el primero de la era cristiana cuando Jesús tendría en ese momento ocho días). Éste fue uno de sus serios “errores”.

Dionisio se había basado en la historia romana para calcular el año. Lo que hizo fue sumar los reinados de los emperadores de Roma hacia atrás en el tiempo. Este método de calcular fechas ya se había aplicado siglos antes para calcular fechas históricas egipcias a través de las duraciones de reinado de los faraones. Pero esta vez salió mal.

Los errores

En primer lugar, olvidó totalmente el año 0: Dionisio puso un calendario que saltaba directamente desde un año antes de Cristo a un año después de Cristo, sin nada en medio. A pesar de eso, este  fue solo el menor de los dos errores, Dionisio tuvo dos errores importantes en el cómputo de años:-el segundo fue mucho más importante.Cesar Augusto, emperador durante la Natividad, recibió el título de augusto (27 a.C.) pero también había gobernado  4 años bajo su nombre propio de“Octavio”. Fue un dato crucial que  que Dionisio no tuvo en cuenta. Así que La fecha y el año de la Navidad puestos por Dionisio el Exiguo en el año 525 después de Cristo estaba llena de errores.

Las aclaraciones de Antonio Piñero

Antonio Piñero, catedrático de la Universidad Complutense, especializado en Lengua y literatura del cristianismo primitivo dejaba su opinión al respecto enwww.tendencias21.net :

“Cierto día, Dionisio el Exiguo, mientras daba vueltas a sus cuestiones de cronología (había escrito ya varios libros de cronología de la Iglesia), tuvo una ocurrencia que le pareció absolutamente feliz:

¿por qué los cristianos tenían que contar sus años según el reinado de un emperador pagano, y encima un cruel asesino de los creyentes? ¿Por qué no numerar los años comenzando desde el momento en el que Jesús, el Salvador, había iniciado su vida terrena?

La idea le pareció acertadísima. Dionisio tomó como fecha de nacimiento de Jesús el 25 de Diciembre, fiándose de una tradición ya inveterada en su época. Por medio de estudios comparativos (el procedimiento usual) y retrocediendo en el tiempo, el Exiguo fijó la fecha del nacimiento de Jesús en los últimos días del año 753 de la fundación de Roma (el 1 de Enero del año 754 sería el primero de la era cristiana: Jesús tendría en ese momento ocho días). Éste fue su “error”.

De acuerdo con la cronología de Herodes el Grande que hemos mencionado, este rey murió en el 750 “Ad Urbe Cóndita”. Por tanto Jesús debió nacer en el 748 o 749, uno o dos años antes de la muerte del rey. De aquí –como dijimos- los cinco o seis años de diferencia… ¡que duran hasta hoy! Aparentemente, el monje Dionisio no se percató de su equivocación y entregó sus resultados al papa Julio I. La difusión de su obra Sobre la Pascua, comenzó a extender entre las gentes la nueva manera de computar el tiempo de acuerdo con la fecha del nacimiento de Jesús.”

LAS PISTAS DE LOS EVANGELIOS

EVANGELIO DE JUAN
Otro interesante enfoque del tema que relaciona el nacimiento de Jesús con el deJuan y que, se extrae de los Evangelios de Juan el Bautista nos lleva a este blog 144.000. net, en el que se extraen conclusiones sobre el otoño del año 2 a.d.C como la fecha exacta del nacimiento de Jesús, trasladamos un ejemplo;

[..Elizabet, la madre de Juan, era prima de María y la esposa de un sacerdote llamado Zacarías, quien era de la «clase» de Abías. (Los sacerdotes eran divididos en 24 clases y cada clase o turno, oficiaba en el Templo por una semana, de Sabbat -el sábado judío- a Sabbat.) Cuando el Templo fue destruido por Tito el 5 de Agosto del año 70 DC, la primera clase de sacerdotes acababa de comenzar su servicio. Dado que el curso de Abías era el octavo, podemos rastrear hacia atrás y determinar que Zacarías terminó su servicio el 13 de Julio del año 3 AC. Si el nacimiento de Juan se efectuó 280 días después, debió haber sucedido entre el 19 y el 20 de Abril del año 2 AC, precisamente para la Pascua de ese año.

El nacimiento de Juan y el de Jesús estuvieron separados por 5 meses. Por lo tanto, de nuevo tenemos como resultado el otoño del año 2 AC que sería en realidad el año «0”“, como fecha probable del nacimiento del Divino Maestro.

Para concluir: Elizabet se recluyó por cinco meses y entonces el Ángel Gabriel anuncia a María, tanto la condición de Elizabet así como que María daría a luz un hijo que se llamaría Jesús. Maria fue «de prisa» a visitar a Elizabet, quien se encontraba en ese momento en la primera semana de su sexto mes de embarazo, en la cuarta semana de Diciembre del año 3 A.C. Si Jesús nació 280 días después, esto sitúa su nacimiento entre 29 de Septiembre,  y el 15 de octubre del año 2 A.C. que en realidad seria el año «0»…]

LA MUERTE DE HERODES

EVANGELIO DE MATEO

En el evangelio de Mateo existe un dato revelador sobre el nacimiento de Jesús que ubica en época del rey Herodes. Por otro lado el historiador Josefo dice queHerodes el Grande, rey de Judea murió poco después de un eclipse en la noche del 12 al 13 de marzo, un mes antes de la Pascua. Si buscamos referencias próximas tenemos que en el 750 ab Urbe condita (4 a. C.) hubo un eclipse en la noche del 12 al 13 de marzo, un mes antes de la Pascua.

Como Herodes mandó a matar a los niños menores de dos años (Mt 2,16) es posible datar el nacimiento de Jesús dos años antes de la muerte de Herodes (7-6 a. C.), lo que estaría de acuerdo con la información que nos trae el evangelista Lucas cuando nos dice que Jesús tenía alrededor de treinta años en el año 15 del reinado de Tiberio César (octubre 1 del 27 d. C hasta el 30 de septiembre del 28).

CONCLUSIONES

  • En 2004 se publicaron unas declaraciones significativas al respecto en periódico del Vaticano, “L`Osseervatore Romano”:

“Históricamente, la verdadera fecha del nacimiento de Jesús permanece bajo un velo de incertidumbre que no han podido levantar ni la historia romana, ni el censo imperial de aquella época, ni la investigación de siglos posteriores…”

  • Fué el reconocimiento público de la Iglesia sobre la falta de rigor histórico del momento de la venida al mundo del Mesías cristiano.
  • ¿Jesús nació ¿3.000 años antes de Cristo? Otros eruditos escritores van todavía más lejos, como Llogari Pujol, teólogo y antiguo sacerdote. Autor del libro “Jesús 3.000 años antes de Cristo” En el blog La Matrix Holografica, encontramos  información suficiente sobre sus transgresoras teorías.

Después de lo expuesto en este artículo podemos concluir diciendo que;

El hecho de que Jesús naciera “antes de Cristo” es el resultado de un error que cometió en el año 533 el monje Dionisio el Exiguo, al hacer el cómputo del año primero de la era cristiana como el año 754 de la fundación de Roma (ab Urbe condita), fecha demasiado tardía ya que Herodes murió en el 750.

Entre Lucas y Dionisio, encontramos una fecha más probable para la Natividad de Cristo que pudo producirse entre  el mes de marzo o abril del año 5 A.d. C.

http://arquehistoria.com/jesus-nacio-antes-de-cristo-3859

 

 

Romero, un mártir con un mensaje vivo para El Salvador, un país consumido por la muerte

Mural de Óscar Romero
A 35 años de su asesinato, Óscar Romero será beatificado en San Salvador el sábado.

Óscar Romero es Dios.

Omnipresente en las calles de San Salvador, a horas de su esperada beatificación el sábado, la capital del país respira aires de momento histórico.

Para los católicos, para los seguidores del arzobispo asesinado mientras oficiaba misa en 1980, se trata de una instancia en la que se pagará una vieja deuda.

Lea: ¿Quién era Óscar Romero, el arzobispo cuya canonización fue prohibida por el Vaticano?

También dicen que, hasta quizá se trate de un gesto casi innecesario.

Para ellos Romero ya fue santo, un paso posterior al de ser beato, desde el instante en que una bala disparada por un francotirador de extrema derecha le llegó al corazón.

«La iglesia fue muy exigente, muy burocrática. Monseñor Romero ya era santo, ya es santo para nosotros, le dice Lilián a BBC Mundo mientras atraviesa la plaza frente a la catedral de la capital salvadoreña.

Rosarios de Monseñor Romero a la venta en San Salvador
Se espera que al menos 250.000 personas asistan a la ceremonia de beatifcación.

Los sectores más conservadores de la Iglesia en el Vaticano fueron bloqueando a lo largo de los años el proceso de beatificación de Romero.

Recién en febrero pasado, tras la decisión de Francisco, el primer papa latinoamericano, de declarar a Romero «mártir», de haber sido asesinado «en odio a la fe», se abrió la puerta a que fuera beatificado sin que se compruebe que haya realizado un milagro.

«Este país necesita a Romero»

En la cripta de la catedral yacen los restos del hombre que con sus homilías desafiaba al régimen militar de la época y la represión, que acercó a la Iglesia al pueblo.

Un hombre rasga las cuerdas de su guitarra y canta: «Pero lo que más duele es que sigue la impunidad, pero de la justicia divina no podrán escapar».

El asesinato de Romero sigue impune, los responsables amparados en una ley de amnistía.

Pintura de Romero en San Salvador
Romero fue declarado «mártir» en febrero por el Vaticano y eso dio paso a su beatificación.

Heridas que no cierran en un país con una de las tasas de homicidios más altas de mundo, consumido por los enfrentamientos entre pandillas.

Unas 70.000 personas murieron en los 12 años de guerra civil, que comenzó poco después del asesinato de Romero y culminó en 1992.

Es la cantidad de muertos en crímenes violentos que ha sufrido El Salvador desde entonces.

«Este país necesita muchísimo a Romero, sus homilías, si él estuviera estaría intercediendo, haciendo algo para parar la delincuencia que hay en El Salvador», asegura Elvira, quien llegó a la cripta a rezarle a Monseñor.

Un país que también mantiene profundas divisiones a nivel político y divergencias en lo religioso.

Basta darse una vuelta por el centro de la capital para comprobar que, aunque presente, Romero no es bien visto por todos.

Lea: Monseñor Romero: el arzobispo que no necesitó al Vaticano para ser santo

«Soy de ultraderecha, no te va gustar lo que voy a decir sobre él», dice un hombre y acelera el paso.

Con los pobres

En la primera fila de la conferencia «Así matamos a Romero», que este jueves organizó la Universidad Centroamericana, estuvo uno de los dos hermanos de Romero que todavía viven.

A sus 85 años, Gaspar, se va caminando lentamente y con ayuda.

Gaspar Romero
Si estuviera vivo, seguiría en el mismo trabajo, seguiría pensando en los pobres, en los pobres hasta las últimas consecuencias», dice su hermano Gaspar.

Demora varios minutos en salir del auditorio de la universidad.

Debe posar para decenas de fotos con jóvenes. Todos quieren un poquito de Romero, de algún Romero.

«Desde pequeño era humilde. Si estuviera vivo, seguiría en el mismo trabajo», le dice BBC Mundo sobre su hermano fallecido a los 62 años.

«Seguiría pensando», añade, «en los pobres, en los pobres hasta las últimas consecuencias».

Recuerda Gaspar que Óscar ya no es salvadoreño, sino del mundo. «Es el santo de los pobres. Y es importante que su memoria se mantenga viva».

Mensaje para el país de hoy

Otro que conoció de cerca a Romero tiene un mensaje similar.

Monseñor Jesús Delgado, vicario general de la arquidiócesis de El Salvador, amigo y biógrafo oficial de Romero y vocero de la beatificación, lógicamente vive días ajetreados.

Lea también: El Salvador: Romero, el hombre y el mito

Pero en un banco de la Iglesia San José de la Montaña, donde el exarzobispo estudió como seminarista, Delgado recibe a BBC Mundo.

Jesús Delgado
Para Jesús Delgado, vicario general de la arquidiócesis de El Salvador, el mensaje de Romero era el de la «conversión radical del ser humano y de la sociedad».

«Las raíces del mal en El Salvador, y en América Latina, es la cultura del servilismo, y de allí brota la violencia», asegura.

Ahora, dice, es peor que en la época de Romero, su mensaje era el de la «conversión radical del ser humano y de la sociedad».

Es por ello que para Delgado su mensaje aún es necesario para unir al país y superar la crisis de violencia que lo afecta, un mensaje que en el pasado también se ha enunciado desde el Vaticano.

De vivir, «seguiría siendo el profeta, el profeta del camino del diálogo y el entendimiento, para que El Salvador sienta que es un pueblo que camina junto, las diferencias sociales en el país son enormes».

Óscar Romero
Unas 70.000 personas murieron en los 12 años de guerra civil, que comenzó poco después del asesinato de Romero y culminó en 1992.

A menos de 500 metros de allí, en la Plaza Salvador del Mundo se deja todo listo para el evento del sábado, al que se espera asistan al menos 250.000 personas.

Junto a ella, en el monumento a Óscar Romero, un puñado de hombres cortan el césped y plantan las últimas flores.

«Es un honor decorarle la estatua, habló por nosotros los pobres», señala Elisandro.

«Es histórico, una reivindicación», añade otro devoto de «San Romero de América». «Se siente un regocijo, hay que recordarlo».

http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2015/05/150522_el_salvador_beatificacion_oscar_romero_mensaje_jp

¿Es Jesús un mito? ¿Es Jesús solo una copia de los dioses paganos de otras antiguas religiones?

Hay un número de voces reclamando que los relatos de Jesús como se registran en el Nuevo Testamento, son simplemente mitos y fueron el resultado de escritores que copiaron historias de la mitología pagana, tales como las historias de Osiris, Dionisio, Adonis, Atis, y Mitra. El reclamo es que estas figuras mitológicas tienen esencialmente la misma historia que la que el Nuevo Testamento describe de Jesucristo de Nazaret. Como declara Dan Brown en ‘El Código Da Vinci’ “Nada es original en el cristianismo.”

Sin embargo, una vez que los hechos son examinados, la supuesta relación entre el Nuevo Testamento y la mitología es fácilmente probada como falsa. Para descubrir la verdad acerca de estas afirmaciones en particular y otras como ellas, es importante (1) desenterrar la historia detrás de las afirmaciones. (2) examinar los retratos históricos verdaderos de los falsos dioses que se comparan con Cristo (3) exponer los errores lógicos en los que están incurriendo los autores y (4) analizar por qué los evangelios del Nuevo Testamento pueden ser altamente confiables en presentar con exactitud al histórico y verdadero Jesucristo.

Primero, las afirmaciones de que Jesús fue un mito o una exageración, se originaron por los escritos de algunos teólogos liberales alemanes del siglo XIX. Ellos esencialmente afirmaban que el cristianismo no es más que una copia de un culto extendido sobre la muerte y resurrección de dioses de la fertilidad en varios lugares – Tammuz en Mesopotamia, Adonis en Siria, Atis en Asia Menor, y Osiris en Egipto. Ninguno de estos escritos llegaron jamás al ámbito académico o al pensamiento religioso, debido a que sus afirmaciones fueron investigadas por eruditos que determinaron ser totalmente infundadas. Fue solo hasta finales del siglo XX y principios del XXI, que estas aseveraciones han resurgido, primeramente debido al incremento del Internet y la distribución masiva de información que no tiene ningún fundamento histórico o confiable.

Esto nos lleva a la siguiente área de investigación – ¿Los dioses mitológicos de la antigüedad, reflejan realmente a la persona de Jesucristo? Como ejemplo, la película Zeitgeist, hace estas declaraciones acerca del dios egipcio Horus:

• Él nació de una virgen el 25 de diciembre – María Isis
• Una estrella en el oriente proclamó su llegada
• Tres reyes vinieron a adorar al “salvador” recién nacido
• Se convirtió en un maestro niño prodigio a la edad de 12 años
• A la edad de 30 años fue “bautizado” y comenzó un “ministerio”
• Horus tuvo doce “discípulos”
• Horus fue traicionado
• Él fue crucificado
• Él fue sepultado por tres días
• Él resucitó después de tres días

Sin embargo, cuando los verdaderos escritos acerca de Horus son examinados de manera competente, esto es lo que encontramos:

• Horus nació de Isis; no hay mención en la historia de que ella haya sido llamada “María.” Es más, María es nuestro anglicismo de su nombre real que era “Miryam” o Miriam. “María” ni siquiera se utilizó en los textos originales de la Escritura.

• Isis no era una virgen; ella era la viuda de Osiris, y concibió a Horus con Osiris.

• Horus nació durante el mes de Khoiak (Oct/Nov), no diciembre 25. Además, no hay mención en la Biblia de que esa sea realmente la fecha de nacimiento de Cristo.

• No hay registro de tres reyes visitando a Horus en su nacimiento. La Biblia nunca establece el verdadero número de magos que fueron a ver a Cristo.

• Horus no es un “salvador” en ninguna forma o de ninguna manera. Él no murió por nadie.

• No hay registros de que Horus haya sido un maestro a la edad de 12 años.

• Horus no fue “bautizado.” El único relato de Horus que incluye agua, es una historia donde Horus es cortado en pedazos, con Isis pidiéndole al dios cocodrilo que lo pescara y lo sacara del agua donde fue puesto.

• Horus no tuvo un “ministerio.”

• Horus no tuvo 12 discípulos. De acuerdo a los relatos sobre Horus, él tenía cuatro semi-dioses que fueron seguidores y algunos indicios de 16 seguidores humanos, y un número desconocido de herreros que entraron en batalla con él.

• No hay relatos de Horus siendo traicionado por un amigo.

• Horus no murió por crucifixión. Hay varios relatos de la muerte de Horus, pero ninguno de ellos implica la crucifixión.

• No hay relato alguno de que Horus fuera sepultado por tres días.

• Horus no resucitó. Tampoco hay relatos sobre Horus saliendo de la tumba con el cuerpo con que fue sepultado. Algunos relatos mencionan a Horus/Osiris siendo vuelto a la vida por Isis y llegando a ser el señor del inframundo.

Así que, cuando se comparan paralelamente Jesús y Horus, existe muy poca o ninguna semejanza entre ellos. Otra comparación popular hecha por aquellos que aseguran que Jesucristo es un mito, es entre Jesús y Mitras. Todos los reclamos anteriores concernientes a Horus son aplicados a Mitras (p.ej. Nacido de una virgen, siendo crucificado, resucitando en tres días, etc.) Pero ¿qué es lo que dicen verdaderamente los textos antiguos acerca de Mitras?

• Él nació de una roca sólida y no de ninguna mujer.

• Él luchó primero con el sol y luego con un toro salvaje, se cree que fue el primer acto de la creación. Mitras mató al toro, el cual se convirtió luego en la tierra de la vida para la raza humana.

• El nacimiento de Mitras se celebraba el 25 de diciembre, junto con el solsticio de invierno.

• No hay mención de que haya sido un gran maestro.

• No hay mención de que Mitras tuviera 12 discípulos. La idea de que Mitras tuvo 12 discípulos pudo haber provenido de un mural en el cual Mitras se encuentra rodeado por los doce signos del zodíaco.

• Mitras no tuvo una resurrección corporal. Se cuenta el mito de que Mitras concluyó su misión terrenal, y luego fue llevado también vivo al paraíso en un carruaje. Tertuliano, uno de los primeros escritores cristianos, escribió acerca de los creyentes de Mitras, quienes promulgaron escenas de la resurrección, pero él aclaró que esto ocurrió mucho después de los tiempos del Nuevo Testamento, así que si alguien copió este hecho, fue el culto de Mitras, quienes lo copiaron del cristianismo.

Se pueden dar más ejemplos sobre Krishna, Atis, Dionisio y otros dioses mitológicos, pero el resultado es el mismo. Al final, el Jesús histórico retratado en la Biblia, es totalmente único. Las similitudes alegadas son demasiado exageradas. Además, hay muy poco registro histórico sobre las religiones y creencias de Horus, Mitra y otras religiones anteriores al cristianismo. La gran mayoría de los escritores primitivos sobre estas religiones datan del siglo tercero o cuarto d.C. Es ilógico y anti-histórico alegar que las creencias pre-cristianas de estas religiones (de las cuales no hay registros), sean idénticas a las creencias post-cristianas de estos grupos (de lo cual sí hay registro). Es más válido históricamente atribuir cualquier similitud entre estas religiones y el cristianismo, a la copia de estas religiones de las creencias cristianas acerca de Jesús, y asignándole esos atributos a sus propios dioses/salvadores/fundadores, en un intento por detener el rápido crecimiento del cristianismo.

Esto nos lleva a la siguiente área por examinar: las lógicos errores cometidos por aquellos que alegan que el cristianismo tomó ideas de misteriosas religiosas paganas. Dos errores en particular son obvios – el error de la causa falsa y el de la terminología. Si una cosa precede a otra, no significa que la primera causara la segunda. Este es el error de la causa falsa. Aún si las primeras narraciones pre-cristianas de dioses mitológicos se asemejaran a las de Cristo (y no es así), no significa que ellas ocasionaran que los escritores del Evangelio inventaran a un Jesús falso. El asegurar tal cosa, sería como decir que las series de televisión de Star Trek fueron la causa por la que se hizo el programa del “Space Shuttle” de la NASA.

El error terminológico ocurre cuando los términos son redefinidos para probar un punto, cuando de hecho tales términos no significan la misma cosa cuando son comparadas con su fuente. Así tenemos por ejemplo, que la película Zeitgeist, dice que Horus “comenzó su ministerio,” pero realmente Horus no tuvo ministerio alguno – nada como el ministerio de Cristo. Aquellos que aseguran que Mitras y Jesús son lo mismo, hablan acerca del “bautismo” que inició a los adeptos en el culto a Mitras, pero ¿realmente que era? Los sacerdotes de Mitras (usando un ritual también elaborado por los seguidores de Atis), suspendían a un toro sobre un pozo, colocando a aquellos que querían unirse al culto dentro del pozo, y luego abrían el estómago del toro, que cubría con sangre a los iniciados. Tal cosa no tiene semejanza alguna con el bautismo cristiano – donde la persona es sumergida por segundos en el agua (simbolizando la muerte de Cristo) y luego sacada del agua (simbolizando la resurrección de Cristo). Pero los partidarios de la posición del Jesús mitológico, engañosamente utilizan el mismo término para describir ambos con la esperanza de ligar a los dos.

El último asunto por examinar sobre este tema, es la veracidad misma del Nuevo Testamento. Mientras que muchos han escrito sobre este tópico, ningún trabajo de la antigüedad tiene más evidencia con respecto a la veracidad histórica, que el Nuevo Testamento. El Nuevo Testamento tiene más escritores (nueve), mejores escritores, y escritores primitivos que cualquier otro documento de esa época. Además, la historia testifica el hecho de que estos escritores enfrentaron la muerte por proclamar que Jesús había resucitado de los muertos. Mientras que algunos pudieran morir por una mentira que ellos creen ser verdad, ninguna persona muere por una mentira que sabe que es falsa. Piensen en ello – si alguien te fuera a crucificar volteado de cabeza, como le sucedió al apóstol Pedro, y todo lo que tuvieras que hacer para salvar tu vida, es renunciar a una mentira que conscientemente has estado viviendo, ¿qué harías?

Además, la historia ha demostrado que se requieren al menos dos generaciones antes que el mito pueda entrar en un relato histórico. ¿Por qué? Porque los testigos presenciales pueden refutar un error que ha sido impreso. Aquellos que vivían en ese tiempo, pudieron refutar los errores del autor y exponer la obra como falsa. Todos los Evangelios del Nuevo Testamento fueron escritos durante el tiempo en que vivían los testigos presenciales, con algunas de las epístolas de Pablo siendo escritas tan tempranamente como el año 50 d.C. Esa fecha tan temprana funciona como la clave de un mecanismo protector en contra de cualquier mentira que fuera aceptada o proclamada.

Finalmente, el Nuevo Testamento atestigua el hecho de que la imagen de Jesús no se confunde con la de ningún otro dios. Cuando se enfrentaron a las enseñanzas de Pablo, la elite de los pensadores de Atenas dijeron esto: “También disputaban con él algunos de los filósofos epicúreos y estoicos. Y algunos decían: ¿Qué quiere decir este palabrero? Y otros: Parece ser un predicador de divinidades extrañas – porque les predicaba a Jesús y la resurrección. Lo tomaron y lo llevaron al Areópago, diciendo: ¿Podemos saber qué es esta nueva enseñanza que proclamas? Porque te oímos decir cosas extrañas; por tanto, queremos saber qué significan.” (Hechos 17:18-20). Es claro que si las enseñanzas sobre Jesús fueran simplemente el repaso de las historias de otros dioses, los atenienses no se hubieran referido a ellas como “nuevas” enseñanzas. Si la muerte y resurrección de los dioses fueran comunes en el primer siglo, ¿por qué entonces cuando Pablo le predicó sobre la resurrección de Jesús de los muertos enHechos 17, los epicúreos y los estoicos no comentaron, “Ah, ¿al igual que Horus y Mitras”?

En conclusión, los alegatos de que Jesús no es mas que una copia de los dioses mitológicos originado por los autores cuyas obras han sido descontinuadas por la academia, contienen errores de lógica que minan su veracidad, y no pueden compararse con los Evangelios del Nuevo Testamento, los cuales han resistido cerca de 2,000 años de intenso escrutinio. Los paralelos alegados desaparecen cuando son comparados con los textos originales históricos. Las similitudes entre Jesús y los diferentes dioses mitológicos solo pueden ser discutidos por el empleo de descripciones selectivas y engañosas.

Jesucristo permanece como único en la historia, con su voz elevándose por encima de todos los falsos dioses, y haciendo aún la pregunta que determinará el destino eterno de cada persona: “Y vosotros, ¿Quién decís que soy yo?” (Mateo 16:15)

http://www.gotquestions.org/Espanol/mito-de-Jesus.html#ixzz3al1GmTZA

El obispo más violento de Colombia puede acabar de santo

Monseñor Miguel Ángel Builes forma parte de la lista de ocho sacerdotes y tres monjas colombianos que hacen cola en el Vaticano para lograr la canonización.

Para Monseñor Builes, obispo de Santa Rosa de Osos, resultaba aberrante que las mujeres llevaran pantalones, montaran a caballo y usaran minifalda.
Eran demoníacos los carnavales, los reinados, los boleros de Daniel Santos y el mambo de Pérez Prado.

El cine no era más que “uno de los medios más eficaces de dañar las almas si no se le pone cortapisa” y la radio sólo era uno de los tantos vasos comunicantes de Satán.
 Los bailes fomentaban la fornicación y el bambuco “era un invento pagano”.
Era pecado estar a la moda, leer el Tiempo, y sobre todo ser liberal.
Sus convicciones las volvía manual de comportamiento público desde el púlpito.
 Su fanatismo religioso con frases como “un campesino colombiano debe ser un soldado de Dios encargado de combatir el ateísmo liberal” o “Los obispos que no defenestran desde el púlpito la apostasía roja no son más que unos perros echados” con la que polarizó aún más la violencia bipartidista que azotó el país entre los años 1946 y 1964 y que dejó más de 200 mil muertos, parece terminará premiado cincuenta años después en el Vaticano con su eventual canonización.
La iniciativa de elevarlo a la santificación provino de la Hermana Nora de Jesús Gómez Vargas, teóloga de la congregación de Hermanas Misioneras de Santa Teresita de Jesús, fundada por el propio Builes quien también creo las Misiones extranjeras de Yarumales, una sólida orden religiosa con presencia en muchos países del mundo especialmente en Africa.
 Lo postularon ya hace treinta años en un proceso que arrancó vigoroso pero que languideció cuando no lograron demostrar fácticamente el milagro que necesitaban para que ascendiera a la condición de beato. Su vida de cruzado entregada desde los años 40 y 50 a la lucha por la prevalencia del catolicismo sobre apostasías como el liberalismo, el progreso, el protestantismo, los derechos de las mujeres o el comunismo con epicentro en el Norte de Antioquia, tuvo como recompensa la declaratoria de Siervo de Dios. Se le premiaron las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad), las cardinales (fortaleza, prudencia, templanza y justicia) y el desprendimiento de cualquier deseo carnal.
La postulación llegó a Roma respaldada por una delegación de coterráneos defensores de la vida y obra de Miguel Angel Builes. Los feligreses dieron fe de sus horas de sueño sobre un duro catre, la austeridad con que se movía sin apoyo alguno y los largos ayunos de pan y agua así como la generosidad con la que mantenía las puertas de la casa cural abierta para los más necesitados: era el obispo de los más pobres.
Después de más de una década en la que poco o nada se oyó de monseñor en Roma, las Hermanas Misioneras de Santa Teresita de Jesús de la sede de Medellin retomaron el tema. Decididas a sacar adelante su propósito conformaron una delegación de notables compuesta por José Alberto Ossa Soto, actual obispo de Santa Rosa, el presbítero José del Rosario Jiménez Rangel, la Reverenda Madre Julia Matilde Pérez Arango para retomar el mensaje y llevarlo con más ahínco a Roma. Los despidieron el 16 de octubre del 2013 con un gran acto en el auditorio Pablo Tobón Uribe presidido por la imagen de monseñor Builes y colmado de feligreses con estampitas del Siervo de Dios. El evento fue la ocasión para presentar un nuevo libro de mil páginas sobre su vida y obra que sería el sustento de la solicitud con la que la delegación tocaría las puertas de los ocho sabios que tienen en sus manos las canonizaciones en el Vaticano. Llegaron a Roma en enero del 2014 y después de un año de estudio confían en que las buenas noticias llegarán en cualquier momento.
Su condición de Siervo de Dios es el primer peldaño de un recorrido que tiene, según la ultima actualización de normas de 1901, tres pasos. Le sigue la declaratoria de Beato para la cual sus postulantes deberán probar algún milagro. Los milagros siempre están relacionados con la vida y la muerte,razón por la cual en el vaticano hay un comité de médicos y teólogos encargado de valorarlos. Un segundo milagro es la condición para la canonización definitiva, tal como ocurrió con la Madre Laura a quien le fue aceptado la curación del médico Carlos Eduardo Restrepo ocurrida hace ocho años.
El escenario del Vaticano ha cambiado en un punto a favor de la pretensión de los colombianos: la llegada del embajador Gullermo Leon Escobar. Este Sociólogo nacido en Armenia, con un PHD en Filosofía y letras de la universidad de Bonn y teólogo de la Universidad Pontificia de Medellín, es un curtido diplomático conservador, conocedor de los intríngulis de la santa sede, quien ya representó a Colombia en el Vaticano durante los gobiernos de Andrés Pastrana y Alvaro Uribe, periodo durante el cual, y gracias quizás a la cercanía con Juan Pablo II, le imprimió ritmo a la canonización de la madre Laura Montoya y la de los otros doce colombianos que junto a Builes hacen cola en el Vaticano.
Se trata de siete sacerdotes colombianos beatificados por Juan Pablo II el 25 de octubre de 1992 junto a otros 71 mártires de la Orden de los Hermanos Hospitalarios quienes fueron unos de los 4.100 sacerdotes seculares, 2.300 religiosos y 283 monjas asesinados en los tres años que duró la Guerra Civil Española. Los colombianos Juan Bautista Velásquez , 1909 Jardín Antioquia; Eugenio Ramírez Salazar, 19131 Ceja, Antioquia; Arturo Ayala Niño, 1909 Paipa Boyacá; Fray Melquíades Ramírez , 1909 en Sonson Antioquia; Esteban Maya Gutiérrez nacido en 1907 en Pácora, Caldas; Gaspar Páez nacido en 1913 en la Unión, Huila y Rubén de Jesús López nacido en 1908 en Concepción, Antioquia, habían llegado a Ciempozuelos, una localidad a treinta kilómetros de Madrid, a trabajar en un manicomio en 1935. Un año después, cuando estalla la guerra civil, un escuadrón comunista los detiene y los lleva a una cárcel en Madrid. Las gestiones del embajador de Colombia permiten la excarcelación de los siete religiosos y los remite en tren a Barcelona para que tomen un barco de regreso al país, con tan mala suerte que en mitad del trayecto son detenidos por agentes de la FAI (Federación Anarquista Española) y sin juicio previo son fusilados en el año 1936.
Una, monja Gabriela de San Martin, nacida en Firavitoba Boyacá está en busca de alcanzar el segundo paso hacia la canonización. La religiosa perteneció a la orden de las Hermanas Dominicas de Santa Catalina de Sena. La madre Gabriela dedicó su vida a la educación y a trabajar por el noviciado para enriquecer la orden en Colombia. Las hermanas de la comunidad están empeñadas en avanzar y el pasado mes de abril la hermana Sor Clara Emilia Vásquez Pinzón viajó a Roma a entregar los documentos que sustentan tres de los milagros que se le atribuyen Gabriela de San Martin con la esperanza de que pasen la prueba en el Vaticano.
Otra religiosa Maria Brenice, fundadora de la Congregación Religiosa Hermanitas de la Anunciación, ha comenzadpo a recorrer el camino a la santidad. Buena parte de su vida la pasó en Salamina, Caldas, donde su papá era un poderoso terrateniente pero concluyó su trabajo humanitario en Medellin donde murió en 1993.
Pero sin duda quien más opcionado en este competido camino hacia la canonización en la iglesia está es el Beato Mariano de Jesús Euse Hoyos,nacido en Angostura, también en el norte de Antioquia. El 3 de marzo de 1990 Juan Pablo II lo nombró patrono de la paz para Colombia, así que el esfuerzo del embajador Guillermo Leon Escobar será canalizar el impulso que le dio el Papa porque sin duda el popular Marianito sería el mejor compañero de la madre Laura en el santoral colombiano.

http://carlosagaton.blogspot.com.es/2015/05/el-obispo-mas-violento-de-colombia.htmlhttp://carlosagaton.blogspot.com/

MENTIRAS FUNDAMENTALES DE LA IGLESIA CATÓLICA

Biblia

Según el libro de Pepe Rodríguez «Mentiras fundamentales de la Iglesia católica», si leemos la biblia nos encontraremos con:
EN LA BIBLIA SE MUESTRA QUE:

 

• Dios no cree en la supervivencia postmortem de los humanos, ni en el infierno.
• Moisés no fundó el monoteísmo, ya que él y su pueblo fueron monólatras.
• Los Diez mandamientos originales no son los mismos que afirma la Iglesia.
• El culto a las imágenes está absolutamente prohibido y se las califica de «espantajos de melonar».
• Los apóstoles no creyeron en la «Inmaculada Concepción» de María (dogma que no fue impuesto hasta 1854) ni en la personalidad divina de Jesús (decretada el año 325).
• María, tras alumbrar a Jesús, ofreció un sacrificio expiatorio porque era impura según la Ley de Dios.
• María, la madre de Jesús, tuvo como mínimo siete hijos.
• Jesús fue un judío, fiel cumplidor de la Ley hebrea, que jamás instituyó, ni quiso, ninguna nueva religión ni Iglesia. Jesús nunca fue cristiano ni, menos aún, católico.
• Jesús predicó que el «fin de los tiempos» era inminente, pero se equivocó.
• Jesús prohibió explícitamente el sacerdocio profesional.
• Jesús elevó a la mujer al rango de igualdad con el hombre y la hizo protagonista de algunos de los pasajes más fundamentales de su vida.
• Jesús no habló jamás de la doctrina de la «Santísima Trinidad».
• Jesús fue ejecutado cuando tenía entre 41 y 45 años, no a los 33.
• Jesús no pasó tres días y tres noches en su sepulcro, sino ¡un día y medio!, incumpliendo así su profecía más famosa.
• Los apóstoles no creyeron en la resurrección de Jesús (y sus relatos son muy incoherentes entre sí).
• Jesús negó toda posibilidad de que pudiera volver al mundo tras su muerte (siendo imposible, por tanto, su presencia «real y verdadera» en el «sacrificio de la misa»).
• La figura del Papa es contraria a lo que predicó Jesús y Pedro jamás fue obispo de Roma.
• San Pablo afirmó que «Dios no habita en templos hechos por la mano del hombre».
• Los sacerdotes deben ser «maridos de una sola mujer».

MEDIANTE EL ANALISIS HISTORICO Y CIENTIFICO DE LOS TEXTOS BIBLICOS SE MUESTRA QUE:

 

• Moisés no es el autor de ninguno de los cinco libros básicos de la Biblia.
• Los libros de los profetas fueron redactados por otros y las «profecías» o no eran tales o fueron incluidas una vez sucedidos los hechos anunciados.
• La imagen del Dios judeocristiano actual fue creada por Esdras.
• Tres de los cuatro Evangelios no son obra de apóstoles sino de autores que jamás conocieron a Jesús.
• Los Evangelios, escritos en fechas y regiones distintas, se contradicen en casi todo lo fundamental.
• La mitad de las influyentes Epístolas de San Pablo no fueron escritas por él.
• Los aspectos míticos de la figura del Jesús-Cristo, así como los hechos prodigiosos de su nacimiento, fueron adoptados tardíamente y copiados de la leyenda de dioses «hijo» paganos anteriores a Jesús.
• El contenido y fecha de celebración de fiestas como la Pascua de resurrección, Navidad o Reyes es una evidente apropiación de celebraciones paganas anteriores que tenían el mismo significado.
http://www.erroreshistoricos.com/curiosidades-historicas/religion/752-mentiras-fundamentales-de-la-iglesia-catolica.html

¿Cómo traducir el apotegma: Credo, quia absurdum?

Desiderio Parrilla Martínez

La publicación reciente de La Fe del ateo de Gustavo Bueno recoge el argumento ateo que impugna la existencia de Dios a partir de su esencia. Ensayamos una primera respuesta al mencionado argumento

Gustavo Bueno, La fe del ateo, Temas de Hoy, Madrid 2007, 382 páginasEl logicismo que aqueja a la filosofía de Gustavo Bueno le permite superar sin duda el psicologismo en general (no sólo en concreto el psicologismo espiritualista) y el fisicalismo reduccionista del materialismo monista. Este logicismo esencialista es, sin embargo, el responsable de su argumento ontológico ateo, que pretende triturar la Idea de Dios, no atacando directamente su existencia, sino impugnando su esencia. Desde este reduccionismo logicista, Dios sería una Idea construida a partir de contenidos contradictorios entre sí, de manera que sería imposible mantener la composibilidad de sus notas constitutivas. Intensionalmente, las quiddidades que definen la Idea de Dios dentro de la Doctrina Teológica terciaria nos enfrentan con una Idea que alberga rasgos adscriptivos y notas características que convierten su índole lógica en un caso de Impossibilia lógica o Adynata ontológica.

La Idea de Dios está construida sobre una estructura absurda, irracional, de modo que tal idea se descubre como una pseudoidea o una paraidea. En contra de san Anselmo, nadie puede pensar en «Dios» y menos pensarlo para demostrar su existencia. Nadie puede pensar en Dios, ni Dios mismo con toda su omnipotencia cognoscitiva podría hacerlo, del mismo modo que Dios no podría pensar en un bilátero como polígono regular. Dios, por tanto, no podría reflexionar sobre sí ni podría, en consecuencia, ser el Ipsum Intelligere Subsistens o el noeseos noesis noeseos. La Idea de Dios es impensable en todo orden. No se puede pensar tal Idea y menos como existente. Por tanto, ningún hombre tiene cierta Idea de Dios, porque Dios no es una Idea. Dios no existe como Idea porque es una esencia absurda que no puede incluirse como objeto de un pensamiento racional.

A nuestro entender, esta Teoría fundamentadora de un ateísmo puro haría efectivamente imposible el agnosticismo filosófico y el ontologismo (y teopanismo) de la ontoteología, así como el deísmo y otras formas de ateísmo parcial (tales como el ateísmo respecto de algunos atributos entitativos y operativos al modo del panteísmo o el paenteísmo), en la medida en que estas posturas filosóficas son deudoras del Racionalismo y el Logicismo. Gustavo Bueno critica desde el Logicismo ciertas posturas Logicistas. En concreto, tritura desde el Logicismo ateo los Logicismos deístas y panteístas Pero esta crítica no afectaría a posturas ajenas al Racionalismo y al Logicismo, tales como el Fideísmo o el Realismo filosófico de tradición tomista, que quedarían indemnes ante dicha crítica. Consideremos cada una de estas dos excepciones por separado.

1. El Fideísmo

Tal postura filosófica admite que podría existir extramentalmente, o que de hecho existe, un ente aunque fuera irracional o absurdo, inadmisible racionalmente, de modo que no sería un conjunto vacío, o el miembro de un conjunto de entes de razón imposibles (monstruos o aberraciones de una teratología lógica) al modo de las «Escaleras de Escher» o los discursos sobre «hípica Azteca prehispánica», «tripodología felina», «morfemática del Morse», «Historia de la agricultura Antártica», «Fundamentos de examenología Montessoriana», «Filatelia Asiriobabilónica», «Fonética del cine mudo» o «Iconología Braille»{1}.

Para Gustavo Bueno, las religiones terciarias difícilmente pueden ellas mismas decirse como relaciones con Dios, porque la Idea de Dios no es tal Idea. Su tesis es que no tenemos la Idea de Dios, por tanto la cuestión de si existe Dios o no es una cuestión capciosa y mal planteada, pues supone ya la posible esencia de Dios y a partir de ella se pregunta por su existencia. La perspectiva en la que se sitúa Gustavo Bueno estaba insinuada ya por Descartes y por Leibniz, y consistía en probar si la Idea de Dios era posible para pasar a probar su existencia. Leibniz consideraba que la Idea de Dios no tenía contradicciones, pero para el materialismo filosófico no es así. Diríamos entonces que no es que no exista Dios, sino que ni siquiera existe su Idea… La Idea de Dios no existe como tal, es una Idea contradictoria cuya evidencia está ocultada por la simplicidad de las palabras: «Dios es el ser supremo, eterno, omnipotente, omnisciente, omnipresente, omnitodo, &c.»

Gustavo Bueno habitualmente ilustra esta imposibilidad de base con el siguiente ejemplo geométrico: admitir la paraidea de Dios es tan irracional como admitir «un sexto sólido regular», un decaedro regular, pongamos por caso. El concepto de decaedro regular es una expresión que se dice fácilmente, y el que no está al tanto de geometría no advierte inconveniente ninguno, pues sabe que por ejemplo el dodecaedro es un poliedro de 12 caras iguales, y por tanto igual puede haber uno de 10 caras. Parece que no hay dificultad, pero los geómetras y los topógrafos saben que el decaedro como sexto sólido regular es algo imposible, porque va en contra de las leyes de Euler. Algo similar pasaría con Dios. Aparentemente es una Idea simple, pero encierra contradicciones.

Esta afirmación bueniana es, sin duda, matizable desde diversas perspectivas.

Un geómetra intuicionista, por principio, ni afirma ni niega la posibilidad de construir un sexto sólido regular de este tipo; sería una cuestión ni abierta ni cerrada sino fuera de discusión, no sometida al principio de tercio excluso, hasta que se elaborara un método constructivo que desbordara las leyes de Euler. El onus probandi, la carga de la prueba, no correspondería ni al que afirma ni al que niega, sino al que construya en el tiempo el algoritmo en cuestión. Hasta entonces nada puede ser dicho ni a favor ni en contra, de modo que la lógica del principio de no contradicción debería ser subrogada por una lógica polivalente. Para el constructivismo los Dogmas nacen para ser destruidos con el paso del tiempo: como el Dogma central de la Biología de Crick fue triturado por el hecho de que un ARN viral mutase el ADN de su célula huésped. Para el intuicionista los Dogmas son tan contingentes como las nubes que se disipan por el aire, y no le faltan motivos para desconfiar de toda dogmática científica. Recordemos cómo Kant en la Crítica de la Razón Pura rechazaba como antiracional o imposible lógicamente la expresión matemática «raíz cuadrada de -1» que dio lugar al número imaginario i, o rechazaba en su período crítico (no así en el precrítico) como imposibles las geometrías no euclidianas a la vez que Girolamo Saccheri estaba desarrollando el germen de dichas geometrías con su estudio en torno al Postulado V de las paralelas. No mencionemos otros Dogmas derribados casi al tiempo de ser proclamados: así, el Dogma newtoniano de la teoría corpuscular para la luz.

Por su parte, un geómetra de orientación platónica podría admitir la existencia de tal poliedro regular en un Mundo eterno con independencia de las leyes de Euler, aunque nosotros lo desconozcamos o se de el caso de que nunca lleguemos a descubrirlo porque no tenemos acceso a esta Idea ni a este Mundo con ningún método reconstructivo. Pero también podría esgrimir dichas leyes como un Dogma eterno para impugnar la posibilidad de tal Mundo y tal Idea. Entonces lo eterno sería el Mundo donde habitan las sempiternas e inmutables Leyes de Euler.

Sin embargo, la característica de Euler V − E + F = 2 se verifica entre los sólidos regulares no convexos tanto para el Gran dodecaedro estrellado como para el Gran icosaedro, aunque esto es muy relativo, y nada rígido como pretendería el dogmatismo de nuestro geómetra platónico. La posibilidad de aumentar la lista de sólidos regulares a 6 o más miembros dependerá de cómo observemos el poliedro. Considérese, por ejemplo, el pequeño dodecaedro estrellado. La parte externa de cada cara consiste en cinco triángulos conectados por sólo cinco puntos. Si las contamos separadamente, hay 60 caras (pero éstas son triángulos isósceles, no polígonos regulares). De modo similar, cada lado puede ser contado como tres, pero entonces los habrá de dos tipos. Igualmente, con los «cinco puntos» antes mencionados: en total habrá 20 puntos que pueden contarse como vértices, por lo que tendremos un total de 32 vértices (otra vez, de dos tipos). Ahora la ecuación de Euler se verifica: 60 – 90 + 32 = 2. Entonces, existen más de 5 poliedros regulares, dado que los cuerpos keplerianos cumplen con la definición de sólidos regulares, aunque sean cóncavos en lugar de convexos como los tradicionales sólidos platónicos.

Dicho todo esto, tenemos que admitir la objeción de un tercer tipo de geómetra. En efecto, un geómetra fideísta sin embargo no necesitaría de todas estas precisiones lógicas de sus compañeros los geómetras de corte intuicionista o platónico. Le parecerían escrúpulos o naderías suplerfluas, simples e innecesarias «precauciones del lenguaje», meros borborismos. El geómetra fideísta simplemente cree contra toda evidencia (favorable o adversa) en la existencia del decaedro como sexto cuerpo platónico, y no sólo en su mera posibilidad o necesidad, pues se sitúa en la plataforma de lo ilógico por lo ilógico, desbordando las categorías de la modalidad y los postulados del pensar empírico. No necesita de la coherencia de la Lógica para creer, le basta con la firmeza de su Voluntad.

Este fideísmo sería, históricamente, el desarrollo de una contra-réplica a la postura agnóstica desde el propio agnosticismo: el «Dios Nouménico» podría ser pensado como existente aunque no existiera ni el «Dios Fenoménico» ni pudiera existir el «Dios Lógico» (= el «Dios» de un discurso lógico racional, no meramente retórico-falaz o, incluso, erístico al modo de la Patafísica dadísta).

Según Gustavo Bueno, la Idea de Dios no podría pensarse ni como Dios-Noúmeno ni de ningún otro modo, porque obviamente no puede pensarse algo irracional ni fuera de una construcción racional de estructura estrictamente lógica. Pero, según el fideísta, podría pensarse que «Dios» existe extramentalmente a despecho del pensamiento. Este pensamiento contra el pensamiento sería una de las interpretaciones posibles del apotegma de Tertuliano: «Credo, quia absurdum», que se entendería como: «Creo, porque es irracional (antiracional o pararacional)». El fideísmo sería un ataque al agnosticismo mediante una autodestrucción irracionalista del pensamiento, al modo en que un sistema de programación cuando alcanza una complejidad suficiente puede generar sus propios virus o anomalías sistémicas autodestructivas.

El agnosticismo («al otro lado de esta puerta tal vez haya un perro, pero no sé si hay un perro, ni puedo comprobarlo en modo alguno») tiene la Filosofía de Kant como referente crítico fundante. Es impensable el agnosticismo o el fideísmo como doctrinas formuladas canónicamente sin el instrumento conceptual suministrado por la filosofía kantiana. Puede darse la circunstancia de que ante un paisano ciego estuviera pasando un burro matalón. Si el ciego no lo ve, ni lo oye, ni lo huele, ni lo toca, ni lo percibe de ninguna otra manera, el Burro-Fenoménico no existe para él, así como tampoco sabe si existe el Burro-Nouménico. Sólo cuando tropiece con él, lo palpe y pase las manos por todo su cuerpo, o lo oiga rebuznar, sólo entonces podrá descubrir el Burro-Nouménico como Burro-Fenoménico y discernir que no se trata ni de un Mono ni de un Elefante ni de un Opositor a Notarías ni de un X (sean cualquiera de ellos Fenoménicos o Nouménicos). Pero del Dios-Nouménico al Dios-Fenoménico, non valet consecuentia; el noúmeno sólo es pensable, pero no cognoscible si no queremos rebasar el Idealismo Trascendental y entrar de nuevo en el Idealismo Absoluto o Material. Thomas Huxley da un paso más allá de Kant: para el agnóstico tampoco es posible pasar al Noúmeno desde la Lógica, desde lo pensable.

El Pietista (Fideísta) es un agnóstico que replica contra este agnosticismo de Huxley: del Dios-Ilógico al Dios-Nouménico, valet consecuentia. Este fideísmo, sin embargo, ya estaba en la matriz germinal de Kant, vía razón práctica y el supuesto Factum del deber. No sacrifico a Dios en el altar de la razón, sino que sacrifico la razón en el altar de Dios. Lo agnóstico se transforma entonces en agnosticismo fideísta. El fideísta recusará las conclusiones ateas pero no aducirá para ello ningún argumento sino una negativa exclusivamente volitiva. Ese postkantiano que era Schopenhauer es uno de los responsables de esta transición fideísta. Schopenhauer situaba en paralelo a la representación de los fenómenos la experiencia nouménica del ser en sí como voluntad. Credo quia absurdum: creo porque este «algo» que llamamos «Dios» es un feliz absurdo que me hace dichoso, me consuela, y me permite vivir con orden y necesidad en medio del caos de irracionalidades donde estoy sumido. Esta fe volitiva y voluntarista es el juicio sintético a priori que genera un orden que no puede obtenerse a partir de ningún otro principio, y sin el cual todo sería un monstruoso sinsentido. La representación de la vida se configura como presencia gracias a esta estructura apriórica. Dios como prejuicio o punto de partida para representar los fenómenos y configurar la vida, como criterio de juicio supremo, como clave de comprensión de todo. La Voluntad opta por Dios como esquema intelectual de fondo para organizar el fenómeno de la propia existencia.

(No es cierto que un agnóstico sea un ateo vergonzante, como acusaba Lenin, porque un agnóstico también puede ser fideísta. Dentro del género «Agnosticismo» se pueden distinguir diversas especies.)

Ilustremos con un ejemplo la tesis del Fideísta. Como Descartes sabía, ese color rojo de ese rubí en concreto, y no el de más allá, no es racional por no ser conceptualizable ni definible; necesitamos generalizar hasta la categoría de cualidad como género incomunicable (que contiene, entre otras clases, las clases de las cualidades primarias cromáticas) para alcanzar la racionalidad. Sólo podemos razonar desde el género accidental «cualidad» definido como «propiedades de los entes que permiten su captación y posterior discriminación respecto de otros entes («tal» cosa respecto de «cual» otra, siendo el «cual» de ambos lo que posibilita la distinción en esa discriminación ostensiva) en alguna modalidad cognoscitiva (sensible o inteligible)». Ulteriormente llegaremos por división (diaíresis) a la especie especialísima o ínfima próxima a los «colorines» particulares, mediante la determinación de su diferencia específica: «sensible asociado alotéticamente al sistema ocular así como al sistema nervioso en general y a la región occipital y su área especializada V4 en concreto». Pero ese añil apotético que contemplo en el cielo seguirá renuente a mis pesquisas racionales, subsistiendo irreductible a toda categorización y posterior razonamiento con su irracionalidad carente de lógica. Ese color de ahí es «sensible» pero «ininteligible» e «irracionable», aunque sea «narrable» o «asociable» sinestésicamente a una cierta longitud de onda, &c, como los fisicalistas hacen, o los modistas («colores chillones») o los esquizofrénicos («cuchillos afilados y charlatanes que me incitan al suicidio»)… Sobre los individuos no hay ciencia, porque no cabe definición sino acaso descripción física según un modelo teórico, o un marco conceptual de referencia, pero descripción al fin y al cabo (la definición impropia o pseudodefinición de la escolástica).

Sin embargo, y llegamos al nervio de la argumentación del agnóstico fideísta, ese rojo en particular, pese a ser ilógico e irracional, existe. Sólo lo podemos denominar a efectos descriptivos pero no pensarlo a efectos de argumentación, salvo como predicado del juicio, puesto que como sujeto de un juicio científico que busca la verdad de «ese rojo» sólo podrían predicársele propios o subpropios (propios de propios de propios…, tales como el electromagnetismo y la teoría de los quanta y suma y sigue…). Pero este encadenamiento de propios como predicado dejará de referirse desde el segundo careo a ese mismo color rojo como sujeto, lo que demuestra que nada mencionan de la esencia de ese rojo sino que se refieren a un uso nuestro sobre ese rojo dentro de un sistema teórico donde unos propios hacen referencia a otros con el rojo de marras como pretexto. En todo caso, el propio adjudicado siempre será un accidente, que se le predicará necesariamente: el correlato del color rojo, como entidad objetiva, irá asociado universal y necesariamente al reflejo físico de una luz de 603,5 mμ. Pero ese propio en modo alguno expresará su esencia; de manera que su inteligibilidad como objeto sigue siendo inaccesible. El propio nunca hace referencia a la esencia, aun cuando sea un accidente necesario. El propio es inesencial, extraesencial, no «brota» como una floración de la esencia del sujeto al que se atribuye de modo lógico. Estos «accidentes necesarios» tampoco determinan la esencia, de manera que entendimiento y pensamiento quedan ambos al otro lado de la «puerta eidética» como el personaje trágico del final del Proceso de Kafka.

El fideísta podría argumentar contra el logicismo de Gustavo Bueno que la Lógica no es un impedimento para admitir la existencia de entidades irracionales, respecto de las cuales todos (creyentes y ateos) somos ciegos; tales entidades, entre las que se encuentra «Dios», serían precisamente una anomalía sólo para este Logicismo absoluto que desemboca en un ateísmo puro (en vez de desembocar en un agnosticismo vergonzante o un agnosticismo fideísta o de cualquier otro tipo). El Dios Volitivo-Nouménico triunfa sobre todos los imposibles lógicos (los Impossibilia) y fenoménicos (los Adynata), hasta llegar a la Fe absoluta, la Fe por la Fe. De Dios no se puede razonar nada a favor ni en contra. No es absurdo creer en Dios sino razonar a favor o en contra de esta creencia y de esta adhesión hacia una Idea. El que tiene esta creencia tiene algo diferente al descreído, pero ninguno de los dos puede decir que tiene razones para ese hecho. No puede argumentarse nada verdadero sobre lo que cree o deja de creer. No hay razones para creer ni para su contrario. Todos los argumentos aducidos son relatos formales, metáforas filosóficas, carentes de verdad. El Animal Divino, la Summa Theologica o este artículo quedarían incluidos en el mismo saco: casos de un género menor de la literatura fantástica. El hecho de creer es tan hecho como el no creer, pero nada Lógico sostendrá estas creencias, ni nada de lo que se diga a favor o en contra tendrá ningún valor racional para optar por ellas. Todas las racionalizaciones y organizaciones conceptuales desarrolladas en torno a la Idea de Dios podrán parecer razonables pero en realidad son pseudorazonamientos, coherentes pero vacíos: borborismos, flatus vocis, verbum volans, meras flores lanzadas al aire.

Para el fideísta, el problema estaría en el campo del ateo puro, y no en el del fideísmo, en tanto que es el ateo el que desarrolla una pseudo-definición (y, en consecuencia, un ulterior pseudo-argumento), allí donde nada puede ser dicho, conceptualizado o razonado, no porque sea una paraidea o pseudoidea, sino porque rechazar ese «algo», lo mismo que afirmarlo, sólo podría realizarse desde un pseudorazonamiento. «Dios» como «algo» sería como un Etwas al modo de Hegel, que sin embargo nunca dejaría de ser un Etwas, renuente a someterse a un proceso dialéctico que tratara de pensarlo, a favor o en contra. Toda elaboración racional sobre el hecho de la creencia en Dios sería una patraña. La creencia es diferente a la apologética o a la diatriba, pues todas son igual de subracionales. Este agnosticismo fideísta es la postura de D. Z. Phillips, D. Hudson y P. Winch dependientes en esto de Wittgenstein y su noción de lo «místico», dependiente a su vez del kantismo reversionado por Schopenhauer, quien a su vez es deudor del Taoísmo, el Jainismo o del Budismo que era asimilable en la sociedad occidental del siglo XIX (el budismo Tántrico, escolástico y jerarquizado, pero no el budismo Zen que sólo sería asimilable a partir del XX, cuando en efecto fue asimilado y, por cierto, muy ampliamente asimilado por las clases medias «progres» del Imperio de los EEUU, por ejemplo).

La mística («lo místico») de este agnosticismo fideísta nada tiene que ver con el ontologismo ni con la mística (pagana o cristiana), puesto que no implica el conocimiento (inteligible o sensible) en modo alguno, sino la ausencia o imposibilidad total de este mismo conocimiento, así como de su desconocimiento. Tampoco tiene nada que ver con el agnosticismo protagórico respecto de las religiones secundarias, ni con el fideísmo tradicionalista de la religiones terciarias (Luis Eugenio María Bautaín, Enrique Bonnechose, Eugenio de Regny, Teodoro de Ratisbona, Isidoro Goschler, Adolfo Carl, Julio Laval, Santiago Mertián, Adriano de Reinach). Se aproximaría más a una forma de neo-escepticismo pirrónico, por su negación del lógos mediante la suspensión del juicio o epojé, siguiendo la estela fideísta de Charron, Francisco Sánchez o Montaigne. Podríamos decir que la Lógica es siempre una condición de imposibilidad del fideísmo, lo mismo que el escepticismo es su caldo de cultivo. Así el agnosticismo escéptico de Hume en la sección XI de su Investigación sobre el entendimiento humano y La historia natural de la religión le permitiría mantener una ambigüedad semiteísta rayana por tanto con el fideísmo pietista en sus Diálogos sobre la religión natural.

Desde el realismo filosófico nos pronunciamos sobre este neofideísmo peyorativamente{2} tanto desde sus primeras versiones tales como la «Teología de la muerte de Dios» hasta el «cristianismo nihilista» posmoderno de Vattimo. Suponemos que el materialismo filosófico coincidirá con nosotros y los asimilará a las conductas supersticiosas, el manismo o el fetichismo, o formas regresivas (de «huida hacia delante» para escapar de las religiones terciarias) hacia la religiosidad primaria y secundaria pero situadas en una plataforma nueva, estratosférica, dado que ha perdido los referentes materiales de estas fases del curso religioso (los animales para el primario, las catexias mágicas, sacrificiales y fetichistas del «teoplasma» en la religión secundaria). Este fideísmo parece el adecuado para la sociedad postindustrial de mercado global dadas sus características: desocialización de lo social, «muerte del trabajo» frente a la apoteosis del ocio, desaparición de los vínculos comunitarios, de las relaciones educativas, de los referentes éticos y normativos bajo los ciclos inflaccionarios del mercado capitalista; ya no hay espacio para la honestidad intelectual, no hay compromiso con la racionalidad, hemos desembocado en una pseudo-sociedad adolescente e infantilizada. Siguiendo a Rudolf Otto, Umberto Eco interpreta los nuevos fenómenos religiosos sin relación a las Iglesias o las liturgias históricas, «como religiosidades del Inconsciente, del Torbellino, de la Ausencia de Centro, de la Diferencia, de la Alteridad absoluta o del Abismo, que han atravesado el pensamiento moderno como contrafiguras subterráneas de las inseguridades producidas por las ideologías ochocentistas del progreso, del juego cíclico de las crisis económicas». Se trata, como él mismo concluye, de «las nuevas metafísicas de la Ausencia y de la Diferencia». La Izquierda Indefinida piensa desde el poder que se ha negado el 68, cuando lo que ha ocurrido es que éste ha llegado a sus últimas consecuencias, incluso en el tema del neofideísmo.

A continuación consideraremos la segunda excepción que escapa a la crítica de Gustavo Bueno, la que se encuadra dentro del Realismo Filosófico de tradición aristotélico-tomista.

2. Realismo filosófico

Ciertamente, si Dios es una Idea, y esta Idea está compuesta por notas contradictorias entre sí, sería irracional mantener su existencia dado que no es posible lógicamente ni siquiera su esencia. En consecuencia, las Doctrinas estructuradas en torno a esta Idea o que la contengan como nódulo esencial y que reivindiquen su existencia, suponen Ideologías absurdas e igualmente irracionales. Esta posición presupone, a su vez, que «Dios» no es una esencia categorial y, por tanto, que no habría «Concepto de Dios».

Pero «Dios» no es ni un Concepto ni una Idea, sino un Principio. Con esta perspectiva se prosigue la tradición realista de santo Tomás de Aquino y se salva la objeción del materialismo filosófico cuya formulación sin embargo tanto habría contribuido a destacar la corrección de la tradición tomista realizada por Leonardo Polo{3}. Animamos a Gustavo Bueno a revisar sus argumentos desde esta nueva perspectiva surgida en el realismo filosófico, aunque sólo sea para darnos la oportunidad de revisar los propios razonamientos a fin de asimilar las nuevas objeciones que se nos pudieran presentar, a su vez, por parte de tan digno adversario.

Desde el realismo filosófico, Concepto o Idea tienen como límite el límite mental de los objetos inteligidos, coactualizados, en la operación de las respectivas facultades. La operación de la facultad es Práxis, Enérgeia Teleia, posesión inmanente del fin que son los inteligibles o sensibles en acto. Los Principios se conocen no con las operaciones sino con los hábitos intelectuales, puesto que no existen sólo los hábitos volitivos. Se supera así el monismo, el fijismo y el psicologismo, al modo en que lo consigue el materialismo filosófico, pero se supera también el logicismo que está en la base de éste.

Santo Tomás coincidiría con Bueno en que la Idea de Dios se percibe bajo cierta confusión. La Idea de Dios es evidente «quoad se» por sí misma, como es evidente, incluso para Gustavo Bueno, aunque sólo la admitiera a efectos de una argumentación ad hominem. De lo contrario, el materialismo filosófico no tendría nada que negar. De modo que por distintas razones tanto Gustavo Bueno como santo Tomás dan la razón a san Anselmo: en efecto, todo hombre (añadirá don Gustavo: educado en la religión terciaria) tiene una cierta Idea de Dios. Aceptamos este añadido de Don Gustavo a efectos de iniciar el desarrollo de nuestro propio argumento ad hominem.

Suponemos que Don Gustavo coincidirá así con Santo Tomás que coincide a su vez con San Anselmo. Pero santo Tomás (y suponemos que don Gustavo) no coincidirán en nada más que en esto, dado que dicha «Idea» no es evidente «quoad nos». Y esto por, al menos, dos razones: a) por la materialidad del objeto en cuestión, porque no sabemos exactamente a qué nos referimos cuando hablamos de Dios; no entendemos bien lo que entendemos cuando entendemos la Idea de Dios y b) por la formalidad de la facultad del conocimiento, porque no sabemos de dónde procede esta Idea e ignoramos cómo llegó esta Idea a nuestra mente.

(Breve inciso ilustrativo: un ejemplo de objeto oscuro por razón de la materia del objeto sería una Zoología de animales que no fueran incluibles en una biología del carbono [¿acaso los espectros del Palacio de Linares?], y un ejemplo de objeto confuso respecto de su materia sería una zoología de animales no-linneanos de silicio [la IA, por ejemplo: los Replicantes de Bladde Runner o Terminator que se confunden con los hombres]. Un ejemplo de objeto confuso y oscuro por razón de la formalidad de las facultades podrían ser los resultados, a día de hoy y según el desarrollo tecnológico actual, del trabajo de campo de un etólogo investigando los peces abisales in situ, sin sacarlos de su nicho ecológico, por ejemplo, en el fondo de las Fosas Marianas. Otro ejemplo serían las muestras etológicas, necesariamente inextricables, de animales no linneanos que pudieran ser obtenidas y reenviadas a la Tierra por los exobiólogos desde el interior de un agujero negro [al modo de la película Contact]. Fin del inciso.)

Desde la perspectiva abierta por Leonardo Polo en el tomismo «Dios» remite a un Principio y no una Idea; entonces Dios no es evidente «quoad nos» en un doble sentido: 1) la Idea de Dios se percibe bajo cierta confusión tanto material como formalmente, con lo que englobamos los dos modos de oscuridad y confusión en un solo caso y 2) «Dios» como Idea se percibe también de manera oscura y confusa en cuanto que «Idea». La Idea de Idea no es aplicable a Dios, sino que más bien habría que adjudicarle la Idea de Principio. Se puede proseguir el acto de pensar más allá del acto de las operaciones, de los Conceptos y las Ideas generales. Sin duda, es confusa materialmente la Idea de Dios, pero tampoco está claro formalmente que «Dios» sea una Idea. Creemos que Spinoza captó este problema que a su vez fue captado por Descartes cuando asumía la distinción cartesiana entre la formalidad de un concepto y su materialidad: es todo el tema de la diferencia entre una Idea verdadera (adecuada) y una verdadera Idea. Una verdadera Idea, para serlo, no sólo tiene que estar bien construida sino que además tiene que ser Idea, y no otra entidad diferente tal que un Atributo, un Modo, una Sustancia, un Principio, &c.

Gustavo Bueno admitirá, en parte, la primera modalidad de confusión «quoad nos»: por razón de la materia del objeto. Da razón de esta primera oscuridad según la materia del objeto como causa de la confusión, y la achaca desde su logicismo a una contradicción entre las notas que especifican su esencia. Para nosotros, desde el realismo filosófico, esta confusión existe magüer no por las razones que aduce Gustavo Bueno. Para el realismo la oscuridad se remite también a la segunda modalidad de confusión: la modalidad de confusión «quoad nos» por razón de la formalidad de la Facultad y el objeto que con su operación se comensura.

Esta confusión se supera con el hecho de que Dios no es una Idea sino un Principio. De esta manera la confusión no se debe a contradicción ninguna dentro del objeto, sino a la condición de Principio de éste y los límites del hábito que lo actualiza. Dios no es una Idea, no por ser una Pseudoidea, sino por ser un Principio.

La confusión puede deberse o bien materialmente al objeto conocido o bien formalmente a la facultad que conoce. La operación se da o no se da, pero no se la puede atrapar in fraganti a medio camino. Por tanto, la confusión no puede deberse a la operación misma, que es lo que sostendría el fideísmo. La Idea de Dios, para el materialismo filosófico no podría ser confusa ni por razón de la facultad ni de sus operaciones ejercidas, dado que, sin más, el materialismo no admite la doctrina de las facultades. Y rechaza esta doctrina no por evitar el psicologismo (que no lo implica en modo alguno) sino por evitar sus implicaciones metafísicas subsiguientes. La Idea de Dios para el materialismo filosófico tendría que ser confusa por estar mal construida como una contradicción donde las partes que definen el todo lógico son incompatibles entre sí y mutuamente excluyentes. Es la única alternativa racional que le queda para explicar la oscuridad, dado su logicismo de base.

En este punto dirimens, el realismo filosófico concede la mayor y admite que «Dios» como Idea es confuso, pero no por estar mal construida sino porque no es una Idea en modo alguno. Y tratar «Dios» como una Idea, al modo logicista, es lo que genera las contradicciones que aumentan de modo superfluo su oscuridad. También Marte se percibiría de modo confuso desde la Tierra si tratásemos de avistarlo mediante un microscopio, no por ser «quoad se» confuso Marte, sino por tratarlo como una entidad micro y meso-cósmica, en contra de lo que formal y materialmente en realidad es el planeta Marte. El realismo coincide con el materialismo en admitir que «Dios» tampoco es una categoría positiva pero disiente en que sea una noción ilógica o irracional. Es racional, pero no un objeto actualizado por una operación. Esto no implica que no sea la actualización de una facultad intelectual pero esta actualización no viene de la operación intelectual, sino de un hábito intelectual.

Hay hábitos intelectuales lo mismo que hay hábitos volitivos; es la tradición realista de las virtudes dianoéticas y éticas. Y entre los hábitos intelectuales estaría el de la sabiduría, con lo que habría «hombres sabios» en contra de lo que sostiene muy coherentemente don Gustavo respecto de su teoría del sujeto operatorio y el Ego trascendental. También es un hábito intelectual la Fe, pero infuso, sobrenatural, no adquirido. Todos los hábitos intelectuales, tanto infusos como adquiridos, «nos» obtienen o «se» obtienen (respectivamente) por la superación del límite mental que son los objetos (Categorías e Ideas). Los hábitos intelectuales nos permiten acceder a los Principios (Gnoseológicos: las propias operaciones, por ejemplo; Metafísicos: los Primeros principios, pongamos por caso).

Mantengamos esta doble distinción de los hábitos infusos y adquiridos entre los hábitos intelectuales para aclarar la oscuridad «quoad nos» de Dios.

A) Respecto de la Fe, que es un hábito intelectual infuso, la oscuridad de «Dios» es admitida sin ambages. Los elementos que no acaban de ajustar (Misericordia/Justicia, omnipotencia divina/presencia de la iniquidad en el mundo, &c.) no albergan una contradicción en su seno sino la mutua remitencia de elementos dentro de un misterio de amor. La oscuridad de «Dios» no deriva de una contradicción lógica, ni tampoco la esconde. Esta oscuridad procede de un arcano que se revela en tinieblas a la razón, aunque sean unas tinieblas luminosas que hacen lúcido y razonable al iluminado. Dios no es para el entendimiento ni para la razón una caja negra pro-fideísta, ni un mecano de esencias sometidas a unacontradictio in adjecto al modo bueniano, sino un misterio insondable de amor. Si ni siquiera podemos hacer algo tan simple como definir el color rojo ni axiomatizar una doctrina de las facultades, ¿cómo comprender o abarcar intelectualmente a Dios? La Fe no invita a cumplir el Intelecto de Dios, sino su Voluntad, en la Tierra como será en el Cielo, dado que formalmente el intelecto de la persona humana es finito y alberga sólo un pequeñísimo margen de necesidad dentro de su contingencia casi pura. En lo fundamental no se trata de entender a Dios sino de contemplarle, adorarle, alabarle, obedecerle y servirle. Esta realidad antropológica es el fundamento de la «analogia pronoia» o «analogia libertatis» de Balthasar. Nuestro conocimiento es muy limitado y nuestra ignorancia, infinita. «Si no sois capaces ni de lo más pequeño, ¿quién podrá añadir un solo codo a su estatura?» Esta oscuridad respecto de la presencia de Dios como Principio está recogida en la Doctrina aristotélico-tomista de ese estudiante de Salamanca que fue San Juan de la Cruz en los Comentarios de «La Subida al Monte Carmelo» o «La noche oscura del alma»{4} que trata desde la escolástica esta «tiniebla luminosa» que trae consigo el hábito intelectual infuso de la Fe Teologal. Estos Trataditos escolástico casi perfectos tienen sus antecedentes en el platonismo cristiano de «La Nube del No Saber» de la teología apofática o la «Docta Ignorancia» de Nicolás de Cusa, derivadas todas estas Teologías de la única Oikonomía de origen: la Inhabitación del Espíritu Santo en el Alma. «Si comprehendis, non est Deus», afirmaba san Agustín. «Rationabiliter comprehendit incomprehensibile esse» del Monologion anselmiano. Es la Tradición de Dios como la «maior dissimilitudo», el Deus semper maior. La Fe es Luz tenebrosa por contraste: porque ciega con su resplandor y oscurece todas las demás facultades. Entonces «Dios» se vislumbra como oscuro y confuso desde las facultades naturales aunque nítido y preclaro para el hábito sobrenatural que actualiza esas facultades.

B) Respecto de la Teología preambular (Teodicea o Teología natural), no revelada ni sostenida por la Gracia santificante (aunque siempre por la actual), Dios es un Principio actualizado por un hábito intelectual adquirido. Este Principio es explicitado temáticamente en dos disciplinas filosóficas: en la Cosmología Trascendental y en la Antropología Trascendental. En la primera «Dios» como Principio se descubre como Causa, en la segunda como Origen. Elevada a este plano de comprensión, concibiendo a Dios no como Idea sino como Principio, no se anula la oscuridad (no sólo por razón de la materia insondable del Principio recibido sino por la forma limitada del recipiente), pero esta oscuridad inevitable, derivada de la desemejanza analógica de un ser intramundano-histórico respecto de un ser infinito-eterno, ya no tiene que buscar racionalmente esa oscuridad en unacontradictio in terminis sino en lo que realmente la causa: una relación de elementos en recíproca tensión dentro de una situación dramática de la libertad{5}. Esta tensión, cuando se deja de concebir a «Dios» como Idea y se piensa como Principio, admite ser razonada desde un fino equilibrio, tal como Polo y sus discípulos están desarrollando de un modo totalmente lógico y racional, al modo de un Tratado escolástico, aunque no desde una lógica objetual, esencialista, rígida o fijista. Sin que esta racionalidad sea tampoco una concesión al irracionalismo de Deleuze o Derrida, dependientes en esto de la noción de ser de Heidegger o Bergson o Hegel; ni tampoco cediendo ante la ontoteología, porque no es un ontologismo filosófico ni teológico, al modo en que sí lo es la filosofía de Xavier Zubiri, como bien a puesto de relieve don Gustavo en Cuestiones Quodlibetales sobre Dios. Empleando fraseología «neofideísta-posmoderna»: lo contrario de rígido no es líquido sino flexible, sin que deje de ser riguroso (¿?).

Lo que Ad hominem hemos concedido ahora lo reclamamos para impugnarlo mediante la refutación lógica: la confusión y oscuridad «quoad nos» de «Dios», según la tradición realista, procede de un Misterio no de una Contradicción, como ha puesto de relieve esta evolución racional del tomismo realizada por Leonardo Polo. Que Dios sea un Principio y no una Idea ni un Concepto, permite superar tanto el cientificismo que reduce la Teología a una ciencia positiva (al modo de Pedro Lombardo y la manualística decadente o de posturas como la de Rubiá{6}) como el logicismo que destruye la Metafísica (y que arranca de Escoto, pasa por Ockham, se radicaliza en Suarez y llega así hasta Kant a través de Leibniz y Wolff).

Retomamos el apotegma de Tertuliano desde el realismo filosófico. «Credo, quia absurdum» sería interpretado no como «creo porque es ilógico» sino como: «Creo, porque es paradójico», pero no por ser «contradictorio» o «irracional» al modo fideísta ni por ser «praeterracional» puesto que nos movemos en el ámbito de la Teología Natural y no en el de la Teología Revelada.

Creemos en Dios porque es paradójico, usando «paradoja» en sus dos acepciones:

1) Es decir, según una lógica poco habitual, pero totalmente rigurosa, que no concede nada a la irracionalidad fideísta pero tampoco nada a la racionalidad logicista atea, situándose en un justo medio de virtud entre dos extremos igualmente viciosos. Este fino equilibrio tan difícil de obtener es el que convierte en inusual y paradójico este uso razonable de la Razón.

2) Para un estudio de las notas de «Dios» como Principio, que no desemboca en las figuras Formales Lógicas de la Contradicción o Literarias del Oxímoron, sino en la figura Material Ontológica de la Paradoja, se exigiría el desarrollo de una argumentación tan o más amplia que la presente. Remito a mi Tesis doctoral para una respuesta a este segundo modo de entender la paradoja: Desiderio Parrilla Martinez, «La Paradoja del deseo en René Girard», Universidad Complutense, 2008.

Nada más.

Notas

{1} Umberto Eco, El péndulo de Foucault, DeBolsillo, 2003, págs. 104-112.

{2} Milan Kundera, La insoportable levedad del ser, Tusquets, 1997, págs. 285-320, expone una religación óntica animal posmoderna. Cfr. Umberto Eco, El péndulo de Foucault, DeBolsillo, 2003, para una exposición narrativa del neofideísmo posmoderno, junto con: Michel Houellebecq, Las partículas elementales, Anagrama, Barcelona, 1999. En España, un gran texto deconstructivo con implicaciones religiosas es: Rafael Sánchez Ferlosio, Las semanas del jardín, Destino, 1974. El Dios del neofideísmo literario de Henry Miller, Jack Kerouac, Allen Grinsberg, es Dios neofideísta de los filósofos Gianni Vattimo, Richard Rorty. Fernando Rodríguez Genovés, «El acoso a los dioses en el ocaso del socialismo».

{3} http://www.leonardopolo.net/

{4} Karol Wojtyla, La fe en san Juan de la Cruz, BAC, 1979.

{5} Ver Trilogía de Hans Urs Von Balthasar (Estética Teológica [Gloria], Teodramática, Lógica [Teológica]).

{6} Alfonso Fernández Tresguerres, «Neuronas místicas», El Catoblepas, número 11, enero 2003, página 23. A propósito del libro La conexión divina. La experiencia mística y la neurobiología (Crítica, Barcelona 2002) del que es autor Francisco J. Rubia.

http://www.nodulo.org/ec/2009/n084p16.htm

 

El Papa y Mahmud Abbas, juntos en la canonización este domingo de dos monjas palestinas

Marie Alphonsine Ghattas
Marie Alphonsine Ghattas cofundó la Congregación de las Hermanas del Rosario.

El papa Francisco canonizará este domingo a dos monjas del siglo XIX que vivieron en lo que entonces era territorio palestino bajo mandato otomano. Tenían el árabe como lengua materna.

Marie Alphonsine Ghattas y Mariam Bawardy forman parte del grupo de cuatro religiosos que serán proclamados santos en la plaza de San Pedro, en Roma.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y más de 2.000 peregrinos cristianos de la región estarán presentes en la ceremonia.

La iniciativa se ve como una señal del apoyo del Vaticano a las menguantes comunidades cristianas en Medio Oriente.

El sábado, el papa Francisco se encontró con Abbas en El Vaticano y le dijo: «Eres ángel de paz».

La visita de Abbas se produce días después de que El Vaticano reconociera oficialmente al estado palestino en un tratado.

Mahmud Abbas con el papa Francisco
El papa Francisco le dijo a Mahmud Abbas que es un ángel de paz.

Dicho tratado establece que la Santa Sede respalda la solución de los dos estados para resolver el conflicto israelo-palestino y le permite al Vaticano supervisar aspectos de la vida católica romana en áreas que están bajo el control del presidente Abbas.

Israel expresó su decepción con el tratado, que emplea el término «estado palestino».

Lea también: El Vaticano reconoce oficialmente al estado palestino en un documento

Duras condiciones de vida

Marie Alphonsine Ghattas, nacida en una familia palestina en Jerusalén, cofundó la Congregación de las Hermanas del Rosario, que actualmente gestiona guarderías y escuelas.

Mariam Bawardy nació en Galilea, de padres católicos ortodoxos de Siria y Líbano.

Considerada una mística, se dice que Bawardy obró varios milagros y sufrió estigmas -heridas similares a las que padeció Jesús en la cruz.

Ambas monjas debieron hacer frente a condiciones difíciles, como el dominio masculino de la sociedad otomana, la pobreza y su mala salud mientras ayudaban a los demás.

Tumba de Marie Alphonsine Ghattas
La tumba de Ghattas se encuentra en una iglesia de la Congregación en Jerusalén.

Se dice que vieron apariciones de la Virgen María y que se mantuvieron en estrecha comunicación con ella.

«Al canonizar a estas mujeres, la Iglesia no sólo celebra sus acciones, sino que muestra su apoyo a los cristianos que viven en el lugar donde se originó su religión», explica la periodista de la BBC en Jerusalén, Yolande Knell.

El número total de cristianos en Israel y los territorios palestinos ha bajado hasta conformar menos del 2% de la población.

Esto se debe en parte al crecimiento del número de judíos y musulmanes, pero también al conflicto y la posibilidad de tener mejores oportunidades en otro lugar, señala nuestra corresponsal.

http://www.bbc.co.uk/mundo

¿Cuál es la causa de la decadencia espiritual?

Alejamiento

Si hay una enseñanza vital de la vida cristiana práctica es que la vida espiritual que derivamos de Cristo se alimenta y fortalece de Cristo mismo. En el momento en que somos salvados, el Espíritu de Cristo viene a morar en nosotros comunicándonos la vida espiritual de Cristo y Sus características.

En Jn. 14:19 Cristo dice a Sus discípulos: “Porque yo vivo, vosotros también viviréis”. Y en Jn. 15:4-5: “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” (comp. Gal. 2:20).

Muchas veces hablamos de la vida eterna como algo que se nos da, y eso no es incorrecto en sí mismo (Pablo dice en Ef. 2:9 que la salvación es un regalo de Dios); pero es más preciso decir que la vida eterna es algo que compartimos. Por el hecho de estar en Cristo somos hechos partícipes de Su vida.

Juan nos dice en su primera carta que “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1Jn. 5:12). Y en el vers. 20 añade: “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en Su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna”.

Es por eso que el NT hace un uso tan frecuente de la expresión “en Cristo” o frases similares (Pablo usa ese tipo de expresión unas 216 veces en sus cartas). Todo lo que somos y todo lo que tenemos se debe únicamente al hecho de que estamos en Cristo.

Es a eso que se refiere el Señor en Juan 6 cuando dijo a los judíos que si querían ser salvos debían comerlo y beberlo. Cuando nosotros comemos y bebemos los alimentos que sostienen nuestra vida física, esos alimentos vienen a ser parte constituyente de nuestro cuerpo. Y lo mismo ocurre a nivel espiritual. Cuando creemos en Cristo, nos estamos apropiando de Él, y Su vida espiritual con sus características pasa ahora a ser nuestra (comp. Jn. 6:47-58).

Por eso decimos que el cristianismo es Cristo. Estamos vivos espiritualmente porque Él mora en nosotros por Su Espíritu; y ahora podemos ser santos porque Él está obrando en nosotros para hacernos cada vez más semejantes a Él.

Son esas características de Cristo las que Pablo describe en Gal. 5:22-23 como el fruto del Espíritu. La diferencia entre Él y nosotros, es que en la Persona de Cristo esas gracias son intrínsecas y perfectas; mientras que en nosotros son derivadas y necesitan ser perfeccionadas. ¿Cómo? Supliéndonos constantemente de la fuente de la que se derivan: Cristo mismo.

Juan nos dice en su evangelio que la Ley nos fue dada por medio de Moisés, “pero (que) la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo” (Jn. 1:17). Él es la fuente por la cual fluyen todas las gracias de Dios a nuestras vidas.

Pero, ¿cómo podemos, en una forma práctica, alimentarnos de Cristo? De la misma manera como llegamos a ser partícipes de Él: por medio de la fe. ¿Qué quiso decir el Señor cuando habló de que Él era el Pan de Vida, y que sólo comiéndole a Él podíamos tener vida eterna? El Señor estaba hablando aquí de depositar toda nuestra fe en Él y apropiarnos de Él en todos Sus oficios: como nuestro Profeta, nuestro Sacerdote y nuestro Rey.

Así como el Espíritu de Cristo vino a morar en nosotros cuando fuimos salvados, comunicándonos de ese modo la vida de Cristo y Sus características, esa vida y esas características son ahora desarrolladas y fortalecidas en la misma medida en que continuamos alimentándonos de Cristo por la fe.

Es por fe que contemplamos la gloria de Cristo, Su persona, Su obra de salvación, Su perdón continuo, Sus oficios como Profeta (revelándonos la verdad de Dios), como Sacerdote (intercediendo por nosotros ante Dios) y como Rey (teniendo pleno derecho de gobernar nuestras vidas).

Y cuando miramos a Cristo constantemente con los ojos de la fe, contemplando Su majestad para adorarle, Su santidad y bondad para imitarle y Su redención para agradecerle, entonces las gracias que Él impartió en nosotros se fortalecen y desarrollan (comp. 2Cor. 3:18).

El ministro puritano John Owen dice al respecto: “Cuando la mente es llenada con pensamientos de Cristo y de Su gloria, cuando el alma se adhiere a Él con intensos afectos, esto echará fuera, y no permitirán la entrada, de aquellas causas que provocan debilidad e indisposición espiritual” (Owen; vol. 1, pg. 461).

Y en otro lugar añade: “¿Hemos descubierto en nosotros decaimiento en la gracia…? ¿Mortandad, frialdad, adormecimiento, algún tipo de tontera y de insensibilidad espiritual? ¿Hemos descubierto lentitud en el ejercicio de la gracia en su momento apropiado…? ¿Quisiéramos ver nuestras almas recobrarse de estas enfermedades peligrosas?… No existe una mejor manera de ser sanado y librado; más aún, no existe otra manera que no sea ésta: obtener una fresca visión de la gloria de Cristo por fe… La contemplación constante de Cristo y Su gloria, ejerciendo un poder transformador que reavive todas las gracias, es el único socorro en este caso” (Ibíd.; pg. 395).

¿Qué tanto ocupas tus pensamientos en meditar en la gloria de Cristo? ¿Qué tanto procuras imitarle? ¿Qué tanto le manifiestas tu amor y tu adoración? ¿Qué tanto profundizas en el estudio de Su Persona y Su obra a través del estudio cuidadoso y reflexivo de la Escritura?

La vida cristiana no se vive simplemente siguiendo una serie de reglas o creyendo una serie de doctrinas (por más importantes que las doctrinas sean para una vida cristiana vigorosa). La vida cristiana práctica consiste en comunión con Cristo. Por estar en Él estamos espiritualmente vivos, y sólo en comunión con Él podemos estar saludable y vigorosamente vivos.

© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.

http://www.todopensamientocautivo.com/2015/04/cual-es-la-causa-de-la-decadencia-espiritual/

Cristianismo sin Cristo

cross

¿Cómo sería una ciudad donde Satanás tuviera el control total?

Seguro que a nuestras mentes vienen muchas imágenes, posiblemente de tantas películas y referencias a este hecho que hemos llegado a ver. Vienen a nuestra mente imágenes de violencia descontrolada, asesinatos, robos con violencia, excesos de inmoralidad, etc., y por supuesto, nos imaginamos iglesias cerradas y a los creyentes echados fuera, perseguidos y asesinados.

Esta pregunta que he formulado la lanzó un predicador norteamericano, Donald Grey Barnhouse, en un mensaje que se emitió en un programa para la radio CBS. Él dio otro tipo de respuesta, otro escenario totalmente diferente: No sería una ciudad en la que se desbordara la violencia, no habría una total corrupción, ni inmoralidad. Los bares estarían cerrados, la inmoralidad prohibida, calles limpias y ordenadas, en las que encontraríamos buena gente, personas amables, que se saludarían los unos a los otros, los niños serían obedientes a sus padres, y las iglesias estarían llenas cada domingo. Pero serían iglesias en las que no se predicaría a Cristo.

Hace poco ha sido publicado el último libro del pastor norteamericano Michael Horton, titulado “Christless Christianity”, el cual es una respuesta al hecho acerca del camino que están tomando algunas iglesias en su doctrina.

Cristianismo sin Cristo… ¿A qué viene este título? El autor del libro se encuentra en una sociedad en la que existe una iglesia postmoderna, adaptada a las nuevas tecnologías, explotando todos los recursos que tiene a su alrededor, que es culturalmente relevante en su sociedad, que se siente alegre de sus propios logros. Pero como habréis notado, en la descripción que se nos ha dado de la iglesia no se ha mencionado lo que realmente es esencial, lo que debe identificar a una iglesia: Cristo. No hay cabida para él, pareciera.

¿Cómo se puede llegar a este extremo? ¿Realmente es posible llegar a conseguir una iglesia de Cristo sin Cristo? ¿Cuál es la estrategia de Satanás para conseguir apartar a Cristo?

Sencillamente añadiendo algo más a Cristo. Es decir, es necesario Cristo y la obra social, es necesario Cristo y la relevancia cultural, es necesario Cristo y las misiones, etc. No significa que esto segundo sea malo, el problema es que la estrategia consiste en añadir este algo a Cristo, que sin dificultad se convierte en nuestro principal deseo, llegando a hacer sombra a Cristo. Por deseo de ser culturalmente agradables, de ser accesibles, podemos llegar a apartar a Cristo, o retocarlo, porque Cristo es, para el mundo, una ofensa. No se trata de un ataque al cristianismo evidente, claramente reconocible, como lo puede ser la persecución y asesinato que sufren miles de cristianos en varios países del mundo. La estrategia que usa es más sutil: hacer sombra a Cristo, para que éste desaparezca.

Una iglesia de Cristo sin Cristo es su objetivo. Una iglesia llena, totalmente relevante en su sociedad, en la que uno puede llegar a pasárselo bien… pero una iglesia sin Cristo.

El apóstol Pablo era conocedor del peligro de que falsas enseñanzas penetren en la iglesia desviando a los creyentes de la verdad. Estas falsas enseñanzas no son grandes mentiras que atacan la verdad de Cristo, sino sutiles falsedades que poco a poco van desviando este foco de la verdad hacia la mentira. Encontramos en Colosenses 2:8-15 la siguiente advertencia del apóstol a la iglesia en Colosas: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.”

En este momento en el que Pablo les escribe, existe en la iglesia un cierto aire de confusión e inquietud, ya que todavía ejercían algunos de los hábitos de sus antiguas creencias religiosas, difíciles de desarraigar. Había también una permanente presión del medio social colosense y una incesante insistencia de los judaizantes acerca de la sujeción a la Ley mosaica. Pablo les escribe para advertirles del peligro de volver a caer en el paganismo que habían profesado antes de estar en Cristo, aceptando en sus creencias ciertas filosofías y rituales paganos, así como el hecho de introducir ceremonias, tradiciones judías y ciertos elementos místicos, como añadidura a su creencia.

Como podemos ver en la respuesta de Pablo a esta herejía que se estaba introduciendo en la iglesia de Colosas, no se trata de una discusión para desmontar cada una de sus partes. Pablo ni siquiera se refiere a esta herejía por su nombre.

La refutación más eficaz de cualquier herejía es la proclamación clara de la persona y la obra de Cristo, de ahí que el tema de Pablo es la preeminencia de Cristo. Por eso Pablo no discute ninguna de las falsas doctrinas en detalle, sino que simplemente provee la respuesta positiva: Jesucristo es todo lo que necesitamos para reconciliarnos con Dios y para guiar nuestras vidas.

Por ello Pablo en esta declaración está recordando que toda la plenitud de la Deidad habita “corporalmente” en Cristo, no en un sentido místico, sino corporalmente. No que Cristo se asemeja a Dios, que en Cristo podemos encontrar los atributos de Dios, sino que en Cristo está la plenitud de Dios. No es solamente un gran profeta y un gran rey, es el Hijo de Dios, se trata de la segunda persona de la Trinidad.

Las palabras de Pablo en esta carta son muy importantes para nosotros hoy. Nos exhorta a estar alerta. Ésta es la responsabilidad de todo cristiano, no solamente del pastor, o de los diáconos, o de los que están en un ministerio, sino de todos y cada uno de nosotros, porque es fácil ser distraídos de la verdad de Cristo como la única esperanza para nosotros. Pero en lugar de distraernos con estas falsas enseñanzas, debemos concentrarnos en conocer y proclamar la única verdad: no hay nada más que Cristo, solamente en Cristo está la salvación.

John MacArthur, en referencia a este tema, comenta: “Como cristiano tengo un sentimiento de estar completo, ¿no te pasa lo mismo? Mi búsqueda de la verdad ya terminó, ¿la tuya también? No puedo concebir necesitar nunca algo fuera de Jesús.”

Toda la Escritura habla de la total suficiencia de Cristo para toda necesidad espiritual, y una de las declaraciones más claras se encuentra en este texto que hemos leído, donde se nos recuerda que somos completos en Él.

Tener a Cristo significa tenerlo todo, ahora y por la eternidad.

http://atiempoyadestiempo.net/?p=151