Archivo de la categoría: frases y reflexiones
«Economía» Omraam Mikhaël Aïvanhov.
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«Para comprender la economía, hay que escuchar las lecciones de la naturaleza. Diréis: «¡Pero la naturaleza no nos da ninguna lección de economía! Toda esa vegetación, todos esos animales, todos esos humanos que no cesan de nacer y de morir desde hace miles de millones de años, ¡qué despilfarro! ¿Para qué han servido todas estas vidas?» Para nada, desde luego, en el sentido en que vosotros comprendéis la palabra «servir». Pero todas estas vidas han sido útiles en la economía cósmica. La naturaleza nunca se ha preocupado por los miles de millones de cadáveres de seres humanos, de animales y de plantas: vuelven a la tierra y dan nacimiento a otros seres vivos.
Mientras que ¡observad las dificultades con las que se encuentran las sociedades modernas para desembarazarse de sus desechos! Fabrican cada vez más materiales que, cuando han sido utilizados, ya no se descomponen de forma natural y contaminan la tierra, el aire, el agua, etc. Diréis: «Pero las materias plásticas, las pilas eléctricas, la gasolina, la energía nuclear, etc., es el progreso.» Desde luego, no lo niego. Pero al mismo tiempo que se realizaban estos progresos, se debió reflexionar en todos los inconvenientes que también acarrearían y buscar todos los medios de neutralizarlos.»
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LAS PALABRAS DE BUDA
FRASE DEL DIA
«Las glándulas salivares» Omraam Mikhaël Aïvanhov.
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«Durante la comida, la mayoría de las veces vuestras preocupaciones no tienen ninguna relación con el acto de comer, ¿no es así?… A partir de ahora, tratad de echar una mirada a lo que habéis puesto en vuestro plato y decid al menos: «Gracias Señor, de poder saborearte a través de estos alimentos que son portadores de tu vida.»
Un pensamiento de reconocimiento, un sentimiento de amor actúan muy favorablemente sobre el funcionamiento de las glándulas salivares. Estas glándulas, una vez activadas, segregan elementos químicos que extraen las energías sutiles contenidas en el alimento. No es el estómago, sino la lengua y la boca quienes, gracias a nuestros pensamientos y nuestros sentimientos, captan la quintaesencia de los alimentos y los envían al cerebro así como a todo nuestro sistema nervioso. Por tanto, antes incluso de que los alimentos pasen al estómago y después a los intestinos, el organismo ya ha absorbido los elementos etéricos, los que dan la vitalidad y con los que os sentiréis regenerados.»
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«Estados de conciencia más elevados» Omraam Mikhaël Aïvanhov.
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«Los pensamientos y los sentimientos son corrientes de fuerzas.
Por ello debéis estar siempre atentos a la calidad de cada pensamiento, de cada sentimiento que aceptéis alimentar en vosotros. Esto debe ser incluso una de vuestras principales preocupaciones. Cada día, procurad consagrar al menos unos minutos a una actividad que conecte vuestro intelecto y vuestro corazón con las regiones del alma y del espíritu. Escoged una actividad que os obligue a atraer y a conservar en vosotros las imágenes más luminosas, los estados de conciencia más elevados; consideradla como el momento más importante de vuestra jornada, pensad que de este momento dependen vuestro futuro, vuestra salvación. Al principio, quizá no veáis todas las consecuencias benéficas. Pero continuad: poco a poco os sentiréis habitados por algo muy grande, muy puro, y suceda lo que os suceda, esta presencia en vosotros os aportará la fuerza, la paz y el gozo.»
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El miedo
«Entidades celestiales» Omraam Mikhaël Aïvanhov.
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«Al despertaros por la mañana, antes de cualquier preocupación,
pensad en armonizaros con las entidades celestiales, decidles que queréis entrar en su armonía.
Llamad a estas criaturas luminosas que pueblan el espacio, concentraos en ellas, imaginaos cuán bellas son, cuán puras y llenas de amor. Si vuestro deseo es sincero, entraréis en contacto con ellas gracias a la ley de afinidad. Algo sucederá entonces dentro de vosotros: vuestro corazón, vuestro intelecto, vuestra alma y vuestro espíritu vibrarán al unísono con el mundo divino. Todo vuestro ser se convertirá en un instrumento bien afinado y la armonía que habréis conseguido crear, marcará con su sello la jornada que empieza.
¡Hay tantos encuentros, tantos acontecimientos en la vida que pueden perturbaros, haceros perder vuestro gozo y vuestra paz! Pero, suceda lo que suceda, siempre os queda el poder de armonizaros con las entidades celestiales para que la armonía con la que ellas llenan el espacio, descienda a habitar en vosotros.»
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La esperanza
«Personas insoportables» Omraam Mikhaël Aïvanhov.
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«¿Quién de entre vosotros no tiene a su alrededor, o incluso en su familia, algunas personas a las que le resulta difícil soportar? Pero en lugar de quejarse y recriminar, debéis considerar estas personas insoportables como otras tantas buenas ocasiones para esforzaros y aprender a amar. En efecto, es un aprendizaje.
Un día, cuando dejéis la tierra y os presentéis ante las entidades celestiales, éstas os preguntarán: «¿Por qué no habéis tenido más amor hacia vuestros semejantes?» Y no creáis que os justificaréis diciendo que son desagradables y antipáticos… porque os dirán: «No, ésta no es una razón. El Cielo te dio grandes riquezas, recibiste brazos, piernas, orejas, una boca, ojos y sobre todo un cerebro, pero en lugar de utilizarlos para ser útiles a los demás, te conformaste con criticarles y despreciarles. – ¡Pero eran tan miserables! – Pues bien, precisamente, ésta era una razón más para actuar con ellos más generosamente.» Nada podrá justificaros.»
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«Besos» Omraam Mikhaël Aïvanhov.
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«Desde por la mañana hasta por la noche, la gente se encuentra y
se saluda, pero la mayoría de las veces lo hacen maquinalmente,
descuidadamente. Incluso en las familias, y en las parejas…
Mirad: cuando sale para ir a trabajar, el marido besa a su mujer.
«Hasta luego cariño. – Hasta luego mi amor…» Pero, ¿qué
hay en su beso? A menudo, nada. Se besan por costumbre y un
minuto después ya se han olvidado de que se besaron. No vale la
pena besar de esta manera. Si alguien besa a su mujer o a su
marido, debe hacerlo para darle un apoyo, algo vivo. Pero, ¿qué
parejas piensan en esto?…
Y una vez terminada la jornada de trabajo, el marido regresa a
casa. Ha tenido un día difícil, está preocupado, contrariado,
porque nada ha ido como esperaba; pero de nuevo besa a su mujer
sin sospechar que le está comunicando algo pesado y oscuro que
él lleva dentro. Y su mujer, que lo ha recibido, se lo devolverá, inconscientemente, de una manera o de otra. Sí, en
las parejas, los hombres y las mujeres hacen sin cesar
intercambios entre sí, pero, ¿qué clase de intercambios? No
está prohibido besarse, pero hay que esforzarse, al menos, para
comunicar siempre algo bueno a aquella o a aquel a quien
besamos.»
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«Reflexionar antes de actuar» Omraam Mikhaël Aïvanhov.
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«¿Por qué es importante reflexionar bien antes de actuar?
Porque actuar significa desencadenar unas fuerzas, y una vez estas fuerzas se han desencadenado, no se detendrán en el camino, llegarán hasta el final. Os encontráis en la montaña y tenéis encima de vosotros una enorme roca a punto de despeñarse por la pendiente: depende de vosotros dejarla tranquila o precipitar su caída. Si la empujáis, después será imposible pararla: os aplastará a vosotros y a muchos otros que estén a vuestro lado. Y si abrís las compuertas de una esclusa ¡tratad luego de detener el agua!
Siempre sois dueños de actuar o no, pero en el momento en que decidís actuar, las fuerzas liberadas os escapan. Cuando unos agitadores desatan un motín, muy rápidamente pierden el control. Por esto se dice: «Quien siembra vientos, recoge tempestades» y esa tempestad puede arrastrar incluso a quien la ha provocado. Antes de decir una palabra, de lanzar una mirada, de escribir una carta, de dar la señal de ataque en una guerra, tenemos todos los poderes; pero después se acabó, ya no somos más que un espectador de los poderes que se han puesto en movimiento, y a menudo incluso sus víctimas.»
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Análisis del ensayo “Ideas y creencias” de Ortega y Gasset
En su conocido ensayo “Ideas y creencias” [link a ensayo en PDF], Ortega y Gasset analiza los conceptos de idea y creencia y su relación; con ellos pretende explicar el azoramiento de la época actual, esa duda sobre nuestras creencias que se va extendiendo cada vez más.
Por idea debemos entender, según el filósofo, aquellas estructuras mentales explicativas en las que pensamos. En tanto que somos conscientes de ellas son ideas y no creencias, por tanto la distancia entre el sujeto y sus ideas es un hecho radical. Somos portadores de ideas. En este sentido la ciencia, como actividad consciente, es un conjunto de ideas explicativas de aquello que llamamos real. Lo real debe ser entendido, lógicamente, como un entramado de nuestra mente, el mundo “en sí” no es accesible a nuestras ideas y ni siquiera problematiza Ortega la cuestión de si existe un sustrato metafísico más allá de ese mundo mental que llamamos realidad. No es una cuestión relevante.
Desde esta perspectiva, ciencia, religión y poesía están más estrechamente emparentadas de lo que creemos: son estructuras mentales conscientes que pretenden interpretar lo real. Que la ciencia sea considerada como conjunto de ideas objetivas es irrelevante para el asunto, puedo volver al ejemplo de la religión: en la edad media europea se pensaba que el cristianismo y sus explicación del mundo terrenal y espiritual era “objetiva”, esta valoración de la estructura ideológica de la religión no la transformaba en objetiva ni distinta a cualquier otra estructura de ideas.
“Yo diría […] que la ciencia está mucho más cerca de la poesía que de la realidad, que su función en el organismo de nuestra vida se parece mucho a la del arte. Sin duda, en comparación con una novela, la ciencia parece la realidad misma. Pero en comparación con la realidad auténtica se advierte lo que la ciencia tiene de novela, de fantasía, de construcción mental, de edificio imaginario.”
José Ortega y Gasset; Ideas y creencias; cap. ii.
“[…] la duda, la verdadera, la que no es simplemente metódica ni intelectual, es un modo de la creencia y pertenece al mismo estrato que ésta en la arquitectura de la vida. También en la duda se está. Sólo que en este caso el estar tiene un carácter terrible. En la duda se está como se está en un abismo, es decir, cayendo. Es, pues, la negación de la estabilidad.
[…] la duda nos arroja ante lo dudoso, ante una realidad tan realidad como la fundada en la creencia, pero que es ella ambigua, bicéfala, inestable, frente a la cual no sabemos a qué atenernos ni qué hacer. La duda, en suma, es estar en lo inestable como tal: es la vida en el instante del terremoto, de un terremoto permanente y definitivo.”
José Ortega y Gasset; Ideas y creencias; cap. iii.
Y cuando el hombre duda se pone a pensar. Es el los intersticios de las creencias en donde surge el pensamiento, las ideas. Con la razón imaginamos mundos en donde no existe duda y en donde la estabilidad o, al menos, cierto orden normativo dan coherencia a lo real. Pensar es apaciguar la duda, curar la creencia y, en definitiva, crear mundos imaginarios de certezas que nacen del desasosiego y crecen por sí mismos hasta que nos hacen olvidar su legítimo origen.
sé feliz
«Riquezas» Omraam Mikhaël Aïvanhov.
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«El mundo material y el mundo espiritual nos presentan cada uno de ellos sus riquezas; en ambos casos, no es fácil adquirirlas, pero no vivimos las dificultades de la misma manera cuando buscamos las riquezas materiales que cuando buscamos las riquezas espirituales.
Aquél que se concentra en el éxito material, en las posesiones,
el dinero, el poder y no logra sus objetivos, vive amargamente
sus fracasos: al no haber obtenido lo que deseaba, siente una
frustración, y a menudo está resentido contra aquéllos que han
triunfado donde él fracasó.
Mientras que el que alimenta necesidades espirituales se siente siempre sostenido, como si estuviese habitado por una luz que no le abandona nunca.
Gracias a sus aspiraciones hacia una vida superior, teje continuamente lazos con el mundo divino y estos lazos producen en él unas vibraciones secretas. Y aunque no llegue incluso a realizar plenamente todas sus aspiraciones, aunque se sienta tan pequeño frente a la inmensidad de su ideal, las vibraciones poderosas que animan su ser profundo, le salvan del desánimo. Este ideal es como una luz que le muestra la meta a alcanzar al mismo tiempo que ilumina su camino, y a pesar de los obstáculos, siente que se acerca cada día a su patria celestial.»
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