Según Bodhidharma, primer patriarca zen: “Mientras busques a Buda en alguna parte, nunca veras que tu propia mente es el Buda“. Los coches que pasan por la calle, las personas que vemos caminar, los edificios que nos rodean, los árboles que observamos, incluso nosotros mismos, todos parecen reales, sólidos y tridimensionales. Sin embargo, existe la posibilidad de que todo lo que vemos en el universo pudiera ser, !oh sorpresa!, un holograma. Hay claros indicios de que esta posibilidad pudiera ser cierta. Si así fuera se daría un vuelco a lo que nosotros consideramos la realidad. Y este es un tema que me apasiona. Un holograma es una imagen que ha sido transformada, reubicándose la luz que la refleja y colocándose de manera tal que para la vista humana el objeto que se representa pueda ser visto en diferentes planos al mismo tiempo, permitiendo entonces que el cerebro de quien la observa la entienda como una imagen tridimensional, a pesar de estar hecha en un soporte bidimensional. La posibilidad de que el universo sea un holograma se basa en algunas nuevas teorías de la física, pero con evidentes repercusiones en los terrenos metafísico, psicológico, neurológico, religioso, etc… Todo empezó en 1975, cuando Stephen Hawking, el genial físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico británico, logró demostrar que en realidad los agujeros negros son capaces de emitir radiación. Este proceso lleva desde entonces su nombre y se conoce como ‘radiación Hawking’. Pero esta idea planteó un serio problema. Si los agujeros negros emiten radiación, eso significa que van perdiendo masa, y la consecuencia es que el agujero negro se iría haciendo cada vez más pequeño, evaporándose hasta desaparecer por completo del universo. Y si fuera cierto que los agujeros negros pueden evaporarse, toda esa información cuántica sobre el estado de cada partícula se perdería para siempre, algo que no tiene ningún sentido en el universo en el que vivimos y que cuestionaría seriamente todo lo que sabemos sobre la naturaleza de la materia, el espacio y el tiempo. La pérdida de información en los agujeros negros puede derribar uno de los pilares de la mecánica cuántica, que se basa en el hecho de que la información cuántica que lleva incorporada la materia jamás se destruye.
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