El número de niños muertos o heridos a causa del conflicto en Afganistán aumentó un 30% en el primer semestre de 2013 respecto al mismo período del año anterior, con un total de 524, anunció hoy la misión afgana de la ONU (UNAMA).
El último caso dramático lo conocíamos ayer. Militantes talibanes decapitaron a un niño de 10 años de edad, en Zherai, en el sur de Afganistán, acusándolo de espionaje para las potencias occidentales. Posteriormente, un segundo joven de 16 años fue también hallado decapitado .
El jefe de la UNAMA, Jan Kubis, reveló en una rueda de prensa en Kabul que entre enero y junio el número de menores víctimas de la violencia de la guerra afgana supusieron un 21% del total de los civiles muertos o heridos en el conflicto.
Kubis aseguró también que el número de civiles víctimas de sucesos violentos en el país asiático aumentaron un 24% respecto al mismo período de 2012, situándose en 2.499.
La mayor parte de las víctimas civiles, un 74%, son atribuidas por la UNAMA a acciones de la insurgencia talibán y otros grupos opositores, y fueron provocados sobre todo por la detonación de artefactos explosivos, con un 41% del total.
Kubis destacó además durante su comparecencia que los líderes del movimiento talibán han aceptado reunirse con representantes de la ONU para buscar el mejor modo de reducir el número de víctimas civiles en el conflicto y que ese diálogo comenzará “más pronto que tarde”.
Sin embargo, las muertes por operaciones de la misión de la OTAN en Afganistán no son infrecuentes y causan mucha fricción entre el Gobierno afgano y las tropas extranjeras.
La guerra afgana se halla en uno de los momentos más sangrientos desde su comienzo hace más de una década, aunque en el caso de las fuerzas internacionales se está produciendo en lo que va de año el nivel más bajo de muertes de soldados desde 2005.
Las tropas de combate de la OTAN están en pleno proceso de retirada de Afganistán y transfirieren gradualmente la competencia de la seguridad a la Policía y Ejército del país asiático.
Este repliegue concluirá en 2014, si se cumplen los plazos previstos, pero la comunidad internacional baraja mantener cierta presencia militar en suelo afgano más allá de esa fecha.