LOS GUANCHES

Una colaboración de lalunagatuna

Los orígenes de los primitivos de las Islas Canarias, es decir, los Guanches, son todavía un misterio. Algunos historiadores creen que los Guanches, de raza cromañón que habitaban en cuevas, eran de origen Egipcio, por la semejanza que tenían en el método de momificar cadaveres. Otros apoyan un punto de vista más romántico, eran indigenas de una raza no desaparecida del perdido continente de la Atlántida y otros todavía creen que son de origen escandinavo o cartaginés por la naturaleza marinera que tenían.

La semejanza entre las caracteristicas físicas de muchos canarios modernos y sus posibles antepasados, los vikingos, es impresionante, aunque tras la conquista por los españoles las Isla Canarias, la mezcla racial ha proporcionado una rica pupurrí de personas y razas.

El término guanche se aplica a los antiguos habitantes de la isla de Tenerife, de origen bereber, antes de la Conquista de la isla en 1496. Significa “Hombre de Tenerife (Chinet)”. Erróneamente fue aplicado a las demás islas durante largos años, situación que persiste hoy en día.

Estatua de Bencomo en la Plaza de la Patrona de Canarias, Tenerife.

Tradicionalmente se ha considerado que el origen del término guanche era el modo en el que los nativos de la isla de Tenerife se referían a sí mismos. Así, la voz guanche provendría del bereber, de los vocablos wa n chinet y que significaría ‘el (hombre) que es de Chinet’ (Chinet/Tinet ‘Isla de Tenerife’ > wa n chinet ‘tinerfeño’). No obstante, Juan de Abreu Galindo asegura que la voz guanche provendría del nombre “Vincheni”. De hecho ésta puede derivarse con ortografía “uincheni” ya que “v” y “u” se confunden en numerosos manuscritos antigüos. La “n” final es la forma de plural bereber a la que se ha añadido una “i”, quizá por influencia latina (o italiana). La mayoría de sustantivos latinos masculinos hacen el plural en “i”. Uinche (plural de uinchen/i). La “g” inicial es por añadidura (obsérvese en inglés winch>español canario coloquial “güinche”. El paso de -in a -en y luego a -an es explicable lingüísticamente.

Con el paso del tiempo este gentilicio se ha generalizado para todos los pobladores aborígenes de las islas Canarias, aunque los habitantes del resto de las islas tenían sus propios nombres. De hecho, cada isla tenía su propia lengua diferenciada inteligible sólo parcialmente con la de las otras islas. Así a los de Gran Canaria se los denominaba Canarii; a los de La Gomera, gomeros o gomeritas; a los de Fuerteventura y a los de Lanzarote, maxos o majos (castellanizado como majoreros); bimbaches a los de El Hierro y benahoaritas o auaritas a los de La Palma. A los de la isla de Canaria, no se conoce vocablo, llamándoles en la actualidad antigüos Canarios.
En la actualidad la palabra guanche, se utiliza para designar a los aborígenes de la isla de Tenerife, y poco a poco se intenta erradicar para referirse al de otras islas, pues Guanche, era solo el habitante de Tenerife.

Otras teorías minoritarias2 hacen provenir la voz guanche del francés antiguo “guinchet”, argumentando que guanche fue el nombre con el que los conquistadores normandos se referían no sólo a los indígenas de la isla de Tenerife, sino de toda Canarias. Según esta teoría, guanche no sería un término nativo sino extranjero, y estaría relacionada con la primera etapa de la conquista llevada a cabo por franco-normandos. Sin embargo, hay quienes rechazan esta teoría3 sobre la base de que el término guanche aparece en las fuentes a finales del siglo XV, mucho después del periodo franco-normando, y haciendo referencia a la isla de Tenerife.

Origen de la antigua población de Tenerife

Los guanches debieron de haber llegado a Tenerife entre un período antes del siglo V a. C. y el comienzo de la Era Cristiana o antes. Durante casi dos mil años, poblaron la isla y trataron de adaptarse a sus particularidades medioambientales hasta que en 1496 fueron sometidos por las tropas castellanas.4 Un 55% de los linajes aborígenes tienen sus homólogos más cercanos en el Magreb. Sin embargo, éstos no incluyen al haplogrupo U6b1, por lo que el origen concreto de los primeros pobladores sigue siendo una incógnita.5 Estas poblaciones estaban entroncadas con los antiguos bereberes del norte de África. Una evidencia de la procedencia norteafricana de los aborígenes canarios son los restos de escritura (como los de Garafía o el Julán) idénticas a otras encontradas en Libia o Argelia. También las palabras recogidas por los conquistadores, la toponimia o el sistema de numeración muestran un claro parentesco con las lenguas bereberes con el guanche (ver; Piedra Zanata, una de las piezas más importantes de la protohistoria canaria y norteafricana). Por ejemplo la siguiente lista reproduce los numerales en dos variantes de guanche (grancanario y tinerfeño):

Lengua ‘uno’ ‘dos’ ‘tres’ ‘cuatro’ ‘cinco’ ‘seis’ ‘siete’ ‘ocho’ ‘nueve’ ‘diez’

Guanche
tinerfeño ben /
wen lini /
snet amiat acod(et)/
arba sumus(et) /
cansa set sat tam aldamoraw marago
“Guanche”

grancanario nait smet- amel- acod- simus- ses- sat- tama- alda-
marawa marawa
proto-
bereber *yw?n *sin
*snat *krad *(a)kud?
*rba *s?mus *s?dis *sa *tma- *tza- *mraw

Para el guanche tinerfeño se conocen algunos numerales más: 11 benirmarago, 12 linirmarago, 13 amieratmarago, 14 acodatmarago, 15 simusatmarago. Las formas en -t son formas femeninas, que son las formas corrientes usadas para contar (las masculinas se usarían como determinantes de nombres masculinos).
En la población guanche se encuentran dos tipos raciales: cromañoides y mediterranoides. Los restos más antiguos son del siglo V a. C., siendo la mayoría de la era cristiana, hasta el XV.
La colonización de las islas por norteafricanos se produjo probablemente en diversas migraciones, a las que contribuyó la desertización del Sáhara y el empuje de los establecimientos fenicios y romanos en el norte de África. Importaron animales domésticos (cabras, ovejas, cerdos y perros), que cambiaron por completo la frágil ecología de las islas y contribuyeron a la desertificación de las islas menores, e introdujeron el trigo, las arvejas o guisantes y la cebada.
Se sabe que la llegada de los aborígenes al archipiélago provocó la extinción de algunos grandes reptiles y mamíferos insulares, como por ejemplo, el lagarto gigante Lacerta goliath (que llegaba a alcanzar hasta un metro) y la Canariomys bravoi (rata gigante de Tenerife).

Topónimos guanches

Vasijas guanches en el Museo de la Naturaleza y el Hombre (Tenerife).
Muchos de los topónimos guanches son interpretables a partir del bereber continental. Usualmente en bereber los nombres y adjetivos masculinos empienzan por a- (a veces i- o u-), mientras que los nombres femeninos empiezan en t :

Tenerife: Achinet, Achinech, Achineche o Asensen
Lanzarote: Titerogakaet o Titeroigatra
La Gomera: Gomera o Gomahara
Gran Canaria: Tamarán
La Palma: Benahoare
Fuerteventura: Erbania o Erbani
El Hierro: Eseró o Heró

Organización y cultura material Estructura social

Representación de un poblado guanche.
La sociedad guanche era patriarcal y matrilineal, y estaba dividida en estratos definidos por la riqueza, en cabezas de ganado especialmente. Cada isla se dividía en territorios cuyo rey era el mencey (en Tenerife) o guanarteme (Gran Canaria). El sistema de clase era también diferente en cada una de las islas, y sólo se ha identificado claramente para los casos de Tenerife y Gran Canaria, donde se puede resumir con las categorías de nobles (habiendo varias categorías dentro de esta) y pueblo. La pureza de sangre entre los nobles de alto rango era absoluta, y para llegar a ser mencey se tenía que demostrar dicha pureza. Para el caso concreto de Tenerife, según Juan Núñez de la Peña, se distinguían tres grupos sociales:

Achimencey o noble
Achicaxna o villano
Cichiciquio o servidor soldado.

Nótese que los términos con los que se identifican a las distintas categorías son similares a los existentes en la Europa de la Baja Edad Media. Esto se debe a que los cronistas extrapolaron la terminología propia de la organización social de la Europa medieval al caso insular.

Posiblemente el mencey poseía la propiedad de la mayor parte del ganado. También se plantea la posibilidad de que el mencey también poseyera la propiedad de las canteras de extracción de materia prima para la producción lítica.
La justicia se impartía en la plaza pública o Tagoror por un grupo de notables, y según los primeros visitantes de las islas era extremadamente dura.
Se han encontrado pruebas de infanticidio femenino y poliandria en varias islas. Este hecho se ha interpretado como una adaptación cultural a la escasez de recursos en forma de control poblacional.

Desarrollo tecnológico

Respecto al nivel tecnológico, los guanches pueden ser encuadrados entre los pueblos de la edad de piedra, si bien esta terminología es rechazada debido a la ambigüedad que presenta[¿quién?]. La cultura guanche se caracteriza por un desarrollo cultural avanzado, que posiblemente está en relación con los rasgos culturales bereberes importados desde el norte de África y un desarrollo tecnológico pobre, determinado por la escasez de materias primas, sobre todo de minerales que permitan la extracción de metales. Su actividad principal era el pastoreo, pero también se dedicaban a la agricultura, la recolección, la pesca, marisqueo de orilla o la artesanía. En la isla de Gran Canaria la agricultura sí que desempeña un papel primordial, por encima de la ganadería, en esta isla existía además el regadío. [cita requerida]
Los guanches vivían principalmente en cuevas naturales o en tubos volcánicos, aunque también existían refugios de piedra y cabañas (casas hondas) en aquellos lugares en que la orografía no era tan benefactora. En algunos casos se constata la utilización de cuevas artificiales y en Gran Canaria además existían pequeñas casas de piedra formando poblados.
Al contrario que en la mayoría de las culturas antiguas que surgieron en el entorno de islas oceánicas aisladas, como el Pacífico sur, en Canarias no se han encontrado evidencias arqueológicas o documentales de la existencia de embarcaciones marineras o conocimientos de navegación. Las crónicas de los primeros europeos llegados a Canarias recogen el hecho de que los guanches habían perdido por completo los conocimientos sobre navegación, de modo que las distintas islas permanecieron aisladas unas de otras durante siglos, desarrollando modos culturales diferentes.

División territorial Tenerife.

Estatua de Tinerfe El Grande en Adeje, Tenerife.
La isla de Tenerife estaba dividida en nueve “reinos” o menceyatos, gobernados por linajes segmentarios. Estos eran; menceyato de Daute, menceyato de Abona, menceyato de Taoro, menceyato de Adeje, menceyato de Anaga, menceyato de Icode, menceyato de Güímar, menceyato de Tegueste y el menceyato de Tacoronte.
En el momento de la conquista se calcula que había entre 30.000 y 35.000 aborígenes en Tenerife. La corte de los menceyes en Tenerife era Adeje o Adexe en el sur de Tenerife, hasta que cada uno de los hijos de Tinerfe el Grande se repartieron la isla en nueve reinos.

Asentamientos

Los guanches por lo general habitaban en cuevas cercanas a santuarios aborígenes o cercanas cuevas-palacios de menceyes.
Según los conquistadores españoles y hallazgos arqueológicos, cien años antes de la conquista. El trono de los menceyes era el poblado de Adeje en el sur de Tenerife (Adexe, en idioma guanche). Desde este lugar gobernaban la isla entera, por lo cuál fue el principal asentamiento en esa época, algunos de los menceyes de Adeje fueron: Betzenuriya, Sunta y Tinerfe. Este último rey fue el último monarca guanche en gobernar la isla unificada, ya que al morir sus hijos se repartieron la isla en nueve reinos que se mantuvo hasta la Conquista de Canarias, por parte de los castellanos.
Con la creación de los nueve menceyatos, se fueron creando de manera simultánea más asentamientos por otros lugares de la isla, algunos donde más tarde los europeos fundaron ciudades y villas, como por ejemplo: Añazo (Santa Cruz de Tenerife) y Aguere (San Cristóbal de La Laguna).
Otro asentamiento guanche fue el que se encontraba junto a la Cueva de Chinguaro (Güímar), y junto a la Cueva de Achbinico (Candelaria). Estos dos últimos parecen haber tenido una función de asentamiento-religioso, pues en estas dos cuevas los guanches veneraron la Virgen de Candelaria como su diosa Chaxiraxi.

Menceyes de Tenerife

Acaimo o Acaymo: Mencey de Tacoronte.
Adjoña: Mencey de Abona.
Añaterve: Mencey de Güímar.
Bencomo: Mencey de Taoro.
Beneharo: Mencey de Anaga.
Pelicar: Mencey de Adeje.
Pelinor: Mencey de Icode.
Romen: Mencey de Daute.
Tegueste: Mencey de Tegueste.
En Tenerife es importante también destacar al mencey Tinerfe el Grande y a su padre el mencey de Sunta, que gobernaron la isla unificada, desde el Menceyato de Adeje, antes que los hijos de Tinerfe se la repartieran en nueve reinos. Otro mencey importante de esta dinastía fue Betzenuriya.

Religión guanche, Mitología guanche.

Idolillo de El Guatimac, en el Museo Arqueológico del Puerto de la Cruz. (Tenerife)

El Teide, montaña sagrada para los guanches.
La mitología guanche tenía sus propios dioses, distintos en cada isla, pero ninguno común, aunque sí con conceptos comunes. La principal fiesta religiosa de los guanches era el Beñesmer, fiesta de la cosecha. Especialmente unidas a sus creencias, estaban las Momias guanches.
En Tenerife creían en Achamán (sinónimo de “los cielos” ). Era el dios “bueno”, el dios supremo, el dios de la suerte y de lo benévolo. Por otro lado estaba Guayota, el demonio, que habitaba en el interior de Echeide (el infierno), identificado con el Teide. Magec (el sol) era uno de los dioses principales. El término mago, con el que los terratenientes castellanos denominaban despectivamente a los agricultores de origen guanche tras la conquista, tiene su origen en el culto que le rendían dichos agricultores a fin de obtener buenas cosechas. También los guanches de Tenerife adoraron a una imagen de la Virgen María bajo el nombre de diosa Chaxiraxi, que traducido al español significaría la “Madre del Sol” y/o “La que carga al Rey del Mundo”. Actualmente los canarios siguen venerándola como Virgen de Candelaria (Patrona de Canarias).
En Tenerife, al igual que en otras islas, también existen indicios de un culto a los antepasados “espíritus ancestrales”, culto conocido sobre todo por la momificación de los cadáveres. También creían en divinidades inferiores o domésticas guardianes de lugares específicos (genios).

Otros seres sobrenaturales

Dioses paredros, divinidades domésticas y guardianes de lugares específicos (Genios).
Los Tibicenas o Guacanchas, legión de demonios hijos de Guayota (dios del mal).

En la actualidad existe una secta en Canarias llamada Iglesia del Pueblo Guanche, que adora a estos antiguos dioses aborígenes, con sede en San Cristóbal de La Laguna (Tenerife).

Los guanches y la conquista castellana

Conquista de las Islas Canarias.

Batalla de Acentejo en Tenerife.

La Conquista de las Islas Canarias duró casi cien años, de 1402 a 1496, supuso la desaparición de gran parte de los elementos de la cultura aborigen en todas las islas, la conversión al cristianismo y el mestizaje entre colonos y población local.
Por un lado, se produjo mediante la penetración religiosa y cultural fruto de la introducción de colonos, sobre todo del sur peninsular, en asentamientos estables.7 Las relaciones de producción de los asentamientos toman las formas de un régimen señorial híbrido.
Por otro lado, la destrucción del propio sistema de producción aborigen y los consecuentes ataques a los colonos llevan a la conquista militar.8 Esta comienza con la encomienda de Enrique III de Castilla a los normandos Juan de Bethencourt y Gadifer de la Salle y concluye con los Reyes Católicos.
El descenso de la población de las islas, ya diezmada7 por las incursiones y razzias de piratas y cazadores de esclavos desde África, se agravará con las enfermedades llegadas de Europa e hizo que los colonizadores buscaran mano de obra esclava en Berberia (Magreb). Estos esclavos eran llamados moriscos -sin relación con los moriscos peninsulares-, y acabaron también por fusionarse con la población de aborígenes y colonos que pervivió. Historiadores como Aznar Vallejo hablan de que un tercio de la población de Canarias a inicios del siglo XVI sería aborigen, mientras que otros como Macías la estiman en un 40%. Sin embargo, Dominik Wölfel invierte la proporción y estima unos 2/3 de indígenas, tras la conquista, y diversos datos desde la antropología y la genética desmienten totalmente la tesis de la extinción y minorización de las antiguas poblaciones canarias. La situación durante este siglo, tras el fin de la conquista, continuó empeorando con las incursiones de los piratas berberiscos Calafact (1569), Dogalí (1571) y sobre todo Amurat el Moro o Morato Arráez, que en la masacre de 1586 exterminó a la práctica totalidad de la población de Teguise.
En la isla de La Gomera sobrevivió mayor población prehispánica, siendo minoritaria la repoblación europea (portuguesa y castellana principalmente)[cita requerida].

Momias guanches

Momia guanche de San Andrés en el Museo Arqueológico de Santa Cruz de Tenerife.
Esta costumbre estaba destinada a preservar el cuerpo del fallecido mediante técnicas de embalsamiento muy similares a las que se realizaban en otras civilizaciones antiguas. Su finalidad, vinculada a sus creencias religiosas, era proteger al cadáver y también distinguir su relevancia social. La momificación se practicó en la isla de Tenerife, donde alcanzó mayor perfección.
Cabe resaltar que la momificación guanche es en muchos aspectos parecida a la practicada por los antiguos egipcios. Para preservar la corrupción en los cadáveres cuidaban mucho el proceso, el cuerpo, y sobre todo guardaban una especial memoria y honra a los difuntos. La momificación o mirlado, como le llamaron los primeros cronistas españoles de las “islas afortunadas” (Canarias), no fue de uso general entre la población guanche, existiendo varios procesos que muestran cierta gradación en la práctica funeraria que corresponden a una diferencia social y económica entre las diferentes castas de su sociedad. Lógicamente las momias de sus reyes (Menceyes), eran las que recibían mayores cuidados en la momificación. Los guanches al igual que los antiguos egipcios, guardaban en ocasiones las vísceras de sus reyes “menceyes”.
En el año 1933 fue descubierta la mayor necrópolis guanche hallada hasta la fecha en el Archipiélago Canario, la necrópolis guanche de Uchova en el municipio de San Miguel de Abona en el sur de la isla de Tenerife. Dicho yacimiento fue saqueado casi en su totalidad, se calculan que habían entre 74 y 60 momias guanches. El estudio de esta cueva funeraria reveló las particularidades de los ritos mortuorios aborígenes que hasta entonces se desconocían, como la colocación de los cadáveres y el acondicionamiento de sus lechos.

Museos

Museo de la Naturaleza y el Hombre que guarda la mayor colección sobre cultura guanche del mundo (Santa Cruz de Tenerife).
Muchos de los museos insulares de la isla poseen en sus colecciones material arqueológico y restos humanos de la prehistoria del archipiélago y de la Historia de Canarias. Algunos de los más importantes son:
Museo de la Naturaleza y el Hombre (Santa Cruz de Tenerife).
Museo Arqueológico del Puerto de La Cruz (Puerto de La Cruz, Tenerife).
Museo de Historia y Antropología de Tenerife (Casa Lercaro, San Cristóbal de La Laguna, Tenerife).

ADN Guanche en Puertorrico

Un grupo de estudiosos de universidades puertorriqueñas realizó un estudio del ADN mitocondrial que reveló que la actual población de Puerto Rico tiene un alto componente genético taíno (aborigen puertorriqueño) y guanche (aborigen canario, especialmente de los guanches de la isla de Tenerife).

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