La comisión independiente de la ONU que investiga las violaciones de derechos humanos en Siria sigue sin tener pruebas del uso de armas químicas en ese país y advirtió de que armar a la oposición podría terminar en nuevos crímenes de guerra.
“No podemos decir qué agentes químicos se han usado ni quién los ha usado (…) No estamos en capacidad de decir quién ha usado las armas químicas”, dijo ante la prensa el presidente de la comisión, Sergio Pinheiro, después de comparecer ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Tras aclarar que la comisión no opina sobre las declaraciones o decisiones que tomen los gobiernos, el jurista brasileño resaltó que los países que envíen armas a Siria son responsables de que puedan terminar usándose para cometer crímenes de guerra.
El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció el 13 de junio que enviará armamento a los grupos opositores sirios que buscan derrocar al Gobierno de Bashar al Assad, pero no precisó qué tipo de armas les proporcionará.
Según el diario The Washington Post, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense se prepara para hacer llegar armas y municiones a los opositores próximamente a partir de bases secretas localizadas en Turquía y Jordania.
Preguntado por la polémica surgida tras unas declaraciones de la jueza Carla del Ponte, miembro de la comisión, en las que sugirió que los opositores habrían usado armas químicas, Pinheiro se limitó a recordar el comunicado que publicaron tras esas afirmaciones.
“El mismo día que Carla hizo esas declaraciones publicamos un comunicado en el que explicamos nuestra posición”, reiteró el diplomático brasileño, quien insistió en que “no hay desacuerdo” entre los miembros de la comisión.
Entonces, la comisión aseguró que todavía no había encontrado “evidencias concluyentes” del uso de armas químicas, después de que Del Ponte dijera que se disponía de “testimonios” sobre su utilización, en concreto de gas sarín, por parte de los opositores.
EFE