Una colaboración de lalunagatuna
Esta noticia me impactó brutalmente y por este motivo la publico. Con ella no trato de buscar el sensacionalismo fácil, sino que lo que pretendo es denunciar públicamente el sufrimiento que padecen miles de niñas y adolescentes en Camerún con este tipo de actos atroces.
Las violaciones se multiplican en países como Camerún y por ese motivo es una práctica habitual que las madres de niñas y adolescentes planchen periódicamente con un palo incandescente los pechos de sus hijas. Con ello las madres intentandisminuir el atractivo sexual de las niñas y luchar así contra el abuso sexual. Planchando los pechos evitan que éstos crezcan y que llamen menos la atención por parte de los hombres.
Es una práctica brutal que sufre una de cada cuatro niñas en Camerún, y cuyas madres defienden como beneficiosa, ya que con esto intentan disimular el pecho de sus hijas, haciendo que pasen más desapercibidas para los hombres.
Grace Techu es una de las mujeres que calienta el palo con el que realiza cada día este ritual sobre el pecho de su hija antes las cámaras, y explica sin pudor como presiona la mama. Otras madres usan piedras o conchas ardiendo, fieles a la creencia de que ello alarga la infancia de sus hijas y evita que se conviertan en deseo sexual de los hombres.
El gobierno de Camerún ha empezado una campaña nacional para informar de lo dañino del planchado de pechos, y alertan de lo traumatizadas que las jóvenes quedan tras sufrir esta tortura. El gobierno camerunés tiene que enseñar a las madres que el elevado número de embarazos juveniles que sufre el país no se previene así y se invertirá en educación sexual en un intento por desterrar este ritual irracional y bárbaro.
Es increíble que en pleno siglo XXI se sigan practicando estos actos salvajes propios de tribus primitivas incivilizadas y que niñas y adolescentes sean sometidas a tan atroces acciones, lo cual resulta vejatorio para la mujer. De nuevo vemos a la mujer como un mero objeto sexual al capricho de los hombres.