Las conclusiones de este estudio muestran que las abejas son muy sensibles a las radiofrecuencias provocadas al momento de generarse una llamada, momento en que el móvil genera la mayor cantidad de señales residuales.
Como forma de defensa, las abejas entran en alerta y zumban de forma más intensa, pero la naturaleza de estas señales las confunde de sobremanera, provocando que vuelen de forma errática para luego morir de forma súbita.
En países como Inglaterra y Estados Unidos, la población de estos insectos — parte fundamental en la cadena reproductiva de gran cantidad de flores, plantas y afines — ha caído en un 50% en los últimos 30 años, tiempo similar al que hemos convivido con la tecnología móvil y que muestra la rápida merma en el conteo de abejas en países desarrollados.
Un efecto residual no deseado de la movilidad que, de no ser subsanado a tiempo, podría provocar un severo desajuste en el ecosistema.
Fuente: Wayerless
LAS RADIOFRECUENCIAS DEL CELULAR ESTÁN ACABANDO CON LAS ABEJAS
También existieron sospechas si las abejas estarían siendo afectadas nociva y drásticamente por teléfonos celulares, esto por una muerte masiva de colonias enteras que se registraron en Estados Unidos y otros partes del mundo.
Llegaron a la conclusión que las antenas no tuvieron nada que ver con el caso anterior.
Posteriormente un grupo de expertos suizos hizo un estudio de 83 experimentos demostrando que lo anterior es absolutamente falso.
El líder del equipo, Daniel Favre hizo colocar un teléfono móvil en varios estados: apagado, encendido y/o recibiendo/realizando llamadas, debajo de una colmena para observar el comportamiento de las abejas y sus reacciones.
Resultado. Las abejas reaccionaron de forma muy violenta, lanzando chillidos agudos en señal de la reina de abandonar la colonia, cuando el dispositivo recibía una llamada o las hacía, es decir, la emisión y recepción de señales las desorientaba y por consecuencia sentían un ambiente inseguro, pero si esta señal se hacía más intensa o se prolongaba podían morir así sin ton ni son.
Cuando el teléfono estaba apagado o encendido sin actividad, ellas no mostraron esa reacción.
Daniel Favre consideró que los teléfonos y las antenas repetidoras contribuirían a la densidad de población de abejas, razón por la cual pidió hacer más investigaciones para confirmar algunos resultados ya estudiados.
Ya es hora de hacer muchas más investigaciones sobre las consecuencias y causas de las señales y dispositivos inalámbricos en su afectación negativa para con los ecosistemas.
La informática y las telecomunicaciones han llegado a un punto máximo de desarrollo, donde las consecuencias comienzan a verse tanto en el comportamiento de los seres humanos, su educación, su vida cotidiana y su convivencia hasta los demás ecosistemas donde esas señales que viajan a través del aire comienzan a hacer efectos negativos en otros organismos.
Ya hemos visto cómo las abejas reaccionan ante ondas celulares fuertes, y peor aún: pudieran llegar a la conclusión que los árboles detengan su crecimiento normal gracias a las conexiones inalámbricas de las redes Wi-Fi.
Esto es muy importante ya que sin la abejas es muy difícil la vida y es un puente para muchas especies.Se debería confirmar científicamente y tomar medidas.
Las consecuencias son muy graves a medio plazo.
No funciona el enlace, da error de gateway….
Pienso, Maestro, que estamos jugando planetariamente con las ondas, al igual que hemos hecho con la radioactividad: si no se sabe controlar algo, mejor no tocarlo. Lo siento pero siento así, ya que me parece infantil, terriblemente infantil hablar de «seguridad» respecto a algo o instalaciones que nunca se sabe lo que va a ocurrir. Ya ha pasado en Japón. Madre Naturaleza no es estática y ningún lugar está a salvo de nada. Esto frente a algo que no se va a diluir ni en miles de años, me parece lo más egoísta que se haya puesto a producir el «bicho humano».
Con las ondas y el electromagnetismo tres cuartas de lo mismo. Todos los seres vivos tenemos campos de ondas, vivimos y sentimos y percibimos a través de esos canales de «ondas», ondas que no se ven pero que comunican, alertan, afectan en bien o en mal. Somos electromagnéticos, y aunque nosotros no tenemos tan desarrollado ese sentido, como las aves o los insectos que son radares perfectos, estamos sometidos igual que ellos a esas alteraciones.
Alterar por las buenas lo tan perfectamente creado por la Naturaleza me parece aberrante. Esto en nombre de un «progreso».
Vamos dando palos de ciego en todo, y todo lo que se pone a disposición del ser humano es temporal, siendo que la balanza de lo creado/construido y los desechos de esto mismo, no es que no compense, sino que ya tenemos el resultado:la destrucción de los ecosistemas, del cielo, de las aguas, en fin… ¿Qué más podemos pedir, vivir más de cien años? ¡No por favor!
Estimada Ana:
El hombre no ha sido consciente de como funciona el mundo que le rodea.
Al igual que un niño, piensa que todo lo que existe, está a su servicio y que él, crea las cosas que descubre.
Presionado por la genética, la cultura, la sociedad y las interacciones de los otros, no presta atención al sentido de la existencia y a las potencialidades del ser.
El olvido de las vidas pasadas y la incertidumbre y miedo a la muerte hace que ignore lo transcendental y se refugie en lo material.
La dependencia del teléfono móvil es el signo de su soledad. Resulta paradógico como una herramienta creada para comunicarnos, en realidad, nos encierra en una dependencia tecnologica, que nos aparta del auténtico sentido de comunicarse.
La tecnología, es el recurso del tramposo que no ha sabido mirar en su interior para comunicarse con el universo.
Cuánta razón tienes Maestro, visto desde otro punto de vista, que es lo que nos enriquece a todos.
Creo que sí, el miedo a la muerte y por lo tanto el aferramiento a lo material es lo que lleva o ha llevado hasta ahora a la especie humana, quizás a un progreso devorador que no contempla el contexto.
La telefonía, como dices, las actuales comunicaciones sin conocer físicamente a nuestros semejantes, nos aíslan, pero veo el lado positivo ahora de cómo nos estamos comunicando a través de internet, conocimientos rápidos que de otra forma no llegan por vagancia o por el motivo que sea a todos en general. Podemos ofrecer nuestras ideas o puntos de vista o conocimientos de forma que los demás tengan acceso y ofrezcan otro modo de «pensar».
La telefonía, sobre todo en los jóvenes se ha convertido en peligrosa por lo que mencionas. Ha sido como el tubo de escape «artificial» para una soledad ya más que notoria de los jòvenes, un aislamiento real sobre todo de tipo comunicativo.
Me gustaría, si pudieses, que tratases en algún artículo el temor del ser humano hacia la muerte, las consecuencias y las cadenas que tras este temor nos ha hecho vender nuestra parte más espiritual y que la materialidad nos domine por completo, dejando al libre campeo a esta tercera dimensión tan aferrada a todo lo material en todos los sentidos.
Recibe mi abrazo y mi agradecimiento por este blog que es tan respetuoso con todo
Querida lectora:
a las 00.20 horas de 16/05/2011 se publicará un artículo sobre, el temor a la muerte.
Gracias por el interés.
Aunque, sinceramente, creo que la opinión personal de maestroviejo no es importante.
Lo que si me parece fundamental es que la gente piense y sea consciente de su condición de ser.
un abrazo y gracias a ti por tus comentarios
Por cierto, las abejas son unos de los seres más sensibles a cualquier alteración o química. Por mínima que sea la química que les toque las abejas mueren sin remisión.
Por ejemplo, si una mosca cae en agua con un poco de jabón y sale, la mosca vive, las avispas también, las abejas no.