Una colaboración de la luna gatuna
Víctor Brossa nos presenta este film intimista donde, con la única ayuda de una cámara de vídeo y un trípode, el artista español improvisa la auto filmación de un día de su vida de creación en Berlín, mientras intenta transmitirnos la idea de que el arte es algo sagrado y que cada ser humano es un potencial artista creador.
Brossa aprovecha las limitaciones técnicas para potenciar el valor de lo sencillo, desde donde la creatividad siempre encuentra un camino hacia lo sublime.
Para este film no se escribió guión alguno ni se planificó un orden concreto de escenas. Tampoco se repitieron tomas ni hubo algún tipo de ensayo previo. El creador se dejó llevar como un médium, demostrándonos que el arte no necesita nada mas que la simple conexión con uno mismo ya que en realidad, es la expresión del absoluto.