COMUNICARNOS CON LA NATURALEZA DÉVICA

Se aconseja escuchar el vídeo mientras se lee

La naturaleza vive y se expresa en y desde el momento presente. Los humanos, rara vez lo hacemos.

Para ser conscientes en el momento, tenemos que permanecer sin pensar,ya que el proceso de pensar, se mueve en el tiempo. La naturaleza vive consciente en el momento eterno.

Hablar con la naturaleza es mucho más de lo que parece ser. Es una habilidad, un arte natural, un potencial interno inherente a toda la humanidad. Esto plantea la pregunta: si es natural para nosotros, ¿por qué rara vez lo utilizamos? Para hablar con la naturaleza, estamos obligados a utilizar nuestra conexión “cerebro-corazón”.. La mayoría de la gente utiliza el hemisferio izquierdo de su cerebro. Esto significa que la mayoría de la gente trata de tener una relación intelectual con la naturaleza, que no es posible.

La naturaleza no es una expresión intelectual. La naturaleza es una expresión de la inteligencia consciente en la que SOMOS. Hemos perdido nuestra conexión fundamental con la naturaleza, con la verdad de la vida y, por desgracia, con nuestro Ser por excelencia.

Si queremos hablar con la naturaleza, necesitamos establecer una conexión consciente con ella. Pero hay otro obstáculo! La naturaleza vive el momento conscientemente. Somos muy rara vez…conscientemente conscientes. Vivimos nuestra vida inconscientemente, y….¡no podemos ser inconscientemente conscientes! Se estima que en el promedio de nuestra vida estamos el 95% del tiempo actuando inconscientemente. En otras palabras, vivimos una repetición constante de cada día, cada año, cada década, cada vida.

Así que ¿cómo hacemos para hablar con la naturaleza? En primer lugar, se necesita paciencia. También tendremos que aprender el arte de escuchar. No escuchamos realmente escuchando. El que oye…no siempre escucha. Un gato escucha. Escuchar es un acto consciente. Oír es algo que ocurre sin nuestra intención…aún mientras pensamos, pues es un acto inconsciente e involuntario. Oímos el ruido del tráfico, pero no estamos escuchándolo. Escuchar es un arte que la mayoría de las personas han perdido. Escuchar, sucede en éste momento. Podemos oír y pensar, pero no podemos escuchar y pensar!

Cuando decidí a conectarme conscientemente con la naturaleza, me tomó tiempo aprender a escuchar. Todos los días visitaba un río cercano, para sentarme y escuchar. Al principio, todo lo que oía era…los sonidos lejanos de tráfico, los pájaros, el río físico, y mis pensamientos que se escapaban. Después comencé a escuchar el sonido interior inaudible. Me di cuenta de que esto provenía de una conexión mucho más profunda, más tranquila, que forma parte de todo…la conexión CEREBRO-CORAZÓN-ALMA.

Lamentablemente tenemos pensamientos constantes…la mente trabajando sin cesar. No puede haber pensamientos y silencio.

En el silencio hay un canto…un sonido primordial, un mantra cósmico…MUY PODEROSO. Hablar con la naturaleza requiere poder captar esa energía,aceptar que el silencio abre un canal entre nosotros y ella….y confiar en que es así.

Se necesita un gran salto en la conciencia para escuchar a la esencia de un árbol comunicándose con nosotros, y reconocer que esto no es una fabricación de la mente. Requiere tiempo, paciencia y atención. Con mucha práctica y mucha confianza en nuestra habilidades innatas, es posible lograrlo, con la certeza de que lo que percibimos no es nuestra mente parlanchina colándose…lo sentiremos a nivel corazón-alma.

Todos tenemos un campo de energía en conexión con todos los demás campos de energía.. Todos estos campos de energía son finalmente UNO …por eso no hay nada fuera de uno mismo. ¿Lo entienden? Cuando nos sentamos, callados y centrados conscientemente en un árbol…nos conectamos energéticamente con ese árbol…compartimos el mismo campo energético, la misma energía….el árbol no está fuera nuestro. Aquí es donde la comunicación con la naturaleza verdaderamente comienza. Mientras que se percibimos el árbol como separado y creemos que “hablamos con el árbol”… estamos jugando los juegos de la mente. Los árboles no piensan ni hablan. Sin embargo…entramos en algo más maravilloso…cada árbol forma parte de un alma grupo, a cargo de una entidad superior del reino de los Devas, al que pertenecen los ángeles…son entidades impersonales con las que energéticamente nos podemos comunicar por vibración.

Cierta vez en que estuve mucho tiempo enferma en cama, pedí a otra persona que regara las plantas que había dentro de la casa…no lo hacía. Cuando pasé camino al baño, cerca de ellas, internamente escuché…”Agua!!!”…y en verdad…se estaban secando! No fue la planta…mi ser interno abierto recibió del ser dévico que habita toda forma, esa necesidad…y una vez que, como pude, les suministré agua…la energía que se emanó hacia mi aura fue hermosa, plena de gratitud y amor.

La separación no existe en la naturaleza, por lo tanto, nuestro Ser y el Ser de un Deva son en esencia UN SER OMNIPRESENTE Y OMNISAPIENTE.

Consideremos que muchas veces no escuchamos ni al hermano…cuánto más conciencia requiere que aceptemos éste tipo de percepción, más allá de la mente y comencemos a escuchar…como podamos, de a poco, sin esforzarnos…simplemente aspirando de corazón a esa comunicación…con los espíritus dévicos de los árboles, de los animales, no solo los amados, del agua, que tantos mensajes de sabiduría puede acercarnos, del viento, del fuego…pues en realidad…no están metafísicamente fuera nuestro…sé que es difícil de percibir…mas .no es solo una frase decir “TODOS SOMOS UNO”…hay que comenzar a experimentarlo internamente y…ASÍ ES!!!

EN ESE UNO…SIEMPRE ESTOY ENVIANDO HACIA USTEDES MI AMOR INCONDICIONAL!

Su Hermana Tahíta.

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