Esta investigación pone de manifiesto que el cerebro del hombre contiene unas estructuras lingüísticas antes de nacer que le permiten aprender el lenguaje fácilmente.
Esas estructuras lingüísticas serían difícilmente explicables desde el punto de vista de la evolución natural.
Los padres saben de la alegría y la maravilla de escuchar las primeras palabras de su hijo que rápidamente transforman en oraciones completas y el balbuceo de párrafos. Pero, el cómo adquieren los niños el lenguaje humano, tan complejo y con tantas variantes, eso sigue siendo un misterio.
Hace cincuenta años, el lingüista y filósofo, Noam Chomsky, se atrevió con una propuesta: Los seres humanos son capaces de aprender el lenguaje con tal rapidez, porque nuestros cerebros ya contienen de forma innata circuitos preparados para la gramática. En otras palabras, al nacer, sabemos ya inconscientemente, algunas cosas fundamentales sobre el lenguaje humano sin que nadie nos lo enseñe.
Ahora, en un estudio pionero, los científicos cognitivos de la Universidad Johns Hopkins, han confirmado la sorprendente predicción de esta controvertida hipótesis, que los seres humanos nacen con el conocimiento de ciertas reglas sintácticas que hacen más fácil el aprendizaje de los idiomas humanos.
«Esta investigación muestra claramente que los alumnos no nacen siendo tablas rasas, sino que sus prejuicios inherentes, o sus preferencias, influyen en lo que van a aprender. Entender cómo se adquiere el lenguaje es el auténtico Santo Grial de la lingüística «, señalaba la autora principal, Jennifer Culbertson, que trabajaba como estudiante de doctorado en la Escuela de Artes y Ciencias Krieger, de la Universidad Johns Hopkins, bajo la dirección de Geraldine Legendre, profesora del Departamento de ciencias cognitivas, y Paul Smolensky, profesor del mismo departamento (actualmente, Culbertson trabaja en la Universidad de Rochester).
El estudio no sólo proporciona evidencias muy consistentes de la hipótesis de Chomsky, sino que, también introduce un enfoque nuevo e interesante para generar y probar otras hipótesis, que den cuenta de algunas de las preguntas más importantes sobre el proceso de aprendizaje.
En el estudio, teníamos un dibujo animado, pequeño y verde, era un «extraño informante», llamado Glermi, que enseñaba a los participantes, todos ellos adultos de habla inglesa, y también un nanolanguage artificial, denominado Verblog, que funcionaba a través de un interfaz de juego de vídeo. En un experimento, por ejemplo, Glermi mostraba un objeto de aspecto inusual en azul, llamado «slergena» en la pantalla, y daba instrucciones a los participantes para decir «slergena geej«, que en Verblog significa «slergena azul». Luego, los participantes vieron tres de estos objetos en la pantalla y se les dijo que eran «glawb slergena«, que significa «tres slergenas».
Aunque los participantes no eran conscientes de esto, muchas de las lenguas del mundo utilizan ambos órdenes de palabra, es decir, en muchos idiomas los adjetivos preceden a los sustantivos, y muchos nombres van seguidos de numerales. Sin embargo, muy rara vez estas reglas se usan a la vez en el mismo lenguaje humano, como lo es en Verblog.
Como control, a otros grupos se les enseñó diferentes lenguajes inventados, que coincidían con Verblog en todos los sentidos, pero las combinaciones de palabras que usaban, se encontraban normalmente en los lenguajes humanos.
Culbertson razonó que si el conocimiento de ciertas propiedades de la gramática humana, como los adjetivos, sustantivos y números están impresos en la circuitería del cerebro humano desde el nacimiento, los participantes que aprendían Verblog tendrían un momento especialmente difícil, y eso exactamente fue lo que ocurrió.
Los estudiantes adultos que habían tenido poca o ninguna exposición a las lenguas con órdenes de palabras diferentes a las del inglés, aprendieron fácilmente las lenguas artificiales que tenían los órdenes de palabras comunes en las lenguas del mundo, pero fallaron a la hora de aprender Verblog. Quedaba claro que, el cerebro de estos alumnos «sabía» de alguna manera, que el orden de las palabras Verblog era muy altamente improbable, tal como predijo Chomsky hace medio siglo.
Según Culbertson, estos resultados son importantes por varias razones.
«El lenguaje es algo que nos distingue de otras especies, y si entendemos cómo los niños son capaces de aprender de forma tan rápida y eficiente el lenguaje, pese a su enorme complejidad, entonces habremos adquirido conocimientos fundamentales acerca de esta facultad única», explicó ella. «Lo que sugiere este estudio, es que el problema de la adquisición del lenguaje se simplifica debido a que los alumnos ya saben algunas cosas importantes acerca de los idiomas humanos, en este caso, que es probable que ocurra cierta ordenación de palabras y otras no.»
Este estudio se realizó con el apoyo de 3,2 millones de dólares de subvención, de la National Science Foundation para el programa de integración Integrative Graduate Education and Research Traineeship, o IGERT, una iniciativa única destinada a la formación de doctorados, para hacer frente a las investigaciones desde una perspectiva multidisciplinar.
Según Smolensky, el objetivo del programa IGERT «es superar las barreras que han separado durante mucho tiempo las diferentes disciplinas que abordan la investigación del lenguaje.
«Con esta donación, estamos formando una generación de investigadores del lenguaje interdisciplinaria, de cuerpos muy distantes entre sí, y a menudo divergentes, que puedan investigar desde la perspectiva de la ingeniería, la psicología y varios tipos de la lingüística», destacaba Smolensky, investigador principal del programa IGERT.
Para el diseño y realización de su estudio, Culbertson utilizó herramientas de la psicología experimental, la ciencia cognitiva, la lingüística y las matemáticas.
«La formación de postgrado que he recibido a través del programa IGERT de la Johns Hopkins, me permitió sintetizar las ideas y enfoques a partir de una amplia gama de campos, con el fin de desarrollar un nuevo enfoque a esta ya clásica cuestión de las ciencias del lenguaje», añadió.