Un grupo de manifestantes acampó este la noche de este sábado frente al domicilio del alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, y otro se reunió frente a la sede del Congreso, en Brasilia, dos meses después de las multitudinarias protestas callejeras que sacudieron a Brasil.
La concentración frente a la casa de Paes, en protesta por las obras para la Copa del Mundo de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, comenzó este sábado por la tarde.
Vecinos de los barrios de la zona norte de Río de Janeiro, donde se realizan esas obras, se reunieron frente a la residencia del alcalde para protestar contra los desalojos obligatorios y la falta de mejores compensaciones económicas para los desplazados.
La Secretaría de Vivienda estimó que unas 19.200 familias deben dejar sus viviendas para la construcción de grandes obras, entre ellas un gran centro comercial en los alrededores del estadio Maracaná, informó la agencia de noticias Ansa.
En tanto, otro grupo de manifestantes se reunió también desde este sábado frente al Palacio del Congreso, en Brasilia, para repudiar el tendido de un alambrado de protección tras la invasión del predio durante las protestas de junio.
El cerco fue levantado ante la presunción de que el 7 de septiembre próximo, Día de la Independencia, habrá una marcha de protesta numerosa.
Entre la noche del miércoles y la mañana del jueves pasados, varias manifestaciones contra la corrupción en el sector del transporte público dejaron al menos siete heridos y cuatro detenidos en las ciudades de San Pablo y Río de Janeiro.
Brasil vive una ola de protestas callejeras que se iniciaron el 10 de junio en Sao Paulo con una manifestación contra el aumento de las tarifas de colectivos y trenes, y pronto se extendió a todo el país y a diversas reivindicaciones.
Esas protestas alcanzaron su punto máximo en los últimos días de junio, cuando millones de personas salieron a las calles de todo el país y se registraron al menos siete muertos, cientos de heridos y decenas de detenidos.
Telam / LibreRed