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Los sueños constituyen un poderoso instrumento para la evolución del hombre; a través de ellos, podemos participar de la vida en varios niveles de realidad y conciencia.
LA PREPARACIÓN
A través de los sueños el subconsciente se desbloquea de todo aquello que permanece reprimido durante el día. En los sueños, de un modo general, somos más libres, exactamente por no ejercer control sobre ellos, aunque en un nivel más avanzado de evolución, sea posible conducirlos al desenlace buscado.
Antes de dormirnos, podemos proponernos no sólo registrar los sueños en nuestro cerebro, sino también abrirnos a su comprensión. Esto se consigue con una aspiración y una voluntad sincera y pura.
Consultar diccionarios de sueños y otras guías similares, es una forma de no llegar jamás a comprender los contenidos, porque cada sueño es único. Aunque dos personas sueñen lo mismo, la interpretación puede ser diferente para cada una de ellas.
Los sueños pueden ayudar a desbloquear emociones reprimidas como también equilibrar nuestra vida consciente.
Otro motivo es que los sueños pueden contactarnos con niveles más elevados de nuestro Ser, con la superconciencia, desde donde pueden venir orientaciones precisas. Esto es algo que en vigilia no sucede tan simplemente, por causa de distracciones a las cuales el cerebro y los sentidos están expuestos.
Los sueños son capaces de revelar que no existe separación entre los individuos, ni entre los individuos y el universo.
No siempre el mensaje total que debemos recibir está contenido en un solo y mismo sueño. A veces, tenemos una serie de sueños, como si fueran capítulos de un libro o de una historia con indicaciones fortalecidas poco a poco.Por esto, cuando tenemos varios sueños en una misma noche, en noches continuas o espaciadamente, es interesante anotarlos con la mayor fidelidad posible y ponerles fecha. Después de cierto tiempo verificamos que acompañarlos es como leer un libro y que parte de la indicación está en un sueño, pudiendo la conclusión estar en otro. A primera vista tales partes hubieran podido parecer inconexas entre sí.
Cuanto más profundizamos en este tema, vamos teniendo más sueños simbólicos ligados a hechos no concretos, de acuerdo a cómo pensamos. En varios casos, esos sueños simbólicos pueden ser considerados el lenguaje de nuestra alma.
Conviene que seamos capaces de registrar el sueño con fidelidad, sin agregarle nada.
Los detalles que surgen durante el sueño siempre son importantes y reveladores.
Si me contacto en silencio con el símbolo que vi y me quedo quieto, eximiéndome de dar una opinión personal, probablemente comenzarán s surgir muchos otros elementos.
Por ej: una puerta, era blanca, tenía el picaporte del lado izquierdo, etc.-. Esos detalles pueden tener un significado específico, que emergerá dentro de mí y no a través de explicaciones mentales sino de estados de ánimo que me transforman.
Si a pesar de quedarme quieto frente al símbolo, en una actitud imparcial, no consigo llegar a ninguna conclusión, esto no tiene importancia; por el simple hecho de haberme quedado quieto, tranquilo, impasible e impersonal, permito que el símbolo me transforme. Por ser él un concentrado de energías de otro nivel, con mi actitud imparcial, a pesar de no comprenderlo, termino entrando en contacto con la energía que trae.
Si me viene un símbolo y no lo entiendo, es señal de que vino para que yo simplemente permanezca delante de él, nada más.
EL SUEÑO PROFUNDO y algunos tipos de sueño.
Los sueños ocurren primeramente en el período que va desde el adormecimiento del cuerpo físico hasta alcanzar el sueño profundo. En éste, cuya duración es de unos pocos minutos, no hay sueños. A través de él nos reabastecemos de la energía íntima para continuar la vida.
En el período de retorno del sueño profundo a la conciencia de despierto, recomienzan los sueños. Si durante el día, conseguimos cultivar una actitud de inofensividad, de no crítica, de no juzgar, de ausencia de expectativas, de no-ambición, veremos que el sueño será bueno y el sueño profundo realmente restaurador.
Generalmente estamos sujetos a tres factores: la ilusión mental del tiempo y del espacio, la conciencia de ser un ego personal y los condicionamientos sobre la sexualidad. Esos factores, limitaciones de las que tampoco estamos libres durante la vida de vigilia ni durante los sueños, no existen en el sueño profundo.
Si no tenemos un sueño profundo, total, durante algunos minutos en las veinticuatro horas, el sistema circulatorio y el digestivo comienzan a presentar trastornos, desde el punto de vista mental esto impide que veamos las cosas con claridad.
Tanto la energía de la religiosidad (considerada como la unión entre los niveles de la personalidad y la superconciencia), como la energía que nos despierta para la filosofía, provienen del sueño profundo. No son los estudios ni las experiencias de vida que nos vuelcan hacia esas disciplinas; lo que nos lleva, con el tiempo a aproximarnos a la realidad religiosa, y a la filosófica es el contacto de algunos minutos -contacto repetido durante toda la vida- con lo profundo del Ser a través de este tipo de sueño.
Llamamos sueños comunes, normales, a los que son producto de la vida de los deseos.
El deseo es una secreción del cuerpo emocional.
Antiguos deseos que tuvimos en vidas pasadas, también pueden manifestarse en sueños no ambientados en la vida actual.
Otro nivel de la vida de los deseos que puede dar origen a sueños comunes es elastral, o emocional colectivo.
Cualquiera sea el sueño o la experiencia que tengamos, debemos estar igualmente agradecidos. Un sueño, provenga del nivel anímico o de los niveles de la personalidad, siempre es de valor para quien lo capta. Al estudiarlo, ordenamos los temas en nuestra mente; y si somos agraciados, comenzamos a percibir un valor nuevo, que nos sirve como instrumento de transformación. La comprensión de la esencia de este trabajo con los sueños puede llevarnos a liberarnos de los deseos y abrirnos para la inspiración superior y la voluntad del alma.
Hay procesos que posibilitan que nos concienticemos de la vida de los sueños. Entre ellos tres son bastante usados. El 1º) es el autoanálisis, pero que al reconstruir y revivir una situación antigua, terminamos dándole una fuerza mayor.
En la psicología espiritual, se usa el 2º y 3er de los procesos, juntos o separados, según el caso.
El 2º) de ellos consiste en posibilitar al individuo una vida creativa, organizada, en la cual él abandone su pasado, dejando de actuar sólo para sí como hacía, y comience a dedicarse a una vida altruista.
Según la psicología esotérica, el 3er) método consiste en ayudar al individuo arecordar que es un alma, un ser espiritual.
Muchas veces ocurren sueños que tienen continuidad con otros posteriores. Esto nos ayuda a reconocer la continuidad de la vida; ella no se interrumpe nunca, como pensamos.
No siempre las asociaciones que hace la mente son útiles para la comprensión de los sueños. Hace falta libertad mental y disponibilidad para permanecer delante de un sueño como si fuese el primero en la vida, como si el proceso se iniciase en ese momento, sin permitir la entrada, en su estudio, de ningún preconcepto creado anticipadamente por la personalidad.
Ponernos ansiosos al despertar después de un sueño puede crear un bloqueo e impedirnos soñar nuevamente por algún tiempo. Por esto, la ansiedad es uno de los primeros obstáculos a liberar.
Cuando tenemos una meta mayor, como la de abrirnos a la conciencia de la vida del sueño, en general las pequeñas ansiedades se rinden.