Especialistas informáticos polacos mudaron los servidores que contienen todos los datos de treinta y ocho millones de ciudadanos de ese país hacia una nueva instalación. La operación se realizó “en total secreto”.
La mudanza de los servidores duró tres días y en la misma participaron ciento cincuenta personas. Para poder afrontar posibles daños durante la operación, los especialistas prepararon hasta seis copias de seguridad.
La seguridad de la información fue proporcionada por tropas reforzadas del Buro de Seguridad Gubernamental. La nueva ubicación de los servidores se desconoce.