Terapeutas que ofrecen dudas (DOS)

Si este verano no me han preguntado veinte veces qué opino de la biodescodificación, no me han preguntado ninguna… En general tengo buena opinión, o tenía, en particular de Enric Corbera, pero las cosas han cambiado recientemente. Sin querer uno se encuentra con cosas, con evidencias, y lo que es evidente ya no se puede negar. Txumari Alfaro me puso en el disparadero de advertir a través de esta tribuna la farsa y el abuso, aún sabiendo que lo que él y otros enseñan puede sanar a algunas personas.

 
Estas son las reflexiones que quiero compartir:
 
La biodescodificación tiene el grave problema de exceso de psicologización, que lleva a que la persona se endose a sí misma todo lo que le pasa. Es posible que todas las cosas tengan causa, pero para algunas es muy difícil saberlo, tan difícil es saberlo que aunque pasemos toda la vida indagando no daremos con ello. Tan bonito como indagar sobre las causas es aprender a seguir viviendo con las cosas que nos incomodan y además seguir viviendo con normalidad. A mí ahora me duele un dedo, es verdad que me duele, concretamente el pulgar de la mano derecha, y más que buscar todo tipo de explicación o explicaciones para ese dedo -que puede que las haya- decido que vivo con él tal como está, es decir un poco inflamado. Sigue siendo mi dedo, no pasa nada. Ese dedo, así como está, está bien, puedo vivir perfectamente. Ese estado de beatitud con respecto a la salud con todo arreglado, perfectos, sin ningún dolor y sin ningún padecimiento, sinceramente ese estado no existe. Somos todo lo que sabemos explicar y somos también todo aquello que no tiene explicación.
 
En realidad una alergia no es un fallo del cuerpo, tampoco un cáncer. Vivimos una alergia porque esa alergia la hemos de vivir. Podría parecer determinismo lo que digo, pero no lo es. Todo lo que vivimos ha sido dispuesto para que lo vivamos (seguramente ha sido dispuesto por nosotros mismos). Y es que no hay causas para lo que está destinado a ser vivido por nosotros. Lo que llamamos causas son en realidad proyecciones mentales. Indagar demasiado sobre las causas nos lleva a estar cada vez más enfermos.
 
Las cosas que sufrimos no son esas cosas que sufrimos (una alergia, una fobia, lo que sea), las cosas que sufrimos en realidad SON CONCIENCIA QUE EN UN MOMENTO DADO LLEGÓ A NOSOTROS. Yo mismo tuve durante años angustia -angustia vital- esa angustia no vino como dice Txumari por un psicotrauma, sino que esa angustia es el resultado de que yo tomé conciencia de la vida, conciencia de vivir. La conciencia de estar vivos trae cosas positivas y a veces trae también cosas que no nos gustan (dolores, incomodidades, etc).
Ya os habréis dado cuenta que decodificar a Txumari Alfaro es muy sencillo, solamente hay que darse cuenta de esto: él solamente se atreve a ‘curar’ ‘en directo’ las alergias digamos ‘simples’, las que tienen una única causa, cuando hay una alergia compleja dice que no puede hacer la biodescodificación, que quiere decir que si la cosa reúne más complejidad el truco no sale, no le sale. ¿Por qué? Porque su pretensión es ‘derivar’ a esos posibles ‘pacientes complejos’ a su clínica de Pamplona, “el Houston español”, como dice en la primera entrevista con ese periodista que como habréis visto tiene más ego que Raphael y Jesús Hermida juntos.
 
En realidad las charlas de Txumari son para lo que son: para conseguir pacientes (de la new age y con pasta). En la primera entrevista con el periodista demencial veis cómo alardea de la forma más descarada de sus títulos -ese momento no es solamente patético sino desacreditador de su persona y de la actividad que realiza-. Txumari Alfaro repite de forma constante: “Yo te doy permiso, yo estoy aquí para enseñaros, yo que tanta experiencia tengo…”. Y no solamente es que repite de forma continuada la palabra “yo” (algo que le sucede también a E.Corbera) sino que él se quiere hacer “imprescindible” para esos posibles pacientes que tiene a tiro allí en la sala. Imprescindible quiere decir que se hagan ‘dependientes’ de él, es decir que se conviertan en sus pacientes y que acaben soltando el dinero que es de lo que se trata. 
 
Txumari Alfaro es un falso espiritual. Parece espiritual, pero en realidad es muy material. Si observáis su ropa y sus modales lo sabréis todo.
 
Dice varias veces Txumari Alfaro: ”El cerebro no puede vivir el dolor en un momento determinado y entonces genera una alergia u otro tipo de enfermedad pues esa enfermedad es una ‘sustitución’ de ese dolor que no se ha podido vivir”. ¿Y quién ha dicho que eso sea así? Esa puede ser la base de una enfermedad…o no. Damos muchas cosas por supuestas. Cómo me gustaría que en esa sala alguien le hubiera preguntado: ¿Qué bases tiene usted para hacer esa afirmación? Y entonces ahí nuestro amigo hubiera hecho aguas.
 
Otra cosa que me ha venido con claridad para saber cómo es él es la forma en la que pide esa pizarra, ocurre en el segundo vídeo que por cierto se la acaban trayendo y es que ni se le ocurre dar las gracias. ¿Puede ser un sanador uno que no tiene miramientos y que trata mal a las personas? Lo dudo mucho.
Enric Corbera, que me gustó en otros vídeos anteriores, en este nuevo vídeosencillamente me empalaga, veo un ego como la copa de un pino y un cuerpo físico que está hablando de que está hinchado porque no puede más. Perdonad que hable así, pero lo que se ve y se ve claro es que no puede dejar de verse.
Recordemos juntos esto: sabremos quiénes son los que son de verdad porque éstos nunca buscan poder ni dinero. Que no se nos olvide.

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