Un tribunal militar estadounidense sentenció ayer a cadena perpetua sin derecho a libertad anticipada al militar Robert Bales por haber asesinado a 16 civiles afganos en Kandahar en marzo de 2012, informaron agencias.
Anteriormente, Bales, de 40 años, veterano de misiones militares en Irak y Afganistán, se declaró culpable de 16 asesinatos premeditados, siete intentos de homicidio y siete casos de agresión, lo que le permitió evitar una pena de muerte en que insistía la acusación.
El 11 de marzo de 2012, el entonces sargento Bales, destinado en una base militar de la provincia afgana de Kandahar, asesinó en dos pueblos a 16 personas, en su mayoría niños y mujeres, incluida una embarazada. Bales reconoció que estaba bajo los efectos de alcohol al cometer la peor masacre de civiles atribuida a un militar estadounidense desde la Guerra de Vietnam.
Los parientes de los muertos expresaron su profunda decepción con la sentencia del tribunal. “Queríamos que el asesino fuese ejecutado”, declaró uno de los testigos en el proceso, Haji Mohamed Wazir, que había perdido 11 familiares en la masacre, incluidos su madre, esposa y seis de los siete hijos.