PIA.-La utilización de armas químicas en Siria se vuelve a reflotar en medio del contexto nacional donde las tropas del Ejército sirio continúan con el avance del control territorial de casi todo el país y los inspectores de la ONU se encuentran en Siria precisamente para investigar las denuncias sobre la utilización de armamento biológico letal en la población civil.
Rusia e Irán se pronunciaron respectivamente sobre esta nueva denuncia infundada, catalogándola, ambos gobiernos, como una provocación fragante ante la debilidad militar de las fuerzas mercenarias en territorio sirio.
Si no tuviera la gravedad de las implicancias que significa para la población de posibles agresiones más intensas por parte de las potencias occidentales y regionales, dicha denuncia debería quedar guardada en los anales de los disparates del imperio. Pero la coyuntura regional no permite pasar por alto esta nueva infamia, la interna abierta entre los países agresores se intensifica al tiempo que sus tropas terroristas pierden el control territorial de sus bastiones ahora en manos nuevamente del Gobierno legítimo del Presidente Bashar Al-Assad, es por ello que la prensa internacional ávida de desinformar introdujo esta nueva versión de la utilización de armas químicas.
La diezmada oposición siria que desde hace dos días insisten, a través de todas las agencias occidentales de noticias, en hacer creer que existió “una masacre de gas tóxico”, que habría causado varios centenares de muertos. Es una nueva bomba de humo internacional para volver a ganar terreno –que perdieron- en la pulseada del Consejo de Seguridad y en el consenso mundial.
Las primeras acusaciones contra el Gobierno del Al-Assad fueron las esperadas. El primero en pronunciarse fue el vocero de la Liga Árabe, luego le sucedió Arabia Saudita, Gran Bretaña y Francia.
“El Reino Unido va a evocar este incidente delante del Consejo de Seguridad, ya que lo invade una profunda preocupación por los informes de que centenares de personas, entre ellas niños, han muerto a raíz de bombardeos aéreos y un ataque con armas químicas contra zonas controladas por rebeldes cerca de Damasco”, señaló William Hague, ministro británico de Exteriores.
Por su parte, Damasco rechazó la acusación y manifestó que “las informaciones que se hacen eco de los ataques con armas químicas en lugares de la provincia de Damasco, incluyendo la Guta Oriental y Occidental, dadas a conocer por las televisiones Al Arabiya, Al Yazira, Sky News y otras cadenas implicadas en el derramamiento de sangre en Siria y que apoyan desvergonzadamente el terrorismo, son contrarias a la verdad. Se trata de una tentativa de torpedear el trabajo de los expertos de la ONU, que investigan una eventual utilización de las armas químicas en Siria hace unos meses atrás por parte de los terroristas”.
En igual sintonía el vocero de la Cancillería de Rusia, Alexandr Lukashévich, informó que el ataque fue con “un cohete de fabricación casera, similar al que los terroristas usaron el 19 de marzo con un agente químico no identificado en Khan al Asal, fue lanzado hacia esa área en la madrugada del 21 de agosto desde las posiciones controladas por insurgentes”. Y más adelante señaló que “Todo ello lleva a pensar que estamos en presencia de otra provocación planeada por los opositores. El crimen cerca de Damasco fue perpetrado justo cuando una misión de expertos de la ONU empieza a investigar las denuncias del supuesto uso de armas químicas en Siria”.
El Consejo de Seguridad de la ONU expresó preocupación por las informaciones sobre el ataque químico contra el suburbio Ghouta de Damasco y pidió esclarecer las circunstancias de lo ocurrido.
“Puedo decir que hay una gran preocupación entre los miembros por esas alegaciones y un sentimiento generalizado de que hace falta claridad sobre lo ocurrido”, afirmó la presidenta de turno del Consejo, la embajadora argentina María Cristina Perceval, tras la reunión extraordinaria del organismo.
Esta ofensiva inescrupulosa de los países agresores, es una maniobra para frenar la ofensiva militar del Ejército en Damasco, donde logró recuperar poblados en los últimos días que estaban tomados por los mercenarios. Por ejemplo, el parte militar de esta mañana publicado en la agencia estatal siria SANA, informó que en las provincias de Damasco, Deraa y Quneitra, ubicadas en la región sur del país, alrededor de 500 mercenarios bajaron sus armas para rendirse ante las fuerzas gubernamentales, hecho que confirma la debacle que se está produciendo en las filas de las distintas bandas armadas y de la desesperación que esto genera en el seno de los gobiernos patrocinadores, como Arabia Saudita, Turquía, Qatar, Israel, Gran Bretaña y Estados Unidos.