La influencia junto con la atención son las dos grandes monedas de cambio en la era de las redes sociales y la hiperconectividad. Juntas lideran el nuevo mercado en el que se puede asignar un valor monetario a la información o directamente tasarse. En el caso de la influencia, el marketing –que todo lo que toca lo transfiere a la lógica del capital–, sirviéndose del big data, ha acuñado el término influencer y el coeficiente de “influencia” (medido en Klout, por ejemplo) para codificar y cuantificar la capacidad que tienen ciertas personas no sóla para aumentar el alcance de cierto contenido, mensaje o meme sino también para transformar la percepción que se tiene de un tema en Internet –o hacerlo parte de la agenda. Coexistiendo en el mundo de “todo por un like” yace el valor un tanto intangible –la metafísica de la intelligentsia– de la influencia, de esta aprobación que promete involucramiento (engagement) e incremento de reputación del tópico (o marca) que tocan estos individuos de alto poder en la Red. De la misma manera que Nike llevó la publicidad a una nueva era con su patrocinio de Michael Jordan, ahora la publicidad continúa su evolución a través de los influencers que explotan su poder de movilización rizomática posicionando productos en sustimelines de manera taimada, llevándolos a su vida cotidiana: haciéndolos el contenido de sus lifestreams y sus conversaciones.
Pero quiénes son verdaderamente las personas más influyentes de nuestra cultura: ¿Lady Gaga o Slavoj Zizek? ¿Ashton Kutcher o Richard Dawkins?. Si contamos en número de followers y retweets, no hay duda hacia donde gira la balanza. Pero sí entendemos la influencia como la capacidad de establecer las bases sobre las cuales se construirá el consumo y la interacción de ideas –el sistema circulatorio de la información– o la discusión de los conceptos y tendencias que más tarde se convertirán en el espacio mediático (y mental) por el que transcurrirá la mayoria de la población, entonces la cosa cambia. Bajo este esquema podemos ver a los filósofos, artistas, científicos, politólogos, teóricos del marketing y demás como los programadores y a las celebridades e incluso a los políticos como las representaciones o imágenes de ese programa que aparecen en la pantalla.
Medir la influencia de un intelectual o un artista siempre ha sido algo sumamente subjetivo, pero la informática y la neurociencia aplicada prometen acabar con toda ambigüedad –si tan sólo somos capaces de computar suficientes datos. Usando un modelo similar al Page Rank de Google, que califica las páginas de Internet según su relevancia a partir de un sistema de referencias –donde tener enlaces a sitios de prestigio sube el valor de una página–, Karin Frick del GDI Gottlieb Duttweiler Institute de Suiza ha elaborado un ranking de los pensadores más influyentes de la actualidad.
Aunque según Frick el suyo es el “primer análisis verdaderamente sistemático de los pensadores y tendencias que dan forma a nuestra sociedad”, existe un claro factor de subjetividad, ya que se eligió de entrada a 100 líderes en los campos de filosofía, sociología, economía y ciencias exactas, para que nombraran a las personas más influyentes. De esta lista se obtuvo una serie de personas que se repetían con frecuencia.
Luego Frick y compañía asumieron que esas personas son influyentes si sus ideas son discutidas en blogs importantes –así que colocaron sus nombres en un motor de búsqueda y recopilaron una lista de los blogs más importantes que mencionaban a esa persona. Para concluir se hizo una búsqueda de la URL de esos blogs para encontrar otros blogs que tenían enlaces a esos sitios. Los pensadores más influyentes son aquellos que tienen más links de blogs influyentes –en un mecanismo de autorreferencia muy parecido al que Google usa para seleccionar que sitios aparecen en los primeros lugares de los resultados de búsqueda.
La imagen anterior muestra la herramienta usada por Frick para analizar redes sociales llamada Condor, en la que aparecen los pensadores vinculados si han sido mencionados en el mismo sitio.
El insight de esta lista, como sugiere Frick es que no existen pensadores que se destaquen de sobremanera de los demás. “La era de las grandes autoridades parece haber terminado”. Vivimos entonces la era del conocimiento distribuido y descentralizado, de la gnosis en red. Es difícil que el mundo actual conciba gigantes como Freud (o Jung), Einstein, Joyce o Bertrand Russel, por citar algunos de los más sobresalientes del siglo pasado. En cambio tenemos una serie de especialistas, que dominan temas de nicho y que pueden ser desconocidos fuera de su campo. A continuación el top 10:
- Richard Florida – autor de The Rise of the Creative Class
- Thilo Sarrazin – autor de Europe Doesn’t Need the Euro
- Daniel Kahneman – autor de Thinking, Fast and Slow
- David Graeber – autor de The Democracy Project
- Steven Pinker – autor de The Language Instinct
- Douglas Rushkoff – autor de Present Shock: When Everything Happens Now
- Niall Ferguson – autor de Civilization: The West and the Rest
- David Gelernter – autor de America-Lite: How Imperial Academia Dismantled Our Culture (and Ushered in the Obamacrats)
- Frank Schirrmacher – autor de Minimum
- Franz Josef Radermacher – autor de Global Marshall Plan
La lista tiene ciertos bemoles de subjetividad. Los blogs tomados en cuenta son sitios en inglés, lo cual explica la falta de pensadores orientales y la primacía de autores estadounidenses. La medición, sugiere Frick, podría cambiar en otro punto del tiempo, lo cual podría servir para hacer un análisis no sólo del pulso del momento: aquellos autores que se repitan en mediciones repartidas en distintos momentos serían los pensadores más influyentes de nuestra época.
Podemos deducir de la información presentada por Frick, siguiendo el análisis que hace MIT, que para aspirar a ser influyente en el pensamiento global o en el mundo anglosajón, ayuda tener cierta veta de enconomista: 24 de los 100 pensadores más influyentes fueron economistas, 8 politólogos, 5 biólogos, 3 físicos y 2 químicos. Escribir un libro ayuda tambíen: sólo dos de los miembros de esta élite no han publicado un libro sobre sus ideas.
También en la lista aparecen Rupert Sheldrake y su archirival Richard Dawkins, el novelista Bruce Sterling, el transhumanista Ray Kurzweil y el filósofo de la tecnología fundador de Wired, Kevin Kelly.
En este tenor, ya empapados de marketing, aprovecho para hacer un comercial, comentando que tanto Richard Florida, como el brillante teórico de medios Douglas Rushkoff estarán presentándose en México el próximo 8-10 de noviembre en el marco de Bonus Creative Week, entre varios otros pensadores “influyentes” más. Destacamos también a Daniel Pinchbeck, Erik Davis, y a nuestro querido colaborador Jason Horsley. Algunos de los pensadores más influyentes en lo que se refiere al proyecto de Pijama Surf.
Con información de MIT Technology Review
Twitter del autor: @alepholo
http://pijamasurf.com/2013/08/quienes-son-los-pensadores-mas-influyentes-del-mundo-en-este-momento/