Mientras crece la tensión entre Estados Unidos y Siria a raíz del presunto ataque con armas químicas que habría perpetrado el régimen del presidente sirio Bashar al Assad en las afueras de Damasco; en Israel aumenta el temor de que el vecino país árabe decida responder a una eventual ofensiva norteamericana, disparando sus misiles contra el territorio israelí.
De acuerdo con un reporte del periódico Yediot Aharonot, el Ejército sirio cuenta con cien mil misiles y cohetes de distinto alcance. Entre ellos varios miles de Scud-D considerados muy precisos y poderosos que pueden alcanzar cualquier objetivo en Israel. Las tropas de Assad cuentan también con misiles balísticos tierra-tierra SS-22 de fabricación rusa, que pueden acarrear cerca de 120 kilogramos de explosivos.
El ejército sirio podría cargar sus misiles con agentes químicos. Si lo ha hecho la semana pasada contra un baluarte rebelde, en las afueras de Damasco, matando centenares de civiles; por qué no podría hacerlo contra Israel. Sin embargo este último escenario parece mucho menos probable; porque la respuesta del Estado judío sería contundente, y Assad lo sabe.
Assad ha trasladado sus armas químicas desde el desierto en el este de Siria hacia zonas de la costa, más protegidas, controladas por los miembros de su secta alauita. Se estima el régimen sirio posee un arsenales de armas químicas más grandes del mundo – cien mil toneladas de agentes químicos – y bajo su absoluto control.
Pero un ataque estadounidense podría también desatar la respuesta de los aliados regionales de Siria. Israel está convencido que el grupo terrorista libanés chií Hezbollah no actuará sin una orden directa del Líder Supremo de Irán, Ali Khamenei. Por lo tanto, en caso de una ofensiva occidental que quiebre el eje Teherán-Damasco-Hezbollah; Israel podría recibir un ataque desde el norte.
Hezbollah cuenta con aproximadamente 70 mil misiles y cohetes. Decenas de éstos son misiles teledirigidos que pueden llegar hasta Beer Sheva, pero apuntan a blancos más estratégicos tales como centrales eléctricas o instalaciones militares importantes como la Kiriá (la Comandancia General en Tel Aviv) o bases de la Fuerza Aérea.
El “Partido de Dios” o Hizb Allah (conocido por los rebeldes sunitas sirios como Hizb Shaytan o “Partido de Satanás”) posee también decenas de aviones sin piloto o drones que pueden transportar cargas explosivas y estallar contra blancos en el norte del país, antes que la Fuerza Aérea los intercepte.
En la Franja de Gaza, Hamás ha recibido un fuerte golpe durante la Operación Pilar Defensivo y está afligido por la pérdida de su patrocinador en El Cairo. Hace un año, el movimientos extremista islámico sunita palestino resolvió romper con los iraníes para acobijarse bajo el paraguas de los Hermanos Musulmanes; y no es probable que intervenga a favor del régimen alauita de Siria. En cambio, la Jihad Islámica con varios cientos de cohetes, la mayoría de corto alcance, podría actuar desde Gaza, junto a una cantidad desconocida de cohetes en la península del Sinaí, en manos de la Jihad Global, que actualmente está ocupada combatiendo al ejército egipcio.
Un escenario de ese tipo desataría la respuesta rápida de la Fuerza Aérea de Israel destruyendo objetivos estratégicos en los países árabes agresores, y la entrada en acción de comandos de paracaidistas para destruir las ocultas plataformas de lanzamiento de cohetes.
Entre tanto, una sexta batería del escudo antimisiles Cúpula de Hierro (Kipat Barzel o Iron Dome, en inglés), está siendo instalada. Se espera que, en un año, la Fuerza Aérea emplace otras cuatro baterías para proteger a la Retaguardia o Frente Interno de los cohetes de corto alcance.
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