El país islámico sigue enriqueciendo uranio y mejorando sus instalaciones nucleares pese a las exigencias de la comunidad internacional, según denunció el OIEA
Irán continúa ignorando la exigencia de la ONU de que suspenda sus actividades nucleares y sigue sin despejar las dudas sobre un posible plan para producir armas atómicas, según revela un informe restringido distribuido este miércoles en Viena. El texto, elaborado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), señala que Teherán ha seguido instalando nueva maquinaria y mantiene su ritmo de producción de uranio enriquecido, un combustible de doble uso -civil y militar-.
“Contrariamente a las pertinentes resoluciones de la Junta de Gobernadores (del OIEA) y del Consejo de Seguridad, Iránno ha suspendido sus actividades relacionadas con el enriquecimiento”, denuncia el documento, al que tuvo acceso la agencia de noticias EFE.
Desde el último informe, en mayo, los técnicos iraníes han sido capaces de producir 48,5 kilos de uranio enriquecido al 20 por ciento, un grado de pureza aún lejano del necesario 90 por ciento para ser usado en una arma atómica, pero que los expertos consideran un paso previo a esa capacidad. Así, Irán dispone ya de 372 kilos de este material, del que aproximadamente la mitad ha sido reconvertido en combustible para un reactor científico, lo que lo inutiliza para un hipotético uso militar.
Con todo, expertos conocedores del expediente iraní expresaron, este miércoles, sus dudas sobre los motivos por los que Irán sigue enriqueciendo uranio, ya que con el combustible acumulado hasta ahora puede mantener en funcionamiento ese reactor científico por 25 ó 30 años.
“La pregunta es por qué siguen produciendo”, indicó una fuente diplomática cercana al programa atómico iraní. Además, Irán ha continuado instalando modernas centrifugadoras, las máquinas usadas para enriquecer uranio, aunque aún no las ha puesto en funcionamiento.
El informe sigue dejando claro el ambiente de preocupación en el OIEA respecto al caso iraní y recuerda que desde 2002 “ha ido aumentando su preocupación sobre la posible existencia en Irán de actividades nucleares no declaradas en la que estaban involucradas organizaciones militares”. El OIEA asegura que es imprescindible más transparencia por parte de Irán y la autorización de más controles para despejar las dudas sobre esa posible dimensión militar de sus esfuerzos nucleares.
En ese sentido, una fuente conocedora del expediente iraní mostró cierta esperanza de que pueda haber avances en la reunión que el OIEA mantendrá con Irán el próximo 27 de septiembre, la primera tras las elecciones presidenciales de junio, ganadas por Hasan Rohani, cuyas posturas se consideran más moderadas. “Estamos ansiosos de ver cómo es el nuevo equipo de negociación, qué va a cambiar con las elecciones en Irán”, indicó ese experto.
Con todo, las exigencias que el OIEA llevará a este encuentro son las mismas que en las diez rondas de contacto anteriores, en las que no se logró ningún avance para establecer una agenda de inspecciones que permita confirmar, como asegura Irán, que su plan atómico sólo tiene finalidades pacíficas.
Esta agencia de la ONU insiste, en su nuevo informe, en los ejes esenciales para avanzar en ese proceso: más acceso a documentos, científicos e instalaciones y poder analizar sin restricciones todos los aspectos del programa atómico iraní, incluidas sus posibles dimensiones militares.
En ese sentido, el OIEA destaca el caso de Parchin, una instalación militar en la que se sospecha que se llevaron a cabo experimentos posiblemente relacionados con el desarrollo de un arma atómica y a la que Irán se niega a permitir el acceso a los inspectores.
El reporte también expresa su preocupación por la negativa de Irán a suspender sus trabajos con agua pesada, incluida la planta de Arak, en la que ya se ha instalado el recipiente del reactor, aunque Irán ha reconocido que esta instalación no entrará en funcionamiento en el primer trimestre de 2014, como estaba anunciado.
Los temores respecto a esta instalación se refieren a su posible uso en la producción de plutonio, otro combustible apto para ser usado en un arma atómica.
EFE