El presidente Obama ha declarado este sábado que quiere la autorización del Congreso de EE.UU. para intervenir en Siria. La decisión ha sido de último momento, según filtra la agencia de noticias AP. Pero, ¿a qué se debe este cambio de opinión?
“EE.UU. debe emprender una acción militar contra Siria. Creo que tengo la autoridad para ordenar un ataque sin la aprobación del Congreso, pero el país será más fuerte si tenemos un debate”, ha declarado Obama este sábado.
La Resolución de Poderes de Guerra, la norma legislativa adoptada en EE.UU. en 1973, estipula que el presidente del país tiene derecho a enviar las tropas a combatir al extranjero sin que el Congreso declare la guerra en caso de “una emergencia nacional sumergida debido a un ataque contra EE.UU., sus territorios, posiciones o sus Fuerzas Armadas”. Sin embargo, la Administración de Obama no descifra porqué califica el conflicto interno del país árabe como una amenaza para EE.UU. Apela solo a los “intereses fundamentales” de Washington y sus aliados en Oriente Próximo y a la imperdonable “obscenidad moral” del régimen de Bashar al Assad.
La misma normativa prohíbe que una operación militar foránea dure más de 60 días (más el período de 30 días previsto para la retirada de las tropas) sin la autorización del Congreso. Durante los 40 años que han transcurrido desde la aprobación de esta resolución, ha sido formalmente violada en varias ocasiones, entre otras por Bill Clinton en 1999 cuando bombardeó Yugoslavia durante 78 días, y en 2011 por el propio Obama durante los bombardeos de Libia.
El 20 de mayo de 2011, la jornada que marcó el 60 día de la campaña libia, Obama notificó al Congreso que no necesitaba su voto para continuar con los bombardeos ya que la operación fue liderada por la OTAN, mientras que la involucración de las tropas estadounidenses fue limitada. El 3 de junio la Cámara de Representantes aprobó reprimir al presidente Obama por haber violado la Resolución de Poderes. No se produjo consecuencia formal alguna, igual que en todos los casos anteriores.
Hay muchos miembros del Congreso “que quieren que sus voces sean escuchadas”, ha admitido Obama en su discurso de este sábado y añadió que está totalmente de acuerdo con esta demanda. En los últimos días el mandatario recibió dos misivas. En una, 140 miembros de la Cámara de Representantes, 119 republicanos y 21 demócratas, insistieron en que una acción militar sobre Siria debe decidirse en una votación en el Congreso, acentuando que los ataques químicos en el país árabe no constituyen una amenaza directa a EE.UU. Otra, firmada por 54 demócratas, decía lo mismo y pedía a Obama que intentara obtener un compromiso dentro del Consejo de Seguridad de la ONU.
Sin embargo, el diario ‘The Washington Post’ atribuye la decisión de Obama de compartir la responsabilidad con el Congreso no solo a las presiones crecientes por parte de los propios legisladores. Insiste en que influyeron sobre todo los factores externos, en primer lugar, el hecho de que EE.UU. se quedó prácticamente aislado en la arena internacional en su deseo de atacar Siria, una diferencia fundamental con el caso libio. Rusia y China, los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU con derecho a veto, se oponen a cualquier solución que implique el uso de la fuerza. La OTAN comunicó que no ve la necesidad de involucrarse en caso de haber una operación militar. Como punto final Londres, el aliado principal de EE.UU., se vio obligado a someter la intervención en el país árabe a votación parlamentaria, la Cámara de los Comunes se pronunció en contra y el Gobierno de David Cameron declaró que obedecerá la voluntad del pueblo.
En muchos países del mundo tuvieron lugar manifestaciones en contra de la planeada agresión estadounidense sobre Siria. Las marchas de protesta pasaron también por Nueva York, Washington y Boston. Según el sondeo de la cadena NBC, el 50% de los estadounidenses está en contra de un ataque sobre el país árabe y el 80% insiste en que tal decisión puede tomarse solo a través de la votación en el Congreso.