Cuando conoces datos de la historia, siempre piensas que todavía el hombre no ha aprendido nada, pues con los datos que tenemos, ya podrimos haber cambiado nuestra forma de proceder y poner otras prioridades en beneficio del ser, pero no es así, estamos muy por debajo de lo que tendríamos que haber alcanzado debido a que anteponemos intereses materiales, que vetan la posibilidad de que evolucionemos como personas.
De nada sirve alcanzar la gloria, el poder, o tener imperios, si en fracciones de segundo, o en minutos, todo, todo puede destruirse y no dejar rastro alguno de lo que creíamos que éramos, ser los reyes de imperios financieros o ser los amos del mundo, ostentando fama y poderío, porque nuestro planeta tiene nuestra vida a su merced, simplemente con un tsunami, un terremoto o una erupción volcánica, un cambio climático o una explosión atómica, ya sea un misil, una terminal, o una guerra nuclear podemos desaparecer y lo más trágico, no es morir, si no lo que dejamos de vivir, por conseguir metas materiales.
Realmente vivimos todos unos más que otros, corriendo en un maratón para alcanzar metas y dejamos atrás, lo que realmente tiene valor, y es el tener tiempo para compartir con tus seres queridos amistades, el disfrutar de la naturaleza antes de que la destruyan, el apreciar la belleza que emana del planeta, cuando lo dejamos tranquilo, el abrazar a tu hijo, una pareja, un amigo, el no tener nunca arrinconado en los cajones de la indiferencia las palabras » te quiero, te amo» que están deseando dejar ese silencio en que están sumidas, el pedir perdón el dar las gracias a quien nos brindo su tiempo, para que pudiéramos desahogarnos etc. etc.
Hay tantas cosas que cada un@ debería haber hecho y no hizo que si no nos ponemos al día con lo que tenemos pendientes, puede ser que nos llegue nuestra hora de ser tan sólo un eslabón de la humanidad que se extinguió en un desastre natural o provocado por el hombre y ya seria demasiado tarde el liberar las palabras de su mutismo, el tender la mano a quien te pide ayuda, brindar ternura, apoyo, amor, una sonrisa, un saludo, extasiarse con el amanecer o soñar con la luna y las estrellas, todo eso lo teníamos al alcance de la mano y no lo apreciamos, ni tan siquiera pudimos compartir un retazo de nuestra existencia, por las prisas, ambiciones, resentimientos, orgullos etc. que cuando llegue ese día en que será el ultimo de nuestra vida, comprenderemos y seremos conscientes de cómo desperdiciamos la vida por alcanzar unas metas efímeras, cuando el verdadero trofeo, lo teniamos junto a nosotros.
No dejemos nada pendiente para mañana, quizás ese, ya nunca llegue, al menos cuando nos vallamos procuremos que la mochila este llena de emociones, sonrisas y palabras que emanan del alma, si es así, no nos importará que la tierra nos arrebate la vida.
Tus palabras, querida d.m; Son la exclamación, el clamor, de las Almas que despiertan desde su propio desconocimiento hacia su verdadera esencia y comprenden su razón de ser aquí y ahora… Bendita sea toda Mujer consciente, que permite el fluir de la vida en armonía en este Planeta y que ha trascendido el ilusorio » miedo » a la muerte.
Que el Amor sea ahora y siempre en todos y cada uno… Amen. Amen y Amen.
Gracias por la tercera parte.
Cuando conoces datos de la historia, siempre piensas que todavía el hombre no ha aprendido nada, pues con los datos que tenemos, ya podrimos haber cambiado nuestra forma de proceder y poner otras prioridades en beneficio del ser, pero no es así, estamos muy por debajo de lo que tendríamos que haber alcanzado debido a que anteponemos intereses materiales, que vetan la posibilidad de que evolucionemos como personas.
De nada sirve alcanzar la gloria, el poder, o tener imperios, si en fracciones de segundo, o en minutos, todo, todo puede destruirse y no dejar rastro alguno de lo que creíamos que éramos, ser los reyes de imperios financieros o ser los amos del mundo, ostentando fama y poderío, porque nuestro planeta tiene nuestra vida a su merced, simplemente con un tsunami, un terremoto o una erupción volcánica, un cambio climático o una explosión atómica, ya sea un misil, una terminal, o una guerra nuclear podemos desaparecer y lo más trágico, no es morir, si no lo que dejamos de vivir, por conseguir metas materiales.
Realmente vivimos todos unos más que otros, corriendo en un maratón para alcanzar metas y dejamos atrás, lo que realmente tiene valor, y es el tener tiempo para compartir con tus seres queridos amistades, el disfrutar de la naturaleza antes de que la destruyan, el apreciar la belleza que emana del planeta, cuando lo dejamos tranquilo, el abrazar a tu hijo, una pareja, un amigo, el no tener nunca arrinconado en los cajones de la indiferencia las palabras » te quiero, te amo» que están deseando dejar ese silencio en que están sumidas, el pedir perdón el dar las gracias a quien nos brindo su tiempo, para que pudiéramos desahogarnos etc. etc.
Hay tantas cosas que cada un@ debería haber hecho y no hizo que si no nos ponemos al día con lo que tenemos pendientes, puede ser que nos llegue nuestra hora de ser tan sólo un eslabón de la humanidad que se extinguió en un desastre natural o provocado por el hombre y ya seria demasiado tarde el liberar las palabras de su mutismo, el tender la mano a quien te pide ayuda, brindar ternura, apoyo, amor, una sonrisa, un saludo, extasiarse con el amanecer o soñar con la luna y las estrellas, todo eso lo teníamos al alcance de la mano y no lo apreciamos, ni tan siquiera pudimos compartir un retazo de nuestra existencia, por las prisas, ambiciones, resentimientos, orgullos etc. que cuando llegue ese día en que será el ultimo de nuestra vida, comprenderemos y seremos conscientes de cómo desperdiciamos la vida por alcanzar unas metas efímeras, cuando el verdadero trofeo, lo teniamos junto a nosotros.
No dejemos nada pendiente para mañana, quizás ese, ya nunca llegue, al menos cuando nos vallamos procuremos que la mochila este llena de emociones, sonrisas y palabras que emanan del alma, si es así, no nos importará que la tierra nos arrebate la vida.
Tus palabras, querida d.m; Son la exclamación, el clamor, de las Almas que despiertan desde su propio desconocimiento hacia su verdadera esencia y comprenden su razón de ser aquí y ahora… Bendita sea toda Mujer consciente, que permite el fluir de la vida en armonía en este Planeta y que ha trascendido el ilusorio » miedo » a la muerte.
Que el Amor sea ahora y siempre en todos y cada uno… Amen. Amen y Amen.