El periodista italiano Domenico Quirico aseguró hoy que durante su cautiverio en Siria escuchó una conversación en la que le atribuyeron a fuerzas rebeldes el ataque con armas químicas perpetrado en los suburbios de Damasco.

El reportero del diario La Stampa en ese país árabe, dijo que durante el diálogo efectuado en inglés vía Skype una persona le comunicó a su interlocutor que la acción fue perpetrada para provocar una intervención militar de Occidente, y que “el número de muertos era exagerado”.

Quirico, quien fue liberado tras permanecer cinco meses secuestrados en Siria junto al profesor belga Pierre Piccinin, aseveró desconocer el nombre de las tres personas protagonistas de esa plática, aunque con anterioridad uno de ellos se presentó como un general del denominado Ejército de Liberación Sirio.

“Yo no sé si todo esto es verdad porque no tengo ningún elemento que pueda confirmarlo, ni idea de su confiabilidad y de la identidad de las personas”, manifestó Quirico en declaraciones a La Stampa.

Sin embargo, Piccinin, quien también escuchó la charla, afirmó a la radio RTL-TVi que es un deber moral decir que el gobierno de Bashar al Assad no usó el gas sarín u otro gas en la periferia de Damasco.

Cuando escuchamos la intención de Estados Unidos de actuar tras el uso de armas químicas atribuido a la administración de Al Assad, “teníamos la cabeza en llamas” porque “estábamos prisioneros ahí, bloqueados con esa información e imposibilitados en darla”, precisó.

Los cinco meses de cautiverio fueron “una odisea aterradora a través de toda Siria, pues fuimos prisioneros de distintos grupos, algunos muy violentos, antioccidentales e islámicos anticristianos”, agregó.

Recordó que tanto él como Quirico intentaron escapar dos veces, pero fueron apresados y castigados muy duramente con maltratos físicos, que en el caso del periodista llegaron a ser más violentos, en tanto fue sometido a dos falsas ejecuciones con una pistola.

El pasado 29 de agosto, el sitio Mint Press News publicó que rebeldes y residentes en la zona de Ghouta Oriental acusaron al príncipe saudita Bandar bin Sultan de proporcionar armas químicas a un grupo insurgente vinculado a al-Qaeda para buscar una justificación y acusar al gobierno de Bashar al Assad.

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