A unos 400 kilómetros al norte de San Francisco Monte Shasta es una de las montañas más altas del estado de California, un volcán durmiente (aunque no totalmente inactivo) el cono principal alcanza los 4322 metros de altura sobre el nivel del mar mientras que otros tres conos secundarios alcanzan alturas menores a su alrededor. Entre sus cimas los glaciares mantienen su blanca presencia durante todo el año.
En la lengua de los indios kurak el nombre que recibe la montaña es Uytaahkoo “montaña blanca”. Sin embargo el origen del nombre de Shasta es todavía motivo de discusión, algunos creen que deriva de una palabra rusa que significa “puro”. Existe mucha y diversa información que señala que algo extraño sucede en dicho lugar o en sus cercanías.
Antiguas leyendas y relatos modernos.
La montaña lleva representando un lugar de iluminación religiosa y significado espiritual desde tiempos antiguos. Una leyenda de los klamath, una de las tribus que habitan en la región desde antes mucho antes de la llegada del hombre blanco, cuenta que el espíritu celeste Skell descendió a la cima del monte Shasta para enfrentarse al espíritu del inframundo, Llao.
Las leyendas de otra tribu india, en este caso los indios hopi, habitantes hoy día del estado de Arizona. también hablan sobre la montaña. Cuentan los ancianos que en el pasado la superficie del mundo no era habitada tan sólo por seres humanos, si no que estos convivían con una raza más antigua y poderosa que ellos llaman sheti o “hermanos serpiente”. Un desastre del que las leyendas no dan más detalles forzó sin embargo a los sheti a retirarse bajo tierra, construyendo 30 ciudades subterráneas de las que una de las más grandes se encontraba bajo monte Shasta. Allí se refugiaron con su tecnología secreta y con las placas de oro donde narraban su historia y destino.
En 1904 J.C. Brown, un prospector que buscaba metales preciosos, encontró una caverna semioculta por la vegetación en la que según él había rastros de extracción de cobre. Al penetrar más en la montaña afirma haber encontrado decenas de salas y habitaciones donde encontró laminas doradas cubiertas de jeroglíficos y armas de bronce. que no se parecían a nada visto en norteamérica Brown decidió guardar en secreto su descubrimiento y durante los siguientes treinta años se dedicó a investigar para identificar cual podía ser el origen de este yacimiento. En 1934, convencido de que los restos encontrados pertenecían a la civilización Lemuria, reapareció en la zona y reunió voluntarios para una expedición. Sin embargo la misma mañana en que la expedición debía partir, el 19 de junio de 1934, Brown desapareció sin dejar rastro… y sin haber dejado indicaciones exactas de la localización del túnel.
En 1905 se publicó un curioso libro titulado Un habitante de dos planetas, que aunque interpretado comúnmente como una novela el escritor aseguraba que le había sido revelada por medio de la canalización espiritual. Habiendo muerto cinco años antes de la publicación de su obra es imposible pedir referencias más completas sobre lo narrado o su fuente espiritual. La novela, si es que se trata de tal, cuenta la vida de un hombre de la Atlántida y su reencarnación en los Estados Unidos de finales del siglo XIX. Pero sobre todo la menciono aquí pues habla sobre una ciudad oculta en túneles en el interior del volcán donde residían supervivientes avanzados del hundimiento de Lemuria y la Atlántida.
En 1930 un hombre llamado Guy Ballard fundó la I AM Activity, un grupo religioso de raices teosóficas, después de haber tenido en este mismo monte Shasta un encuentro con uno de los Maestros Ascendidos, que se identifico como el Conde de Saint-Germaine. El grupo de Ballard, dirigido con mano firme por él y su esposa, llegó a tener, según algunas fuentes, un millón de seguidores y realizaba conferencias a lo largo de los EEUU. Sin embargo su número decayó tras la muerte de Ballard en 1939 y tras un juicio contra su viuda y su hijo.
Otro estudioso de lo oculto, Dr. Maurice Doreal (nombre real Claude Doggins), afirma haber sido transportado espiritualmente en el año 1931 a una hermosa ciudad blanca oculta siete millas bajo el monte Shasta habitada por “atlantes” relacionados con una colonia en el pacífico.
Además durante años se han recogido declaraciones de testigos locales que hablan de individuos de comportamiento extraño que han aparecido en los establecimientos comerciales cercanos a la montaña pagando sus mercancías con pepitas de oro puro salidas de quien sabe donde para luego desaparecer de nuevo en el bosque. Al intentar que los testigos aclaren más a que se refieren con el adjetivo extraños suele provocar confusión en estos incapaces de indicar exactamente que es lo que les parecía inusual.
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