(De José Ignacio) |
Cuando uno se decide orar, conviene, es indispensable buscar un lugar y una hora determinada, que nadie interrumpa, por ejemplo el dormitorio podemos sentarnos. Conviene cerrar los ojos, para que nada nos distraiga o moleste, hacer una relajación mental y física, así, nos sentamos de forma tranquila, y hacemos tres respiraciones profundas y largas, cuando expiramos imagínate que estás largando toda clase de tensión, nos ordenamos mentalmente, “aflójate” dos o tres veces, es lo que en estas disciplinas, se llama respiración rítmica, podemos agregar ordenarnos PAZ… PAZ…. PAZ sintiendo que nos “soltamos” de toda preocupación. Se terminó.
Cuando ya notamos que hay una tranquilidad mas o menos 5 minutos, ponemos cuidado en los latidos del corazón y cuando ubicamos nosotros nos decimos : Ahí está Dios me está haciendo latir el corazón desde donde El (Dios) está, a través del cordón de plata, que entra por el centro de nuestra cabeza, en esa operación, que nadie moleste, se puede poner una música religiosa o clásica, bajito a nuestro gusto.
Estando así, concentrado, como si pareciera que uno no estás en la Tierra, ESA ES LA CONEXIÓN con Dios, podemos recitar:
Amada y resplandeciente Presencia de Dios YO SOY,
sella a mi alrededor tu tubo de Luz Divina
para iluminar mi camino en la vida,
para protegerme de la discordia humana.
YO SOY la que está invocando la Llama Violeta,
para que transmute, disuelva, consuma toda discordia, todo lo que no sea de la Luz, del Amor, de la Paz, de la Verdad, en mis cuatros cuerpos inferiores, producido en esta encarnación y en encarnaciones anteriores, hasta que yo sea uno/a con la Llama Violeta. Verse envuelto en una “nube” color violeta, por tres o cuatro minutos.
¡¡¡Gracia, Gracias, Gracias, Padre porque sé que me has oído. “
Aquí uno se concentra en esta idea hasta que no tiene conciencia de su alrededor, entonces podemos decir que estamos conectados con la Divinidad.
Si uno practica esto TRES VECES POR DIA es seguro que le llega la Paz y su alma se va limpiando, limpiando y cuando se va “al otro mundo” seguro que va a los lugares de Luz, donde los ángeles le van a guiar. Cuando uno ha conseguido esa Paz tan buscada, tan ansiada, se tiene que procurar de no mezclarse con cosas humanas, sentimientos humanos como la envidia, el odio, la ambición desmedida, y sobre todo equilibrarse emocionalmente, es decir nada de eufórico, con alegría, ni dejarse llevar por la pesadumbre. Los dos son malos. Frenarse. Equilibrarse. Dios es P A Z Y nosotros somos a imagen y semejanza de Dios. .
Si uno NO le hace caso a esto, y sigue la vida HUMANA, la PAZ se va.