¿Por qué la actividad de los huracanes varía de década a década? ¿O por qué lo hacen las precipitaciones en la región del Sahel? ¿Y por qué frecuentemente están tan sincronizados los cambios que ocurren a ambos lados del Océano Atlántico?
Responder a estas preguntas pasa por conocer a fondo los entresijos de cómo se comunican el mar y la atmósfera, y qué influencias exactas se ejercen entre sí.
Profundizar en la comunicación entre el mar y la atmósfera es imprescindible si se pretende averiguar las causas detalladas de las variaciones climáticas naturales, que no siempre tienen la misma duración. Estas fluctuaciones se superponen sobre la tendencia al calentamiento global desde principios de la revolución industrial, y así hacen más complicado el reto de determinar con exactitud cuál es la influencia humana sobre el clima.
Sin embargo, es muy poco lo que se sabe acerca de las causas y mecanismos de la variabilidad climática natural.
La situación puede que comience a mejorar significativamente a partir de ahora, gracias a una investigación ruso-germana en la que se ha analizado la influencia que ejercen las corrientes oceánicas sobre el intercambio de calor entre el mar y la atmósfera.
Los resultados de este estudio apuntan a una posible explicación para la variabilidad interdecadal de ciertos aspectos del clima.
El equipo de científicos del Instituto P.P. Shirshov de Oceanología, dependiente de la Academia Rusa de Ciencias, y el GEOMAR (Centro Helmholtz de Investigación Oceánica) en Kiel, Alemania, ha investigado el papel del intercambio de calor entre el mar y la atmósfera en la variabilidad del clima a largo plazo en el Atlántico.
El meteorólogo y oceanógrafo Mojib Latif, del GEOMAR, y sus colegas, analizaron las temperaturas de la superficie del mar y diversas mediciones meteorológicas de los últimos 130 años. Encontraron que el océano afecta significativamente a las fluctuaciones del clima a largo plazo, de una década a la siguiente, mientras que la atmósfera, de conducta aparentemente caótica, es la principal responsable de las variaciones a más corto plazo, concretamente de un año al siguiente.
Los resultados de la investigación también proporcionan información importante sobre la posibilidad de pronosticar fluctuaciones climáticas a largo plazo.