EE UU y México basan en la integración económica la renovación de su alianza

El vicepresidente Joe Biden y el presidente Enrique Peña Nieto. / ALFREDO ESTRELLA (AFP)

El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente de México, Enrique Peña Nieto, ratificaron este viernes la renovación de la alianza estratégica entre los dos países basada en una visión compartida: hacer de Norteamérica el motor de la economía global en el siglo XXI, a partir de la coincidencia de intereses y la integración comercial. “No hay ninguna relación que valoremos más, no hay ninguna relación económica que contenga tal promesa y no hay ninguna región en el mundo que tenga la gran oportunidad de hacer más que América del Norte para generar crecimiento económico en los próximo 20, 30 años”, declaró Biden, quien recordó que en 2014 se cumplen 20 años del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambas naciones. Peña Nieto, por su parte, destacó el clima de “respeto y confianza” de una relación, que ya no está monopolizada como en los últimos años por el problema de la seguridad.

Biden, de visita de trabajo en México, calificó de “necesarias” las reformas emprendidas por el Gobierno de Peña Nieto, si bien subrayó que “corresponde solo a los mexicanos tomar estas decisiones”, y reconoció sentirse “impresionado” por ellas al “trascender las fronteras partidistas”.

El vicepresidente estadounidense llamó a ambos países a tener “valor político” para potenciar sus relaciones económicas “y derribar barreras por difícil que sea”. Afirmó que la reforma migratoria que impulsa la Administración del presidente Barack Obama es una causa de “justicia y dignidad”, que “sacará de las sombras” a 11 millones de inmigrantes indocumentados, en su mayoría mexicanos, y será beneficiosa para ambos países .

La modernización de la frontera común, facilitando el paso de productos, personas e información, es uno de los objetivos que se han marcado los dos Gobiernos. Mil millones de dólares cruzan cada día el río Grande, un 70% del comercio entre ambos países, que en la actualidad alcanza un total de 500.000 millones de dólares. México es el tercer socio comercial de EE UU tras Canadá y China y la frontera es vista como una ventaja competitiva para convertir la región de Norteamérica en la palanca del desarrollo mundial en este siglo.

Nada se dijo, sin embargo, en los discursos oficiales sobre el constante tráfico de armas que se produce en la frontera o la libre venta de armas de asalto en el lado estadounidense, ni de las deportaciones de madrugada de miles de mexicanos indocumentados. Tampoco sobre los efectos que tendrá en la competitividad de las economías de los Estados del Norte de México la subida del IVA del 11% al 16% que contempla la reforma fiscal anunciada por el Gobierno hace unas semanas.

Biden llegó a México con el objetivo de avanzar en la agenda fijada el pasado mayo durante la visita de Obama para fortalecer la integración comercial entre los dos países. El vicepresidente estadounidense se reunió con los secretarios de Exteriores, José Antonio Meade, y de Hacienda, Luis Videgaray, para poner en marcha el primer Diálogo Económico de Alto Nivel, cuyo objetivo, afirmó, es “darle un sentido estratégico a la relación económica para hacer de América Latina, una región más competitiva, que eleve la productividad de nuestras economías”.

También se constituyó el Foro Bilateral de Educación Superior para el intercambio académico y la realización de proyectos conjuntos en ciencia y tecnología. Peña Nieto dijo que en los próximos años unos 100.000 mexicanos podrán estudiar en EE UU y unos 50.000 estadounidenses en México.

Fuera de la agenda quedó el escándalo del espionaje por parte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EE UU a Peña Nieto. Al contrario que la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que ha cancelado una visita oficial a EE UU por ese motivo, la cancillería mexicana ha despachado el asunto diciendo que ya fue tratado por los dos presidentes durante la reciente cumbre del G20 en San Petersburgo y que Obama había prometido una investigación a fondo del caso. También estuvo ausente de las conversaciones la Iniciativa Mérida, el plan de cooperación en seguridad entre los dos países.

Biden expresó la solidaridad de EE UU con las víctimas de las tormentas tropicales que se han abatido sobre México en las últimas semanas y causado decenas de muertos y desaparecidos, donando 250.000 dólares a la Cruz Roja mexicana. Peña Nieto se ha multiplicado estos días visitando las localidades más afectadas por las lluvias y ha suspendido su asistencia a la Asamblea General de la ONU, pero la catástrofe ha vuelto a poner de manifiesto la falta de mantenimiento de las infraestructuras así como la imprevisión, corrupción y negligencia de las autoridades estatales.

EL PAÍS

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