El gobierno de Estados Unidos no solo quiere saber donde está usted, también quiere saber qué está pensando. A falta de la implantación de un dispositivo en su cerebro que revela cada pensamiento, el gobierno ha optado por la conductometría, una nueva tecnología de vigilancia desarrollada para la Fuerza Aérea de EE.UU. y destinada a ser utilizada en la seguridad pública para «monitorear conductas sospechosas».
El sistema gira en torno a una cámara que sigue los movimientos faciales biométricamente para construir un perfil sicológico del individuo bajo vigilancia.
«La empresa Photon-X Inc de Huntsville, Alabama, recientemente recibió un contrato de la Fuerza Aérea para desarrollar dicha cámara», asegura el diario Wired.
Afirma la empresa el sensor de la cámara puede construir una imagen tridimensional de la cara de una persona: la piedra angular de un distintivo de «bio-firma» que puede ser utilizado para el seguimiento de esa persona en cualquier sitio. Con algunas imágenes más, el artefacto puede capturar los movimientos musculares faciales únicos de ese rostro, y convertir esos movimientos en un perfil «conductométrico» que es aún más preciso.
«El proyecto ayudará a identificar a individuos no cooperativos utilizando sensores remotos, ubicados en distancias apartadas que antes eran imposibles», informa Toyon Research Corporation, que también consiguió una subvención de la Fuerza Aérea para el desarrollo de la bio-firma. «Esta información de identidad puede ayudar a analistas de inteligencia a encontrar a personas específicas en eventos y lugares, y ser más eficaces en operaciones insurgentes».
Esta nueva tecnología forma parte de los programas de análisis de DARPA, que incluyen la posibilidad de identificar «terroristas» por la forma como caminan. El programa fue muy atacado en el momento en que se dio a la publicidad y tildado de «indignante» y de «paranoia enloquecida».
Una demostración en video de la tecnología que aparece en el sitio web Photon-X expone un número de imágenes de un mismo rostro (ver foto en el encabezamiento de esta noticia), que cambia cuando la persona altera su expresión facial por una sonrisa, un ceño fruncido, un enojo.
El movimiento del rostro de una persona está correlacionada a un modelo muscular facial uniforme, y el movimiento de cada músculo es cuantificado. «Al utilizar el Sistema de Análisis Conductométrico, es posible cuantificar datos simples que describen el movimiento lineal de todos los músculos faciales en tiempo real y entonces interpolar estos datos utilizando un sistema sicológico de perfil», indica el sitio web.
«El movimiento de la postura corporal, el andar y las micro-expresiones» también son medidos por la tecnología para permitir a los «operadores poder seguir la actividad del usuario en una forma encubierta», según describe el contrato.
Esto será utilizado para vigilar a las «operaciones de los insurgentes», que suena como algo que puede ser realizado por el ejército de EE.UU en Iraq o Afganistán, pero de hecho sabemos que la tecnología también está destinada para aplicarse a la seguridad pública, bancos, corporaciones privadas, escuelas y universidades, casinos, parques temáticos y comercios, lo que significa que el «insurgente» podría ser usted caminando en un centro comercial.