¿Frente a qué tipo de fenómeno social estamos? ¿Podemos hablar de una impensable y veloz conciencia colectiva capaz de paralizar a millones de capitalistas ante una emergencia pandémica? ¿O simple y sencillamente asistimos a un episodio de miedo colectivo, ante el riesgo de contagio? Ricardo Alemán, El Universal, 27 de abril 2009
Todo tiene un propósito divino. Hasta la epidemia de influenza que anda en boca de todos en México.
Estamos viviendo un momento de parto: la madre tierra está por dar a luz entre nosotros. Y el cuerpo de la madre pierde defensas durante el embarazo, es parte de la depuración.
La palabra parto viene de compartir, todos estamos inmersos en este proceso que por naturaleza es desgarrador. No es extraño que la epidemia ande en boca de todos, a pesar de los tapabocas. Un solo pensamiento nos une y conecta. Es viral.
La tierra está dando a luz una nueva conciencia. México es el lugar de nacimiento.
Un parto es un cambio de paradigma. La fuente colapsa para crear una nueva visión. Un nuevo estado de las cosas que transforma las estructuras sociales y mentales.
La independencia de México nació de un colapso, al igual que la revolución. Y antes de que sucedieran, las cosas se habían puesto feas. Y había pocas razones que predijeran lo que estaba por acontecer. Exactamente igual que hoy, solo que ahora nos corresponde vivir la evolución mexicana.. Pacífica y amorosa. El brinco cuántico de conciencia.
Sé que muchos dicen que esta epidemia es una creación de los iluminatti, los grises que han dominado al planeta, para bajar a la vibración del pánico al mundo entero, desde el epicentro de México. Y no dudo que tengan razones para ello. Pero no llegamos hasta aquí precisamente por la razón, sino por el corazón.
Es cuestión de amor, no de miedo. Puedes juzgar que es una maldición oscura, miedo, o creer que es una bendición del cielo ahora en la tierra, amor. Creer es crear.
http://www.nuevagaia.com/665-notas/epidemia-de-amor-por-santiago-pando/