La noción de que la humanidad fue creada por algún tipo de manipulación genética extraterrestre, es la base actual de las historias de la creación, encontradas en los registros Sumerios antiguos y en posteriores escritos Hebreos. Esta idea es planteada en detalle en la obra de Zacarías Sitchin, quien utiliza los registros sumerios para argumentar que el moderno Homo-Sapiens fue creado por seres del espacio exterior llamados “Nefilim“. Basándose en las tablillas sumerias, Sitchin cree que los Nefilim crearon a los humanos mediante la modificación genética del Homo-Erectus. El Homo erectus era un homínido extinto, que vivió entre hace 1,8 millones de años y 300.000 años, durante el Pleistoceno inferior y medio. El Pleistoceno es una división de la escala temporal geológica y representa una época geológica que comienza hace 2,59 millones de años y finaliza aproximadamente 10.000 años a.C., precedida por el Plioceno y seguida por el Holoceno. Es la sexta época de la Era Cenozoica y la más antigua de las dos que componen el Período cuaternario. El término pleistoceno deriva del griego πλεῖστος (pleistos “lo más“) y καινός (kainos “nuevo“). El Pleistoceno se corresponde con el conocido como Paleolítico arqueológico. El Pleistoceno abarca las últimas glaciaciones, hasta el episodio Dryas Reciente incluido. El final del Dryas Reciente ha sido fechado aproximadamente en el 9600 a.C. El Dryas Reciente o Joven Dryas (en inglés Younger Dryas) fue una fase de enfriamiento climático que duró unos 1300 años, y que podemos situar a finales del Pleistoceno, entre 12.700 y 11.500 años atrás, curiosamente coincidente con la época de la posible desaparición de la Atlántida. Toma su nombre de la flor alpina Dryas octopetala. Hay indicios del impacto del cometa Clovis hace unos 12.900 años en América del Norte que, según una hipótesis reciente, podría haber iniciado el enfriamiento del Dryas Reciente.
El Dryas Reciente significó un rápido regreso a las condiciones glaciares en las latitudes más altas del Hemisferio Norte. Esto contrasta con el calentamiento del deshielo que tuvo lugar en el periodo anterior. Estas transiciones duraron aproximadamente una década. Las informaciones obtenidas de isótopos térmicamente fraccionados de nitrógeno y argón provenientes de núcleos de hielo de Groenlandia, indican que esta isla era unos 15 C más fría que en la actualidad. En las islas Británicas, los fósiles de escarabajos indican un descenso de las temperaturas medias anuales de 5 C y las condiciones periglaciares prevalecían en las tierras bajas y los glaciares en las tierras altas. Desde entonces, no ha habido ningún periodo de cambio climático abrupto tan grande, extendido o rápido. Los Homo erectus clásicos habitaron en Asia oriental (China, Indonesia). En África se han hallado restos de fósiles afines que con frecuencia se incluyen en otra especie, el Homo ergaster. También en Europa, diversos restos fósiles han sido clasificados como Homo erectus, aunque la tendencia actual es la de reservar el nombreHomo erectus para los fósiles asiáticos. El volumen craneal era muy variable, aumentando a lo largo de su dilatada historia. Tenía una capacidad mayor que la del Homo habilis y que la delHomo georgicus encontrado en Dmanisi. Los primeros restos que se encontraron del Hombre de Java muestran una capacidad craneal de 850 cm3, mientras que los que se encontraron posteriormente llegan a los 1100 cm3. Poseía un marcado toro supraorbitario y una fuerte mandíbula sin mentón, pero de dientes relativamente pequeños. Presentaba un mayor dimorfismo sexual que en el hombre moderno. Era muy robusto y tenía una talla elevada, hasta 1,80 m de medida. La industria lítica que producía pertenece principalmente al Achelense y probablemente dominaba el fuego.
Zecharia Sitchin (Bakú, Azerbaiyán, 11 de julio de 1920 – Nueva York, Estados Unidos 9 de octubre de 2010) fue un escritor, historiador y lingüista autodidacta, autor de una serie de libros, calificados por varios académicos como pseudocientíficos, que promueven la teoría de los antiguos astronautas, el supuesto origen extraterrestre de la humanidad, la cual atribuye la creación de la cultura sumeria a los Anunnaki (o Nefilim) que procedían de un planeta llamado Nibiru, situado en el sistema solar. Afirmó que la mitología sumeria refleja este punto de vista. Pero, como sucede en otros casos, sus especulaciones han sido desautorizadas por diversos científicos, historiadores y arqueólogos. Licenciado en Historia Económica por la London School of Economics, conocía en profundidad el hebreo clásico y el moderno, y leía el sumerio, así como otros idiomas antiguos de oriente. Tradujo y reinterpretó antiguas tablillas e inscripciones de los pueblos donde surgieron las primeras civilizaciones. Durante años fue uno de los principales periodistas y editores de Israel. Vivía en Nueva York, donde participó en programas de televisión y radio. Las obras de Sitchin han sido traducidas a veintiséis lenguas. Las teorías de Sitchin, se apoyan en investigaciones basadas en fuentes sumerias, babilónicas, en la mitología del Cercano Oriente, en la arqueología y en la Biblia. Además se basa en inscripciones hititas y entablillas sumerias, acadias, babilónicas, cananeas y jeroglíficos egipcios. También recurre a nuevos descubrimientos en astronomía, geología, lingüística, bioingeniería y tecnología espacial. Relaciona todo ello con los libros del Antiguo Testamento, el Libro de los Jubileos y otras fuentes bíblicas. También se ha valido de la arqueología, la mitología y de distintos documentos para apoyar su teoría de que existen lazos existentes entre las antiguas culturas del Próximo Oriente y las civilizaciones prehistóricas americanas.
Sitchin reinterpretó las traducciones en lenguas modernas de los textos escritos en miles de tablillas de arcilla que se encuentran en distintos museos del mundo y en las que se encuentra escrita la historia, según los Sumerios, que fueron la primera civilización conocida de la historia y posterior al Diluvio Universal. Según la reinterpretación que de tales traducciones hizo Sitchin, habría que hablar de una nueva versión de la creación humana, según la cual seres extraterrestres serían los responsables del inicio y la evolución de la especie humana mediante la intervención de ingeniería genética. Fue autor de las «Crónicas de la Tierra», una serie de 7 libros en los que expuso el resultado de sus investigaciones: El 12.º planeta (presentado en 1976) fue el primero de ellos. Además de estos ejemplares, 7 volúmenes más acompañan a la serie, añadiendo estudios recientes, descubrimientos y exposiciones nuevas acerca de sus teorías. Sus reinterpretaciones provocaron muy diversas reacciones. Según su reinterpretación de las traducciones realizadas por los expertos en lenguas sumerias, acadias y asirio-babilónicas, existe en el Sistema Solar un planeta llamado Nibiru que se acerca cada 3600 años, provocando cambios positivos o catástrofes. El tamaño y la órbita con la cual Nibiru (“Planeta del Cruce“) ingresa a nuestro Sistema Solar, en el sentido de las agujas del reloj, contrario al resto de planetas, serían los causantes de tales eventos. Según las teorías de Sitchin, Nibiru (Marduk para los Babilonios) fue capturado por la órbita de Neptuno. Ingresó en nuestro Sistema Solar contrariamente al sentido en el cual giran los demás planetas y varios de los satélites del “planeta intruso” impactaron con el planeta Tiamat, partiéndola en dos, y desplazándola de su órbita natural, constituyendo lo que hoy es la Tierra. Con el tiempo nuestro planeta iría adquiriendo la forma como lo conocemos hoy día, y los restos de la colisión serían el Cinturón de Asteroides. El nombre sumerio para la Tierra significa “el Hendido” porque fue creado un inmenso agujero por la colisión. Curiosamente en el fondo del Océano Pacífico hay un agujero gigantesco. Según dice Sitchin, en los textos sumerios se hablaría de una raza extraterrestre, los Anunnanki, que habrían creado a los humanos para que trabajaran como esclavos en sus minas de África y en otros lugares de la Tierra, como América del Sur y Mesoamérica, con el fin de obtener minerales y metales, principalmente oro.
Según su interpretación, los “cabeza negra” de Sumeria fueron creados por esos seres, al mezclar genéticamente el hombre/mujer simio y los Anunnaki. El proceso consistía en «fijar» sobre la criatura ya existente la composición genética de los Anunnaki; es decir, implementar mejoras en el hombre/mujer simio mediante manipulación genética y, adelantándose así a los acontecimientos evolutivos, dando vida al «hombre», al Homo Sapiens. El término cabezas negras es nombre que los sumerios utilizaban para referirse a ellos mismos. Se veían a sí mismos como esclavos al servicio de los dioses, que los habrían creado para que trabajaran para ellos. Las tablillas sumerias se refieren a la gente de cabeza negra, que fueron creados en una región geográfica llamada ‘AB.ZU.’ (Mundo Inferior o Hemisferio Sur), la cual correspondería a África del oeste. En 1989, la hipótesis de Zacarías Sitchin avanzó a otro nivel con la publicación del libro “The Gods of Eden” (Los Dioses del Edén), apropiadamente subtitulado: “The chilling truth about extraterrestrial infiltration, and the conspiracy to keep humankind in chains” (La escalofriante verdad acerca de la infiltración extraterrestre y la conspiración para mantener a la humanidad encadenada). El autor, un abogado californiano con el seudónimo William Bramley, recopiló las principales investigaciones anteriores sobre el tema de los “astronautas ancestrales” y las reunió con una particular visión conspiratoria de la historia. La controvertida tesis de Bramley, que confronta casi todas las creencias populares, es la siguiente: “Los seres humanos parecen ser una raza esclavizada reproduciéndose en un planeta aislado de una pequeña galaxia. La raza humana fue una vez fuente de mano de obra para una civilización extraterrestre, para la cual seguimos siendo su posesión. Para mantener el control sobre su posesión y mantener a la Tierra como una especie de prisión, esa otra civilización ha alimentado un interminable conflicto entre los seres humanos, ha promovido la decadencia espiritual y ha creado en la Tierra condiciones irreversibles de penuria física. Esta situación ha existido por miles de años, y aún continúa hasta nuestros días“.
La idea de que la humanidad es el producto de una ingeniería genética, conducida por extraterrestres provenientes de alguna parte, fuera de nuestro pequeño planeta, desafía tanto a la evolución darwiniana como al creacionismo basado en un Dios creador. El cristianismo proclama que un supuesto todopoderoso Dios creó a nuestros primeros padres del “barro“, de manera parecida a como el alfarero moldea la arcilla. Sólo cuando Adán y Eva rompen con las reglas de su creador son sujetos al dolor, la enfermedad y la muerte. Por desobedecer a este Dios también condenaron a su descendencia, o sea a toda la humanidad, a ser pecadores. El cristianismo deriva su relato sobre Adán y Eva del primer libro de la Biblia Hebrea o Antiguo Testamento: el Génesis. Si interpretamos la Biblia literalmente, asumiendo que se trata de un documento histórico e infalible, se nos presenta un Dios (Jehovah o Yahvé) que se muestra como celoso, colérico y vengativo. El temor del “Señor” (Jehovah) aparece enfatizado constantemente a través del Antiguo Testamento. Se espera de Él que recompense a aquellos que lo adoran y que mantienen la observancia de la ley ritual, gratificando sus deseos mundanos con posesiones materiales y poder. No se puede dejar de notar que este Dios se asemeja grandemente a los caprichosos dioses sumerios y, posteriormente, a los dioses griegos. De acuerdo al Génesis, este Dios tan “humano” desconocía que los seres humanos habían echado a perder su creación al comer la “fruta prohibida“. Después de esto, habiendo expulsado a la primera pareja humana del Paraíso, amenazó a sus descendientes con su cólera hasta el día en que ahogó al mundo entero con un diluvio. Este Dios Jehovah, como el historiador Gibbon observa en su obra “The Decline and Fall of the Roman Empire” (Declinación y caída del Imperio Romano) es un “ser propenso a la pasión y al error, caprichoso a su favor, implacable en su resentimiento, celoso de su supersticiosa adoración, y confinando su providencia parcial a una simple persona y a su transitoria vida“.
La investigación indica que la Biblia Hebrea, lejos de ser un texto histórico infalible, creado por un Ser Supremo, resulta ser una gran revisión compilada de por lo menos dos trabajos completamente separados. Hasta el 722 a.C., la tierra de la Biblia estuvo dividida en dos reinos independientes entre sí: Israel en el norte y Judá en el sur. Ambos reinos tenían sus propios centros religiosos, sus propios grupos sacerdotales, y sus propias versiones de sus historias tradicionales. Esto resultaría de gran importancia en el desarrollo de dos de los textos fuente que hemos venido conociendo: J y E. Ya hemos visto que, a partir del análisis de los textos, los especialistas opinan que J y E fueron escritas en algún momento entre los siglos IX y VIII a .C. Pero además de la época, el análisis de estos textos entrega pistas sobre el lugar en donde fueron escritos. Esto porque cada fuente se refiere a un contexto específico en la historia del antiguo Israel, que refleja los intereses, preocupaciones, y la mentalidad de los grupos que las escribieron. Las diferencias entre estos dos textos son tan evidentes que por sí solas hacen sumamente difícil mantener que fueron redactados por la misma persona, o tan siquiera por el mismo grupo de sacerdotes. Simplemente hay demasiados elementos divergentes. Así, los especialistas pueden decir con seguridad que J fue escrito en el reino del sur: Judá; mientras que E lo fue en el reino del norte: Israel. Todo ello lo explica Richard E. Friedman en The Bible with Sources Revealed. Judá, el cuarto hijo del patriarca Jacob, es una figura importante únicamente en J. El escritor de J dedica mucho tiempo a explicar el papel preponderante de la tribu de Judá, y el surgimiento de las condiciones políticas de su época. Por ejemplo, narra la historia de Judá y Tamar, que termina con el nacimiento de Fares, ancestro del clan del que descendían los reyes de Judá. También, cuando Jacob se encuentra en su lecho de muerte, se cuenta que bendice a Judá y promete la monarquía a sus descendientes, pasando por alto a sus hermanos mayores: Rubén, Simeón y Leví. Las razones que se dan para esto son que Rubén tuvo sexo con la concubina de su padre; y que Simeón y Leví en cierta ocasión masacraron a los hombres de Siquem. En J se narran ambas historias, en E ninguna.
La historia de J sobre la masacre en Siquem también arroja una luz negativa acerca de la adquisición de la ciudad de Siquem. Siquem era la capital del reino del norte, Israel, construida por Jeroboam I, el rey que se había rebelado contra Judá. En E, Jacob adquiere su territorio en la ciudad de Siquem, la futura capital de Israel, por medio de una compra en vez de la violencia. En J, Judá es el hermano que salva a José de los planes de los otros hermanos para matarlo. Es Judá quien asegura a Jacob que él verá que Benjamín vaya y vuelva a salvo de Egipto, y es Judá quien habla por sus hermanos y defiende a Benjamín ante José en Egipto. En E, es Rubén (el primogénito) el que salva a José de los planes de los otros hermanos de asesinarlo, y es Rubén quien asegura a Jacob que él verá que Benjamín vaya y vuelva a salvo de Egipto. En J se cuentan las historias de los nacimientos de Rubén, Simeón, Leví y Judá, pero ninguna de los hijos de Jacob que dieron origen a las tribus del norte. En E, las historias de los nacimientos de los hermanos no incluyen a Judá (ni a Rubén, Simeón o Leví), pero sí incluyen a todas las tribus que eran parte del reino del norte, de Israel: Dan, Neftalí, Gad, Aser, Isacar, Zabulón, Efraín, Manasés y Benjamín. Y en E el derecho de primogenitura es otorgado a José, y a partir de él se crean dos tribus: Efraín y Manasés, que eran las dos tribus más grandes del reino de Israel. Pero además, en E Efraín es favorecido por sobre Manasés. Efraín era la tribu de Jeroboam, el primer rey del reino del norte, y con frecuencia la tribu dominante de Israel, tanto así que Efraín es usada a veces en la Biblia hebrea como eufemismo para todo el reino del norte. Siquem es identificada como el lugar tradicional de la tumba de José, y es en E que aparece la historia en que José pide ser enterrado en Canaán, no en Egipto. E luego tiene la noticia en la historia del éxodo de que el pueblo lleva con el los huesos de José cuando dejan Egipto. Josué provenía de la tribu de Efraín. Y E desarrolla la posición especial de Josué como sucesor de Moisés, mientras que J nunca lo menciona.
Mientras que J es favorable a la familia real de Judá, de David, Salomón y Roboam, E contiene elementos que implícitamente los critican. Salomón estableció tributos (hebreo missîm), una política que requería trabajar para el rey que ofendió tanto a las tribus del norte que es identificada en el libro de Reyes como una razón de su quiebre con Judá y la formación del reino del norte, de Israel, cuando Roboam llegó al trono: su primer acto de rebelión fue apedrear al jefe de los tributos. E refleja esto intencionadamente, ya que describe la esclavitud de Israel por los egipcios con las palabras “enviaron capataces de tributos (missîm) sobre ellos”. De acuerdo a Max. J. Dimont, en “Jews, God and History” (Judíos, Dios e Historia): “En el siglo quintoantes de Jesucristo los sacerdotes judíos combinaron porciones de los documentos ‘J’ y ‘E’, añadiendo un pequeño aporte personal (conocido como el fraude piadoso); los documentos resultantes se conocen como ‘JE’, ya que Dios en estos pasajes es nombrado como ‘Jehovah Elohim’ (traducido como ‘Señor Dios’)”. A esto se debe que encontremos, dentro de la Biblia, imágenes contradictorias y conflictivas del Supremo Dios. Encontramos a Jehovah, un dios tribal, enmascarando al Ser Supremo. Los primeros capítulos del Génesis describen un combate impresionante entre dos poderes rivales. Por un lado está el Más Elevado Dios y Sus Elohim, quienes crean mediante su propio espíritu manifestado. Y, por el otro lado, está el Señor Dios, Jehovah, quien creó a un ser sintético compuesto de ‘barro‘. Jehovah resulta ser Satanael, un Elohim que se levantó en rebelión contra el Supremo Dios. Aunque posteriormente nombrado el Único Dios, inicialmente los Hebreos conocían a Jehovah sólo como uno más de los muchos Elohim. Ellos citan el Canto de Moisés para distinguir entre el Más Elevado y el Jehovah usurpador: “Cuando el Altísimo repartió las naciones, cuando distribuyó a los hijos de Adán, fijó las fronteras de los pueblos, según el número de los hijos de Dios; mas la porción de Yahvé fue su pueblo, Jacob su parte de heredad“. (Deuteronomio).
De todas las evidencias que Sitchin ha acumulado para apoyar sus conclusiones, la prueba número uno es el mismo Hombre. En muchos aspectos, el hombre moderno -el Homo sapiens- es un extraño en la Tierra. Desde que Charles Darwin conmocionó al mundo de los estudiosos y los teólogos de su tiempo con las evidencias de la evolución, la vida en la Tierra se describe a través del Hombre y los primates, mamíferos y vertebrados, remontándonos hasta formas de vida aún más inferiores y llegar, al fin, miles de millones de años atrás, al punto en el que se presume que comenzó la vida. Pero, después de llegar a estos comienzos y de haber empezado a contemplar las probabilidades de vida en cualquier otro lugar de nuestro sistema solar o más allá de él, los científicos han comenzado a sentirse intranquilos con respecto a la vida en la Tierra, puesto que, por algún motivo, no parece ser de aquí. Si la vida comenzó a través de una serie de reacciones químicas espontáneas, ¿por qué la vida en la Tierra no tiene más que un único origen, y no una multitud de orígenes posibles? ¿Y por qué toda la materia viva de la Tierra contiene tan escasos elementos químicos de los que abundan en la Tierra, y tantos que son tan extraños en nuestro planeta? ¿Acaso la vida fue importada a la Tierra desde algún otro lugar? Pero es que, además, la posición del Hombre en la escala evolutiva ha exacerbado aún más el desconcierto. Encontrando un cráneo roto aquí y una mandíbula allí, los estudiosos creyeron, al principio, que el Hombre tuvo su origen en Asia hace alrededor de 500.000 años. Pero, a medida que se iban encontrando fósiles aún más antiguos, se hizo evidente que la evolución avanzaba muchísimo más despacio. Los antepasados simios del hombre se sitúan ahora a unos sorprendentes 25 millones de años de distancia. Los descubrimientos de África Oriental revelan una transición a características humanas (homínidos) hace 14 millones de años. Y fue alrededor de 11 millones de años más tarde cuando aparece el primer simio-hombre digno de la clasificación de Homo.
El primer ser considerado como verdaderamente humano -el «Australopitecus Avanzado»- vivió en las mismas zonas de África hace unos 2 millones de años. Y aún le llevó otro millón de años producir al Homo erectus. Por último, después de otros 900.000 años, apareció el primer Hombre primitivo; se le llamó Neanderthal, por el lugar donde aparecieron por vez primera sus restos. A pesar de los más de 2 millones de años transcurridos entre el Australopitecus Avanzado y el Neanderthal, las herramientas de ambos grupos -piedras afiladas- eran virtualmente las mismas; y los mismos grupos (por el aspecto que se cree que tenían) hubieran sido difíciles de diferenciar. Después, súbita e inexplicablemente, hace unos 35.000 años, una nueva raza de Hombres, el Homo sapiens, aparece como de la nada y barre al hombre de Neanderthal de la faz de la Tierra. Estos Hombres modernos llamados Cro-Magnon- se parecían tanto a nosotros que, si se les hubiese vestido con las ropas de nuestros tiempos, hubieran pasado desapercibidos entre las multitudes de cualquier ciudad Europea o Americana. Al principio, se les llamó «hombres de las cavernas» debido al magnífico arte rupestre que dejaron, se supone que durante la época de glaciaciones. Pero la verdad es que vagaban por la Tierra libremente, pues sabían cómo construirse refugios y hogares con piedras y pieles de animales dondequiera que fuesen. Durante millones de años, las herramientas del Hombre no habían sido más que piedras con formas útiles. Sin embargo, el Hombre de Cro-Magnon hacía armas y herramientas especializadas de madera y hueso. Ya no era un «simio desnudo», pues usaba pieles para vestirse. Tenía una sociedad organizada; vivía en clanes, bajo una hegemonía patriarcal. Sus pinturas rupestres tienen impronta artística y profundidad del sentimiento; sus pinturas y sus esculturas evidencian cierta forma de «religión», en apariencia, el culto a una Diosa Madre que se representaba a veces con el signo de una Luna creciente. También enterraba a sus muertos y, de ahí, que posiblemente, tuviera algún tipo de filosofía en lo referente a la vida, la muerte y, quizás, a una vida después de la vida.
Pero, aun con lo misterioso e inexplicable que resulta la aparición del Hombre de Cro-Magnon, el rompecabezas es todavía más complejo, puesto que, con el descubrimiento de otros restos del Hombre moderno, en lugares como Swanscombe, Steinheim y Montmaria, se hace evidente que el Hombre de Cro-Magnon surgió de una rama aún más antigua de Homo sapiens que vivió en Asia occidental y el Norte de África unos 250.000 años antes que él. La aparición del Hombre moderno sólo 700.000 años después, del Homo erectus y unos 200.000 años antes del Hombre de Neanderthal es absolutamente inverosímil. Es evidente también que la desviación del Homo sapiens con respecto al lento proceso evolutivo es tan pronunciada que muchos de nuestros rasgos, como el de la capacidad de hablar, no tienen conexión alguna con los primates anteriores. Una autoridad prominente en este tema, el profesor Theodosius Dobzhansky, en su obra Mankind Evolving, estaba ciertamente desconcertado por el hecho de que este desarrollo tuviera lugar durante un período en el cual la Tierra estaba atravesando una glaciación, el momento menos propicio para un avance evolutivo. Señalando que el Homo sapiens carecía por completo de algunas de las peculiaridades de los tipos anteriores conocidos, y que tenía algo que nunca antes se había visto, llegó a la conclusión de que «el hombre moderno tiene muchos parientes fósiles colaterales, pero no tiene progenitores; de este modo, la aparición del Homo sapiens se convierte en un enigma». Entonces, ¿cómo puede ser que los antepasados del Hombre moderno aparecieran hace unos 300.000 años, en lugar de hacerlo dentro de dos o tres millones de años en el futuro, tal como hubiera-sucedido en caso de seguir el desarrollo evolutivo? ¿Fuimos importados a la Tierra desde algún otro lugar o, como afirma el Antiguo Testamento y otras fuentes antiguas, fuimos creados por los dioses? Ahora sabemos dónde comenzó la civilización y cómo se desarrolló, pero la pregunta que sigue sin ser respondida es: ¿Por qué? ¿Por qué apareció la civilización? Pues, como muchos estudiosos admiten hoy con frustración, todos los datos indican que el Hombre debería de estar todavía sin ningún tipo de civilización. No existe ninguna razón obvia por la cual debiéramos estar más civilizados que las tribus primitivas de la selva amazónica o de los lugares más inaccesibles de Nueva Guinea.
Pero, se nos dice, si estos indígenas viven aún como en la Edad de Piedra, es porque han estado aislados. Pero, ¿aislados de qué? Si ellos han estado viviendo en el mismo planeta que nosotros, ¿por qué no han adquirido el mismo conocimiento científico y tecnológico que, supuestamente, nosotros hemos desarrollado? Sin embargo, el verdadero enigma no estriba en el atraso de los hombres de la selva, sino en nuestro avance; pues se reconoce ahora que, en el curso normal de la evolución, el Hombre debería de estar tipificado por los hombres de la selva y no por nosotros. Al Hombre le llevó dos millones de años avanzar en su «industria de la herramienta», desde la utilización de las piedras tal cual las encontraba, hasta el momento en que se percató de que podía darles forma para adaptarlas mejor a sus propósitos. ¿Por qué no otros dos millones de años para aprender a utilizar otros materiales, y otros diez millones de años más para dominar las matemáticas, la ingeniería y la astronomía? Y, sin embargo, aquí estamos, menos de 50.000 años después del Hombre de Neanderthal, llevando astronautas a la Luna. Por tanto, la pregunta obvia es ésta: ¿Fuimos realmente nosotros y nuestros antepasados mediterráneos los que desarrollamos tan avanzada civilización? Aunque el Hombre de Cro-Magnon no construyera rascacielos ni utilizara metales, no hay duda de que la suya fue una civilización repentina y revolucionaria. Su movilidad, su capacidad para construirse refugios, su impulso por vestirse, sus herramientas manufacturadas, su arte, todo ello compuso una repentina civilización que venía a romper un interminable comienzo de cultura humana que venía alargándose durante millones de años y que avanzaba a un paso sumamente lento y doloroso.
Aunque nuestros estudiosos no puedan explicar la aparición del Homo sapiens y de la civilización del Hombre de Cro-Magnon, al menos no hay duda, por ahora, en cuanto al lugar de origen de esta civilización: Oriente Próximo. Las tierras altas y las cordilleras que se extienden en un semiarco desde los Montes Zagros, en el este (donde, en la actualidad, se encuentra la frontera entre Irán e Iraq), pasando por el Monte Ararat y la cadena montañosa del Tauro, en el norte, para bajar, hacia el oeste y el sur, por las colinas de Siria, Líbano e Israel, están repletas de cavernas donde se han conservado las evidencias de un Hombre más moderno que prehistórico. Una de estas cuevas, la de Shanidar, está situada en el nordeste del semiarco de la civilización. En la actualidad, los kurdos buscan refugio en las cuevas de esta zona tanto para sí mismos como para sus rebaños durante los fríos meses de invierno. Así debió de ser también en una noche invernal de hace 44.000 años, cuando una familia de siete miembros (uno de los cuales era un bebé) buscó refugio en la cueva de Shanidar. Sus restos -todos ellos fueron aplastados por un desprendimiento de rocas- fueron descubiertos en 1957 por un sobrecogido Ralph Solecki, que había ido a la zona en busca de evidencias del hombre primitivo. Lo que encontró fue mucho más de lo que esperaba. A medida que se iban quitando escombros, se iba haciendo evidente que la cueva había conservado un registro claro de la vida del Hombre en aquella zona entre unos 100.000 y 13.000 años antes. Lo que mostró este registro fue tan sorprendente como el descubrimiento mismo. La cultura humana no mostraba ningún progreso sino, incluso, una evidente regresión. Comenzando desde cierto nivel, las generaciones siguientes no mostraban niveles más avanzados sino niveles inferiores de vida civilizada. Y entre el 27.000 y el 11.000 a.C., la regresión y la disminución de la población llevaron al punto de la casi completa ausencia de habitantes en la zona. Se supone que por motivos climáticos, el Hombre casi desapareció de toda esta zona durante 16.000 años. Y luego, alrededor del 11.000 a.C, el «Hombre pensante» volvió a aparecer con un nuevo vigor y con un inexplicablemente alto nivel cultural.
A lo largo de los muchos millones de años de su interminable comienzo, el Hombre fue el hijo de la naturaleza. Sobrevivía recolectando alimentos que crecían de forma salvaje, cazando animales salvajes, capturando aves salvajes y peces. Pero justo cuando los asentamientos humanos estaban casi desapareciendo, justo cuando estaban abandonando sus hogares, cuando sus logros materiales y artísticos estaban desapareciendo, justo entonces, de pronto, sin motivo aparente y, que se sepa, sin ningún período previo de preparación gradual, el Hombre se hace agricultor. Haciendo un resumen del trabajo de muchas autoridades eminentes en la materia, R. J. Braidwood y B. Howe {Prehistoric Investigations in Iraqi Kurdistan) llegaron a la conclusión de que los estudios genéticos confirman los descubrimientos arqueológicos, y no dejan lugar a dudas de que la agricultura comenzó exactamente allí donde el Hombre pensante había emergido antes con su primera y tosca civilización: en Oriente Próximo. Hasta el momento, no existe duda de que la agricultura se extendió a todo el mundo desde el arco de montañas y tierras altas de Oriente Próximo. Empleando métodos sofisticados de datación por radiocarbono y de genética de las plantas, muchos estudiosos de diversos campos científicos concuerdan en que la primera empresa agrícola del Hombre fue el cultivo del trigo y la cebada, probablemente a través de la domesticación de una variedad silvestre de trigo, el Triticum dicoccum. Aceptando que, de algún modo, el Hombre pasara por un proceso gradual de aprendizaje sobre cómo domesticar, hacer crecer y cultivar una planta silvestre, los estudiosos siguen desconcertados por la profusión de otras plantas y cereales básicos para la supervivencia y el progreso humanos que siguieron saliendo de Oriente Próximo. Entre los cereales comestibles, aparecieron en rápida sucesión el mijo, el centeno y la escanda; el lino, que proporcionaba fibras y aceite comestible; y una amplia variedad de arbustos y árboles frutales. En cada uno de estos casos, la planta fue indudablemente cultivada en Oriente Próximo durante milenios antes de llegar a Europa. Era como si en Oriente Próximo hubiera existido una especie de laboratorio botánico genético, dirigido por una mano invisible, que producía de vez en cuando una nueva planta.
Los eruditos que han estudiado los orígenes de la vid han llegado a la conclusión de que su cultivo comenzó en las montañas del norte de Mesopotamia, y en Siria y Palestina. Y no es de sorprender. El Antiguo Testamento nos dice que Noé «plantó una viña», y que incluso se llegó a emborrachar con su vino, después de que el arca se posara sobre el Monte Ararat, cuando las aguas del Diluvio se retiraron. La Biblia, como los eruditos, sitúa así el inicio del cultivo de la vid en las montañas del norte de Mesopotamia. Manzanas, peras, aceitunas, higos, almendras, pistachos, nueces; todos tuvieron su origen en Oriente Próximo, y desde allí se difundieron a Europa y a otras partes del mundo. Ciertamente, no podemos hacer otra cosa más que recordar que el Antiguo Testamento se adelantó en varios milenios a nuestros eruditos a la hora de identificar esta misma zona como aquella en la que se estableció el primer huerto del mundo: «Luego plantó Yahveh Dios un jardín en Edén, al oriente. Yahveh Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles deleitosos a la vista y buenos para comer». La localización general del «Edén» era ciertamente conocida para las generaciones bíblicas. Estaba «al oriente» -al este de la Tierra de Israel. Estaba en una tierra regada por cuatro grandes ríos, dos de los cuales eran el Tigris y el Eufrates. No cabe duda de que el Libro del Génesis sitúa el primer huerto en las tierras altas donde tienen su origen estos ríos, en el nordeste de Mesopotamia. Tanto la Biblia como la ciencia están completamente de acuerdo. En realidad, si leemos el texto original hebreo del Libro del Génesis, no como un texto teológico sino como un texto científico, nos encontraremos con que también describe con precisión el proceso de cultivo de la planta. La ciencia nos dice que el proceso fue desde las hierbas silvestres hasta los cereales silvestres, para luego llegar hasta los cereales cultivados y seguir con los arbustos y árboles frutales. Y éste es exactamente el proceso que se detalla en el primer capítulo del Libro del Génesis: “Y el Señor dijo: Produzca la tierra hierbas; cereales que por semillas produzcan semillas; árboles frutales que den fruto según su especie, que contengan la semilla en su interior“. Y así fue: “La Tierra produjo hierba; cereales que por semillas producían semillas, según su especie; y árboles que dan fruto, que contienen la semilla en su interior, según su especie“.
El Libro del Génesis prosigue diciéndonos que el Hombre, expulsado del jardín del Edén, tuvo que trabajar duro para hacer crecer su comida. «Con el sudor de tu rostro comerás el pan», le dijo el Señor a Adán. Y fue después de eso que «fue Abel pastor de ovejas y Caín labrador». El Hombre, nos dice la Biblia, se hizo pastor poco después de hacerse agricultor. Los estudiosos están completamente de acuerdo con esta secuencia bíblica de los hechos. Analizando las diversas teorías sobre la domesticación de los animales. F. E. Zeuner (Domesíication of Animáis) remarca la idea de que el Hombre no pudo haber «adquirido el hábito de la domesticación o de la cría animales en cautividad antes de alcanzar el estadio de la vida en unidades sociales de cierto tamaño». Estos asentamientos o comunidades, un requisito previo para la domesticación de animales, siguieron al cambio que supuso la agricultura. El primer animal en ser domesticado fue el perro, y no necesariamente como mejor amigo del Hombre sino también, probablemente, como alimento. Se cree que esto pudo suceder alrededor del 9500 a.C. Los primeros restos óseos de perro se han encontrado en Irán, Iraq e Israel. La oveja fue domesticada más o menos por la misma época; en la cueva de Shanidar se encontraron restos de ovejas de alrededor de 9000 a.C, que demostraban que gran parte de las ovejas jóvenes de cada año se sacrificaban por su carne y por sus pieles. Las cabras, que también dan leche, no tardaron en seguirlas; y los cerdos, y el ganado con cuernos y sin ellos fueron los siguientes en ser domesticados. En todos estos casos, la domesticación se inició en Oriente Próximo. Este abrupto cambio en el devenir de los asuntos humanos, ocurrido alrededor del 11000 a.C. en Oriente Próximo (y alrededor de 2.000 años después en Europa) ha llevado a los estudiosos a marcar esta época como la del fin de la Edad de Piedra Antigua (el Paleolítico) y el comienzo de una nueva era cultural, la Edad de Piedra Media (el Mesolítico).
El nombre sólo es apropiado si se considera la principal materia prima del Hombre, que sigue siendo la piedra. Sus moradas en las zonas montañosas seguían siendo de piedra, sus comunidades se protegían con muros de piedra y su primera herramienta agrícola -la hoz- estaba hecha de piedra. Honraba y protegía a sus muertos cubriendo y adornando sus tumbas con piedras, y utilizaba la piedra para hacer imágenes de los seres supremos, o «dioses», cuya benigna intervención buscaban. Una de tales imágenes, encontrada en el norte de Israel y datada en el noveno milenio a.C, muestra la cabeza tallada de un «dios» cubierta por un casco rayado y portando una especie de «gafas». Sin embargo, observando las cosas en su conjunto, sería más adecuado denominar a esta era que comienza en los alrededores del 11000 a.C. como la Edad de la Domesticación, más que como la Edad de Piedra Media. En el lapso de no más de 3.600 años -una noche, para los lapsos temporales de ese comienzo interminable-, el Hombre se hizo agricultor, y se domesticó a las plantas y a los animales salvajes. Después, no podía ser de otro modo, vino una nueva era. Los eruditos la llaman la Edad de Piedra Nueva (Neolítico), pero el término es completamente inadecuado, pues el cambio principal que tuvo lugar alrededor del 7500 a.C. fue el de la aparición de la cerámica. Por razones que todavía eluden nuestros eruditos -pero que se aclararán a medida que expongamos nuestro relato sobre sucesos prehistóricos-, la marcha del Hombre hacia la civilización se confinó, durante los primeros milenios a partir del 11000 a.C, a las tierras altas de Oriente Próximo.
El descubrimiento de los múltiples usos que se le podía dar a la arcilla tuvo lugar al mismo tiempo que el Hombre dejó sus moradas en las montañas para instalarse en los fangosos valles. Sobre el séptimo milenio a.C, el arco de civilización de Oriente Próximo estaba inundado de culturas de la arcilla o la cerámica, que elaboraban un gran número de utensilios, ornamentos y estatuillas. Hacia el 5.000 a.C, en Oriente Próximo se estaban realizando objetos de arcilla y cerámica de excelente calidad y diseño. Pero, una vez más, el progreso se ralentizó y, hacia el 4500 a.C, según indican las evidencias arqueológicas, hubo una nueva regresión. La cerámica se hizo más simple, y los utensilios de piedra -una reliquia de la Edad de Piedra- volvieron a predominar. Los lugares habitados revelan escasos restos. Algunos de los lugares que habían sido centros de la industria de la cerámica y la arcilla comenzaron a abandonarse, y la manufactura de la arcilla desapareció. «Hubo un empobrecimiento generalizado de la cultura», según James Melaart (Earliest Civilizations of the Near East), y algunos lugares llevan claramente la impronta de «una nueva época de necesidades». El Hombre y su cultura estaban, claramente, en declive. Después, súbita, inesperada e inexplicablemente, el Oriente Próximo presenció el florecimiento de la mayor civilización imaginable, una civilización en la cual estamos firmemente enraizados. Una mano misteriosa sacó, una vez más, al Hombre de su declive, y lo elevó hasta un nivel de cultura, conocimientos y civilización aún mayor.
Las Tablillas Sumerias son los relatos escritos de tradiciones orales que se remontan a tiempos remotos, por lo que es posible que se hayan perdido partes de los textos, lo que dificulta su traducción e interpretación. Aunque pueden haber dudas sobre el argumento de Nibiru – Tiamat y su supuesta escala de tiempo, hay mucha verdad en los textos que puede demostrarse, sobre todo, por sus conocimientos de astronomía. Las Tablillas retratan el sistema solar con los planetas en sus posiciones, órbitas y tamaños relativos correctos, y su exactitud sólo ha sido confirmada en los pasados 150 años ya que algunos de estos planetas han sido encontrados posteriormente. Por ejemplo, las Tablillas describen la naturaleza y el color de Neptuno y Urano en maneras que sólo han sido confirmadas en los últimos años. Los sumerios sabían miles de años antes de Cristo lo que nuestra ciencia apenas acaba de descubrir. Lo más impresionante sobre las Tablillas Sumerias es la manera en que describen la creación del Homo Sapiens. Sitchin dice que los Anunnaki vinieron a la Tierra hace aproximadamente unos 450.000 años para extraer oro en lo que es ahora África. El centro minero principal estaba en el actual Zimbabwe, un área que los sumerios llamaron AB.ZU. Los estudios por la Corporación Angloamericana han encontrado pruebas extensas de minería de oro en África hace al menos 60.000 años, probablemente 100.000. El oro extraído por los Anunnaki fue enviado de regreso a su planeta de origen desde bases en Medio Oriente, afirma Sitchin. David Icke no cree que la obtención de oro fue la razón principal por la que los Anunnaki vinieron a la Tierra. Al principio la minería de oro fue hecha por los propios Anunnaki, dice Sitchin, pero hubo una rebelión de los mineros y la élite real Anunnaki decidió crear una nueva raza esclava para hacer el trabajo. Las Tablillas describen cómo se combinaron en una probeta los genes de los Anunnaki y los de los seres humanos nativos para crear al ser humano “actualizado“, capaz de hacer las tareas que los Anunnaki requerían. La idea de niños probeta habría parecido ridícula cuando las Tablillas fueron encontradas en 1850, pero eso es precisamente lo que los científicos son ahora capaces hacer. Una y otra vez la investigación moderna respalda lo que dicen las Tablillas Sumerias. Por ejemplo, hubo una repentina y hasta ahora misteriosa mejora del ser humano hace alrededor de 200.000 años. La ciencia oficial no se pronuncia sobre la causa y utiliza términos como “el eslabón perdido“. Pero algunos hechos inevitables tienen que ser abordados.
Repentinamente, el Homo Erectus se convirtió en lo que ahora llamamos Homo Sapiens. Desde el comienzo, el nuevo Homo Sapiens tuvo la habilidad de hablar un idioma complejo y el tamaño del cerebro humano aumentó significativamente. El biólogo inglés Thomas Huxley dijo que grandes cambios como este podían tomar decenas de millones de años. Esta visión es apoyada por la evidencia de que el Homo Erectus parece haber aparecido en África hace aproximadamente 1,8 millones de años. Por bastante más de un millón de años su forma física parece haber permanecido igual, pero entonces, de la nada, vino el impresionante cambio a Homo Sapiens. Hace aproximadamente 35.000 años vino otra mejora repentina y el surgimiento del Homo Sapiens Sapiens, el ser humano que vemos hoy. Las Tablillas Sumerias nombran a las dos personas involucradas en la creación de esta raza esclava. Eran el científico principal llamado Enki, el Señor de la Tierra (Ki = Tierra) y Ninkharsag, también conocida como Ninti (la Dama de la Vida) debido a su pericia en medicina. Posteriormente fue llamada Mammi, del que derivan mami y madre. Ninkharsag es simbolizada, en representaciones mesopotámicas, por una herramienta supuestamente utilizada para cortar el cordón umbilical. Tiene forma de una herradura y fue usada en tiempos antiguos. También se volvió la Diosa Madre de muchas religiones bajo nombres como Reina Semíramis, Isis, Barati, Diana, María y muchos otros, que surgieron de las leyendas en todo el mundo. También es a menudo representada como una mujer embarazada. Los textos dicen del liderazgo Anunnaki que convocaron y pidieron a la diosa, la partera de los dioses, la sabia dadora de nacimiento (diciendo), “A una criatura da la vida, ¡crea trabajadores!. ¡Crea a un trabajador primitivo, que pueda llevar el yugo!. ¡Que use el yugo asignado por Enlil. Que el trabajador cargue con el trabajo de los dioses!“ Enlil era comandante de los Anunnaki y Enki era su medio hermano. Según las Tablillas, Enki y Ninkharsag tuvieron muchos fracasos cuando buscaban las mezclas genéticas correctas. Hay relatos de cómo crearon personas con defectos muy importantes y también híbridos de animal y humano. La historia de Frankenstein, el hombre creado en un laboratorio, podía ser simbólica de estos eventos. Fue escrita por Mary Shelley, la esposa del famoso poeta. Él y ella eran altos iniciados de la red de sociedades secretas que ha acumulado y ocultado estos conocimientos desde tiempos antiguos.
Las Tablillas dicen que Enki y Ninkharsag encontraron la mezcla correcta que se convirtió en el primer Homo Sapiens, un ser que los sumerios llamaron un LU.LU (el que ha sido mezclado). Éste es el Adán bíblico. LU.LU era un híbrido genético, la fusión del Homo Erectus con los genes de los “dioses” para crear un esclavo, un tipo de abeja obrera humana, hace unos 200.000 a 300.000 años. También fue creada una versión femenina. El nombre sumerio para el ser humano era LU, raíz que significa que es obrero o sirviente, y también se usó para implicar animales domesticados. Esto es lo que la raza humana ha sido desde entonces. Los Anunnaki han estado abiertamente, y ahora encubiertamente, gobernando el planeta durante miles de años. La mala traducción de la Biblia y el idioma simbólico tomado literalmente ha desvirtuado el significado original y nos ha dado una historia errónea. El Génesis y el Éxodo fueron escritos por la clase sacerdotal hebrea, los Levitas, después de que fueron llevados a Babilonia, alrededor del 586 a.C. Babilonia estaba en las antiguas tierras de Sumeria y, por tanto, los babilonios y especialmente los Levitas conocían las historias y relatos sumerios. A partir de estos registros los Levitas compilaron el Génesis y el Éxodo. Pero el origen es obvio. Las Tablillas Sumerias hablan de E.DIN (la Morada de los Rectos). Esto se conecta con el nombre sumerio para sus dioses, DIN.GIR (los Rectos de los Cohetes). Así que los sumerios hablaron del Edén y el Génesis habla del Jardín del Edén. Esto era un tipo de residencia para los dioses, los Anunnaki. Las Tablillas Sumerias hablan del Rey Sargon el Sabio, que fue hallado como un bebé flotando en una canasta navegando por un río y criado por una familia real. El Éxodo habla de Moisés siendo encontrado por una princesa real como un bebé que flotaba en una canasta en un río y cómo fue criado por la familia real egipcia. La lista de tales “coincidencias” sigue sin parar. El Antiguo Testamento es un ejemplo clásico del reciclaje religioso que han creado todas las religiones. Así que cuando se está buscando el significado original del Génesis y la historia de Adán, uno tiene que irse a los relatos sumerios para ver cómo la Historia ha sido falsificada. El Génesis dice que “Dios” (en realidad los dioses) creó al primer hombre, Adán, a partir de “polvo del suelo” o “barro” y luego usó una costilla de Adán para crear a Eva, la primera mujer.
Zecharia Sitchin señala que la traducción de “polvo del suelo” viene de la palabra hebrea tit, que se deriva del término sumerio, TI.IT, que significa “lo que es con vida“. Adán no fue creado de polvo del suelo, sino de lo que es con vida, células vivientes. El término sumerio, TI, representa tanto costilla como vida y otra vez los traductores hicieron la elección equivocada. Eva (la que tiene vida) no fue creada de una costilla, sino de lo que tiene vida, células vivientes. El óvulo humano para la creación del Lulu / Adán vino de una mujer en Abzu, África, de acuerdo con los sumerios, y los hallazgos de fósiles e investigación antropológica modernos indican que el Homo Sapiens efectivamente salió de África. En la década de 1980, Douglas Wallace, de la Universidad Emory, en Georgia, comparó el ADN de 800 mujeres y llegó a la conclusión de que vino de un solo antepasado femenino. Wesley Brown, de la Universidad de Michigan, dijo, después de revisar el ADN de 21 mujeres de diferentes partes del mundo, que todas se originaron de una única fuente que había vivido en África hace entre 180.000 y 300.000 años. Rebecca Cann, de la Universidad de California, en Berkeley, hizo lo mismo con 147 mujeres de entornos raciales y geográficos diversos y dijo que su herencia genética común vino de un solo antepasado hace entre 150.000 y 300.000 años. Otro estudio de 150 mujeres estadounidenses, de líneas genéticas que se remontan a Europa, África y el Medio Oriente, con aborígenes de Australia y Nueva Guinea, llegó a la conclusión de que tenían el mismo antepasado femenino que vivió en África hace entre 140.000 y 290.000 años. Icke piensa que la raza humana fue inseminada por muchas fuentes; no sólo los Anunnaki. Las Tablillas Sumerias y las historias acadias posteriores dan los nombres y la jerarquía de los Anunnaki. Llaman AN al “Padre” de los dioses, una palabra que significa Cielo. AN, o Anu para los Acadios, se quedó en el Cielo con su esposa, Antu, y sólo hizo infrecuentes visitas al planeta, al que llamaron E.RI.DU (Casa construida en lo distante), una palabra que evolucionó en Earth, Tierra en español. O por lo menos ésa es la traducción de Zecharia Sitchin. Las descripciones también podrían insinuar que Anu se quedó en las altas montañas del Cercano Oriente, donde se cree que ha estado el “Jardín del Edén“, el lugar de los dioses, y sólo hizo infrecuentes visitas a las llanuras de Sumeria. Una ciudad sumeria fue llamada Eridu, en homenaje al planeta.
Anu envió a dos hijos para explorar, desarrollar y gobernar la tierra, dicen las Tablillas. Eran Enki, el dios que creó al Homo Sapiens, y su medio hermano Enlil. Más adelante, estos dos dioses se convertirían en grandes rivales por el control del planeta. Enki, el primogénito de Anu, estaba subordinado a Enlil debido a la obsesión de los Anunnaki con la pureza genética. La madre de Enlil era media hermana de Anu y esta unión se supone trasmitía los genes masculinos más eficientemente que el parto de la madre de Enki. Las Tablillas describen cómo los Anunnaki crearon linajes para gobernar la humanidad en su beneficio y éstas, tal vez, son las familias que han gobernado el mundo hasta el día de hoy. Las Tablillas Sumerias describen cómo la monarquía fue concedida a la humanidad por los Anunnaki y fue originalmente conocida como Anuship, por Anu, el gobernante de los “dioses“. Las familias de la Hermandad están obsesionadas con los linajes y la herencia genética y siempre han estado obsesionadas con cruzarse, justo como las Tablillas Sumerias describen a los Anunnaki. Las Tablillas describen cómo Enki dio a los humanos la habilidad de procrear y esto resultó en una explosión en la población humana que amenazó con abrumar a los Anunnaki, que nunca fueron numerosos. Los Anunnaki tenían muchos conflictos internos y guerras entre sí, con las facciones de Enlil y Enki luchando por el control. Se considera que Enki estaba del lado de la humanidad, pero seguramente ambos grupos desean el dominio sobre este planeta, y ésa es su motivación real. Como Zecharia Sitchin documenta en sus traducciones, y que los libros sagrados indios, los Vedas, confirman, había muchos relatos de “dioses” que se enzarzaban en terribles guerras. Los relatos sumerios describen cómo los hijos de los “dioses” Anunnaki estaban directamente involucrados en estas guerras. Éstos eran los descendientes de Enki y Enlil, los medio hermanos que se convirtieron en rivales, y cuyos hijos terminaron esa lucha en un conflicto utilizando armas de alta tecnología, entre las que no se descarta la utilización de armas nucleares. Una batalla en la que estuvieron involucrados fue la destrucción bíblica de Sodoma y Gomorra. Estas ciudades estaban probablemente ubicadas al extremo sur del Mar Muerto donde, hoy, las lecturas de radiación son mucho más altas de lo normal. Esto fue cuando, de acuerdo con la Biblia, la esposa de Lot miró atrás y fue convertida en un pilar de sal.
Después de hacer referencia al sumerio original, Zecharia Sitchin dice que la traducción verdadera de ese pasaje indica que la esposa de Lot fue convertida en un pilar de vapor. En todas las culturas del mundo encontramos historias de una Gran Inundación o Diluvio. Y las Tablillas Sumerias lo confirman. Sitchin dice que los Anunnaki dejaron el planeta en naves voladoras, cuando un enorme tsunami de agua destruyó a gran parte de la humanidad. No hay duda de que una o varias monstruosas catástrofes fueron infligida a la Tierra entre aproximadamente el 11.000 y el 4.000 a.C. La evidencia geológica y biológica es abrumadora en apoyo a incontables historias y leyendas que describen tales eventos. Vienen desde Europa, Escandinavia, Rusia, África, en todo el continente americano, Australia, Nueva Zelanda, Asia, China, Japón y el Medio Oriente. Por todas partes. Algunas hablan del gran calor que produjo que el mar hirviese; de montañas vomitando fuego; la desaparición del Sol y la Luna y la oscuridad que siguió; lluvia de sangre, hielo y roca; la tierra dándose la vuelta; el cielo cayendo; la tierra subiendo y hundiéndose; la pérdida de un gran continente; la llegada del hielo; y casi todas ellas describen una fantástica inundación, una pared del agua que se extendió por la tierra. El maremoto causado por el cometa en la película Deep Impact (Impacto Profundo), da una idea de cómo habría sido. Antiguos textos chinos describen cómo los pilares que sostenían el cielo se desintegraron; de cómo el Sol, la Luna y estrellas cayeron en tropel en el noroeste, donde el cielo se cayó; ríos, mares y océanos se precipitaron al sureste donde la tierra se hundió y una gran conflagración fue extinguida por una inundación violenta. En América, los indios paunis cuentan la misma historia, explicando que hubo un tiempo cuando las estrellas polares norte y sur intercambiaron lugares y fueron a visitarse una a la otra. Las leyendas de los indígenas norteamericanos hacen referencia a grandes nubes que aparecían y un calor tan poderoso que las aguas hirvieron. Los esquimales de Groenlandia dijeron a los primeros misioneros que hace mucho la Tierra se dio vuelta. Una leyenda peruana dice que los Andes fueron separados cuando el cielo hizo la guerra con la Tierra. Un mito brasileño describe cómo los cielos estallaron y cayeron fragmentos, acabando con todo y todos cuando el cielo y la Tierra intercambiaron lugares. Y los indios hopis, de América del Norte, registran que: “La tierra se rasgó en grandes abismos, y el agua cubrió todo excepto una angosta cresta de barro“.
Todo esto se correlaciona estrechamente con las leyendas de Atlántida y Mu, o Lemuria, dos inmensos continentes, uno en el Atlántico y el otro en el Pacífico, que muchas personas creen fue gobernado por razas muy avanzadas. Se dice que los continentes desaparecieron bajo el mar en las circunstancias arriba descritas, dejando sólo islas, como las Azores, como remanentes de su anterior explendor. La Atlántida fue descrita por Platón (427 a 347 a.C), filósofo griego y alto iniciado de una red de sociedades secretas o escuelas de misterios. Hasta el día de hoy esta red secreta ha pasado muchos conocimientos a los pocos elegidos mientras negaba ese privilegio al resto de la población. La Historia oficial desestima el argumento de Platón de que tal continente existió. Hay discrepancias históricas aparentes en sus relatos, pero hay base geológica. Las Azores, que algunos creen fueron parte de Atlántida, yacen sobre la gran Cresta del Medio del Atlántico, que está conectada con una línea de fractura que rodea el planeta. Esta línea continúa por una distancia de 64.360 km. La Cresta del Medio del Atlántico es una de las áreas más importantes para sismos y volcanes. Cuatro inmensas placas tectónicas, la Eurasiática, Africana, Norteamericana y del Caribe, se encuentran y chocan todas en esta región haciéndola muy inestable geológicamente. Tanto las Azores como las Islas Canarias estaban sometidas a actividad volcánica en el período de tiempo que Platón indicó para el final de Atlántida. La lava de Taquilita se desintegra en el agua de mar en unos 15.000 años y todavía es encontrada sobre el lecho marino alrededor de las Azores, confirmando trastornos geológicamente recientes. Otras pruebas, incluyendo arena de playa recogida en profundidades de 3.202 a 5.624 metros, revelan que el lecho marino en esta región debe haber estado, en tiempos geológicamente recientes, sobre el nivel del mar. El oceanógrafo, Maurice Ewing escribió en la revista de National Geographic que: “La tierra debe haberse hundido dos o tres millas, o el mar debe haber estado alguna vez dos o tres millas (3200 o 4800 metros) más bajo que ahora. Cualquier conclusión es sorprendente“.
La evidencia geológica y biológica también sugiere que la actividad volcánica que causó el hundimiento de la tierra en la región de las Azores, ocurrió al mismo tiempo que la fragmentación y hundimiento de la masa de tierra conocida como Appalachia, que conectaba lo que ahora llamamos Europa, América del Norte, Islandia y Groenlandia. Una evidencia similar la encontramos en el continente conocido como Mu, o Lemuria, que ahora yace en el lecho del Océano Pacífico. El llamado Triángulo de las Bermudas, entre Bermudas, Florida, y las Antillas del sur (Puerto Rico), ha sido relacionado con la Atlántida. Es un área relacionada con leyendas de embarcaciones y aeronaves que desaparecen. Cerca de Bimini han sido ubicados edificios, paredes, caminos y círculos de piedra como Stonehenge, e incluso lo que parecen ser pirámides, sumergidos bajo las aguas de los bancos de Bahamas y dentro del triángulo. El lago Titicaca, en la frontera de Perú – Bolivia, es hoy el lago navegable más alto del mundo, a aproximadamente 3.815 metros sobre el nivel del mar. Hace alrededor de 11.000 años, gran parte de esa región estaba al nivel del mar, ya que encontramos peces y otros fósiles del océano a esta gran altura. Porque esas montañas estuvieron una vez al nivel del mar. Recientemente, en términos geológicos, también hay una creciente aceptación de que la Tierra ha sufrido algunos trastornos geológicos colosales. El debate llega con las preguntas de cuándo y por qué. Estos trastornos han involucrado al Sistema Solar como un todo porque cada planeta muestra evidencia de algunos eventos catastróficos que han afectado su superficie, atmósfera, velocidad y ángulo de rotación. Icke cree que, aunque las interpretaciones de las Tablillas Sumerias son correctas, pueden haber dudas sobre el gran lapsus de tiempo entre hace 450.000 años, cuando se dice que los Anunnaki llegaron, y hace sólo unos cuantos miles de años, cuando estos relatos fueron escritos. Parece indudable que hubo un cataclismo enorme en la Tierra alrededor del 11.000 a.C., que arruinó las civilizaciones avanzadas de una Era Dorada. Y esta fecha de hace 13.000 años es muy significativa y muy relevante para la época que estamos viviendo ahora.
Justo como los planetas del sistema solar giran alrededor del Sol, así el sistema solar gira en torno al centro de la galaxia. Este Sol galáctico a veces es llamado el Sol Negro. Le toma aproximadamente 26.000 años al sistema solar completar un giro alrededor del centro galáctico, y esto es conocido en la cultura india como un yuga. La mitad de esos 26.000 años la Tierra está inclinada hacia el Sol Negro, su fuente de luz positiva, mientras que los segundos 13.000 años se inclina hacia el lado opuesto, según creen algunos investigadores. Estos semi ciclos son, por lo tanto, muy diferentes cuando el planeta está bañado por luz positiva durante 13.000 años y luego se mueve en la “oscuridad” por los siguientes 13.000 años. Esto afecta fundamentalmente a la energía en la que todos vivimos. Curiosamente, fue hace 13.000 años cuando la Era Dorada parecería haber concluido en un cataclismo. Y actualmente estamos en el ciclo de 13.000 años de “oscuridad“, que llega a su conclusión. Ello implica un rápido despertar espiritual mundial y una serie de eventos increíbles que nos aguardan en los próximos años. Estamos ingresando en la luz positiva otra vez. Hubo un enorme cataclismo hace unos 13.000 años, que trajo el final de las civilizaciones de la Era Dorada. ¿Pero fue el único catacísmo?. La evidencia sugiere que no. Brian Desborough, investigador y científico, ha estado involucrado en investigación aeroespacial. Brian Desborough ha compilado alguna información muy detallada e incontestable sobre el mundo antiguo y su conexión a la Hermandad actual. Según Brian Desborough, aproximadamente el 4.800 a.C., un cuerpo inmenso, que ahora conocemos como Júpiter, se precipitó en nuestro sistema solar. Los planetas exteriores fueron desviados de sus órbitas y Júpiter al final chocó con un planeta que giraba entre los actuales Júpiter y Marte. Los físicos dijeron que los restos de este planeta se convirtieron en el cinturón de asteroides y que parte de Júpiter se separó para convertirse en lo que ahora llamamos Venus. Cuando Venus, entonces un trozo inmenso de materia, fue proyectado en el espacio, destruyó la atmósfera y la vida de Marte antes de que fuera atrapado por el campo gravitacional de la Tierra. Venus orbitó la Tierra antes de que su velocidad lo desviara a su posición actual en el sistema solar. Fueron esas órbitas, dicen los físicos, las que causaron gran devastación y un enorme maremoto.
Brian Desborough cree que, antes de este tiempo, Marte giraba alrededor de donde está ahora la Tierra y que la Tierra estaba mucho más cerca del Sol. La luz brillante de Venus, cuando pasó cerca de la Tierra, puede haber resultado en la idea de Lucifer, el “portador de la luz“. Sorprendentemente, los registros mesopotámicos y centroamericanos más antiguos no incluyen a Venus en sus recuentos planetarios. Sólo aparece posteriormente. Hubo una obsesión con Venus en muchas culturas, al que se ofrecían sacrificios humanos. Si un planeta o cuerpo es expulsado de su órbita, eventualmente se trabará en otra órbita, cuando su velocidad disminuye lo suficientemente para ser capturado. Esto es lo que ocurrió cuando las fantásticas presiones vibracionales de Venus pasaron cerca de Marte y la Tierra y los arrojaron a órbitas diferentes. Venus habría sido un “cometa” cubierto de hielo, dice Desborough, y el hielo se habría desintegrado cuando Venus se acercó a la Tierra y llegó a un punto conocido como el límite de Roche. Cuando dos cuerpos están en curso de colisión, el de menor masa empieza a desintegrarse en el límite de Roche. En este caso, el hielo habría sido proyectado de la superficie de Venus hacia la Tierra. También, cuando entró en el llamado cinturón de Van Allen, que absorbe gran parte de la radiación peligrosa del Sol, el hielo habría sido ionizado y magnetizado. Y, por lo tanto, atraído hacia los polos magnéticos de la Tierra. Miles de millones de toneladas de hielo, enfriado a -273 grados centígrados, se habrían posado en las regiones polares, congelando como un rayo todo en poco más de un instante. Esto, por fin, explicaría el misterio de los mamuts encontrados congelados repentinamente. El mamut, contrario a la creencia, no era un animal de región fría, sino que vivió en prados templados. De algún modo esas regiones templadas fueron congeladas en un instante. Algunos mamuts han sido encontrados congelados mientras comían. Si este hielo ionizado venusiano cayera como lluvia, la mayor aglomeración habría estado cerca de los polos magnéticos, porque habrían tenido la atracción más fuerte. Y ese es el caso. La masa de hielo en las regiones polares es mayor en los polos que en la periferia.
En el libro de Job, que se cree que es una obra árabe mucho más antigua que el resto de la Biblia, se hace la pregunta: “¿De dónde vino el hielo?“. La teoría de Venus explicaría la razón por la que los antiguos tenían mapas que mostraban los polos norte y sur antes de que el hielo estuviera ahí. Los polos estaban libres de hielo hasta hace aproximadamente 7.000 años. Según esta teoría no hubo edad de hielo. Antes de estos cataclismos la Tierra tenía un ambiente tropical uniforme, como las plantas fosilizadas han mostrado. Esto habría sido cambiado no sólo por la llegada del hielo, sino también por la destrucción de una bóveda de vapor de agua alrededor de la Tierra, como se describe en el Génesis y otros textos antiguos. Esta bóveda habría asegurado un ambiente tropical uniforme, pero repentinamente se extinguió. El cambio dramático en la temperatura en los polos habría chocado con el aire tibio y causado vientos devastadores, exactamente como es descrito por el folclore chino. Los físicos dijeron que las presiones creadas por las órbitas de Venus alrededor de la Tierra habrían producido un increíble maremoto 3.050 metros de altura en los océanos y esto otra vez concuerda con las pruebas que la agricultura empezó a altitudes superiores a los 3.050 metros. Platón escribió en su obraLeyes que la agricultura comenzó en elevaciones altas después de que una inundación gigantesca cubrió todas las tierras bajas. El botánico Nikolai Ivanovitch Vavilov, estudió más de 50.000 plantas salvajes coleccionadas alrededor del mundo y descubrió que se originaron en sólo ocho áreas diferentes, todas ellas terreno de montaña. El maremoto habría causado presiones sobre la superficie terrestre de dos toneladas por pulgada cuadrada (310 kg/cm2), creando nuevas cordilleras, y fosilizando todo en unas pocas horas. Se han encontrado árboles fosilizados intactos y eso sería imposible a menos que ocurriese en un instante, porque el árbol normalmente se habría desintegrado antes de que pudiera ser fosilizado durante un período de tiempo largo. De hecho, fósiles de esta clase no se están formando hoy.
El psiquiatra y autor ruso, Immanuel Velikovsky, causó indignación entre el mundo científico en la década de 1950 sugiriendo que la Tierra habría pasado por trastornos enormes cuando Venus, que era entonces un cometa, se precipitó en esta parte del sistema solar antes de establecerse en su órbita actual. Cuando Venus fue fotografiado por la misión Mariner, muchas de las descripciones de Velikovsky demostraron ser correctas, incluyendo lo que parecían ser los remanentes de una cola como de cometa. Las imágenes de Mariner 9 en Marte también respaldaron algunas de las teorías de Velikovsky. Él dijo que el “cometa” Venus había chocado con Marte cuando se precipitó a través del sistema solar. Velikovsky consideró que ello habría pasado aproximadamente el 1.500 a.C. Los diferentes investigadores indican períodos muy diferentes para los grandes trastornos cuando en verdad casi indudablemente había varios cataclismos en esa ventana de 11.000 a 1.500 a.C, y aún más recientemente. También se afirma que Marte fue devastado por estos eventos que involucraban a Venus. Marte fue lanzado afuera de la órbita y siguió en una órbita elíptica muy inestable que lo llevó entre la Tierra y la Luna cada 56 años. El último de estos pasajes parece haber sido aproximadamente en 1.500 a.C cuando un gran volcán estalló en la isla griega de Santorini y la civilización Minoica en Creta pasó a la historia. En este mismo período de 1.600 a 1.500 a.C, los niveles del océano disminuyeron aproximadamente en un 20 por ciento, lagos glaciales se formaron en California, y ésta fue muy probablemente la época cuando se vació un inmenso lago en el fértil Sahara y comenzó a formarse el desierto que vemos hoy. Al final, Marte se estableció en su órbita actual, pero para aquel entonces la vida sobre su superficie había sido arrasada. La misión Pathfinder a Marte descubrió que las rocas marcianas carecían de erosión suficiente para haber estado en la superficie por más de 10.000 años. Brian Desborough cree que la Tierra estuvo una vez mucho más cercana del Sol de lo que está hoy y que Marte orbitaba alrededor de donde la Tierra está ahora. Si, como se alega, los profundos cañones en la superficie de Marte fueron causados por masivos torrentes de agua, tiene que haber habido un ambiente más cálido, porque hoy es tan frío que el agua se congelaría en un instante y la atmósfera de casi vacío haría evaporarse al agua en un instante.
Desborough dice que la mayor proximidad de la Tierra al Sol demandó que los primeros seres humanos de la Tierra fueran de raza negra con la pigmentación adecuada para defenderse de los ardientes rayos del Sol. Esqueletos antiguos encontrados cerca de Stonehenge en Inglaterra y a lo largo de la costa de oeste de Francia muestran características nasales y vertebrales africanas. Desborough dice que Marte, entonces con un ambiente muy parecido al nuestro, tenía una raza antes del cataclismo de Venus. Su investigación lo ha convencido de que los marcianos construyeron las pirámides que han sido registradas en Marte y fueron a la guerra con otra raza avanzada para conquistar la Tierra. Estas guerras, dice, son las guerras de los “dioses” descritas en incontables textos antiguos, sobre todo los Vedas Hindúes. Desborough añade que después del cataclismo, los marcianos que se habían establecido en la Tierra fueron abandonados aquí sin su tecnología y con su planeta de origen devastado. Estos marcianos se convirtieron en los pueblos de raza blanca en la Tierra. Algunos científicos afirman que cuando gente de raza blanca es sumergida en tanques de privación sensoriales por períodos largos, su ritmo circadiano tiene una frecuencia de 24 horas 40 minutos, que no corresponde al período rotacional de la Tierra, sino al de Marte!. Esto no es el caso con razas no blancas, que están en armonía con la rotación de la Tierra. Desborough cree que estos marcianos eran la raza muy avanzada del mundo antiguo, conocida como los fenicios o los arios, y que empezaron el proceso de regresar a su anterior poder tecnológico después de los trastornos que destruyeron la superficie de su propio planeta. Icke coincide con esta misma opinión y nos dice que una raza blanca, conocida como los fenicios y por otros nombres, eran indudablemente los “cerebros” detrás de la civilización egipcia, por lo menos alrededor del 3.000 a.C, y la Meseta de Giza, donde la gran pirámide fue construida, era antes conocida como El – Kahira, un nombre que derivaba del sustantivo árabe, El – Kahir, (de donde proviene El Cairo) su nombre para Marte.
Los textos antiguos revelan que la medición del tiempo estaba muy relacionada con Marte, y el 15 de marzo, los Idus de Marzo (Marte), era una fecha clave en el calendario relacionado con Marte , como lo es el 26 de octubre. El primero conmemoraba el inicio de la primavera y el segundo era el final del año en el calendario celta. Las historias del Santo Grial del Rey Arturo se conectan con este tema. Camelot aparentemente significa Ciudad de Marte. Se sabe que han habido trastornos cataclísmicos en la Tierra entre 11.000 y 1.500 a.C. El primer cataclismo terminó con la Era Dorada y arrasó las civilizaciones de alta tecnología que habían existido hasta entonces. Según Icke, las razas extraterrestres abandonaron el planeta, sobrevivieron en las altas montañas, o emigraron al interior de la Tierra. Lo mismo paso con cataclismos posteriores. Muchos de los extraterrestres, y la mayoría de los seres humanos de la Tierra, no sobrevivieron a estos eventos. Los que lo hicieron quedaron con el trabajo de empezar todo de nuevo sin la tecnología antes disponible. Los supervivientes se dividieron en dos categorías principales: los de origen principalmente extraterrestre, que conservaron los conocimientos avanzados, y los seres humanos, la raza esclava en general, que no lo hizo. Los primeros también cayeron en dos campos: Había aquellos que deseaban usar sus conocimientos positivamente y comunicar su información a la humanidad, y aquellos que trataron de acumular los conocimientos y usarlos para manipular y controlar. La pelea entre esos dos grupos sobre el uso de los mismos conocimientos continúa hasta la actualidad. A medida que las sociedades se recuperaban de esos trastornos ocurridos 11.000 a.C, otros cataclismos causaron más devastación durante los miles de años que siguieron y la humanidad se enfrentó con muchos nuevos inicios. Pero un tema común ha sido la manipulación de la humanidad por unas razas avanzadas de origen extraterrestre.
Icke no cree que los Anunnaki de las Tablillas Sumerias y los marcianos blancos propuestos por Brian Desborough sean los mismos, aunque bien puede haber una conexión entre ellos. Icke cree que los Anunnaki son una raza de origen reptil. El Dr. Arthur David Horn, un ex profesor de antropología biológica en Colorado State University, en Fort Collins, está ahora convencido que la humanidad fue inseminada por extraterrestres y que una raza de reptil ha controlado el planeta durante miles de años y lo continúa haciendo hoy. La investigación del Dr. Horn está detallada en su excelente libro, Humanity’s Extraterrestrial Origins (Orígenes Extraterrestres de la Humanidad), en el que sugiere que los que las Tablillas Sumerias llaman los Anunnaki son en realidad esta raza reptil. El famoso astrofísico británico, Fred Hoyle, dijo en una conferencia de prensa en Londres, el año 1971, que el mundo era controlado por una fuerza que podía manifestarse en muchas formas. “Están por todas partes“, dijo a periodistas asombrados, “en el cielo, en el mar y sobre la Tierra…. Ellos controlaron a la humanidad a través de la mente“. Ha habido otras razas extraterrestres en la tierra, y todavía hay, además de la raza extraterrestre que los sumerios llamaron los Anunnaki y otros textos antiguos llamaron la Raza Serpiente. Podría ser que algunos fueron a la guerra con los Anunnaki. Los textos antiguos registran estas “guerras de los dioses” en todo el mundo y éstas podrían incluir conflictos entre razas extraterrestres diferentes así como aquellos descriptos en las Tablillas Sumerias, que parecían involucrar facciones de los Anunnaki peleando entre sí. Jason Bishop III, un investigador del fenómeno extraterrestre, dice que los supuestos Anunnaki reptiles son mucho más altos que los humanos y tienen sangre fría como los reptiles de la Tierra. Parecen ser menos emocionalmente sensibles que los humanos y la mayoría tiene gran dificultad expresando amor, aunque son sumamente inteligentes y tienen una tecnología muy avanzada. Según Icke, es una descripción excelente de las actitudes y el comportamiento de la Hermandad que controla el mundo. Los relatos modernos de reptiles se ajustan a las descripciones de muchos “dioses” del mundo antiguo en los textos y leyendas.
La cultura Ubaid existió en lo que es ahora Irak, entre el 5.000 y 4.000 a.C, incluso antes de Sumeria. Las estatuillas de sus dioses son representaciones claras de humanoides tipo reptil. La región donde aparecieron las culturas Ubaid y Sumeria es fundamental para la historia y las estatuillas Ubaid retratan físicamente a los “dioses” que dominaban muchas sociedades antiguas. Las culturas centroamericanas tenían su dios serpiente alado, Quetzalcoatl; los indios Hopi tenían el dios serpiente emplumado, Baholinkonga, y la cultura americana está inundada con imaginería de serpientes, incluso el misterioso túmulo de tierra en forma de serpiente en Ohio. Los hindúes hablan de los dioses reptiles, los Nagas, que eran una raza de ‘demonios‘ en la leyenda india y cuyo nombre significa “aquellos que no caminan, sino que se arrastran“. Los egipcios tenían su dios serpiente, Kneph, y los faraones se retrataron a menudo con serpientes. Los fenicios tenían a Agathodemon, otra figura de serpiente. Los seguidores del vudú tienen un dios que ellos llaman Damballah Wedo, que es retratado como una serpiente. Los hebreos tenían a Nakhustan, la Serpiente de latón. El dios británico antiguo, conocido como el Dragón – gobernante del mundo, fue llamado HU y de ello seguramente se deriva el término, humano. El símbolo del disco alado de los sumerios, que es encontrado por todo el mundo antiguo, era normalmente representado con dos serpientes. El simbolismo de la serpiente y su asociación con “dioses” antiguos abunda en todo el mundo. El Reverendo John Bathhurst Deane en su libro The Worship Of The Serpent (La Adoración De La Serpiente), escribió: “Uno de (los) cinco constructores de Tebas (en Egipto) fue nombrado por el dios serpiente de los fenicios, Ofhion. El primer altar levantado a los Cíclopes en Atenas, era para “Ops”, la deidad serpiente. La adoración simbólica de la serpiente era tan común en Grecia, que San Justino Mártir acusa a los griegos de introducirla en los misterios de todos sus dioses. Los chinos se dice que son supersticiosos al elegir a una parcela de tierra para erigir una casa para morada o sepulcro: confiriéndolo con la cabeza, la cola y pies de dragones diversos que viven bajo la Tierra“. La idea de dragones expirando fuego y de serpientes malvadas que aparecen en leyendas y textos en todo el mundo podrían fácilmente originarse en los “dioses” reptiles de hace miles de años. Ésta era la Gente Serpiente de los textos antiguos, incluyendo la Biblia, donde la serpiente es un tema recurrente.
La serpiente ha sido utilizada para simbolizar muchas cosas y no cada referencia se refiere a un reptil. Pero muchas de ellas lo son. También hay un tema común referido a un lugar sagrado que está protegido por una serpiente o dragón. Tenemos la serpiente en el Jardín del Edén y el tema de serpiente o dragón es mundial. Los persas hablaron de una región de dicha y deleite, llamada Heden, que era más hermosa que todo el resto del mundo. Era la morada original de los primeros hombres, decían, antes de que fueran tentados por el espíritu maligno, en forma de una serpiente, a compartir la fruta del árbol prohibido. También está el Árbol Banyon bajo el que el “Jesús” Hindú, conocido como Krishna, se sentó sobre una serpiente enrollada y otorgó conocimientos espirituales a la humanidad. Los antiguos griegos tenían una tradición de las Islas de los Benditos y el Jardín de las Hespérides, en el que crecía un árbol que producía las manzanas doradas de la inmortalidad. Este parque público era protegido por un dragón. En los libros sagrados chinos hay un jardín en que crecían árboles que producían la fruta de la inmortalidad. En relatos mejicanos antiguos, su versión de la historia de Eva involucra una gran serpiente. Otra leyenda hindú habla de la montaña sagrada de Meru, vigilada por un dragón terrible. Una y otra vez vemos el mismo tema de lugares sagrados protegidos por dragones temibles y de algún ser, mitad reptil – mitad humano, dando conocimientos a los humanos. La especie reptil tiene una larga, larga conexión con la Tierra, que se remonta a más de 150 millones de años, en que vivieron los dinosaurios. Las especies reptiles, como lagartijas y serpientes, no son sino una forma de la corriente genética reptil en este universo. Mientras los dinosaurios no eran todos reptiles de sangre fría, como la investigación moderna ha indicado, los reptiles y dinosaurios están estrechamente relacionados por la sola apariencia física y los dos han engendrado una variedad asombrosa de formas diferentes. Los dinosaurios se manifestaron desde como criaturas voladoras, grandes y pequeñas, al Tiranosaurio Rex de ocho toneladas. No hay razones objetivas para no pensar que la corriente genética reptil – dinosaurio no pueda manifestarse en una forma de dos patas y dos brazos, con una capacidad cerebral a través de la que una conciencia técnicamente avanzada pueda operar.
“Aun tenemos en nuestras cabezas estructuras cerebrales muy parecidas a las del caballo y el cocodrilo“, dice el neurofisiólogo Paul MacLean, del National Institute of Mental Health (NIMH).No sé si habréis oído hablar del complejo “R” o cerebro reptiliano. De acuerdo a la teoría de Paul MacLean, el cerebro humano resulta de la superposición e integración de las funciones de tres cerebros distintos, con diferentes características estructurales, neurofisiológicas y de comportamiento. Más recientemente un mayor entendimiento de los dinosaurios ha revelado que muchos eran muy inteligentes hace unos cien millones de años. Los Saurornithoides, nombrados por su apariencia como un reptil pájaro, tenían un cerebro grande, vista que le daba una visión tridimensional, y dedos con pulgares en oposición que le permitían atrapar y comer mamíferos pequeños. Adrian J. Desmond, uno de los investigadores en dinosaurios, dice que criaturas como los Saurornithoides estaban separadas de otros dinosaurios “por una distancia comparable a la que divide a los hombres de las vacas“. Desmond se pregunta: “¿Quién sabe qué máximos habrían logrado los sofisticados “imitadores de aves” si hubieran sobrevivido?”. Algunos estudios han sugerido que si los dinosaurios no hubieran sido destruidos por un cataclismo hace aproximadamente 65 millones de años, ya habrían evolucionado en un reptil humanoide. La NASA pidió a Dale Russell, paleontólogo en la Universidad de California del Norte, un informe sobre a qué se podría parecer la vida extraterrestre. Dale Russell desarrolló el dinosaurio Troodon, de acuerdo con los cambios genéticos naturales durante millones de años, y creó un modelo de un ser que llamó un Dino-sauroide. Este tenía una semejanza extraordinaria a un humanoide reptil y era idéntico a aquellos descritos por las personas que afirman haber visto extraterrestres reptiles. Tal vez este salto evolutivo desde dinosaurios clásicos a reptiles humanoides ocurrió en otro planeta o, quizás, en la Tierra antes de que los dinosaurios fueran eliminados. La paleontología moderna indica ahora que no todos los dinosaurios murieron por el choque de un meteorito hace 65 millones de años y algunos continúan viviendo hoy. Más y más evidencia están apareciendo de que las aves son descendientes de los dinosaurios. Y mientras los cuerpos de la mayoría de los dinosaurios podrían haber sido destruidos, su conciencia podría haber sobrevivido, porque la conciencia es energía y la energía es indestructible. Sólo puede ser transmutada en una forma diferente.
¿Qué pasó a la conciencia de dinosaurio que dominó la Tierra durante 150 millones de años?. Como hemos visto, los más tempranos relatos de Asiria, Babilonia, la historia del Antiguo Testamento, China, Roma, América, África, India y otras partes, presentan historias de dragones. El símbolo de serpiente también ha sido encontrado en Gran Bretaña antigua, Grecia, Malta, Egipto, Nuevo México, Perú y por todas las islas de Pacífico. Hay una inconfundible semejanza entre algunos dinosaurios y las representaciones antiguas de dragones. Varias especies de pequeñas lagartijas Indo Malayas con alas palmeadas se parecen tanto a dragones que se les ha dado el nombre de Draco, por la constelación estelar de la que se dice que se originó la raza reptil. Asimismo es interesante la lagartija acorazada llamada Moloch Horridus, que también tiene una apariencia de dragón. Moloc es una deidad antigua a la que fueron sacrificados niños hace miles de años y que se dice aún se efectúa en rituales satánicos. Charles Gould, que ha escrito exhaustivamente sobre dragones y reptiles, dice: “Hay una especie perdida de lagarto que hiberna y carnívoro que tenía alas como de Dragón y estaba protegida por armadura y púas”. Gould cree que su hábitat era las tierras altas de Asia central y su desaparición coincidió con la Gran Inundación (Diluvio). Pero todavía hay avistamientos de “Lagartos voladores” gigantes en áreas lejanas del mundo, especialmente en México, Nuevo México y Arizona. ¿Quiénes son ellos y de dónde vienen?. Hay tres orígenes sugeridos para la supuesta intervención reptil Anunnaki en los asuntos humanos: Son extraterrestres; son intraterrestres que viven en el interior de la Tierra; o bien manipulan a la humanidad desde otra dimensión “poseyendo” cuerpos humanos. Tal vez todos son verdaderos. Como ejemplo tenemos V, una serie de televisión estadounidense que describe bastante bien estos hechos. Gigantescas naves espaciales aparecen sobre las mayores ciudades del mundo y Anna, la bella y carismática líder de los Visitantes extraterrestres, proclama que vienen en son de paz. Mientras un pequeño número de humanos empieza a dudar de la sinceridad de los aparentemente benevolentes Visitantes, la agente Erica Evans, de la unidad antiterrorista del FBI, descubre que los alienígenas en realidad son reptiles y han estado, durante años, infiltrándose en la sociedad, tanto en gobiernos, como en la medicina o empresas de negocios y ahora están en la última etapa de su plan para apoderarse del planeta.
Los investigadores del fenómeno extraterrestre reptil concluyen que algunos se originan en la constelación estelar de Draco. El sistema de Draco incluye la estrella Thurban, que en la antigüedad fue la Estrella Polar del Norte, con la que están orientadas las pirámides egipcias. De acuerdo con la investigación del autor Graham Hancock, el antiguo complejo de templos en Angkor Wat en Camboya es una réplica de la constelación de Draco, tal como era el 10.500 a.C. En esta época, la Tierra y sus habitantes, humanos y extraterrestres, habrían estado recuperándose y reconstruyendo su civilización, después del gran cataclismo del 11.000 a.C.. El autor e investigador, Robert Bauval, dice que las pirámides en Giza se alinean con las estrellas en el “cinturón” de Orión como habrían estado en 10.500 a.C., cuando Orión estaba en el punto más bajo en su ciclo. Y Hancock y otros investigadores sugieren que la esfinge de Giza, que se cree que es más antigua de lo que se creía, habría mirado directamente hacia la constelación de Leo en esa misma época, 10.500 a.C. La investigación continúa bajo el océano de Japón, donde se encuentra una estructura fantástica que también podría remontarse a 10.500 a.C. Es asombroso cómo las estructuras y templos antiguos, de sociedades aparentemente inconexas en distintas partes del mundo, se alinean entre sí con gran precisión. Pero en realidad estas sociedades no estaban inconexas y tenían los mismos orígenes. Los templos en Angkor Wat están cubiertos de imágenes de reptiles, una característica de todas las culturas antiguas, incluyendo la egipcia, la centroamericana y la india. El Profesor Phillip Calahan, en su estudio de las misteriosas torres redondas de Irlanda, ha dicho que están colocadas con un sincronismo extraordinario con respecto a las constelaciones de estrellas del cielo del norte durante el solsticio de invierno. Y las torres se alinean más perfectamente con la constelación de Draco. La cabeza y los ojos de la formación de Draco, como están diseñados en el suelo en Irlanda, están, de acuerdo con Calahan, ubicados a cada lado de Lough Neagh, el mayor lago de la isla de Irlanda, justo en el centro de Irlanda del Norte. El lado oriental de Lough Neagh está cerca de la capital, Belfast.
John Rhodes, uno de los más importantes investigadores de una supuesta presencia reptil, dice que podrían ser invasores del espacio que se mueven de planeta a planeta, infiltrando encubiertamente la sociedad anfitriona y prevaleciendo al final. El ejército reptil, dice, lleva a cabo raptos de formas de vida, mientras sus científicos estudian la biología e introducen el código genético reptil en especies que ellos desean manipular. Existe un documento escrito por John Rhodes llamado “La Conexión Reptil-Humana”, donde se habla sobre los dioses sumerios que crearon genéticamente a los seres humanos para tener su propia raza esclava, y que un “dios caído” llamado Ea, o Enki, que enseñó a la raza humana a entender lo que estaba pasando permitiéndonos liberarnos de los reptiles. Esto involucra un programa de cruzamiento y eso es precisamente lo que los textos sumerios están describiendo en relación con los Anunnaki. Rhodes añade que: “Desde sus bases subterráneas, los ETs militares reptiles establecieron una red de infiltrados cruzados humano – reptil dentro de varios niveles de los complejos industriales militares, organismos gubernamentales, grupos de OVNI / paranormal, órdenes religiosas y fraternidades (sacerdotes), etcétera, de la cultura de la superficie. Éstos cruzados, algunos inconscientes de sus instrucciones de “control mental” genéticas de reptil, interpretan sus papeles subversivos como “agentes reptiles”, preparando el escenario para una invasión conducida por reptiles“. Rhodes dice que, después que los reptiles invaden un planeta desde el espacio o desde sus bases subterráneas, la población de superficie se rinde rápidamente a su armamento superior. Entonces los reptiles despojan el planeta de sus recursos como agua, minerales e información de ADN. La infiltración en la sociedad humana vía sociedades secretas es un método clave del control reptil. El escritor e investigador estadounidense, William Bramley, concluyó en su libro, Gods Of Eden (Dioses de Edén), que los Anunnaki crearon una sociedad secreta llamada la Hermandad de la Serpiente y esta ha sido usada para manipular la humanidad. Esta Hermandad de la Serpiente es el núcleo del centro de la red global de sociedades secretas de hoy que es controlada por los reptiles.
También se dice que los Anunnaki son una de las muchas razas del interior de la Tierra que viven en catacumbas enormes, cavernas y túneles bajo la superficie. Una leyenda india Hopi dice que un complejo de túneles muy antiguo existe bajo Los Ángeles y este, dicen, fue habitado por una raza de “lagartos” hace aproximadamente 5.000 años. En 1933, G. Warren Shufelt, un ingeniero de minas de Los Ángeles, afirmó haberlo encontrado. Hoy, se dice, algunos rituales Masónicos son celebrados en este complejo de túneles. Ha habido un encubrimiento por las autoridades de la existencia de estas razas subterráneas. En 1909, una ciudad subterránea que fue construida con la precisión de la Gran Pirámide fue encontrada por G.E. Kincaid cerca del Gran Cañón. en Arizona. Era suficientemente grande para acomodar 50.000 personas. Los cuerpos momificados encontrados en el lugar eran de origen oriental, tal vez egipcio, de acuerdo con el jefe de la expedición, el Profesor S. A. Jordan. Se encontraron numerosos artefactos, incluyendo utensilios de cobre tan duro como el acero. El Instituto Smithsoniano, en Washington DC, ha asegurado que estos hallazgos permanezcan desconocidos para el público. Y nadie habría sabido de este descubrimiento si no fuera por dos artículos escritos en un periódico local, la Gaceta de Arizona, en abril de 1909. El investigador y autor, John Rhodes, afirma haber ubicado este sitio y lo conecta con Sipapuni, el mundo subterráneo donde los indios hopis afirman tener su origen. De acuerdo con sus leyendas, los hopis vivieron una vez dentro de la tierra y fueron alimentados y vestidos por “personas hormiga“, posiblemente los extraterrestres conocidos como los Grises. Los hopis se refieren a sus antepasados como sus “hermanos serpiente” y el más sagrado de sus rituales subterráneos es el baile de la serpiente. Los hopis dicen que, un día, bajo las órdenes de su diosa, la Mujer Araña, ascendieron a la superficie de la Tierra y emergieron a través de su cueva que llamaron el Sipapuni. Una vez en el exterior, dicen los hopis, un pájaro burlón llegó para confundir su lengua y hacer a tribus diferentes hablar lenguas diferentes, una clara repetición de la historia bíblica de la Torre de Babel. Los hopis no recrean las imágenes de sus antepasados serpiente por miedo a la muerte.
El diseño del mundo subterráneo descubierto en Arizona fue descrito por G.E. Kincaid como una “cámara gigantesca desde la que se radian montones de pasadizos como los rayos de una rueda“. Mundos y ciudades subterráneos, antiguos y modernos, abundan por todo el planeta. Hay informes de testigos oculares de humanoides gigantes avistados en las catacumbas Hal Saflini, en Malta, durante la década de 1930, que fueron cerradas después de que un grupo de escolares y su guía desaparecieron. Más de 30 vastos antiguos complejos de túneles y ciudades subterráneas han sido encontrados cerca de Derinkuya, en Turquía. La lista continúa sin parar. La criatura misteriosa conocida como el Bigfoot, o Yeti, en el Tibet, una criatura grande y peluda como un simio, viene, según se alega, del interior de la Tierra. Hay una creencia generalizada entre investigadores OVNI de que hay bases subterráneas de reptiles. Una raza reptil vive dentro de este planeta y la única pregunta es si son nativos de la Tierra o si se originaron en otro lugar. Según Icke, es desde la cuarta dimensión inferior que el control y manipulación reptil están principalmente organizados. Sin comprender la naturaleza pluridimensional de la vida y el universo, es imposible seguir la manipulación de la Tierra por una fuerza no humana. La Creación consta de un número infinito de frecuencias o dimensiones de vida que comparten el mismo espacio del mismo modo que las frecuencias de radio y televisión lo hacen. Por el momento, nosotros estamos sintonizados al mundo tridimensional y por tanto esto es lo que percibimos como la realidad. Pero, como con la radio y la televisión, todas las otras estaciones están transmitiendo al mismo tiempo y si cambiamos el canal de la TV, podemos conectarnos con ellas. Cuando hacemos esto, el canal al que antes estábamos sintonizados no desaparece y continúa transmitiendo, pero nosotros no podemos verlo más, ya que no estamos más en su longitud de onda. Así es con la conciencia humana. Algunas personas pueden sintonizar su conciencia a otras longitudes de onda y conectarse con información y conciencia operando a esa frecuencia. Llamamos esto poder psíquico, pero es simplemente la habilidad de mover su “dial” a otra “estación“. Icke nos dice que es desde una de estas otras estaciones o dimensiones, que la raza Serpiente, los Anunnaki, está controlando este mundo. Pero los controladores reptiles de la cuarta dimensión son ellos mismos controlados por entidades de la quinta dimensión. La “estación” desde la que los reptiles funcionan es el nivel más bajo de la cuarta dimensión, el más cercano a este mundo físico. Otras personas conocen esto como la dimensión Bajo Astral, la residencia legendaria de demonios y entidades malévolas que se remonta a la antigüedad.
Se dice que es desde esta dimensión que los Satanistas de hoy convocan a sus entidades demoníacas en sus rituales de magia negra. Están en realidad convocando a los reptiles de la cuarta dimensión inferior. Es sugerido por algunos investigadores que los reptiles no físicos pudieron ingresar a esta dimensión a través de agujeros o portales espacio-tiempo causados por las pruebas y explosiones nucleares que empezaron en los desiertos de Nuevo México a comienzos de la década de 1940. Pero probablemente tales agujeros empezaron a ser creados hace mucho más tiempo, antes de los cataclismos, cuando el mundo estaba en una etapa tecnológica aún más avanzada que hoy. Icke plantea que la corriente genética reptil opera en todo el universo y no son todos malévolos. Este grupo controlador vino aquí desde la constelación de Draco y de otros lugares, y este es el origen de términos como draconiano. Adoran consumir sangre humana y son los demonios chupa-sangre de las leyendas. Las historias de vampiros son simbólicas de este hecho y Drácula es una referencia obvia a Draco. El programa de cruzamiento es descrito en las Tablillas Sumerias y en el Antiguo Testamento, en que se habla de los hijos de Dios que se cruzaron con las hijas de hombres. Estas líneas híbridas de cruzados humano – reptil llevan el código genético reptil y por lo tanto pueden ser más fácilmente poseídos por los reptiles desde la cuarta dimensión inferior. Como veremos, estos linajes se convirtieron en la aristocracia y las familias reales. Según Icke, estas líneas genéticas son manipuladas hasta los puestos de poder. Operan a través de todas las razas, pero predominantemente la blanca. Tal como hemos dicho antes, hay un área del cerebro humano hasta el día de hoy conocida como el cerebro reptil. Dentro del cerebro es el segmento original para el que todas las otras partes son adiciones. Y, de acuerdo con el neuroanatomista, Paul MacLean, esta área antigua del cerebro es conducida por otro segmento prehistórico que algunos neuroanatomistas llaman el Complejo-R. R es abreviación de reptil porque compartimos esto con los reptiles. MacLean dice que este Complejo-R juega un papel importante en “el comportamiento agresivo, la territorialidad, el ritualismo y el establecimiento de jerarquías sociales“.
Estos son precisamente los patrones de comportamiento de los reptiles y sus híbridos reptil – humanos. El astrónomo Carl Sagan tenía conocimiento de la situación verdadera, cuando dijo: “…. no hace ningún bien en absoluto ignorar el componente reptil de la naturaleza humana, particularmente nuestro comportamiento ritualístico y jerárquico. Al contrario, el modelo puede ayudarnos a comprender todo sobre los seres humanos.” En su libro, Los Dragones de Edén, añade que incluso el lado negativo del comportamiento humano es expresado en términos de reptil. Sagan, cuyo nombre al revés curiosamante significa Nagas, los dioses reptiles de India Oriental, sabía mucho, pero decidió no revelar abiertamente lo qué sabía. Cuando el feto humano se está formando en un bebé pasa por muchas fases que se conectan con los mayores puntos evolutivos en el desarrollo de la forma física actual. Éstas incluyen conexiones con mamíferos no- primates, reptiles y peces. Hay un punto en el que el embrión desarrolla branquias, por ejemplo. El embrión humano es exactamente como los de aves, ovejas y cerdos hasta la octava semana cuando sigue su propio camino evolutivo. Ocasionalmente las instrucciones genéticas dejan de recordar el más reciente guión y algunos bebés nacen con colas. Éstos son llamados apéndices caudales y se forman en la región lumbar más baja. La mayoría es retirada por doctores inmediatamente, pero en algunos países más pobres donde tal apoyo médico no está disponible, hay personas que viven todas sus vidas con colas. La feromona es la sustancia segregada y liberada por animales para poder ser detectados por miembros de la misma especie. Los feromonas en mujeres humanas e iguanas concuerdan químicamente. El número de formas de vida sólo en esta galaxia está más allá de la imaginación y eso es sólo en el nivel tridimensional de la existencia. La idea de que una raza reptil está controlando el planeta desde otra dimensión es extraña e incomprensible. Según los relatos de aquellos que afirman haber experimentado encuentros con reptiles humanoides o reptiles, generalmente miden entre 2,14 a 3,66 metros. Tienen alas que son membranas de piel sostenidas por costillas largas. Las alas pueden plegarse hacia atrás contra el cuerpo y son el origen del término “serpiente alada”. Son también el origen del término “Ángeles caídos” y las gárgolas aladas que vemos en muchas catedrales góticas son simbólicas de éstos Draco.
La capa usada por el Conde Drácula es también simbólica de estas alas y el personaje de Drácula en las historias de Bram Stoker se dice que es un ángel caído. Los Draco alados son también conocidos como la Raza Dragón y algunos de los dioses antiguos fueron descritos y retratados como hombres pájaro. Esto podría ser uno de los orígenes del Ave Fénix y del águila en el simbolismo de la Hermandad, tanto como los significados más esotéricos. El Satanás bíblico es retratado también como un reptil. Los Draco son la “realeza” de los reptiles y la casta más alta son los blancos albinos, que aparentemente tienen cuernos cónicos a medio camino entre la frente y la cima del cráneo. Los “dioses” antiguos y las realezas fueron retratados como usando un tocado con cuernos, simbólico de estos reptiles “de la realeza“. Otras especies, como los Reptoides, no tienen alas, pero son de sangre fría. Sus escamas son mucho mayores en la espalda y tienen tres dedos con un pulgar en oposición. Tienen tres dedos del pie con un cuarto hacia el lado de su tobillo y sus garras son pequeñas y desafiladas. Tienen ojos grandes como de gato que brillan rojos y una boca que parece más como una hendidura. Algunos tienen ojos que son descritos como negro y otros son blancos con pupilas verticales de color flama. Los reptiles son los “gigantes” descritos tan extensamente en las leyendas y registros antiguos. Algunos tienen colas, otros no. Uno de sus otros planetas de influencias hace mucho se cree que ha sido Marte. Zecharia Sitchin también especula que los Anunnaki fueron a Marte antes de venir a la Tierra. Esto ciertamente encajaría en el cuadro y bien podría ser que los marcianos blancos, según Brian Desborough, y los Anunnaki hayan estado genéticamente conectados durante mucho tiempo. Se dice que los reptiles Anunnaki invadieron Marte hace mucho tiempo y la raza blanca de marcianos partió de ese planeta hacia la Tierra. Los Anunnaki de Marte los siguieron, y seguramente están ahora en bases subterráneas.
Algunos investigadores creen que los reptiles son los controladores de los llamados Grises, la figura extraterrestre clásica de los tiempos modernos, con sus ojos negros y grandes. Los Grises son protagonistas en la mayoría de los relatos de abducción. También parecer haber una “alianza” reptil con algunos otros grupos extraterrestres. Es sugerido que el sacrificio humano a los “dioses” en el mundo antiguo, particularmente de niños, era para el beneficio de reptiles, que demandaban estos rituales. Se dice que, al momento de la muerte por sacrificio, una forma de adrenalina irrumpe a través del cuerpo y se acumula en la base del cerebro. Estos sacrificios antiguos eran literalmente a los dioses, los Anunnaki reptiles, y continúan aún hoy. Los reptiles se alimentan de la energía de emociones humanas vibracionales bajas, como el miedo, la culpa, o la agresión. Cuando emitimos tales emociones su energía no puede ser vista en este mundo porque resuena a la frecuencia de la cuarta dimensional más baja y allí es absorbida por los reptiles. Cuanto más puedan ser estimuladas estas emociones, más energía reciben los reptiles. Por lo tanto, el estímulo de guerras y violencia que crean energía negativa altamente cargada, así como los rituales de magia negra. El programa de reproducción reptil parece haber producido un híbrido Anunnaki – humano, tal vez Adán, hace unos 200.000 a 300.000 años. Lo que los reptiles hicieron en Marte, lo han hecho aquí. Se infiltraron en la población local a través del cruzamiento y se apoderaron del lugar. Ya había linajes reptil – arios entre los marcianos cuando vinieron a la Tierra. Una de las ubicaciones principales para los Anunnaki y los marcianos, o arios, después del cataclismo de Venus alrededor del 4.800 a.C, fueron las montañas de Turquía, Irán y Kurdistán, y fue desde aquí que ellos y sus híbridos reaparecieron cuando las aguas retrocedieron. Fueron ellos los que crearon las civilizaciones avanzadas en las tierras bajas de Sumeria, Egipto, Babilonia y el valle del Indo. Un centro especial para los Anunnaki reptiles parecen haber sido los Montes Cáucasos. Había un programa de reproducción principal en esta región, que produjo un muy grande número de cruzados híbridos reptil – humano. Un área de investigación que es muy relevante a esta región es el número de personas con Rh negativo. A menudo, bebés con Rh negativo se vuelven de color azul inmediatamente después del parto. Éste es el origen del término “sangre azul” para los linajes reales. Se especula que los linajes de “azules” podrían ser de descendencia marciana. Hay más personas blancas con Rh negativo que negros o asiáticos. Los genes de los Draco blanco albino “reales” parecen haber sido usados para crear los linajes híbridos “reales” reptil – humano que han sido utilizados para gobernar el mundo desde tiempos antiguos. Éstos eran los conocidos por los antiguos como los semidioses, que recibieron la tarea de intermediarios, de controlar a la población y dirigir el mundo de acuerdo con el programa de sus amos reptiles.
Lo que está claro es que mientras los Anunnaki se cruzaron con muchas razas de la Tierra, la raza blanca ha sido su vehículo principal para apoderarse del planeta y los Draco “de la realeza” en la cumbre de su jerarquía son blancos albinos. Cuando uno lee los relatos antiguos, muchas de sus creaciones híbridas tenían pelo rubio y ojos azules. Un cambio muy importante parece haber tenido lugar poco después de los trastornos de Venus, porque la cultura Ubaid (6.000 – 5.000 a.C.), en lo que es ahora Irak, veneró a dioses que fueron retratados como lagartos – humanoides, mientras los sumerios (4.000 – 5.000 a.C.), que vivieron en la misma área, retratan sus dioses como muy humanos. Este cambio, y el programa de entrecruzado en la región de Cáucaso, están fundamentalmente conectados. La élite de la casta cruzada Anunnaki-humana fue descrita por los sumerios y hay muchos otros relatos del entrecruzado de extraterrestres y humanos, o los “dioses” que se cruzaban con la humanidad. Esto es indicado en el Génesis, donde dice: “Cuando los hombres empezaron a multiplicarse sobre la tierra y les nacieron hijas, los hijos de Dios se dieron cuenta que las hijas de los hombres eran hermosas, y tomaron por esposas aquellas que les gustaron. En ese entonces había gigantes (Nefilim) sobre la tierra, y también los hubo después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres y tuvieron hijos de ellas. Estos fueron los héroes de la antigüedad, hombres famosos“. De acuerdo a las traducciones de Zecharia Sitchin, la palabra Nefilim se relaciona con “Aquellos Que Bajaron” mientras otros dicen que significa “los caídos“. La palabra “famosos” en ese pasaje en el Génesis es traducida de la palabra sumeria shem. Esto ha sido traducido en la Biblia como relacionándose a “nombre“. Sitchin dice que el significado verdadero de shem es “vehículo del cielo“. Dice que viene de la raíz shu mu, que significa “eso que es un MU“, y un MU era una nave voladora, dice. Así que “hombres de renombre” se convierte en “hombres o personas de los vehículos del cielo“. Fueron éstos los que se cruzaron con mujeres humanas. Este pasaje en el Génesis habla del cruce entre los extraterrestres, o intraterrestres, con humanos, para producir los híbridos reptil – humanos.
El término “hijos de Dios” viene de hecho del hebreo, beneha-elohim, que se traduce realmente como “hijos de los dioses“, en plural. Los vástagos tempranos de estos encuentros genéticos eran los gigantes de leyenda y hay muchos registros del nacimiento de tales híbridos. Hay numerosos relatos en todo el mundo antiguo, y en cada continente, de una raza gigante. Y el Goliat bíblico bien podría haber sido simbólico de estos gigantes. Los americanos nativos tienen muchos relatos de Seres De Las Estrellas que bajan de los cielos para unirse a mujeres humanas. Y Alex Christopher dice que un común denominador en la abducción de humanos por reptiles en los Estados Unidos parece relacionarse con el linaje de la persona, particularmente ésos que se remontan a americanos nativos o a indios antiguos. Los hopis hablan de su origen en el interior de la Tierra. El texto etíope, Kebra Nagast (curiosamente, los Nagas eran “dioses serpiente” hindúes que cambiaban de forma), tiene miles de años de antigüedad, y hace referencia al enorme tamaño de los bebés producidos de las uniones de humanos y “dioses“. Dice: “…. las hijas de Caín con quienes los ángeles (extraterrestres) habían concebido… eran incapaces de parir sus hijos, y murieron“. Describe cómo algunos de estos nacimientos de bebés gigantes requirieron algún tipo de operación cesárea: “…. Habiendo abierto los vientres de sus madres aparecieron por sus ombligos“. En un texto hebreo, el libro de Noé, y su derivado, el Libro de Enoc, es descrito un extraño parto de un niño no-humano, que resulta ser Noé. Referencias a esto también aparecen en los Rollos del Mar Muerto, los registros de la comunidad de los Esenios en Palestina hace 2.000 años, que incluía mucho material del Libro de Enoc. El extraño niño que describen estos textos es el hijo de Lamec. Se dice que es diferente de un ser humano y se parece a ”Los hijos de los ángeles en cielo“. El hijo de Lamec, Noé, es descrito como de piel blanca y de cabello rubio, con ojos que hacían que la casa entera “brillara como el Sol“. Seres de cabello rubio y ojos azules, con ojos como láser, es una descripción para personas misteriosas o “dioses” que aparece en tradiciones antiguas alrededor del mundo. Lamec pregunta a su esposa sobre el padre del niño: “Mira, pensaba entonces dentro de mi corazón que la concepción era (debida) a los Observadores, a Los Sagrados y al Nefilim. Y mi corazón estaba preocupado dentro de mí debido a este niño“.
En el Shahnemeh o el Libro de los Reyes, la historia legendaria de Irán, según el poeta árabe, Firdusi, describe el parto de un bebé llamado Zal, el hijo de un rey llamado Sam. Otra vez el rey está horrorizado por la apariencia espantosa de su hijo, que tiene un cuerpo muy grande “tan limpio como la plata“, cabello tan blanco como el de un anciano y “como la nieve“, y una cara comparada con el Sol. Sam llama a su hijo un niño demonio, un niño de los devas – los Observadores. Como los patriarcas del Antiguo Testamento, los iraníes parecían tener una aversión a niños nacidos con las características sumamente blancas. El texto del Shahnemeh dice de Zal: “Ningún ser humano de esta tierra podría parir a tal monstruo, debe ser de la raza del Demonio, aunque todavía humano en forma y cara, si no un demonio, él al menos, parece una bestia coloreada de fiesta“. Zal se casa después con una princesa extranjera llamada Rudabeh, hija del rey Mehrab, rey de Karbul y un descendiente del rey Serpiente, Zahhak, que se decía había gobernado Irán durante mil años. Éste era uno de los linajes reptiles y de acuerdo con esto, Rudabeh es descrita como alta como un árbol de teca, blanca marfil, etc., las características familiares de los vástagos del cruce entre ”dioses” y humanos. Estas descripciones abundan en las líneas reales de Irán y del Cercano Oriente, como también su comparación con árboles debido a su gran altura. Éste, indudablemente, es el origen del “derecho divino de los reyes“, el derecho de gobernar en virtud de su linaje de familia, un sistema que continuó cuando estas líneas se expandieron por Europa. Incluso el título británico de Sir, otorgado por la Reina a sus súbditos seleccionados, viene de una antigua diosa serpiente (reptil) llamada Sir, que se relaciona a la diosa de los Anunnaki, Ninkharsag, en las Tablillas Sumerias. Su marido, Enlil, fue llamado la Serpiente Espléndida de los ojos brillantes. Su hermano, Enki, era también conocido como una serpiente y su emblema era dos serpientes entrelazadas, el símbolo de su “centro del culto” en Eridu, y de la profesión médica moderna. El símbolo es conocido como el caduceo. Esta información viene de las Tablillas Sumerias, tal como Zecharia Sitchin las traduce y describe en sus libros.
El autor e investigador, Andrew Collins, dice que tiene una estatuilla de cobre Cananita retratando a uno de sus dioses de alrededor de 2000 a.C. Tiene un cuello serpentino y una cabeza formada como la capucha de una cobra que se riza encima para formar un tocado como de serpiente. Durante los miles de años desde que estos linajes híbridos reptil – humanos reales fueron creados, se han integrado en la población general y son menos destacables. Pero la estructura genética básica permanece y la Hermandad mantiene muy detallados registros genéticos de quién la tiene y quién no. Christian y Barbara O’Brien dicen en Genius Of The Few que si los Anunnaki se hubieran cruzado con la humanidad hace cientos de miles de años y luego se hubieran cruzado otra vez con ellos hace aproximadamente 30.000 años, el resultado del segundo cruzamiento sería una estructura genética de un 75 % Anunnaki y un 25 % humano. Éstos son los cruzados reptiles que dirigen el mundo hoy y es esta profusión de genes reptiles lo que permite a tales personas cambiar de forma en reptiles y volver a una forma aparentemente humana, tal como mostraba la serie televisiva V. Estos linajes también tienen la habilidad de producir una mirada fija hipnótica sumamente poderosa, justo como una serpiente hipnotizando a su presa, y esto es el origen del término “lanzar el mal de ojo a alguien“. Todo esto es la razón real para su obsesión con la sangre y el cruzamiento de las familias de “sangre azul“. Esta es la razón de que, desde los tiempos más tempranos de la historia conocida, los herederos de sangre azul se casaran con sus medio hermanas y primos, justo como los Anunnaki lo hicieron de acuerdo con las Tablillas Sumerias. El gen más importante en esta sucesión es pasado por la línea femenina, así que la elección de compañera sexual femenina ha sido vital para ellos. Es altamente significativo que el linaje de “rey serpiente” naciera en Irán, porque es en esta región de Irán, Kurdistán, Armenia, Turquía y los Montes Cáucasos, donde estos linajes reptil – humanos aparecieron para apoderarse del mundo. Se dice que hay un vórtice enorme, un portal interdimensional, en los Montes Cáucasos, donde los extraterrestres entraban en esta dimensión. Eso explicaría muchas cosas.
El nombre Irán viene del más temprano Airy- ana o Airan, que significa tierra de los Aryas o Arios. Todavía hoy hay dos razas distintas en Kurdistán, la de piel aceitunada, de altura mediana y con ojos oscuros, y las personas mucho más altas y de piel blanca, a menudo con ojos azules. Andrew Collins, en su libro, De Las Cenizas de los Ángeles, presenta evidencia irrefutable de que el Jardín del Edén bíblico estaba en los altos de esta región de Irán – Kurdistán y, por supuesto, el tema de la serpiente está en el corazón de la historia del Edén. En la vecina Media, los reyes fueron conocidos por los iraníes como Mâr que significa serpiente en persa. Fueron llamados la “dinastía del dragón de Media” o los “descendientes del dragón“. Parece claro que los reptiles Draco se cruzaron con humanos para producir cruzados dentro de la raza blanca. Hacia el 2.200 a.C., la Corte Real del Dragón fue fundada en Egipto por los sacerdotes de Menes y aún continúa hoy, 4.000 años después, como la Corte Imperial y Real de la Soberanía del Dragón, ahora con sede en Gran Bretaña. Algunas personas la llaman la Hermandad de la Serpiente. Los reyes tempranos de Sumeria, Egipto, y después, Israel, fueron ungidos en su coronación con la “grasa del Dragón“, que era la grasa del cocodrilo sagrado. El cocodrilo era conocido en Egipto como un messeh, y de ello se deriva el término hebreo “Mesías“, que significa El Ungido. Los reyes eran también conocidos como “Dragones” y todo este simbolismo se relaciona con el conocimiento de que estas familias reales eran los linajes de los cruzados reptil – humano. Cuando muchos reinos se unían juntos en batalla, nombraban un rey de reyes y era conocido como el Gran Dragón, o Draco. El famoso título celta, Pendragon, es una versión de esto. Kingship (monarquía) en realidad nace de la palabra kin (pariente) o pariente de sangre y kin-ship (parentesco) se volvió kingship (monarquía). El nombre que los egipcios dieron a su messeh, o cocodrilo sagrado, era Draco.
El Draco también se hizo un símbolo de los Therapeutae, un grupo de ermitaños judíos de vida ascética que habitaban en el desierto egipcio, así como de los Esenios. Y fue representado como una serpiente marina o Bistea Neptunis por los Merovingios “reales” y sus descendientes en Francia. Gérard de Sède sorprendió al mundo, con sus informaciones relativas al tesoro y los pergaminos que un sacerdote de Rennes-le-Château (Francia), localizó durante la restauración de su Parroquia. En su obra The Holy Blood and the Holy Grail, Baigent, Leigh y Lincoln nos hablan de descendientes directos de Jesús hasta nuestros días, así como de los Occitanos (cátaros) y templarios, y complejas tramas de sociedades iniciáticas y secretas. Entre los reyes merovingios, que fueron depuestos del trono francés hace más de mil trescientos años, se citan asimismo a los sicambros, descendientes de la tribu judía de Benjamín, que emigraron sucesivamente a la Arcadia, a Sicilia, a los Alpes y a las orillas del Rin. De Meroveo hasta Clodoveo, los reyes merovingios, apodados los Ursus, fueron paganos entregados al culto de Diana. La dinastía de los carolingios y la de los capetos, con Felipe el Hermoso, destructor de la Orden del Temple, no eran legítimas, ya que el último rey merovingio, Dagoberto II, asesinado en el año 679 cerca de Stenay, en las Ardenas, tenía un hijo, Sigisberto IV, que escapó a la suerte de su padre. Fue salvado por un tal Meroveo Levy, sicambro, quien le llevó en secreto a Rennes-le-Château. Sigisberto IV se casó con la hija del rey visigodo español Wamba y dio nacimiento al linaje de los condes del Razès, del que provenían también los Blanchefort. Este linaje es el único que puede pretender legítimamente al trono de Francia. Tal era, según el secreto genealógico-dinástico contenido en los pergaminos encontrados por el abate Saunière en la Iglesia de Rennes-le-Château y que estaban acuñados, por el sello de Blanca de Castilla. El linaje merovingio se perpetuó en la sombra hasta nuestros días, de modo que el el “Gran Monarca“, pues este regio linaje tendría su origen en el vástago del propio Jesús tras su unión con Maria Magdalena. Tras la crucifixión fue llevada clandestinamente a la Galia, donde se refugió.
Hay una representación egipcia antigua de un “dios” sobre la pared del templo en Saqquara, Egipto. Es una figura de reptil no humana con lo que parecen ser alas. El Libro de Enoc describe así a los Observadores: “Y se me aparecieron dos hombres muy altos, tales como nunca he visto sobre la Tierra. Y sus caras brillaban como el Sol, y sus ojos eran como lámparas ardiendo. Sus manos eran más brillantes que la nieve“. Esto también se conectaría con la descripción antigua de “dioses” como “los que brillan“. Ciertamente hay mucho más de lo que se nos está diciendo que está sucediendo en este planeta. Muchas razas extraterrestres, no sólo las reptilianas, operan en y alrededor de la Tierra. Seres de Orión y las Pléyades están entre muchas otras razas descritas por abducidos e investigadores, y que están interactuando con seres humanos. Los de Orión parecen ser una raza cruel, pero hermosa, y tienen alguna clase de alianza con los reptiles. Muy probablemente los ángeles bíblicos eran los Observadores, o sea, los reptiles, con alas y sin ellas. El término mismo “hijos de los dioses” es traducido en el Septuagint, la versión griega del Antiguo Testamento, como ángeles. Parece que hay diferentes facciones reptiles: aquellos que son más positivos hacia la humanidad y aquellos que desean dominar y controlar. Ambos se hicieron conocidos como Observadores o ángeles, y, los últimos, como ángeles caídos. Bien podría ser que las leyendas de San Miguel lanzando al dragón a la Tierra para la batalla final y San Jorge derrotando al dragón, se relacionan con un antiguo conflicto entre los marcianos blancos y los reptiles Anunnaki. San Miguel y San Jorge son antiguos héroes fenicios de la misma región del mundo donde los Anunnaki instigaron su programa de entrecruzado y, por mucho tiempo, operaron abiertamente como reptiles. En el último libro de la Biblia, el libro del Apocalipsis, vemos la conexión clara hecha entre el ser conocido como Satanás y la serpiente o reptil: “El dragón grande, la antigua serpiente, conocida como el Demonio o Satanás, fue expulsado; el seductor del mundo entero fue arrojado a la tierra y sus ángeles con él… Sujetó al monstruo, la serpiente antigua, que es Satanás o el diablo, y lo encadenó por mil años. Lo arrojó al Abismo, cerró con llave y además puso sellos para que no pueda seducir más a las naciones hasta que pasen los mil años“.
En un fragmento de los Rollos del Mar Muerto, traducido por el erudito hebreo, Robert Eisenman, hay una descripción de un Observador llamado Belial, o Bel, que es descrito como elPríncipe de la Oscuridad y el Rey del Mal. Se dice que es terrorífico en su apariencia, como una serpiente con un semblante como una víbora. Uno de los principales grupos angelicales en la tradición hebrea son los serafines o “serpientes ardientes ” y los Observadores están muy relacionados con la descripción de serpientes. En las enseñanzas persas también hablan de un ser al que describen como “la serpiente antigua que tiene dos pies“, justo como el Libro de Enoc habla de serpientes que caminan. El parto de Noé, el niño humano – Observador, descrito en el Libro de Enoc, indica que Noé fue, de hecho, un híbrido reptil – humano y muchos pueblos han tratado de reclamarse como descendientes de Noé. En el mito hebreo, los Nefilim son descritos como awwim, que significa devastadores o serpientes. En los Rollos del Mar Muerto, Noé es descrito como parecido a “los hijos de los ángeles (caídos) del cielo” cuya “concepción era (debida) a los Observadores y a los Nefilim“. En la tradición judía, Eva es vista como la madre ancestral de los Nefilim y asociada con las palabras hebreas que significan vida y serpiente. Eva fue tentada por la serpiente de acuerdo con el Antiguo Testamento y otras fuentes. En Capítulo 69 del Libro de Enoc encontramos que entre los Observadores que revelaron los secretos a humanos estaba Gadreel, el ángel caído que ha sido identificado como tentando a Eva. El Libro de Enoc fue prohibido por la Iglesia Católica Romana, que trató de negar la creencia cristiana en la existencia de ángeles de carne y hueso y ángeles caídos habitando cuerpos físicos y cruzándose con humanos. Pero los francmasones siempre han considerado a Enoc como uno de sus fundadores legendarios. El mismo nombre Enoc significa “iniciado“. El tema de los ángeles caídos que dan los secretos prohibidos a la humanidad puede ser encontrado enel Libro de Enoc y otras obras. Entre estos narradores de secretos está Azazel, que enseñó el arte de la elaboración de metal, y Shemyaza, que enseñó las artes mágicas. Estos relatos crearon a muchos héroes posteriores, el más famoso de los cuales es el dios griego, Prometeo, que se dice que robó fuego (conocimiento) de los dioses y se lo dio a algunos humanos.
Curiosamente podemos ver una estatua de oro de Prometeo en el Rockefeller Center, en Nueva York. El Observador llamado Azazel es el origen de la cabeza de cabra en el ritual satánico y del término “chivo expiatorio“. De acuerdo con el Libro de Levítico, los israelitas sacrificarían a dos cabras machos durante el Yom Kippur, el Día del Perdón o Día de la Expiación. Uno era ofrecido a Dios y el otro a Azazel. El sacerdote ponía ambas manos sobre la cabeza de la cabra de Azazel y confesaba los pecados de las personas. La cabra sería entonces llevada al desierto y arrojada por un despeñadero, simbolizando el ángel caído Azazel, que fue visto como atado y encadenado en el desierto, el “abismo” en el lenguaje del libro del Apocalipsis, aunque posiblemente se refiera a un encarcelamiento en la cuarta dimensión inferior. La cabeza de cabra de Azazel, un ángel – caído reptil, es simbolizada por la estrella de cinco puntas invertida del satanismo. Las razas extraterrestres han estado visitando la Tierra, con propósitos diferentes, durante millones de años. Y sus cruzamientos seguramente han creado las distintas corrientes raciales. En el pasado distante han habido civilizaciones tecnológicas muy avanzadas, en base a estos conocimientos extraterrestres. Una Era Dorada, como los antiguos la llamaron. Hace alrededor de 450.000 años los Anunnaki llegaron a la Tierra. Era una raza reptil y trataron de apoderarse del planeta. Es probable que en ese momento también hubiesen colonizado y habitado Marte. Por mucho tiempo los Anunnaki vivieron abiertamente como reptiles, pero posiblemente por la hostilidad de otras razas extraterrestres y la humanidad, se encubrieron, pareciendo ser humanos. Los reptiles han usado la raza blanca como su ruta principal al control global, pero se han cruzado con todas las razas. Todo esto permite a los reptiles controlar personas y organizaciones. Es la versión extraterrestre de miembros de la misma sociedad secreta trabajando en muchos lugares de influencia, mientras que el resto de la población no tiene ninguna idea de que están conectados. El Libro de Enoc dice que ésos nacidos de la sangre de Nefilim (los híbridos reptil – humano) están destinados a “afligir, oprimir, destruir, atacar, batallar y trabajar la destrucción en la Tierra“.
Los cristianos gnósticos de los primeros siglos, que preservaron las enseñanzas originales de Jesús, hacían una distinción entre el Padre Celestial y el dios de la Biblia Hebrea. Jehovah (YHWH), que no era el Padre revelado por Jesús. Mientras la Biblia Hebrea revelaba a un dios tribal, el Dios de Jesús era el Ser Supremo Universal de toda la humanidad. El dios hebreo era un dios de temor, el Padre Celestial de Jesús era un Dios de amor. De hecho, Jesús nunca se refirió al Padre Celestial como Jehovah. El Evangelio Gnóstico de Pedro establece que los Hebreos se encontraban bajo la ilusión o engaño de que conocían al Ser Supremo, pero eran ignorantes del mismo, y conocían sólo a un falso dios, cuya naturaleza verdadera era desconocida para ellos. Los gnósticos, basados en su profundo estudio del Libro del Génesis, exponen a Jehovah como Satanael el Demiurgo, el poder creativo de este caído mundo material, que es hostil al Ser Supremo. Un maestro Gnóstico explicó cómo el Padre desconocido creaba a los ángeles, a los arcángeles, potestades y dominaciones. El mundo, sin embargo, y todo en él, fue construido por siete ángeles particulares, y el hombre también es obra de los ángeles. Estos ángeles él los describió como artesanos rebeldes. Saturninus (90-150 D.C.), quien estableció una importante comunidad gnóstica en Siria, enseñó que el Único Dios Verdadero, el Padre Celestial revelado por Jesús, habita en el más elevado Reino de la Luz. Entre este trascendente Reino de Luz y nuestro mundo finito existe una vasta jerarquía de arcángeles, ángeles y poderes espirituales; los constructores del Universo y los diseñadores del Hombre. Por necedad y vanidad, Satanael se rebeló contra el Reino de la Luz, liderando a un grupo de ángeles seguidores. Satanael y sus lacayos maquinaron atrapar a seres espirituales en cuerpos físicos. Saturninus contó cómo el ángel creador, Satanael, procuró crear cuerpos físicos humanos a imagen de seres espirituales. De esta manera ellos planearon mantener a los seres espirituales permanentemente atados a cuerpos físicos. En el recuento de la creación de Saturninus, Satanael, el ángel creador, sólo pudo formar un androide primitivo. Fue necesario animarlo con un ser espiritual de los reinos superiores. Entonces, Satanael atrajo de los reinos celestiales, hacia su universo carente de alma, una “chispa de luz” y la atrapó dentro del cuerpo material de Adán.
De acuerdo a Apelles, otro antiguo maestro Gnóstico, los seres espirituales fueron seducidos para descender desde su lugar en los reinos celestiales por la oportunidad de tener una experiencia física, siendo luego atados a cuerpos de carne mediante las maquinaciones de Jehovah. Generación tras generación la “chispa de luz” se incorporó en las formas humanas. Pronto, estos seres espirituales fueron absorbidos tanto en el mundo material que perdieron toda conciencia de su origen en el Reino de la Luz. Se encontraron a sí mismos capturados en el mundo de Satanael el Demiurgo. De hecho, se convirtieron en esclavos de su malévolo creador. La iglesia católica, al aceptar la biblia hebrea en su interpretación literal, confunde a Jehovah, el dios tribal, con el Ser Supremo. Imitando a la antigua Israel, la Iglesia se establece como un imperio político y religioso. Sólo los cristianos gnósticos permanecieron en su camino. Los gnósticos pronto se encontraron siendo denunciados como herejes, mientras que sus libros sagrados eran robados y quemados. Gracias al descubrimiento milagroso de algunas escrituras gnósticas en Nag Hammadi, Egipto, podemos tener una mejor comprensión de las comunidades cristianas gnósticas de los primeros siglos de nuestra era. Un trabajo gnóstico descubierto en Nag Hammadi, denominado el Apocalipsis de Adán, es un recuento de la creación de Adán y Eva. Este libro, que data del primer siglo de nuestra era, pudo haber sido un intento de reconstruir el Génesis original. Dice que Adán declaró: “Cuando Dios me creó de la tierra, junto con Eva tu madre, estaba con ella en la gloria, la cual ella había visto en el Eón de donde hemos venido (Reino de la Luz). Ella me enseñó una palabra de conocimiento del Dios eterno. Y nosotros nos asemejábamos a los grandes ángeles eternos, porque éramos más grandes que el dios que nos había creado y que los poderes en él, a quien no conocemos. Entonces dios (el Demiurgo/Satanael), el regente de los eones y de los poderes, en cólera nos dividió. Entonces nos convertimos en dos eones. Y la gloria en nuestros corazones nos abandonó. Después de aquellos días, el conocimiento eterno del Dios de la Verdad (Padre Celestial) se retiró de mí y de tu madre Eva. Desde ese momento aprendimos acerca de las cosas muertas, como el hombre. Entonces reconocimos al dios (Demiurgo) quien nos había creado. Nosotros no le éramos extraños a sus poderes. Y le servimos a él en temor y esclavitud“.
Los gnósticos entendieron que existen muchas órdenes diferentes de seres. Sus escritos refieren numerosas jerarquías de entidades espirituales, tanto de la Luz como de la Oscuridad. Estos seres no sólo se mueven en frecuencias sutiles, sino que pueden tomar formas en la dimensión física. Como los Esenios y Jesús, los gnósticos reconocían la habilidad de los “ángeles” de poder corporificarse. Los ángeles caídos eran a menudo referidos como regentes o Arcontes, y el jefe de los Arcontes era conocido por varios nombres como Satabael, Jehovah, Ildabaoth, Sacklas, Satán, Sammael, etc. Ellos poseían el poder para crear cuerpos y creían ser “dioses“. Como consecuencia de su estado degenerado eran hostiles a la humanidad y evitaban que esta adquiriera su liberación espiritual. John A. Keel, autor de “Disneyland of the Gods“, y “Our Haunted Planet” (“Disneylandia de Dioses” y “Nuestro planeta cazado“), argumenta que el creciente interés aparecido a finales del siglo XX, en relación a los extraterrestres, alienígenas y OVNIS, es solamente una versión moderna de las mismas fuerzas que otras personas y culturas alguna vez identificaron como “demonios” o “ángeles caídos“: “Los platillos voladores son meramente otro marco de referencia que nos provee de explicaciones aceptables para algunos de estos grotescos eventos. Un fenómeno invisible está acechándonos constantemente y manipulando nuestras creencias. Sólo vemos lo que ellos eligen que veamos, y usualmente nosotros reaccionamos”. La idea de que el cuerpo humano es el resultado del trabajo de ángeles creadores malévolos es notablemente parecida a la idea de extraterrestres involucrados en ingeniería genética para “crear” al homo-sapiens.¿Conocían los gnósticos la verdad acerca del verdadero origen del hombre y de los poderes invisibles? ¿Son los malévolos ángeles creadores los mismos dioses creadores extraterrestres de Sumeria? Según el académico gnóstico, Dr. Stephen Hoeller, en su libro Jung and the Lost Gospels: “Los ángeles estelares y otros espíritus regentes aparecen como tiránicos, limitando las agencias en esta visión gnóstica. Ellos son usurpadores que señorean sobre la humanidad y la creación con el fin de acrecentar su propia importancia y gloria. Le incumbe entonces a los conocedores realizar esto y alejarse tanto como sea posible de la influencia de estos poderes. El predicamento existencial de la vida humana radica en la incómoda dominación que ejercen estos dioses menores sobre el espíritu de los seres humanos, y de la cual sólo la realización de la gnosis puede extraerlos“.
Los ángeles creadores o Arcontes también se caracterizan como poderes terribles o fuerzas de ilusión y negatividad. Son como carceleros de una prisión, buscando mantener a sus cautivos humanos atados a la Tierra. Atrapado en las ilusiones de la existencia material, el hombre cree que es solamente un cuerpo y no logra darse cuenta de la verdad acerca de su origen. Esta condición perpetúa la ceguera espiritual, dejando a la humanidad cautiva de los carceleros. Sin embargo, los gnósticos nunca cesaron de proclamar que el Verdadero Ser del hombre no es su cuerpo, y el mundo material definitivamente no es su verdadero hogar. El hombre es un ser espiritual y su propósito es la realización de su Ser Superior, esa chispa de luz exiliada en el cuerpo físico. Su destino es retornar al Reino de la Luz, su verdadero hogar más allá de las estrellas. Debemos despertar y tomar conciencia de nuestro origen, de dónde venimos, cómo fuimos atrapados en este planeta, y cómo podemos lograr la liberación. Los Gnósticos nos indican la urgencia de escapar de la trampa del mundo y abrir nuestros ojos a la realidad de nuestro verdadero origen.
Fuentes:
- Zacarías Sitchin: El 12.º planeta
- David Icke: El Mayor Secreto
- William Bramley: Los Dioses del Edén