En los casi seis siglos que van del 300 a.C. al 300 d.C., la vida cotidiana de los habitantes de las islas se erriqueció mucho a raíz de la introducción y difusión de nuevas técnicas de alfareria, cultivo húmedo del arroz, manipulación de metales y producción de tejidos. A pesar de que el nombre de este período cultural provino de un hallazgo de cerámicas en Yayoicho, Tokio, fue con toda probabilidad el cultivo húmedo del arroz el hecho de mayor repercusión a nivel social. Su impronta en gran parte de los aspectos de la cultura y la vida aldeana japonesas se ha prolongado hasta nuestros dias. Ya desde el 5.000 a.C. se venía cultivando arroz en China, en la cuenca del Yangzé. En la península de Corea, se cultivaba desde el 1.500 a. C. Se cree que pequeños grupos fueron Ilevando esta tecnologia desde el continente hasta Japón occidental, donde la adoptaron algunas comunidades jömon. El arroz se planto primero en tierras naturalmente húmedas, sin apenas participación humana en cuanto a regadio. En un principio, el arroz era tan sólo un complemento esporádico de la dieta jömon. Con la introducción de nuevas herramientas, el anegado de campo y el empleo de acequias y rudimentarios graneros, su cultivo se fue haciendo gradualmente más sistemático, cobrando este y otros granos un papel más preponderante en la dieta básica. EI cultivo parcelado, que es intensivo, y la preparación delos campos, la organización del riesgo y de las cosechas requieren un esfuerzo colectivo Con todo el arroz es capaz de abastecer a comunidades más numerosas que otros alimentos, de modo que en el periodo Yayoi la población podría haber experimentado un crecimiento. Se ha procedido a la cuidadosa excavacion de varios emplazamientos arroceros yayoi. Inicialmente, estos se encontraban por lo general en tirrras bajas pantanosas, lo que permitia sarcar provecho de las inundacioncs y de las charcas naturales. con el transcurso de los siglos, las mejoradas técnicas de riego permitieron consntruir los campos de arroz en zonas más elevadas. El de Itazuke, Fukuoka, es uno de los emplazarnientos agicolas más antiguos que ae ha podido localizar. Su población parece haberse distribuido en una treintena de viviendas. Marcando los campos de arroz, algunos de hasta 400 m, mediante estacas de rnadera. A juzgar por los utensilios hallados en el lugar, se empleaban para el cuhivo hoces de piedra y aradas y rastrillos de madera. Tal vez el emplazamiento más revelador del periodo Yayoi Medio sea el de Toro, Shizuoka. El sitio cuenta con un museo y se han restaurado una serie de casas y graneros. Toro nos pennite hacemos una buena idea de un tipo de aldea arrocera yayoi que en los siglos venideros sería cada vez más común. Ubicado en las tierras bajas cercanas a la desembocadura del río Abe, el emplazamiento incluye al norte una aldea con varias moradas y graneros, mientras que los campos de arroz se extienden hacia el sur. Hay idicios de elaborados sistemas de regadio y drenaje se utilizaban, además, tablillas de madera cuidadosamentz cortadas a fn de encauzar los senderos entre parcelas. Las casas eran de forma oval, de unos ocho por seis mnetros. Cuätro pesados postes, alzados sobre tablas para no hundirse, sostenían las vigas cruzadas en las que descansaba el techo de paja. Los suelos estaban semihundidos y rodeados de una elevación de tierra que impedia la entrada de agua; más o menos en el centro habia un estrecho hogar.
Parte de los alimentos se almacenaba en vasijas, pero ya entrado el período Yayoi se empezó a utilizar, en sitios como Toro, una especie de almacenes dç madera de construcciôn nada desdeñable. Se levantaban sobre pilotes, a un metro del suelo, y el arroz se protegía de los roedores por medio de unas argollas de madera colocadas en los postes. El granero o almacen, edificio de vital importancia para la comunidad y la familia aparece en los dibujos ornamentales de las primeras campanas de bronce y en los haniwa. Por otra parte, el estilo elevado influyó posteriormente en la arquitectura de temploa y palacios.
La prefectura de Aomori era el límite septentrional del cultivo de arroz del periodo Yayoi. Hokkaido no conoció una importante producción de arroz hasta que aparecieron las modernas cepas resistentes al frio. Dadas las inclemencias del tiempo, los campos del norte eran más pequeños En el emplazamiento de Tareyanagi, Aomori, excavado en 1981, se han encontrado campos correspondientes al Yayoi medio con pequeñas parcelas de 12 a 15 metros cuadrados de superficie. Los agricultores yayoi utilizaban una mezcla de herramientas de piedra, madera e hierro. Las hachas de piedra y un tipo de cuchilla de piedra Ilegado del continente seguían siendo utensilios básicos, asi como los rastrillos palas y azadas de madera, los zuecos para andar por las parcelas y los majaderos y morteros para moler el arroz. También usaban algunas hachas, herramientas para arar y azuelas de punta de hierro pero dado que el hierro no se conserva largo riempo bajo tierra, no son muchos los utensilios de este material que han podido hallarse. Sin embargo. la perfección de las estacas que rodeaban las parcelas y de las tablas de madera de los graneros sugieren el empleo regular de herramientas con hoja de hierro.
Al igual que en el caso del Jömon, el nombre del período Yayoi proviene de su cerámica que según los arqueólogos, se divide en cinco grandes clases En general, la cerámica yayoi es menos orgánica que la jömon y se caracteriza por el eso de Iíneas y superficies suaves, ya sea barnizadas o pintadas y con diseños geométricos. Probablemente se la cocía en hornos abiertos de carbón, a mayor temperatura que la de los jõmon (800-900 a. C.). Por lo demás, los cacharros yayoi muestran cierta tendencia a la especialización si bien es cierto que estéticamente son más interesantes que los del subsiguientc estilo haji que parecen haber sido fabricados en grandes cantidades por alfareros profesionales sin demasiadas preocupaciones estéticas. Aún se notaria en el nordeste japonés incluso bien entrado el periodo Yayoi, cierta influencia del estilo jórnon de impresión mediante cuerdas. Es esta una alfarería tanto funcional como ritual, ya que junto a los numerosos utensilios de cocina y jarras de almacenamiento se ha encontrado un tipo de cerámica coloreada de bermellón que cstaba dedicada a rituales, ofrendas y a algunos ritos funerarios. En algunos emplazamientos del Yayoi tardio utilizaban dos grandes vasijas enfrentadas para enterrar al difunto; asi, en Itaruke, por ejemplo, se han encontrado más de 5O tumbas de esta clase. Su tamaño hace pensar en la experta labor de alfareros especializados.
Existian asimiamo otros tipos de tumbas además de las vasijas funerarias. Bastante comunes eran los dólmenes, similares a los que se han encontrado en Corea, erigidos sobre las propias vasijas o sobre nichos de piedra, y también lo eran los cementerios con ataúdes individuales de madera o piedra, o bien con vasijas o cámaras. A finales del período Yayoi, algunos caciques y sus familiares fueron enterrados en tumbas excavadas en el interior de monticulos rectangulares considerados por ciertos especialistas como el origen de los grandes montículos funerarios de los siglos IV y V. Contrastando con ]a mayoría de las tumbas jömon, en las que apenas se evidencian las distinciones sociales, durnte el período Yayoi los enseres funerarios y la necesidad de demostrar el rango social se hacern más patentes. Los objetos con que se enterraba al muerto incluyen espejos de bronce, cuentas semipreciosas en forma cilíndrica armas de piedra o bronce hierro, figurillas de aves de madera muñeas planas también de madera y adornos personales.
EI dominio del metal adquirido a lo largo de estos siglos favoreció el desarrollo social y estético del pais. Japón entra en sus edades de bronce y hierro de manera simultánea: el hierro es el metal utilitario, el bronce el del poder y la ritualidad. En Japón comenzaron a introducirse alrededor del siglo 1 d. C. Entre las armas de bronce se contaban las alabardas, espadas y lanzas, cuyo valor en el momento de su introducción dehe haber sido funcional. Luego, los japoneses las ampliaron en algunos casos para darles un carácter ritual También las campanas de bronce (dotoku) fueron copiadas de modelos continentales, ganando en tamaño y calidad artística a medida que los isleños avanzaban en el arte de la fundición. La decoración en paneles de las campanas tardias y la delgadcz de sus paredes bace improbable un uso funcional, por lo que se ha pensado que se trata en realidad de símbolos rituales de poder, utilizados como dispensal de la autoridad política. Refuerza esta hipótesis el hecho de que a menudo se las enterraba en racimos en las laderas de colinas cercanas a las aldeas y que se haya empleado el mismo molde para fabricar distintas carnpanas dispersas en un amplio radio.
Ya en el período Yayoi podemos reconocer formas discernibles de organización de aldeas y poder político local. El control de la agricultura y los metales, sumado al control del riego y de la producción de arroz, permitió quc algunos caciques extendieran su poder, imponiendose a sus vecinos. Los alijos de espejos, espadas y ]anzas y las campanas dc bronce distribuidas por el país sugieren la existencia de pequeñas sub-entidades politicas localmente centralizadas. Estas diferencias de riqueza se traslucen en el período Yayoi en los monumentos funerarios en los que los objetos mortuorios son mas numerosos que en las tumbas jömon. Hacia finales del Yayoi, los jefes y sus familias eran enterrados en áreas rituales especiales, es decir, en montículos deslindados de Ios cementerios comunes. Los objetos rituales incluian huesos de ciervo con claros indicios de haber sido calentados y partidos para fines adivinatorios. No sabemos nada acerca de los augurios que podian ofrecer, aunque es probable que se propiciasen la paz o la guerra, vaticinasen enfermedades o nacimientos.