Entre los grandes tesoros bajo el mar surgen los restos de una grandiosa ciudad que recibió el nombre de Heraklionpor los griegos y Thonis por los egipcios; floreció desde el siglo VII a. C. hasta el siglo VIII d. C., frente a la costa de la ciudad de Alejandría, en la bahía de Abukir.
Heraklion, quedó a seis kilómetros del borde costero actual, después que se perdió completamente bajo las aguas hace poco más de 1.000 años. Es uno de los importantes testigos que sufrieron la implacable fuerza de la naturaleza, al igual que parte de la ciudad de Alejandría -fundada por Alejandro Magno en el año 331 a. C.- y la ciudad Canopus, anterior puerto principal.
Las tres encontraron un mismo trágico destino, ya que sectores enteros desaparecieron bajo el mar, como resultado de desastres naturales.
Heraklion es mencionada por el historiador griego Herodoto, cuando describe que le dijo a Helena, que había visitado Heraklion junto a Paris, antes de la guerra de Troya.
“Heraklion desapareció sin dejar rastro, y ahora, más de mil años más tarde, monedas de oro y objetos sagrados emergieron de las profundidades, como mudos testimonios de los trágicos sucesos que golpearon a esas ciudades”, explica el organizador de la muestra Tesoros Sumergidos en Egipto (Video), misma que se presentó en Madrid en 2008 y que surgió a raíz de los descubrimientos dirigidos por el arqueólogo Franck Goddio, del Instituto Europeo de Arqueología Submarina iniciado el año 2000.
La ciudad redescubierta se encontraba cerca de una antigua rama del Nilo, que vivía un activo tráfico de embarcaciones. Goddio primero descubrió un gran muro de 150 metros de largo, que probablemente rodeaba un gran templo.
El arqueólogo identificó las plazas de la gran ciudad sumergida y luego descubrió la nave del templo, donde un tipo de capilla contenía la imagen del dios principal dedicado a Amon de Gereb, además de las indicaciones del nombre de la ciudad: Heraklion.
El equipo de Goddio descubrió una placa de oro, donde estaba escrito en griego, que el rey Ptolomeo III (282 – 222 a. C) fundó (o restauró) en estos lugares un santuario dedicado a Hércules.
A su vez descubrió una estela de granito negro casi intacta. La lectura del texto permitió concluir que Heraklion era el nombre griego, pero que para los egipcios la ciudad fue llamada Thonis.
Los hallazgos están descritos en el volumen “Heraklion, Thonis, El redescubrimiento de los lugares“. Goddio lleva hasta la fecha 13 años realizando estudios en el lugar y recientemente expuso los resultados en el documental La ciudad sumergida de Egipto: La leyenda se revela.
El arqueólogo describe que en el lugar había varios muelles que se comunicaban entre sí en la península, lo que le daba gran prosperidad a la región.
Debido a su posición geográfica, para los faraones, Haraklion –Thonis fue considerado como el principal puerto donde se comerciaba con los griegos y desde donde se controlaban los buques extranjeros.
Se encontraron más de setecientos antiguas anclas de varias formas y sesenta naufragios que datan desde el siglo VI hasta el siglo II antes de Cristo.
El arqueólogo Goddio cree que los marineros después de sus largos viajes les dedicaban ofrendas a sus dioses y quizás lanzaban anclas votivas de bronce, plomo o piedra.
Cerca del santuario dedicado a los misterios de Osiris, se revelaron un gran número de piezas de granito rosa.
“Se hallaron tres estatuas colosales de granito rosa con más de cinco metros de altura, de un rey, una reina y el dios de la fertilidad, la abundancia y la inundación del Nilo, que denotas un templo de gran majestuosidad”, destaca Goddio en el reporte del Instituto.
Las estatuas eran de un diseño muy bien elaborado y junto a ellas habían muchas otras estatuas de bronce de dioses e instrumentos de rituales “que ilustran en gran manera que se realizaban cultos y ritos en el santuario”, señala el reporte sobre la ciudad.
Se descubrió una enorme estela de granito rosa bilingüeque data del reinado de Ptolomeo VIII (182 – 26 junio de 116 a.C.), en que se describe la “importancia ideológica” que tenía el santuario de Heraklion bajo el reinado Ptolomeico, tanto para los egipcios cómo los griegos.
Se descubrió poca cantidad de objetos que representen la época de la ocupación romana, que duró hasta el final del siglo VIII. En ese período, al gran templo de Amón de Gereb, se lo identificó con una estatua de Zeus, y su hijo Khonsu representaría a Heracles, señala el arqueólogo.
A su vez se observó una presencia bizantina a raíz de pequeños elementos arquitectónicos y algunas joyas y monedas.
Alrededor del gran templo se ampliaron una red de canales. Los numerosos muelles en comunicación con el Nilo acogieron a numerosos buques de todos los tamaños.
Se transportaban mercancías hacia un Lago del Oeste, que estaba vinculado con la antigua ciudad de Canopus por un canal. Era un canal que “sin duda era el canal de salida que conectaba en aquel entonces a los Ptolomeicos, la ciudad de Alexandria con Canopus”.
El reporte arqueológico relata que había islas e islotes donde florecieron capillas, plazas de apoyo con quioscos con vistas a los cursos de agua, y vivienda.
La ciudad-Thonis Heraclion, cerca de la desembocadura del brazo del Nilo Canopic, conectaba también con Naucratis, en el delta del Nilo, y controlaba el tráfico de buques marítimos que entraban o salían de Egipto.
Para el prestigioso arqueólogo Sir Barry Cunliffe de la Universidad de Oxford Heraklion quedó “protegida por la arena en el fondo del mar durante siglos y se conserva estupendamente”.
Terremoto y tsunami
Eventos catastróficos de la naturaleza cambiaron la vida de Heraklion, Alejandría y Canopus. Uno de ellos fue descrito por los geólogos.
Investigadores de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, realizaron un estudio de la tectónica de placas del fondo marino mediterráneo y sugieren que “una falla que no se habían tenido en cuenta antes pudo ser la causa del gran terremoto y tsunami posterior que destruyó la ciudad de Alejandría en el año 365 de nuestra era”, informa Historia Clásica.
Según los mismos científicos un terremoto y el tsunami similar podría repetirse cada 800 años, lo que significa un periodo mucho menor de lo que se pensaba hasta el momento.
Primero se pensaba que el terremoto del año 365 se activó en la zona de subducción bajo Creta, pero los autores “sugieren que, en vez de ello, podría haberse originado en una falla de la placa tectónica principal”.
Este terremoto y tsunami o uno similar afectó a Heraklion hace más de 1.000 años. Hoy los arqueólogos intentan mostrar el esplendor de esta cultura, perdida en solo un instante de la historia.
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