Partido X, Partido Pirata, Escaños en Blanco, Asociación DRY, Partido de Internet, Frente Cívico: Somos Mayoría, Abstención activa (MCRC), P-lib (Partido de la Libertad Individual)… Periodistas y políticos del régimen están manipulando encuestasque intentan engañar de nuevo a los ciudadanos españoles para hacerles creer que no existen alternativas ni liderazgos. Sin embargo, gracias a internet se sabe que ya disponen al menos de diez opciones electorales que han sorprendido por el impacto de audiencia obtenido. Con 11 millones de votos perdidos solo por 3 formaciones (PP, PSOE y CiU), la partitocracia se desmorona y con una abstención prevista de 20 de los 36 millones de electores, la deslegitimación social adquirirá tintes brutales. Con el agravante añadido que supone que de esos 16 millones de ciudadanos activos que piensan ir a las urnas ya solo quedan 5 millones que respaldan a los “viejos” partidos. Y lo saben.
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“En diciembre de 2015, con una nueva y, seguramente, muy distinta configuración de las Cámaras legislativas, que registrarán un notable crecimiento de opciones sin adhesión a la forma monárquica del Estado, no se mantendría la contención actual ni, mucho menos, se facilitaría la continuidad dinástica”. Son palabras del ex director del diario Abc, José Antonio Zarzalejos. Es lo mismo que a diario se oye en los pasillos y corrillos del Congreso y en el Senado: la “fiesta” se acaba porque la sociedad civil está despertando. Y si a algunos ciudadanos desespera la supuesta “inacción” social ante la crueldad de un régimen que no ha decretado una emergencia nacional con 6 millones de parados, 2 de exiliados y 1 millón de niños malnutridos, desde el otro lado de la barrera nuestros políticos y banqueros lo perciben distinto: 36.000 manifestaciones en diez meses y casi 11 millones de personas participando o simpatizando de una u otra forma con ellas.
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Las audiencias de las redes sociales (FB y TW sobre todo) y de los innumerables foros y comentarios en internet son abrumadores y la mayor parte en la misma dirección. La opinión pública está cambiando y no siempre son periodistas quienes la guían, como demuestran a diario voces ciudadanas independientes con miles de seguidores. De ahí el éxito de lemas como“Empecemos por lo más fácil: echémosles de ahí”, “Transparencia, Reparación, Confiscación”, “Proceso Constituyente”, etc…
Al régimen le da igual que se manifiesten 9.000 que 900.000, síntoma inequívoco del ciclo final
En Andalucía los ciudadanos han salido a la calle en 7.141 ocasiones, en Castilla y León 4.435, Comunidad Valenciana (3.147), Cataluña (3.116), Islas Baleares (3.112), Navarra (2.842), Madrid (2.846) y Galicia (2.213), Cantabria (717), Murcia (460), Asturias (335), La Rioja (270), Melilla (45) y Ceuta (26). Aunque no salga en los periódicos son datos oficiales que los políticos manejan, y eso significa que cada día en España piden permiso legal para protestar cada día 120 colectivos ciudadanos. Y en cuanto a participación, solo las Mareas arrastraron 3 millones de personas en toda España el pasado 23-F, un millón en Madrid. “Rodea el Congreso” llegó a las 400.000 el 25-S . Desde entonces, la Delegación del Gobierno establece fuertes trabas a los ciudadanos para ejercer su derecho a la manifestación, como denunció la OSCE en una nota pública de condena internacional tras la expulsión de 6 diplomáticos que estaban chequeando los continuos obstáculos a la concentración que tuvo como lema “Jaque al rey”.
La sociedad española parece haber aprendido a decir “no”
Pero aunque algunas veces los movimientos cívicos estén dispersos y descoordinados, lainminente aparición ante las urnas de formaciones que ya gozan de amplio conocimiento en las redes sociales por su oposición frontal al régimen, ha conseguido meter “el miedo en el cuerpo”. “No nos representan”, se grita entre el 15-M, precursor del cambio. Y van dirigidos a los más de 300.000 cargos públicos de los actuales 10 partidos que gobiernan en el Estado, autonomías, diputaciones, ayuntamientos… Los que más cobran (15.000 euros mensuales) son, casualmente, los del Parlamento Europeo, los primeros que se someterán al escrutinio dentro de 8 meses.
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Por eso prefieren manejar sondeos propios que apenas transcienden, ya que la manipulación sociológica es a veces grotesca y no sirve como análisis veraz. “Los especialistas en demoscopia que analizan lo que viene pasando con las encuestas de ‘El País’ están llegando a una conclusión bien distinta. A ellos lo que les parece es que estas encuestas de Metroscopia ofrecen unos resultados erráticos, cambiantes y sorprendentes” que creen que el diario de papel“las ‘cocina’ conforme a sus propias necesidades. Necesidades económicas, esto es”, señala el periódico “El Plural”, que investigó el fraude con detalle.
En las Cámaras Baja y Alta de Madrid, caja de resonancia de los políticos de provincias que se agitan soterradamente desde la periferia, la sensación ha sido parecida al pánico cuando se ha sabido que los sondeos electorales franceses coinciden en que ganará el Frente Nacional de Le Pen, profundamente antieuropeísta. En París los medios ni se plantean siquiera la “política del avestruz” que supone manipular las encuestas para intentar distraer o confundir a las audiencias. Ante todo quieren saber la verdad para analizar la situación con eficacia.
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En España, el sufragio radical de la derecha está fragmentado por lo que el “voto de castigo” (esos terribles 11 millones ya perdidos y que aumentan cada mes) parece ir en otras direcciones. Parte del “derrumbe” de PP y PSOE lo recogen UPyD e IU, pero son tan pocos escombros y la desconfianza tanta que la gente parece reclamar partidos “nuevos”, si es que no vota en blanco, nulo o se abstiene. De ahí el temor a partidos con fuerte movilización digital, que ha derrumbado igualmente a los sindicatos “tradicionales”.
En el resto de Europa el movimiento pendular es similar, salvo en Alemania, el único país que parece sacar rédito económico de la crisis. En Portugal y Grecia también han crecido los movimientos alternativos de diferente signo, en Italia los “grillos” ya son 8 millones, en Reino Unido los antieuropeístas son mayoría, al igual que aumenta el voto de castigo a los partidos “tradicionales” en Holanda, Dinamarca y Noruega.