domi Pistis Sophía Develada

Pistis Sophía Develada, por Samael Aun Weor

Para los estudiosos de la teología no es ningún secreto que la Gnosis, como conocimiento hermético, tuvo sus raíces precristianas en las filosofías aposentadas en Siria y en Mesopotamia, y obviamente, también en las doctrinas del paganismo griego y egipcio.

No podemos ignorar tampoco, los principios gnósticos subyacentes en las teogonías de los pueblos precolombinos de América Central y de América del Sur. Hay en dichas teogonías una vertiente gnóstica que habla también del exilio del alma, caída en el error, y su ferviente deseo de ascender a los Cielos o Aeones de los gnósticos.

De entre todos los textos gnósticos que han sido conocidos por la humanidad, sin lugar a dudas es la Pistis Sophía la que sobrepasa en relevancia a todos los otros conocidos en el mundo de la teología cristiana.

Al lado de todos los documentos que han aumentado la reputación de la Gnosis, como por ejemplo los evangelios apócrifos, la Pistis Sophía adquiere una importancia trascendental debido al hecho de constituirse en la más grande expresión del ideal gnóstico, cual es la completa liberación del alma de todas esas ataduras, visibles o invisibles, que la aprisionan en la rueda de la vida o rueda del Samsara de la que hablan los indostaneses.

Escrito originalmente en copto y posteriormente traducido al griego, el texto de la Pistis Sophía ha sido una reliquia venerada durante milenios por las diversas cofradías gnósticas que se han sucedido a lo largo de la historia.

La forma en que discurre la Pistis Sophía está colmada de indicaciones cosmogónicas, antropológicas y teológicas que van dirigidas a alcanzar el perdón del alma mediante la autoaplicación del castigo purificador; todo lo cual está ampliamente comentado y desarrollado en la temática gnóstica que nos ha legado el V.M. Samael Aun Weor, y según la cual solamente a través de padecimientos voluntarios y sacrificios conscientes es posible desintegrar las cadenas que aprisionan nuestro material anímico, pudiéndose, de este modo, recuperar la luz que hemos perdido a través de los siglos y los milenios.

Conteniendo las palabras del Gran Kabir Jesús dictadas a sus apóstoles durante once años después de la Resurrección, la Pistis Sophía se constituyó en la Biblia por excelencia de los gnósticos, y con justa razón se ha argumentado por ello que no existe otra obra que describa con tanta nitidez el pensamiento del Nazareno y los fines de su doctrina.

Es bastante llamativo el diálogo que permanentemente se desglosa a lo largo del contenido de esta obra. Es un diálogo entre el alma (sumida en el pecado) y el Divino Redentor, como representante supremo de las Regiones de la Luz. Mediante este diálogo, Pistis Sophía va reclamando el auxilio para abandonar su pobreza espiritual, y el Nazareno va respondiendo a sus súplicas, desvelando los porqués de la caída de Sophía y la experiencia ganada con la sabiduría del pecado.

Para los seguidores de la Gnosis eterna, el alma o material psíquico que está contenido en el ser humano, fue víctima de una caída espiritual provocada por un falso Dios o Demiurgo Creador. Esta caída ocasionó en Pistis Sophía (el alma humana) una distorsión en su estructura original y, secuencialmente, la aparición de agregados psíquicos o demonios que la atormentan y la aprisionan desde entonces, a tal punto de alejarla de su morada divina hasta arrojarla a los Aeones inferiores o Caos de las religiones.

La misión del texto contenido en la Pistis Sophía no es otra que contar el origen de ella misma y su desgracia al haber quedado encerrada en la materia, y añadido a eso, la manera de abandonar esa condición miserable por medio de métodos divinos con el propósito de reconquistar los Cielos o Aeones otrora perdidos.

Incuestionablemente que el lenguaje que constituye a la Pistis Sophía es eminentemente parabólico y pleno de metáforas, al más puro estilo de las comunidades que existían en tiempos precristianos y también durante la estancia de Jesús en Tierra Santa. Este hecho condicionó a la Pistis Sophía a convertirse en el texto gnóstico más incomprendido por los exegetas de todos los tiempos, y por otra parte fue el resorte secreto que impidió la alteración del mismo.

Quizás por este motivo existía una profecía que sentenciaba enfáticamente lo siguiente: «Solo alguien que tenga encarnados los principios crísticos en su naturaleza espiritual será capaz de entender, comprender y develar el contenido de la Pistis Sophía»…

Fue necesario que los siglos y los milenios pasaran para que, finalmente, en el siglo XX, un auténtico Maestro, representante de la estirpe de los Iniciados Solares, apareciera ante el veredicto solemne de la conciencia pública para desvelar, con todo lujo de detalles, esta obra sagrada y portadora de las claves de la redención humana.

Este gran Ser, enhorabuena venido a nosotros desde lo Alto, ha sido el muy Venerable Maestro Samael Aun Weor, Avatara de Avalokitesvara para esta nueva Era de Acuario que ya está desarrollándose entre el augusto tronar del pensamiento.

El Nazareno dictó de labios a oídos a sus apóstoles el cuerpo de doctrina contenido en la Pistis Sophía, y ellos, los apóstoles, lo recogieron devocionalmente en sus escritos, constituyéndose así los libros o capítulos de esta magna obra.

Empero escrito está que para el género humano común y corriente la Pistis Sophía, en su estado original, es como un libro mudo, ya que el sentido que encierran las palabras de ese texto es totalmente enigmático. Sin embargo, con la revelación que nos hace el V.M. Samael Aun Weor, la Pistis Sophía se convierte en la guía exacta a través de la cual es posible sacar al ente humano de entre el laberinto de confusiones en que normalmente se halla y devolverlo al estatus divino que originalmente poseía, según el mismo Génesis hebraico.

Es por tanto, la Pistis Sophía, la portadora de la herencia perdida que a todos nos corresponde y que podemos llegar a poseer de nuevo mediante los planteamientos didácticos y dialécticos de la Gnosis contemporánea, entregada a la humanidad de estos tiempos por el insigne Maestro Samael Aun Weor.

Se atribuye la Pistis Sophía a Valentín, eminente y valiente buscador de la verdad, el cual tuvo el coraje de rebelarse contra los dogmas pontificios de la Iglesia católica, que ya empezaba en aquellos tiempos (siglos I y II de nuestra era) a fabricar su ortodoxia eclesiástica con el fin de dejar fuera de juego a los auténticos cristianos primitivos que abrazaban la Gnosis que les había sido otorgada por Jesús.

Muchos teólogos no dudan en afirmar que: «Durante la segunda mitad del siglo II y los comienzos del III, la doctrina de Valentín iba a ser la más poderosa y seria de las disidentes de la Iglesia, superando en volumen su literatura a la de la propia Iglesia».

Y es que la historia de las religiones tendría que hacerle un homenaje póstumo a Valentín por habernos condensado, de esta manera tan escrupulosa, el camino de regreso hacia el océano de la gran luz, permitiendo hoy, en pleno siglo XXI, a todo el hormiguero humano que puebla la faz de nuestro mundo, realizar dentro de sí la comunión de eso que es llamado GRACIA y VERDAD.

El proverbio popular nos ha dicho siempre: «A grandes males, grandes remedios», y en estos precisos momentos en que la humanidad vive una oleada de apostasía manifiesta, esta obra monumental, la Pistis Sophía, viene a cumplir una sagrada misión al llegar a nosotros descifrada por virtud de la iluminación de un hombre auténticamente cristificado llamado Samael Aun Weor…

Estamos, hoy más que nunca, ante el dilema del SER o del NO SER, nos dice la Gnosis Samaeliana, y de esto se deduce claramente que nunca en otros tiempos se había producido entre el linaje humano una autoselección que dividirá a los pobladores de nuestro orbe en dos categorías bien definidas: de un lado una, la de las águilas, y del otro la de los reptiles; una de ángeles y otra de demonios…

Nosotros acotamos para ti, amable lector, una pregunta: ¿De qué lado quieres estar tú? La Cábala puede venir en tu ayuda, y lo hace a través de este axioma: «Toma el escudo de tu fe y avanza con paso decidido, ya sea a favor del viento o contra todos los vientos»

 http://www.vopus.org/es/publicaciones/libros-revistas/pistis-sophia-develada.html

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