Los merovingios, reyes hechiceros.

Una colaboración de Jack Fire

La Iglesia, durante los últimos años del Imperio Romano, consideró una amenaza a este linaje. Procedente de la dinastia de los desposyni ( del griego ” Del Maestro”)  establecido en la Galia. Era un linaje masculino, descendiente de los reyes pescadores y relacionado con la línea femenina sicambria. Sicambrio se remonta a Cambra, que vivió hacia el 380 a C. , reina de la región de Escitia, al norte del Mar Negro (conocidos también como los “ nuevos parientes“). La Biblioteca Nacional de París, posee un ejemplar, obra del monje Lucerio, de la notable Crónica de Fredegario, un excelente trabajo histórico del siglo VII, que las autoridades procedentes de los pueblos germánicos la consideraron como crónica oficial y completa de su historia. Fredegario, muerto en el 660, fue un escribano del reino Burgundio (Este de Francia) empleó treinta y cinco años de su vida en escribir la Crónica que abarca desde los tiempos de los patriarcas hebreos hasta época merovingia. La obra enumera cantidad de fuentes de información y compara datos con San Jerónimo (La Vulgata), la primera traducción de la Biblia al latín. De San Isidoro de Sevilla, autor de las Etimologías y el obispo Gregorio de Tours, como autor de La historia de los francos.

Para conseguir el grado de precisión que deseaba, Fredegario, que tenía gran reputación entre la realeza burgundia, utilizó archivos eclesiásticos y anales del reino. El autor contaba que el linaje sicambrio de los francos, de quienes deriva el nombre de Francia, fu fundado por un jefe llamado Francio, descendiente de Noé, que murió en el 11 a C. La tribu de Francio era procedente de la antigua Troya, de la que la ciudad francesa de Troyes recibiría su nombre. Del mismo modo, la ciudad de París, fundada en el siglo VI por los merovingios, se debe su nombre al príncipe Paris, hijo del rey Príamo. En el siglo IV, los francos sicambrios habitaban la zona del Rin, donde en el 338, se desplazaron a ocupar la región de Panonia (Oeste del Danubio), acaudillados por Genobando, Marcomer y Sunno. Una vez asentados en Germania, establecieron su capital en Colonia. Un siglo después, sus ejércitos invadieron la Galia romana, llegando hacia el norte de Francia y la actual Bélgica. La hija de Genobando, Argotta, se casó Faramundo (Pharamond) considerado como el fundador de la monarquía franca. Sucesor por linea directa de Aminadab, hijo de Josué, quien se casó con Eurgen, hija del Rey Lucio. Estos dos linajes que entran en juego, tanto el linaje de Jesús, como el linaje de José de Arimatea, en los próximos escritos observaremos como son sumamente importantes para encajar piezas.

El señor de los francos, Genobando, no tuvo ningún varón, por tanto, Clodión, hijo de Faramundo, heredó el título de guardián de los francos en la Galia. Meroveo, hijo de Clodión, lo sucedió en el 448 en Tournai. Él dió origen al nombre de la dinastía que un día llegaría a reinar sobre los francos, por tradición heredada generación tras generación,  Meroveo y sus sacerdotes súbditos, fueron objeto de una veneración muy especial y conocidos por su erudición esotérica y sus atributos sobrenaturales. En nuestros días se asocia la palabra oculto a una práctica siniestra de la magia. Sin embargo, su signifcado no es más que el de secreto ( es decir, esotérico) Los iniciados en ocultismo de la Edad Media tenían muy presente el Planeta Venus, relacionado con María Magdalena, a la que se veía como una médium de la revelación secreta. El recorrido orbital de Venus es de ocho años, traza en el cielo nocturno un pentágono perfecto. Las cinco montañas que rodean el centro de adoración de la Magdalena en Rennes-le-Château en el Languedoc forman el mismo pentágono. En el siglo VI, Gregorio de Tours consideraba la dinastía como la principal y la más nobles de su raza, haciendo referencia en Faramundo y Argotta, que tenia su origen en la antigua tradición nazarena. Los merovingios eran llamados como reyes hechiceros de pelo largo.

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Retrato imaginario de Clodión en una medalla de bronce de 1720.

El término nazareno o nazareo, correspondía a una orden esotérica. No tiene nada que ver con la palabra Nazaret. La palabra en árabe moderno para describir a los cristianos es nasrani. Las variaciones derivan del original hebrea Nozrim, que procede del término Navie ha-brit ” guardianes del pacto”, una de las denominaciones que recibe la comunidad esenia en Qumran, en el Mar Muerto.

Los merovingios no practicaban la religión judía, ni la cristiana, ni cualquier otra. Gregorio de Tours los consideraba como seguidores de prácticas idólatras, pero los merovingios no eran paganos ignorantes. Sus estudios espirituales, tenían similitud con los druidas, y se les reverenciaba como maestros esotéricos, jueces y clarividentes. A pesar de ser próximos a los burgundios, no estaban influidos por el arrianismo, teoría aportada por Arrio un sacerdote libio, que sostenía que Jesús era hijo de Dios, pero no Dios mismo. El sistema de gobierno merovingio era único, sin influencias galorromanas o teutonas. Las funciones políticas las desempeñaba el primer Mayordomo de Palacio, Similar al primer ministro. Los reyes se ocupaban de los temas sociales y militares. Sus principales intereses eran la agricultura, el comercio y la educación. Muy estudiosos del Rey Salomón (Hijo de David).

Al igual que los magos samaritanos, los reyes merovingios fueron notables hechiceros y eran firmes creyentes en los poderes ocultos de los panales. Estaban asociados a la sabiduría y a la intuición. Proverbios 24:13-14

Hijo mío, come miel, pues es buena…
Así, conoce la sabiduría para tu alma…

Consideraban a los panales de miel, manifestaciones naturales de la divina armonía, debido a la utilización de prismas hexagonales para su construcción. El hexágono es el polígono que resulta al dividir una circunferencia con cuerdas equivalentes a sus radios, obteniéndose así una figura de seis lados idénticos que algunos animales utilizan para construir según qué tipo de estructuras. El sello de Salomón incorpora un hexágono que resulta al unir los seis vértices de los triángulos (intersección de dos triángulos equiláteros encerrados en un circulo) símbolo de la unidad y la armonía de los opuestos: masculino y femenino, agua y fuego, tierra y aire, caliente y frío, etc. Muy usado por los alquimistas, el contorno de las dos estrellas de David es el conocido símbolo judío de la estrella de David.

Para los merovingios, la abeja era la criatura más sagrada. Emblema divino de la realeza en Egipto, se convirtió en símbolo de la sabiduría. En 1653, al abrir la tumba de Childerico, hijo de Meroveo, se hallaron alrededor de trescientas pequeñas abejas de oro que, en 1804,

Napoleón vestiría cosidas a su manto durante su coronación.

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Fotografía de un par de las abejas de oro y cornalina del tesoro de Childerico I, rey de los Francos entre 457 y 481.

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Fotografía de una abeja imperial bordada en hilo de oro sobre el manto de la coronación.

Reclamó el derecho a llevarlas en virtud de ser descendiente de Jacobo de Rohan-Estuardo, hijo natural de Carlos II de Gran Bretaña. Los Estuardo, tenían derecho a dicha distinción por ser descendientes de Fredemundo, hermano de Clodión, por tanto, relacionados con los merovingios a través de Faramundo. Los Estuardos, exiliados en Europa, adoptaron la abeja como símbolo.

Childerico murió en el 481 y subió al trono Clodoveo. Cuando contaba con poco más de veinte años, ya tenía a sus pies a los galorromanos  y visigodos. Las conquistas de Reims y Troyes aumentaron su nombre, estaba destinado a convertirse en la figura más influyente de su tiempo en Occidente. Mientras sucedían estos hechos, aumentaba el temor de la Iglesia por la creciente corriente de arrianismo en la Galia. El catolicismo corría el peligro de ser borrado de la Europa occidental, donde la mayoría de los obispos eran arrianos. Clodoveo no era ni arriano ni católico, pero a la Iglesia romana se le presentó la posibilidad de utilizarlo en propio beneficio cuando se casó a Clotilde, princesa burgundia. La unión tuvo lugar Ferrières, uno de los centros de culto de la Virgen Negra. Cabe destacar que, los merovingios restauraron el pueblo de Ferrières después de que Atila lo arrasara en el 461 a C. Los burgundios practicaban el arrianismo, pero Clotilde era católica y se empeñó en convertir a su marido Clodoveo. No tuvo éxito, hasta el año 496, cuando su armada se encontraba en guerra intentando conquistar Colonia contra las tribus alamanas. En un momento de desesperación, Clodoveo invocó el nombre de Jesús, y el rey alamán cayó herido de muerte en el campo de batalla. Los alamanes se retiraron e inmediatamente, Clotilde aprovechó para señalar que Jesús había colaborado en la victoria merovingia. Aunque Clodoveo, no estaba convencido, su mujer se apresuró en mandar buscar a San Remigio, y así realizar el bautismo de su esposo. La Iglesia se salvó de una extinción casi segura. De no ser de este acontecimiento, es muy probable que en estos momentos la religión predominante en Europa Occidental sería el arrianismo y no el catolicismo. Surgiendo una alianza con Roma, Clodoveo acabaría siendo instrumento dirigido por los Iglesia, teniendo como plan colocar al obispo de Roma como jefe supremo de la Galia, convertir a los arrianos de Aquitania y Borgoña en católicos y por supuesto, apartar al linaje merovingio.

En el 511,  tras una serie interrumpida de éxitos militares, Clodoveo moría en París. Su reino se dividió entre sus cuatro hijos: Teodorico, Clodomiro, Childeberto y Clotario. Las décadas de gobierno conjunto fueron tempestuosas; sucedieron conflictos con las tribus godas, pero los merovingios consiguieron conquistar el este de Aquitania e integrar la totalidad de Borgoña a su reino. El último en morir de los cuatro hermanos, y, por lo tanto, heredero final de todo el reino, fue Lotario, en el 561. Le sucedieron sus hijos Sigeberto y Chilperico. Cuatro generaciones más tarde, de la dinastía de Chilperico nacería   Dagoberto II, que se convertiría en el rey de Austrasia en el 674. Un concilio de obispos principales había extendido la autoridad para disminuir el poder administrativo de la casa real. Desde ese momento, las supervisiones de territorios claves estaban controladas por los Mayodomos de Palacio, que con el tiempo algunos se convertirían en aliados de los obispos católicos. A partir de entonces, el linaje merovingio empezaba a desaparecer. Es curioso observar que el emblema de los reyes merovingios, era el pez, junto al León de Judea. Clodoveo I, en el siglo V, introduciría la flor de lis como símbolo de la dinastía franca. Más tarde , los escotos incorporarían a su divisa los anteriores tres elementos. Si nos fijamos observamos una unión entre Judea y Francia, enlazando al león y al pez mediante la flor de lis, que analizaremos más adelante.

Si bien buscas, encontrarás.
Platón.

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