Luego de un año de trabajo, Médicos Sin Fronteras (MSF), realizó un relevamiento de datos por el cual declaró la necesidad de atención en salud mental entre los refugiados sirios en Irak, indicando que la situación es preocupante.
La organización médico-humanitaria comunicó el 10 de octubre que se encuentra trabajando en un campo ubicado en Domiz, al norte de Irak, el cual acoge a más de 42 mil personas. El equipo está conformado por Consejeros y Psicólogos, quienes advierten que este año existen pacientes con síntomas mucho más severos que cuando comenzaron con sus servicios de salud mental, en mayo de 2012.
Ana María Tijerino, Asesora en Salud Mental de MSFaseguró que “la situación de salud mental en el campo de Domiz es una emergencia en sí misma. Nuestro equipo atiende cada vez más reacciones y síntomas más complejos. Trastornos como la esquizofrenia y la depresión severa son una ocurrencia diaria, y vemos muchos pacientes con tendencias suicidas”, según MDF.
Los profesionales están atendiendo consultas individuales, de grupo y de familia, y desde que el Programa de Salud Mental comenzó, se asistió un total de 2.620 consultas, según estima la organización.
La Asesora de MSF indicó que “la necesidad de salud mental es inmensa y debe considerarse como un componente vital en la respuesta médica”. Según Tijerino, “las personas que ya llevan viviendo en el campo más de un año, sufren una sensación cada vez mayor de desesperanza”, y añadió que las secuelas que dejó la guerra tornó la situación desesperada.
Los grupos vulnerables
MSF señala que entre las consultas que a diario son atendidas, y las que más preocupan, son las de los pacientes con trastornos severos, los niños, los adolescentes y los hombres solteros.
Con respecto al primer grupo, se presentan casos agudos, como esquizofrenia o la depresión. Algunos buscan atención en la clínica, asegura la organización, pero, advierte que en muchos casos el estigma que envuelve a estos trastornos es una barrera insuperable para la búsqueda de atención psicológica.
Por su parte, la guerra dejó graves secuelas en la salud mental de niños y adolescentes, quienes componen el 50% del total de nuevos pacientes tratados por MSF.
Uno de los síntomas más comunes observados es la enuresis, niños que se orinan en sus camas a consecuencia de la ansiedad y el miedo que sienten. Se presentan también, comportamientos agresivos y aislamiento de sus familias y amigos, indicó MSF, para lo que se llevan a cabo terapias que incluyen al niño o adolescente junto con su familia, integrado a su vez por medio de dibujos y técnicas lúdicas.
En última instancia están los hombres solteros, quienes se presentan como otro de los grupos hostiles. Conviven en habitaciones con otros cinco o seis más, que quedaron a la deriva e incapaces de superar la situación que atraviesan, explican los expertos.
Nihad, un consejero de MSF que asiste personalmente a estos pacientes, describe una historia que lo impactó:
“Estos hombres han vivido la guerra y han visto a personas ser asesinadas en frente de ellos. Hay muchas historias, pero una que recuerdo en particular es un caso grave de auto-mutilación. Esto normalmente ocurre cuando las personas se sienten impotentes y buscan ganar alguna sensación de control.
Este hombre se cortaba y mostraba cicatrices graves por todo su cuerpo. Estaba tan frustrado y triste que pensó que esa era su única solución. Tuvo que dejar atrás su negocio en Siria, aquí no podía encontrar trabajo y echaba de menos a su familia. Vive en completo aislamiento. Dice que le alivia ver correr su sangre”.
Cada semana, el personal de MSF ofrece cerca de 25 mil consultas de salud general y salud mental.