No es la primera que señala que el latín jamás se habló en la península ibérica y que únicamente era la lengua de la iglesia; que el pueblo hablaba su propia lengua “romance”, vaya. En lo que sí me ha sorprendido y ha captado mi atención durante la hora que dura la entrevista es la cantidad de datos que aporta y su claridad expositiva.
En esta suculenta entrevista, la filóloga Carmen Jiménez explica con minuciosidad cómo las lenguas romances se parecen más entre sí que al latín, cuya estructura sintáctica (el orden de la frase) y gramatical (la formación de los plurales, derivados y géneros) se parece más a la del alemán que a la de sus supuestas “hijas linguísticas”.
Carmen nos deja con la duda de si estas lenguas no vienen del latín, ¿cuál es la lengua madre de la que derivan todas? Si lo sabe, en la entrevista no lo dice pero igualmente es tremendamente interesante y abre un debate sumamente fértil para todos los hispanohablantes.