Dr. Nse. Carlos Logatt Grabner
La noción de que los sentidos trabajan cooperando entre ellos y dependiendo de los otros parece ir en contra con algunos aspectos de las experiencias que tenemos a diario. Por lo general, tendemos a clasificar los sentidos en tipos diferentes, pues tenemos la idea preconcebida de que cada uno de ellos percibe un aspecto distinto de la realidad, ya sea esta se trate de la exterior como la interior.
Pero lo cierto es que cuando la información que captan los sentidos llega al cerebro, una separación tan tajante de los mismos ya no puede ser avalada. En realidad, el cerebro no manda a un recipiente neuronal individual y diferenciado a ninguno de los estímulos captados por cada uno de los diferentes sentidos. Por el contrario, lo que hace es extraer el significado del mundo de todas las formas posibles, por lo que combina a las disimiles maneras que existen de percibir la realidad.
En la actualidad, los neurocientíficos piensan que la U.C.C.M (Unidad – Cuerpo – Cerebro – Mente) ha evolucionado hacia una estrecha intercomunicación entre los diferentes sentidos tan intrincada como le fue posible. En palabras más sencillas, las diferentes regiones sensoriales corticales se encuentran físicamente entretejidas entre ellas.
Cada sentido parece, de alguna manera, estar atento a lo que está aconteciendo en los demás. Así, por ejemplo, la corteza visual es capaz de interpretar información procedente de otros sentidos, y logra realizar tal hazaña en un corto periodo de tiempo. Esta es la razón por la cual si a un individuo se le vendan los ojos por un intervalo de de tan sólo una hora y media, adquirirá una sensibilidad extra al tacto a través de la mediación de la corteza visual.
De forma análoga, se ha demostrado mediante escáneres cerebrales que la corteza visual de los ciegos se reconfigura de tal manera que le permite contribuir a aumentar la sensibilidad auditiva.
Este nuevo paradigma está de acuerdo con pruebas sobre plasticidad neuronal, ya que demuestran que es posible cambiar la función primaria de una región sensorial si se produce en esta una privación de los estímulos, aunque la misma sea de muy corta duración.
También a la hora de saborear una papa frita, el crujido que esta emita en la boca, en el momento de ser masticada, incidirá en parte en el juicio de sabor que realizamos sobre la misma.
Por otro lado, lo que estamos observando influye sobre nuestra postura corporal que adoptaremos. Estos datos demuestran fehacientemente que ningún sentido opera de forma aislada de los demás.
En una investigación, liderada por Gemma Calver, se escanearon las regiones cerebrales que se activaban al leer los labios y comprobaron que en esta actividad estaba implicada la corteza auditiva. Estos trabajos fueron de los primeros en demostrar la capacidad multisensorial de un área de la corteza cerebral que se creía dedicada de forma exclusiva a la percepción de un solo sentido.
Este hallazgo parece confirmar que el cerebro es capaz de captar por igual el habla, ya sea si se la percibe con el oído, los ojos o el tacto. Esto, por supuesto, no significa que la calidad de la información recibida sea la misma, pues es evidente que el sistema auditivo captará más detalles que los otros sentidos, pero sí confirma que el cerebro se esfuerza por combinar los diferentes tipos de información hablada que está recibiendo. Estas investigaciones sobre percepción multisensorial del habla han servido de inspiración para realizar estudios sobre otros tipos de interacciones sensoriales. Es muy conocido por todos que el aroma de un alimento es un importante componente del gusto (basta con recordar lo que sucede cuando estamos resfriados), pero ahora también se reconoce que la apariencia visual y los sonidos pueden alterar como percibimos un sabor. En un experimento muy interesante se descubrió que una bebida con sabor a naranja era percibida por quienes la probaron con gusto a frutilla si la misma era coloreada de rojo ―lo mismo ocurriría si se invirtiera la ecuación―.
Todos estos datos no hacen más que indicar que todas regiones sensoriales del cerebro son en realidad polivalentes, aunque más sensibles a un tipo especial de estímulo sensorial.
Bibliografía:
– Lawrence Rosenblum, University of California – Department of Psychology. Speech perception as a multimodal phenomenon. Lawrence resenblum en current Directions in Psychologicasl Science, vol 17, número 6, páginas 405-409. Diciembre 2008.
– The new handbook of multisensory processing.Dirigido por barry stein. Stein , MIT press 2012.
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REVISTA N 73 ASOCIACIÓN EDUCAR