Una colaboración de vania gutierrez
Hay seres humanos que nos estremecen, que nos erizan la piel y las entrañas con sus acciones en defensa de la felicidad, de la alegría, de los derechos universales de los demás, de la esperanza de conseguir una sociedad mejor, sin gobernantes ladrones y corruptos, sin gentuza del coche oficial, rayas de polvo blanco y amantes pagadas con dinero negro en sobres marrones.
Jorge Arsuaga, un joven vasco, de Bilbao, un pibe humilde, sencillo, universitario, amigo de sus amigos, ha iniciado una huelga de hambre hace varios días, una acción hasta el final a la que se han sumado otras personas no menos heroicas.
Un gesto de dignidad que les honra, que les hace estar un paso por delante de quienes seguimos creyendo que la lucha hasta el final es la única salida, la sublime alternativa contra este sistema podrido, contra una forma de gobernar para beneficio exclusivo de la mafia, asesinando a nuestro pueblo con sus políticas y recortes sociales, conduciendo a millones de ciudadanos/as a la miseria absoluta, al hambre, al desahucio de sus viviendas, para que cuatro delincuentes especulen con las propiedades de la gente humilde.
Basta con ver a estos compañeros de lucha sin conocerlos de nada para comprobar que son buena gente. Sus palabras sencillas, sinceras, trasparentes los delatan, nos hacen seguir teniendo esperanza en la especie humana, en que sigue siendo posible barrer con tanta basura, limpiar el proceloso camino de la historia y regarlo con dignidad, igualdad y fraternidad entre todos los pueblos de la Tierra.
Los/as tres millones de niños y niñas que están ahora mismo pasando hambre en el estado español, menores sin protección de un estado en manos de sátrapas, que sabrán en el futuro los nombres de estos héroes, las caras de los que entregan todo sin pedir nada a cambio, los que no tienen nada que perder, ni siquiera la historia, como dijo el trovador que soñaba con serpientes de mar.
Millones de familias sin ningún tipo de ingresos, que pasan calamidades para poder alimentarse, que acuden a comedores sociales, a bancos de alimentos para poder seguir con vida, que ven como el gobierno del torpe y mal nacido presidente les ignora, les machaca con sus esbirros uniformados si se atreven a manifestarse, comprueban que todavía queda gente honrada, que da todo por los demás, que se convierten con este gesto de amor en el símbolo de la lucha de todo un pueblo, cansados, ateridos de dolor, metidos en sus sacos de dormir, pasando frio y hambre por todos, por todas las personas de bien que sufrimos el genocidio social programado, organizado premeditadamente por los que se dicen demócratas y no son más que escoria, miseria humana, embutidos en trajes de Armani, dispuestos a seguir masacrándonos, arrojándonos al abismo, a una sociedad basada en la barbarie, la violencia y la esclavitud.
Amigos, compañeros, hermanos, desde estas islas atlánticas donde vivo, donde también sufrimos los desfalcos y estafas de la casta siniestra que mueve los hilos del podrido poder, en manos también de caciques y ladrones, que nos están condenando a la indigencia, el desempleo y los suicidios, no me queda más que mandarles toda mi insurgente complicidad, mi amor fraterno, el mismo que seguro están recibiendo de las miles de personas que se acercan a la Puerta del Sol, a cada rincón de lucha donde existan personas grandes como ustedes, la avanzadilla de la historia, la vanguardia de los/as nadie.