Este es el primer artículo de una serie de tres que tienen por objeto, familiarizar a los lectores con la física, la química y sobre todo la alquimia.
Quiero agradecer a lipe2000 la documentación aportada. Este tema surgió de una amigable charla en un bar con camillas redondas, faldillas y sillones de mimbre, donde una tertulia de las nuestras deparó estos derroteros.
Se tiende a ver a los alquimistas como charlatanes y brujos.
De eso se ha encargado especialmente la ciencia oficial que nos ha transmitido, que hoy en día se tiene un conocimiento exacto de la materia y de los elementos, algo que como veremos, es totalmente falso.
La transformación de unas materias en otras, se lleva a cabo de forma normal, en multitud de caso que la ciencia ignora por comodidad y malicia.
Las leyes de la conservación de la materia fallan estrepitosamente.
Tabla de los isótopos radiactivos. Fuente; Wikipedia.
Según la ciencia oficial, a excepción de los pocos isótopos de los elementos químicos que podemos ver en la tabla adjunta,la transmutación entre elementos es imposible salvo que esta se produzca a elevadísimas temperaturas de millones de grados, aquellas que supuestamente se dan en el interior de las estrellas. Sin embargo y sin que nadie sepa porque, los elementos si pueden perder neutrones convirtiéndose por tanto en otros isótopos, sin dejar de ser el mismo elemento pero con unas propiedades diferentes. De allí vienen las archiconocidas pruebas de datación del Carbono-14 o del Cesio 137, que en este momento, empiezo a tener sólidas suposiciones de que también arrojan resultados contradictorios e incoherentes. Si partimos de la base (que más adelante veremos que es una medio verdad), de que los protones y los neutrones estan constituidos de los mismos tipos de quarks, 2 up y 1 down en el caso del protón y 1 up y 2 down en el caso del neutrón, resulta un tanto extraño de que sea tan aparentemente más fácil arrancar dos neutrones del Hierro-56 (91,57%) para convertirlo en Hierro-54 (5,84%), que arrancarle dos protones del Hierro-56 y convertirlo en Cromo-54. Una vez más, la ciencia no tiene una explicación a porque esto es así. Simplemente, es así.
Estructura de los quarks que forman protón y neutrón.
Siguiendo la hipótesis oficial, los protones y los neutrones estan aglutinados por una “extraña fuerza” llamada energía nuclear fuerte, de manera que los quarks se intercambian la llamada carga de color (no es exactamente así pero ahora mismo poco importa). Y digo extraña, porque la fuerza nuclear fuerte es una fuerza postulada y “diseñada” teóricamente con unos atributos muy concretos, como son el de actuar solo a partir de cierta distancia, el de ser atractiva en lugar de repulsiva, el ser superior en intensidad que la electromagnética, etc… simplemente para que cuadre con el modelo teórico postulado.
LA LEY DE CONSERVACIÓN DE LA MATERIA DE LAVOISIER.
Antoine Lavoisier
En 1785, el químico francés Antoine Lavoisier (1743 – 1794) formuló la archiconocida ley por la cual, la masa total de los reactivos que intervienen en una reacción química es equivalente a la masa total de los productos, o dicho con otras palabras, la materia no se crea ni se destruye, simplemente se transforma. Para ello, Lavoisier realizó el siguiente experimento clave en la historia de la ciencia, al comprobar que al calentar metales como el estaño y el plomo en recipientes cerrados con una cantidad limitada de aire, estos se recubrían con una capa de calcinado hasta un momento determinado del calentamiento. El resultado final, era que la masa era igual a la masa antes de comenzar el proceso. Si el metal había ganado masa al calcinarse, era evidente que algo del recipiente debía haber perdido la misma cantidad de masa. Ese algo era el aire. Por tanto, Lavoisier demostró que la calcinación de un metal no era el resultado de la pérdida del misterioso flogisto, sino la ganancia de algo muy material: una parte de aire. Experiencias anteriores y posteriores a esta realizada por Lavoisier, pusieron de manifiesto que si se tiene en cuenta todas las sustancias que forman parte en una reacción química y todos los productos formados, nunca varía la materia de ninguno de los elementos que intervienen en la reacción química.
Sin embargo, a pesar de que el experimento de Lavoisier obviamente estaba en lo cierto,este no consideró el actor principal que hace tambalear tal principio, y que viola continuamente la archiconocida segunda ley; la vida.
LA “HIPÓTESIS” DE CHANDRASEKHAR.
El mismo mecanismo que enciende una bombilla enciende una estrella.
Arthur Eddington.
El físico indio Subrahmanyan Chandrasekhar.
A principios de los años 30, el físico indio afincado en Inglaterra Subrahmanyan Chandrasekhar (1910-1995) escribió una carta a Albert Einstein donde formulaba una hipótesis sobre la formación de las estrellas que en principio no fue tomada muy en consideración, e incluso, fue duramente atacada y ridiculizada. Según esta hipótesis que con el tiempo se ha convertido en la explicación oficial,las estrellas son hornos nucleares de fusión, que convierten el hidrógeno a helio, en un equilibrio entre la gravedad que tendería a unir y aglutinar la materia, y la propia desintegración nuclear que tendía a expandirla a través de unas complejas corrientes de convección. El resultado era un punto de equilibrio entre ambas fuerzas, mientras en el interior de la estrella y a millones de grados se producía la transmutación de los elementos quimicos. Chandrasekhar también postuló que existía un límite que él calculó en 1,4 masas solares, en el cual la estrella irreversiblemente explotaría debido a un colapso gravitatorio, esparciendo todo su material en el universo y dejando como rastro una estrella de neutrones o un agujero negro. Luego la gravedad y el azar reaglutinaría de nuevo el polvo estelar resultante de la deflagración en otro lugar de la galaxia, que serviría de base para la formación de otras estrellas y sobretodo de planetas. De allí viene la famosa frase de “somos polvo de estrellas” que tan ha calado en la gente, en especial a la filosofía New Age. Por tal “descubrimiento”, Chandrasekhar fue galardonado con el Premio Nobel de Física en 1983, y el satélite de observación de rayos X Chandra, lleva el nombre en su honor.
De todas las mentiras y medias verdades de la ciencia, la hipótesis de Chandrasekhar es una de las que merece entrar en una categoría especial, ya que la mayoría de sus conclusiones, no cazan en modo alguno con los resultados experimentales, a excepción de su postulado sobre la existencia de los agujeros negros y la controversia posterior con Eddington. De hecho, este tema merecería un post aparte, pero creo que esto NO sería inteligente hacerlo aquí, ya que entiendo que es más útil intentar entender la base científica de la alquimia o de la química nuclear (llámese como quiera) que es mucha y que es el propósito de este post, y no, el intentar desmontar las explicaciones oficialistas, por más absurdas que estas sean. No obstante, si me parece oportuno mencionar algunas de las conclusiones de tal “modelo”, por lo incoherentes y diametralmente opuestas a los resultados experimentales observados postuladas por Chandrasekhar;
- De todas las estrellas extragalácticas que han explotado a posteriori de la hipótesis,prácticamente ninguna cumple con el límite de Chandrasekhar.
- La explicación oficial solo puede explicar la formación de elementos hasta el hierro. Los resultados del estudio por espectroscopia arrojaban la presencia de elementos hasta dicho elemento, y este quiere decir pura y llanamente que Chandrasekhar cazó dicha teoría con los datos experimentales. No hay por tanto una explicación de la formación de elementos más pesados como pueda ser el plomo, que sin duda, son muy abundantes en nuestro planeta y por lo que hemos visto en los de nuestro sistema solar (y probablemente en los extrasolares). En este sentido, Reich SI formuló una brillante hipótesis, la superimposición cósmica, de la que hablaré también a su debido tiempo.
- No hay explicación de ello como digo, y por tanto los elementos más pesados que el hierro y sobretodo los radiactivos no deberían de existir. El hecho de que la explicación oficial de que el calor interior de la Tierra se deba a desintegración nuclear de torio, radio y uranio no se sostiene, por el mero hecho de que de ser cierta esta teoría tales elementos no podrían existir, o al menos nunca en las cantidades necesarias para mantener todo el interior de un planeta convertido en un horno.
- Después de 4.000 millones de años la Tierra sigue extremadamente caliente en su interior, y eso solo se puede explicar si en el interior se produce una producción de energía que en modo alguno puede ser una reacción de tipo nuclear. El hecho de que pudiera estar caliente después de tanto tiempo no cuadra con ningún modelo termodinámico. Necesariamente en el interior de la Tierra tiene que haber un proceso que la mantiene caliente, con una energía que se desconoce (y que el físico disidente Konstantin Meyl ha encontrado y explicado perfectamente como detallaré en un próximo post).
- Existen abundantes metales pesados en la superfície de la Tierra y si la hipótesis fuera cierta, estos solo podrían estar en las capas interiores de la Tierra atraídos por el peso de su gravedad. Sin embargo, esto no ocurre así.
- Alrededor del Sol no se detecta unos niveles de radioactividad que justifiquen tal actividad nuclear.
- No se puede explicar con este modelo que la superficie del Sol este a miles de grados, y la corona, a millones.
- Las manchas solares son agujeros en el Sol, que en contra de toda lógica tienen temperaturas inferiores (y de allí viene su particular color negro). Por tanto, cuando más entramos en el Sol, más frío está, algo que contradice por completo el modelo “caliente y nuclear”.
- El modelo no puede explicar la enorme cantidad de neutrinos que se producen en su interior, ni las ondas de presión que estos generan, descubiertas por Irving Langmuir (ver el artículo sobre el hidrógeno). Los neutrinos constituyen el 99,9% de las partículas del universo, y en ningún modelo cosmológico encaja en absoluto con este resultado experimental. Más adelante, hablaremos de los desvaríos de la astronomía, y de algo que muy probablemente jamás ocurrió, el Big Bang. Los neutrinos, al igual que la materia oscura, la energía oscura, la hiperinflación, son un misterio que sucede al anterior, y que responden al hecho de que las bases de la cosmología, están sentadas en leyes muy poco sólidas, o directamente, en mentiras y/o medias verdades.
- Tampoco explica los brutales campos magnéticos que se producen en el Sol, como tampoco en la Tierra. Solo el plasma puede producir tales campos.
- Y las más importante; si la hipótesis fuera cierta, el Sol perdería masa a razón de 5 toneladas de hidrógeno por segundo a través de la relación E = mc², y lejos de ello,el Sol, gana masa cada segundo.
Wallace Thornhill y el Universo Eléctrico
La hipótesis de Chandrasekhar triunfó entre la comunidad científica porque eran los tiempos a posteriori del descubrimiento de la energía nuclear y por la expectación creada por tal descubrimiento, al igual que el darwinismo triunfó debido al contexto histórico de la época Victoriana. Sin embargo, tales hipótesis son endebles y estan llenas de contradicciones. y sobretodo atribuyen como siempre al azar el hecho de que se formen planetas u estrellas en un determinado rincón de la Galaxia y no otro. La formación de las estrellas, los planetas y el origen de la vida, están muy muy muy lejos de ser explicados por la ciencia mainstream, y solo las visiones alternativas parecen arrojarle algo de lógica y sentidocomo lo hace la teoría del Universo Eléctrico,vapuleada por la comunidad astronómica y de la que hablaré a su debido tiempo. Supongo que en este momento, cualquier astrónomo que esté leyendo esto se pondrá las manos a la cabeza con lo que estoy diciendo. No me importa. Sé que este blog va a ser vilipendiado igualmente y soy totalmente consciente de ello. De hecho, confieso que es lo que deseo.
Galaxia Birkeland en forma de plasma.
Y hay otro factor que parece ir en contra del modelo nuclear, y es que teniendo en cuenta que los planetas solo representamos el 0,001 % de la masa bariónica del universo por contra del 99,999% de materia estelar, los estados sólido, líquido y gaseoso deberían de considerarse “los parias del universo”, siendo el famoso “cuarto estado de la materia” el plasma del que no sabemos PRACTICAMENTE NADA, EL ESTADO en mayúsculas de la materia. Como muy bien advierte Wallace Thornhill, mires donde mires no observas que las galaxias sean formadas por un patrón basado en la gravedad o en las fuerzas nucleares, y si, en el plasma electromagnético. Pero eso como digo, dará para otro post.
Como vemos, son muchos las cabos sueltos que quedan de las explicaciones oficiales, pero lo importante aquí es cerrar este paréntesis, y como ya he concluido en más de una ocasión,concluir que en el modelo oficial no hay un explicación inteligente y lógica, sino muchas incógnitas, desvaríos y sinsentidos.
LOS PRIMEROS CIENTÍFICOS ALQUIMISTAS.
De cara a no mezclar la obra del más grande científico alquimista de la historia Louis Kervran y al que dedicaré el próximo post, es preciso ahora hablar de los primeros científicos alquimistas de cara a terminar esta primera parte de introducción a la alquimia científica. Gran parte de esta información ha sido sacada del interesante y entretenido libro La Vida Secreta de las Plantas, que podéis leer traducido al español aquí. El capítulo más polémico del ya de por si muy polémico libro, es el que trata de las transmutaciones alquímicas de las plantas. También parte es obtenida del excelente ensayo antroposófico de Francesc Fígols titulado “Cosmos y Gea”.
Jean Baptiste Van Helmont
En el año 1600 el químico flamenco Jean Baptiste Van Helmont (1579-1644), plantó un sauce en un tiesto de barro que contenía 200 libras de tierras secadas al horno, y durante 5 años no alimentó al árbol más que con agua de lluvia o destilada. Cuando lo retiró y lo pesó, descubrió que había ganado 164 libras, mientras el peso del suelo seguía siendo más o menos el mismo.Helmont se quedó cavilando, si la planta no habría cambiado el agua en leña, corteza y raíces.
Nicolas Louis Vauquelin.
Años más tarde, Nicolas Louis Vauquelin (1763-1842) realizó un experimento que luego se replicó por muchos de sus posteriores. Vauquelin, analizó las heces de unos pollos que había sido alimentados exclusivamente con avena descalcificada, que contiene un alto índice de potasio y escaso contenido de óxido de calcio, llegando a la conclusión de que las aves excretaban hasta 5 veces mas calcio del que ingerían. Solo había una posibilidad, y es que las aves hubieran transmutado el potasio en calcio. Al mismo tiempo que Vauquelin, el inglés William Prout (1785-1850) llegó a resultados parecidos al considerar que al incubar las gallinas sus huevos, los huevos pasaban a tener 4 veces más cal que la que había antes, hecho que atribuyó a un proceso endógeno en el interior del huevo.
Espíritu y Materia de Wilhelm Heinrich Preuss
En 1882, el filósofo Wilhelm Heinrich Preuss (1815-1883)publicó un libro titulado “Geist Und Stoff “ (Espíritu y materia), donde narraba los experimentos que realizó entre 1875 y 1883 el barón de Hannover Albrecht Von Herzeele (1821 – ??), que publicaría ese mismo 1883 en su libro “El origen de las substancias inorgánicas”. En dicho ensayo, Von Herzeele ofrece más de quinientas pruebas experimentales con plantas que demuestran que las mismas no solamente absorbían materia del suelo, sino que están constantemente creándola. Usando siempre agua destilada, las semillas germinadas experimentaban un considerable aumento de potasio, magnesio, fósforo, calcio y azufre, a pesar de estar colocadas en recipientes de porcelana, cubiertas de vidrio, y con filtros para impedir la entrada de polvo. Después de la calcinación, las cenizas minerales contenían tasas más elevadas de dichos elementos, así como un peso más elevado. Herzeele sustituyó el agua destilada por sales disueltas, encontrando que las semillas germinadas en fósforo experimentaban un considerable aumento de azufre por contra de una disminución de fósforo. La cadena de reacciones iba del dióxido de carbono al magnesio, al calcio, el fósforo y por último, el azufre ( CO –> Mg –> Ca –> P –> S ), y por otra cadena de experimentos, del potasio a partir del nitrógeno ( N –> K ).
Albrecht Von Herzeele
Las conclusiones de Preuss eran claras; parecía que cuando la vida se metía de por medio, la ley de conservación de Lavoisier fallaba. La vida fabricaba los elementos químicos que necesitaba y lo hacía de manera natural. Los elementos materiales son arrastrados o generados dentro del ser viviente, de modo que los elementos podían ser al final subproductos y no creaciones originales, y por tanto, los elementos químicos no eran necesariamente primarios. A pesar de la importancia de estos descubrimientos, los resultados de Herzeele fueron ninguneados por las autoridades científicas de la época, y sus descubrimientos cayeron rápidamente en el olvido.
Rudolf Hauschka (1891-1969)
Sin embargo, 50 años después y con muchos y mejores aparatos de medida, agua mejor destilada, campanas de vidrio más aisladas, el bioquímico y alumno de Rudolf Steiner Rudolf Hauschka (1891-1969) replicó los experimentos de Preuss, confirmando con ello TODAS SUS PREDICCIONES. Hauschka además descubrió no solamente los procesos de materialización referidos, sino también que las plantas desmaterializaban los elementos químicos siguiendo las fases lunares. Ascendente suponía materialización, descendente desmaterialización. Los experimentos duraron un total de 10 años y sirvieron de gran impulso entre otras cosas para la medicina antroposófica y la homeopatía. Aquí es importante hacer un alto en el camino solo para mencionar que en la agricultura biodinámica de Rudolf Steiner se habla abiertamente de transmutación de elementos, siendo el silicio la base de todo y del famoso compost 501 rico en hierbas como la cola de caballo que contiene un elevado índice de silicio. Si me parece interesante e increíble, introducir el hecho de que Rudolf Steiner llegó a tales conclusiones en sus dos últimos años de vida y sin conocer nada de agricultura, a partir de sus complejísimos y vastisímos estudios de la ciencia Goethiana solo al alcance de unos muy pocos iniciados, y que relató en su famoso ensayo “La Ciencia Oculta”.
Rudolf Steiner
El si Steiner tenía amplios conocimientos de alquímia que le llegaron por su influencia de las enseñanzas de Madame Blavastky, es algo en lo que llevo un tiempo especulando, pero constituye por lo poco que sé de este tema y me perdonaran los buenos conocedores de antroposofía, un misterio sin resolver en cuanto al orígen de tales conocimientos. Insisto en que en este punto puedo estar completamente equivocado. El legado de Steiner se puede estudiar actualmente en Dornach Suiza, en el Instituto Goetheanum, que tiene varias divisiones; medicina antroposófica, agricultura biodinámica, pedagogía Waldorf, arquitectura orgánica, antroposofía, y las ciencias espirituales. En todas ellas y en mayor o menor medida como digo, se habla de transmutación química como un proceso natural ligado a la propia vida. Sin embargo, es demasiado el respeto por la enorme complejidad y profundidad que la obra de Steiner me merece, y espero en un futuro en este blog, poder dedicarle un post a la altura de su excelsa genialidad.
El Goetheanum.
A finales de los años 50, otro científico Pierre Baranger y director del laboratorio de química orgánica de la Universidad de Paris, replicó los experimentos de Herzeele. Durante casi 10 años, Baranger con mejores y más precisos métodos, verificó el contenido de sodio, potasio y calcio en arvejas antes y después de la germinación del agua bidestilada a la cual se añadía o no cloruro de sodio. Los brotes de semillas se pesaron con una precisión de una centésima de miligramo, y luego se dejaron germinar en un ambiente debidamente aislado. En declaraciones recogida en 1959 en la revista Science et Vie, Baranger opinaba;
Mis resultados parecen increíbles pero allí están. He tomado todas las medidas de precaución posibles, he repetido miles de veces los experimentos, he hecho que terceras personas replicaran y comprobasen los resultados sin que supiesen a que se refería, he empleado diversos métodos, he cambiado de experimentadores… pero no hay evasiva posible. El resultado es que las plantas conocen el antiguo secreto de los alquimistas. Todos los días ante nuestros ojos, estan transmutando los elementos. Mis resultados confirman a Von Herzeele y permiten demostrar que bajo determinadas condiciones, las plantas son capaces de generar elementos químicos que antes no existían en su entorno.
Un artículo que explica los resultados de Baranger.
Sorprendentes o no, varios científicos con la libertad de prejuicios que caracterizaba el comienzo de la investigación científica llegaron a la mismas conclusiones; la vida transmuta la materia. A posteriori, también Marcel Vogel a quien dediqué este post, demostró que en simientes de berro y una vez combustionados, estos contenían el doble de azufre que sus semillas. En 1950 Henri Spindler, director del Laboratorio Marítimo de Dinard en Francia, investigó el orígen del yodo en las algas, encontrando que en la especie de alga Laminaria era capaz de producirla a partir de una agua que no la contenía. LaTillandsia o musgo hispánico, puede crecer sobre cables de cobre sin contacto alguno con el suelo. Cuando se le quemaba, no dejaba residuos de cobre en la ceniza, sino óxidos de hierro y otros elementos todos ellos procedentes indudablemente de la atmósfera.
Joseph Henry Gilbert
Anteriormente a todo esto, en el Instituto de Investigación Agrícola de Rotohamsted (en un experimento que a mi personalmente no me ha quedado muy claro), dos científicos John Bennet Lawes (1814-1900) y Joseph Henry Gilbert (1817-1901), cultivaron durante 17 años un campo de treboles, cambiándolo dos o tres veces al año y sembrándolo exclusivamente cada cuatro años sin fertilizante alguno. Obtuvieron cosechas tan abundantes que según se calculó, si hubiera tenido que añadirse lo que se había retirado durante el periodo entre la llegada de un enjambre de langostas de diecisiete años (Magicicada septendecim) y el siguiente, sería necesario volcar en el terreno más de 5.700 libras de cal, 2.700 de magnesia, 4.700 de potasio, 2.700 de ácido fosfórico y 5.700 de nitrógeno, o sea, más de 10 toneladas en total. ¿De dónde habían venido todos estos minerales?.
John Bennet Lawes
Hasta aquí el post de hoy sobre la alquimia científica, donde hemos visto la debilidad de la teoría oficial sobre la transmutación y la aparente contradicción con un planeta que se nos presenta rico en todo tipo de elementos. Como hemos visto, la agricultura ha sido desde siempre el terreno de experimentación de la alquimia. El apunte final, es que sostengo que sin lugar a dudas mucho hay de cierto hay en los muchos, muchísimos libros de alquimia que se han escrito a lo largo de la historia. La práctica totalidad de la obra deIsaac Newton por ejemplo eran estudios teológicos y sobre alquimia. El de si la alquimia estaría relacionada con algún proceso de elevación espiritual, en rituales practicados desde tiempos inmemorables hasta ahora por parte de sociedad discretas (hermetismo, rosacrucismo, masonería, chamanismo, medicina ayurvédica, homeopatía…) es algo de lo que no tengo ninguna duda, pero que suscitaría un post a parte. Sin embargo y por razones largas de explicar, pienso que al menos actualmente tal tema se escapa de las posibilidades de este blog. La vía seca, la vía húmeda…. en fin… es posible que en un futuro le pueda dedicar un estudio, pero de momento, deberemos de esperar al próximo post donde hablaremos exclusivamente deLouis Kervran y de sus experimentos en el campo dela biología (más conocidos) y la geología (muy desconocidos), que le llevaron a ser nominado varias veces al Premio Nobel de Química.
Hasta pronto.