Los acampados de Murcia irrumpen en la sede de la televisión autonómica para leer un comunicado. Los de Tarragona hacen lo mismo en Hacienda y los de Alicante se concentran frente al Ayuntamiento.
Los participantes en las concentraciones del Movimiento 15-M han comenzado a diversificar este martes sus acciones de protesta y a llevarlas a lugares distintos de las plazas de las diversas ciudades españolas en las que se encuentran acampados desde hace una semana.
Así ha sucedido en Murcia, donde unas sesenta personas han irrumpido en la sede de la televisión autonómica y han leído un manifiesto; en Tarragona, donde una treintena de jóvenes ha hecho lo mismo en la Delegación de Hacienda, o en Alicante, donde un grupo de «indignados» se ha concentrado en silencio frente al Ayuntamiento para protestar contra la corrupción de los políticos.
En otros lugares, los acampados han decidido convocar manifestaciones, que en Tenerife tendrá lugar el próximo domingo, mientras que en Valladolid se repetirá cada viernes, para «extender» su protesta.
Mientras tanto, en la Puerta del Sol de Madrid los concentrados han decidido dar una «tregua» a los comerciantes de la plaza y han acordado en asamblea retirar los carteles reivindicativos de las fachadas y los escaparates de los establecimientos, si bien la medida sólo beneficiará al pequeño comercio y no a los locales propiedad de grandes franquicias o multinacionales.
El acuerdo ha coincidido con el envío por parte del presidente de la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM) y de la Cámara de Comercio, Arturo Fernández, de una carta al vicepresidente primero del Gobierno y ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en la que le traslada la «preocupación e indignación» de muchos comerciantes por la ocupación de la plaza y zonas aledañas.
En la misiva, Fernández insta al titular de Interior a «considerar encarecidamente la urgente necesidad de resolver esta prolongada y anómala situación».
El debate sobre el futuro de las concentraciones se ha producido también en Barcelona, donde el ganador de las elecciones municipales y cabeza de lista de CiU, Xavier Trias, dijo ayer que sería bueno que el todavía alcalde, Jordi Hereu, «solucionase» la acampada de la Plaza Catalunya antes de su toma de posesión el próximo 11 de junio.
Hoy el Gobierno de la Generalitat se ha pronunciado en el mismo sentido y a través de su portavoz, Francesc Homs, ha atribuido al Ayuntamiento toda la «responsabilidad» sobre la concentración tras afirmar que la protesta en el centro de Barcelona no constituye un problema de «orden público», por lo que no hay motivo para una intervención ordenada por la Consellería de Interior.
En cualquier caso, el final de la concentración podría llegar antes de lo previsto, ya que los acampados en la capital catalana se debaten estos días entre resistir o abandonar la plaza antes del sábado para evitar coincidir en el mismo espacio con los aficionados del FC Barcelona celebrando una posible victoria en la final Champions.
Los «indignados saben» que una victoria del Barça puede acabar en altercados que propicien su desalojo, por lo que han abierto un debate interno sobre el tema, tanto en la plaza como en internet.
En Valencia, el Gobierno autonómico (PP) no ha señalado como responsable al Ayuntamiento, de su mismo partido, sino a la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, a la que ha pedido que negocie con los acampados frente a la sede del consistorio para que se trasladen y «no molesten a nadie».
Mientras tanto, en Lleida, el alcalde de esta ciudad catalana, Àngel Ros (PSC), ha charlado hoy con algunos de los jóvenes que desde el pasado miércoles están acampados en la plaza Ricard Vinyes de la ciudad y les ha advertido de que «la reivindicación no puede durar indefinidamente».
Quienes han decidido que, al menos de momento, no se van a mover son los acampados en Logroño y Cartagena (Murcia).