En una zona desértica al norte de Lima, entre el valle del río Supe y la costa de Perú hace 5.000 años reinaba la esplendorosa civilización Caral, cuyos restos urbanos con numerosas pirámides, descubiertos hace 19 años, son considerados pertenecientes a la ciudad más antigua descubierta en América.
Entre el 8 y 9 de noviembre fue su aniversario, y la responsable del área arqueológica, Ruth Shady, junto con las autoridades de Gobierno aprovecharon la ocasión para mostrar al público sus últimos descubrimientos y destacaron que esta sociedad se formó casi en simultáneo con las civilizaciones de Mesopotamia, Egipto, China e India”, informó el Gobierno. (Ver galería)
La civilización Caral en Sudamérica, en el centro de Perú, se desarrolló casi en total aislamiento, adelantada por más de 1.000 años a la civilización Olmeca de Centro América.
El equipo de arqueología destacó el descubrimiento de un sendero, al que denominaron “integración social”, que une la parte nuclear de la ciudad, con las estructuras y viviendas periféricas, donde vivía la gente más humilde.
“Se trataba de una vía de uso compartido entre los habitantes del extenso sector de residencias menores y los conductores de los imponentes edificios monumentales del área nuclear de la ciudad, que favorecía la interacción e integración social entre los mismos”, destacaron los arqueólogos en el informe del Gobierno.
Los arqueólogos creen que por estar ubicada en el extremo noroeste de la Ciudad de Caral, fue destinada al desplazamiento de los agricultores y estaba conformada por una alineación de edificios en sus costados.
En la parte alta de la zona nuclear, estaban las construcciones públicas y residenciales más grandes de la ciudad: siete edificios monumentales, dos plazas circulares hundidas, dos espacios de congregación colectiva, unidades residenciales de los funcionarios, así como un extenso conjunto residencial de especialistas y servidores. (Vista a pirámides) (Pirámide menor)
A su vez en la zona más baja, se descubrió este año un edificio público, similar a los mayores del centro, pero de menores dimensiones. De ahí partían los otros edificios monumentales menores hasta llegar a la parte nuclear.
La mitad baja, tenía un complejo arquitectónico del Anfiteatro, el edificio del Altar Circular y un conjunto residencial, de menor extensión.
Según el reporte, la zona de la periferia, contenía residencias agrupadas y distribuidas, a modo de archipiélago, a lo largo de la terraza aluvial que colinda con el valle.
Desarrollo de la civilización Caral
La Ciudad de Caral es considerada y reconocida como el testimonio de una de las más grandes civilizaciones, la más antigua de América, declarada Patrimonio Mundial en el año 2009 por la UNESCO y para los investigadores peruanos, alcanzó un impresionante desarrollo y alto nivel cultural y científico.
Caral ”se reveló francamente extraordinaria: por la dimensión espectacular de sus construcciones, por la belleza de su plan urbanístico, por sus avances tecnológicos que permitieron una técnica de construcción antisísmica cuya concepción supera la tecnología actual”, dice un mensaje de la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS), difundido por el Gobierno de Perú.
En las construcciones piramidales los arqueólogos postulan que utilizaron conocimientos de aritmética y geometría en el diseño y en la ejecución arquitectónica.
Además los caraleños usaron estudios astronómicos en la medición del tiempo y la predicción del clima; y un sistema codificado en el registro de la información.
El desarrollo agrícola fue notable y les permitió producirsemillas de algodón de varios colores, apreciado internacionalmente.
En la ciudad se observa una ausencia de fortificaciones, las cuales caracterizaron a las demás civilizaciones conocidas.
Se cree que la civilización “Caral fue venerada por los pueblos originarios que desarrollaron alcances tales como la lengua quichua cuyas formas pre-quichuas ya estaban presentes”, dice el mensaje de ALAS.
Se estima que fue la “madre de la fantástica colonización de todo un continente, Caral se convierte a su vez en un símbolo de nuestra identidad histórica”, dice ALAS.
Es “una de las primeras civilizaciones que crearía la Humanidad contemporánea”, agrega ALAS y “un orgullo para los peruanos; que nos obliga a conocer y tomar conciencia de la responsabilidad de preservar la valiosa herencia que hemos recibido de nuestros antepasados”, según el Gobierno.
El sector arqueológico incluye los asentamientos Caral, Chupacigarro, Miraya, Lurihuasi, Allpacoto, Era de Pando, Pueblo Nuevo, El Molino, Áspero, Vichama y Piedra Parada.
En cada uno de los asentamientos se recuperaroninstrumentos que fueron usados en actividades cotidianas, como la preparación y consumo de alimentos. Las ofrendas en cambio, algunas como “el ojo de Dios” ( ver imagen) son similares a as contemporáneas de Amazonas, o aquellas de los Mapuche en el sur de Chile.
“El registro arqueológico demuestra que los caralinos usaron mates como contenedores, botellas, tazas y platos; también, cucharas de madera tallada, platos, tazones y morteros de piedra. Para contener algunas sustancias también usaron valvas de moluscos”, destacan los arqueólogos.
Al igual que en las sociedades más tardías, los estudios reportan que se organizaban grandes festines y banquetes por parte de la clase gobernante.
Para Caral las acciones de la vida social, en la política, religión, economía y ciencia, estaban relacionadas entre sí, señalan los antropólogos, y “los líderes religiosos eran, a la vez, líderes políticos especializados en astronomía o medicina, entre otros campos”.
Se cree que esta sociedad tuvo una cosmovisión del mundo en armonía con la preservación del medio geográfico y sus recursos y el espacio sideral.
Su economía era de intercambio agrícola-pesquero. Los pobladores del litoral pescaron y recolectaron principalmente la anchoveta, choros y machas, y los agricultores del valle produjeron algodón, mates y especies alimenticias como achira, frijol, camote, zapallo, calabaza, papa, maní, palta, ají, pacae, guayaba, maíz, etc.
En el período tardío de Caral, (2100 a. C. a 1800 a. C.), los edificios fueron remodelados usando piedras más pequeñas que en períodos anteriores. Algunas estructuras de la ciudad fueron enterradas y la ciudad finalmente es abandonada.
La música
La música formó parte importante de su cultura, algo perdura en las sociedades andinas de hoy. Se recuperaron tres conjuntos musicales, conformados por instrumentos de viento. La práctica musical era colectiva e incluía caracoles, como instrumentos de percusión. (Flautas encontradas)
La música era incluida en las actividades religiosas y sociales a cargo de grupos especializados en esta elaborada expresión artística.
Otros descubrimientos
Entre otros descubrimientos de este año 2013, se destaca el hallazgo de “una figura de un personaje con rasgos felinos en una actitud vigilante y amenazante”, en el sitio arqueológico de Piedra Parada, según el arqueólogo Gustavo Espinoza, de acuerdo al reporte de abril.
Se cree que fue fabricada en barro no cocido, y modelada manualmente con detalles acabados con la ayuda de un objeto menor. Originalmente llevaba colores verde, rojo, rosado, negro y blanco, logrados con pigmentos. El personaje llevaba la cara roja y el cuerpo verde, y estaba trepado en un tronco blanco.
El objeto se encontró en un depósito de unos de los edificios (A-5), que contenía ceniza, cuarzo, “y allí, el arqueólogo Luis Fernández hizo el registro de la figura con todos sus materiales asociados”, dice el reporte.
“El contexto arqueológico del objeto, en este caso las cenizas y los cuarzos, indican que la figura fue cuidadosamente depositada. Probablemente formó parte de un “ritual o una ceremonia” de enterramiento. Esta actividad era típica cuando construían una nueva edificación sobre una anterior”, señala Gustavo Espinoza.
Con motivo del último aniversario de Caral, en noviembre, en un acto multitudinario se inauguró el Museo Comunitario de Supe y la presentación de la ciudad iluminada.
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